Historia del movimiento anti-vida y del control de la población

"¿Demasiados niños...? Sería como decir que hay demasiadas flores".
Madre Teresa de Calcuta
Algunos de los movimientos feministas que surgen a principios del siglo XX, inspirados en las doctrinas materialistas de Marx y de Engels plantearon la promiscuidad sexual y el "amor libre" como un objetivo "emancipador", y para evitar los hijos promovieron campañas de anticoncepción y educación sexual. Mujeres como Margaret Sanger y Marie Stopes promoverán campañas anticonceptivas y abortistas y hablarán también de la homosexualidad femenina. La intención eugenésica y racista de las mismas es clara.
Margaret Sanger fue la precursora norteamericana de los movimientos feministas, luchó por la imposición del control de la natalidad, el uso libre de anticonceptivos y el fomento del aborto.
Nacida entre la clase trabajadora irlandesa (1879-1966), y formada junto a socialistas revolucionarios como Eugene Debs, Emma Goldman (agitadora feminista), Francisco Ferrer, etc., cuya “teología” se fundaba en los escritos de Ellen Key, feminista sueca, sobre Nietzsche con su moralidad subjetiva y sobre el eugenismo. Para ella, “el lecho matrimonial es la influencia más deletérea del orden social”, la maternidad es una esclavitud, y la sexualidad fuera del matrimonio, algo imprescindible.
En su libro titulado “El eje de la civilización” (The pivot of civilization, 1922), Sanger pide la eliminación de la "cizaña humana" y la esterilización de las "clases genéticamente inferiores".

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1. Margaret Sanger: la precursora del antinatalismo

"Más hijos para los capacitados; menos hijos para los incapacitados, ésa es la esencia del control de la natalidad". Margaret Sanger (Edición de mayo de 1919 del Birth Control Review).
“El dragón se puso delante de la mujer en trance de dar a luz, para devorar al hijo tan pronto como le diera a luz” Apocalipsis, 12, 4

Margaret Sanger fue la precursora norteamericana de los movimientos feministas, luchó por la imposición del control de la natalidad, el uso libre de anticonceptivos y el fomento del aborto.
Nacida entre la clase trabajadora irlandesa (1879-1966), Margaret fue testigo de cómo su madre moría, lentamente, luego de 18 embarazos y de 11 alumbramientos. Mientras trabajaba como enfermera practicante con mujeres de clase media, en uno de los barrios más pobres de Nueva York, antes de la Primera Guerra, vio lo que llamó “mujeres denigradas en su salud, corrompidas en su sexualidad y en su capacidad de cuidar a sus hijos ya nacidos”.
Formada junto a socialistas revolucionarios como Eugene Debs, Emma Goldman (agitadora feminista), Francisco Ferrer, etc., cuya “teología” se fundaba en los escritos de Ellen Key, feminista sueca, sobre Nietzsche con su moralidad subjetiva y sobre el eugenismo. Para ella, “el lecho matrimonial es la influencia más deletérea del orden social”, la maternidad es una esclavitud, y la sexualidad fuera del matrimonio, algo imprescindible.
En su libro titulado “El pivote de la civilización” (1922), Sanger pide la eliminación de la "cizaña humana" y la esterilización de las "clases genéticamente inferiores".Fundó un periódico propio llamado "La Mujer Rebelde"; (1914) donde escribió una serie de artículos llamados "Lo que cada mujer debería saber". A través de clínicas de barrio repartían a las mujeres elementos de control de la natalidad. Su clínica, instalada en 1916, tuvo 464 pacientes durante los primeros nueve días, hasta que fue arrestada. Un año permaneció en Europa, a fin de evitar condenas por "actos criminales severos". De regreso a Estados Unidos, Sanger continuó dando un empuje legal a su cruzada e inició una campaña social fundando una consejería sexual: la "Liga Americana para el Control de la Natalidad" (que se denominó, en 1942, "Federación de la Paternidad Planificada"). La primera clínica establecida por Sanger se encontraba en una zona pobre de Nueva York, donde vivían inmigrantes judíos y latinos, y fue financiada por personas del movimiento eugenésico.
En una carta escrita en 1939 a Clarence Gamble, Sanger propuso un plan para promover el control de nacimientos entre los negros. Es interesante hacer notar que Gamble, que heredó una parte de la fortuna de la empresa «Procter and Gamble», fundó posteriormente la organización «Pathfinder International», que sigue siendo sumamente activa en campo del control demográfico. En 1995 esta organización contó con un presupuesto de unos 43 millones de dólares. De esta cifra, el 92,5% procede de fondos destinados por el gobierno de los Estados Unidos.
En los años 1943 y 1945, se pueden encontrar en los documentos de «Planned Parenthood» afirmaciones a favor de la eugenesia como instrumento necesario para evitar el nacimiento de niños que podrían convertirse en un peso para la sociedad.

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1.1. Margaret Sanger y el control de la natalidad

Margaret Sanger, hija de Michael Hennessey Higgins y Anne Purcell Higgins, nació el 14 de septiembre de 1879 en Corning, Nueva York. Margaret, que posteriormente se convertiría en la fundadora de Planned Parenthood, tenía diez hermanos, tres chicas y siete chicos. Además de eso, la madre de Margaret tuvo siete abortos.
Mientras que su madre conservó, aunque de forma callada, una profunda fe católica, el padre de Margaret fue para ella la influencia omnipresente en sus años más tempranos. En palabras de Margaret, Michael Higgins era un “inconformista de la cabeza a los pies”. Era un socialista y librepensador al que le hervía la sangre al ver el tratamiento que recibían los más pobres y que se mostraba receloso de la religión organizada, especialmente del catolicismo. De ahí que no permitiese a su esposa ir a Misa o instruir a los niños en la fe. Irónicamente, se ganaba la vida “esculpiendo ángeles y santos a partir de enormes bloques de mármol blanco o granito gris para las tumbas de los cementerios”. Pero como su apoyo a determinadas causas políticas (en particular, la defensa de un impuesto único sobre la tierra) supuso una ofensa para los católicos, además de que invitó a un conocido crítico del cristianismo ortodoxo a hablar en Corningm perdió buena parte de su negocio, de modo que hacer frente a las necesidades de su siempre creciente familia se le hizo cada vez más difícil. Su carácter poco previsor no hizo más que agravar esta dificultad: con frecuencia empleaba el dinero necesario para la casa en sus causas favoritas, como cuando utilizó todo el dinero destinado a pagar el carbón del invierno para un banquete en honor del reformador social Henry George.
En su autobiografía, Sanger deja claro cuáles fueron las impresiones de su infancia que tuvieron más influencia sobre ella de cara a su posterior cruzada por el control de la natalidad. En sus recuerdos de Corning, “las familias grandes eran algo asociado con la pobreza, los trabajos más duros, el paro, el alcoholismo, la crueldad, las peleas y las cárceles; las familias pequeñas lo estaban con la limpieza, el placer, la libertad, la luz , el espacio, el sol”:

“Los padres de las familias pequeñas poseían sus casas en propiedad; en ellas, madres de aspecto juvenil tenían tiempo para jugar al croquet con sus maridos por las tardes en sus cuidados jardines. Sus ropas tenían estilo y encanto y estaban rodeadas por la fragancia de su perfume. Caminaban en sus expediciones para ir de compras con sus hijos de la mano, los cuales a todas luces disfrutaban positivamente de su derecho a vivir. Para mí, la distinción entre felicidad e infelicidad en la infancia estaba entre las familias pequeñas y las familias grandes, más que entre la riqueza y la pobreza”.

Como se ha mencionado ya, todo lo que pudo hacerse con respecto a la educación religiosa de Margaret se hizo furtivamente, bajo la sombra de su padre librepensador. Su madre, Anne, no se atrevía a ir a la iglesia contra los deseos de su marido, pero la joven Margaret en ocasiones se escabullía para ir cuando su padre estaba trabajando fuera de la ciudad. No fue bautizada hasta el 23 de marzo de 1893, a los trece años; también en secreto recibió la Confirmación un año después, en julio de 1894. Pero como las opiniones que su padre tenía con respecto al catolicismo eran bien conocidas, no se sintió precisamente bienvenida en la Iglesia.
Margaret dejó Corning para ir al Claverack Collage, que era un instituto de enseñanza secundaria en régimen de internado. Allí conoció a Corey Alberson, con el cual se comprometió en secreto; no obstante, en lugar de consumar el compromiso casándose, optaron por un “matrimonio a prueba”.
Margaret no llegaría a finalizar sus estudios. Su padre se la llevó de vuelta a casa porque su madre estaba muriéndose. En contra de sus convicciones, Michael Higgins permitió que un sacerdote le administrase los últimos sacramentos el 31 de marzo de 1899. “Mi Cielo comienza esta mañana”, respondió la madre de Margaret después de recibir el último sacramento. Margaret, que nunca se sintió especialmente cercana a su madre, permaneció de pie a un lado sin experimentar emoción alguna.
A Margaret no le agradó tener que dejar la escuela para volver a casa, lo cual provocó que en lo sucesivo tuviese constantes peleas con su padre, al que acusaba de haber matado a su madre. “Sólo tenía cuarenta y nueve años cuando murió. Pero esos dieciocho embarazos a ti no te afectaron en absoluto”, le gritaba. Muy pronto, Margaret volvería a dejar Corning, esta vez para siempre.
Acabó recalando en White Plañís, Nueva Jersey, trabajando como aprendiz de enfermera en un hospital. Allí, en una fiesta con los compañeros de trabajo, conoció a un joven arquitecto, William Sanger, que inmediatamente se enamoró de ella. William no escatimó gasto alguno en cortejar a Margaret. Ella por su parte se sintió atraída tanto por él como por sus ideas radicales: era un anarquista, incluso más firmemente contrario que su padre a toda religión organizada. Se casaron después de que William literalmente se la llevase en un coche de caballos en el calor del agosto de 1902 para ponerla, sorprendida y molesta, ante un clérigo y dos testigos que los aguardaban. Se sintió a la vez airada por el atrevimiento y muy feliz por encontrarse casada.
Poco después la pareja se trasladó a Nueva York y seguidamente a Hastings. Pronto llegarían tres bebés: Stuart, en 1903; Grant, en 1908 y Peggy, en 1911. Margaret era una madre poco atenta, que se mostraba afectuosa con su hijos pero a quien la vida del hogar le aburría. Como ha subrayado su biógrafa Madeline Gray, “le encantaba abrazar y besar a sus hijos, pero responsabilizarse de ellos era otra cosa distinta”. Compartía con su marido la pasión por las causas políticas radicales, incluyendo el anarquismo, de modo que los jóvenes esposos frecuentemente o bien se encontraban fuera u organizaban fiestas en casa. Claramente, todo eso dejaba poco tiempo para los niños. En palabras de Gray: “por lo general, Margaret prácticamente no sabía qué les podía estar pasando a sus hijos. Cuando por cualquier motivo tenía que ocuparse de ellos afirmaba tener un ataque de una misteriosa “enfermedad nerviosa”, y se aferraba a la primera oportunidad para salir de casa”. Más que ocuparse de sus hijos, como su propia madre se había ocupado abnegadamente de ella y de sus hermanos, “Margaret normalmente se encontraba fuera, en algún otro lugar, dejándolos a cargo de los vecinos o de cualquiera que tuviese a mano”.
El tiempo que dedicó a frecuentar los círculos radicales le puso en contacto con el movimiento por el control de la natalidad, y en 1911 ya se encontraba dando conferencias y escribiendo sobre la necesidad de la contracepción. Al igual que su padre, la situación de los trabajadores pobres – las terribles condiciones en que vivían y trabajaban – le inspiró una vibrante indignación que impulsó su deseo de promover distintas causas socialistas. También descubrió que participar en las discusiones de los radicales le resultaba mucho más interesante que la maternidad. Precisamente en esas discusiones fue introducida al movimiento del “amor libre” por Emma Goldman. Aunque William Sanger era un radical, esto no podía aceptarlo. A juzgar por sus acciones posteriores, a todas luces Margaret pensaba de manera distinta.
Durante este tiempo, Margaret abandonó su completa inmersión en la política radical y volvió a dedicarse a la enfermería, concentrándose en el trabajo como matrona. Trabajando para la Asociación de Enfermeras a Domicilio de Nueva York, visitó zonas sumidas en la pobreza para ayudar a las mujeres a dar a luz. En el verano de 1912 presenció cómo una mujer llamada Sadie Sachs fallecía a causa de un aborto inducido. Según Sanger, la mujer había solicitado tres meses antes que le facilitasen algún tipo de contraceptivo. Este suceso fue para ella un punto de inflexión. “Me fui a la cama esa noche, sabiendo que no importaba cuánto me costase, ya se había acabado de paliativos y curas superficiales; estaba decidida a buscar la raíz del mal, a hacer algo para cambiar el destino de unas madres cuyas miserias eran tan vastas como el cielo”.
O eso es lo que ella le gustaría que creyésemos. Si bien la imagen de Sachs claramente tuvo algo que ver en su defensa del control de la natalidad, pronto veremos cómo otros dos aspectos de su pensamiento se dibujan como causas más importantes en su cruzada para el control de la natalidad: la liberación del deseo sexual y la nueva ciencia de la eugenesia.
William Sanger fue hundiéndose más y más conforme su esposa propugnaba cada vez más abiertamente las maravillas de la libertad sexual. Él y Margaret asistían a las Veladas Nocturnas, así se llamaban, que se celebraban en el salón de la casa de Greenwich Village propiedad de la rica divorciada Mabel Dodge. Allí los intelectuales del Village se reunían para discutir las últimas ideas radicales, normalmente en torno al tema que Dodge fijaba para cada velada.
Pronto Margaret fue bien conocida por sus opiniones con respecto a la sexualidad. Dodge comenta: “Fue ella la que nos introdujo a todos a la idea del control de natalidad, que, junto a otras ideas relacionadas con el sexo, se convirtió en su pasión (…) Fue la primera persona que conocí que se mostraba como una abierta y ardiente propagandista de los gozos de la carne”.
Pero Margaret no se limitaba a predicar una teoría. En el verano de 1913, durante el curso de su visita a la promotora del amor libre Emma Goldman, tuvo una relación sentimental que, según confesó a un confidente, “verdaderamente me liberó”. William lo descubrió y montó en cólera, igual que se enfureció al ver cómo los niños habían sido abandonados a su suerte. Como relató su hijo Grant: “Madre raramente se encontraba en casa. Se limitaba a dejarnos con cualquiera que tuviese a mano, y se iba corriendo a no sabemos dónde”. William decidió que una segunda luna de miel en París podría reconstruir el matrimonio, a la vez que proporcionarle una oportunidad de arrojarse en brazos de su pasión por la pintura. Allí permanecerían seis meses.
En Europa, a Margaret pudo encontrar disponibles muchos métodos de contracepción y, cuando sólo llevaban allí un mes, insistió en volver a América para difundir la información. William quería seguir en Europa. Margaret se llevó a los niños y zarpó sin él.
Muy pronto William oyó el rumor de que ella se había buscado otro amante. No le hizo gracias en absoluto la sugerencia de su esposa de que él también se buscase una concubina. El marido anarquista se sentía profundamente disgustado ante el hecho de que su esposa abrazase con tanto entusiasmo una posición anarquista en lo que hacía a la sexualidad.

La mujer rebelde

En esa época Margaret dedicó sus considerables energías a escribir, comenzando con la publicación en 1914 de The Woman Rebel (la mujer rebelde), un periódico presidido en su cabecera por el lema: “¡No hay dioses! ¡No hay amos!”. En él Sanger clamaba contra los males del capitalismo y de la religión y cantaba los beneficios de la contracepción. Durante este época se agudizó su rebelión contra el matrimonio. Cuando William se quejó desde París de que había oído más rumores, le informó de que necesitaba mantener relaciones sexuales para relajarse y le dijo que a diferencia de él, que era capaz de observar la continencia, ella era incapaz.
En este punto, nadie podría haberla acusado de hipocresías. Su actitud y su comportamiento eran perfectamente acordes con los artículos de la doctrina que ella misma había definido y que proclamó en The Woman Rebel: “El deber de la mujer es mirar al mundo cara a cara, con una mirada en los ojos que diga “vete al infierno”, tener ideales, hablar y actuar desafiando las convenciones”. En lo que constituyó un presagio de su influencia como arquitecto de la Cultura de la Muerte, también afirmó: “las mujeres rebeldes reclaman los siguientes derechos: el derecho a la pereza. El derecho a ser madre soltera. El derecho a destruir. El derecho a crear. El derecho a vivir y el derecho a amar”. A finales de 1914, su enfrentamiento con las autoridades en lo tocante a su promoción del control de la natalidad y de sus ideas anarquistas había llegado a un extremo tal, que tuvo que huir a Europa para evitar ser llevada a juicio. Dejó atrás a sus hijos y a su marido (que para entonces había vuelto e Estados Unidos). A mediados de diciembre escribió a William dando, según sus palabras, “por finalizada una relación de más de doce años”. Tres años después le pediría el divorcio, proceso que llevaría otros cuatro años antes de hacerse oficial.
Durante el año que pasó en el exilio, se dedicó afanosamente a recopilar más información sobre el control de la natalidad de las fuentes europeas y se sentó a los pies del gran “sexólogo” Havelock Ellis, al cual reverenciaba como una especie de profeta científico-sexual (Sanger se refería a él llamándolo “el Rey”). También haría de él su amante, lo cual molestó tanto a la esposa de Ellis, Edith, que intentó suicidarse varias veces; murió por un coma diabético provocado por su quebrantada salud.
Su relación con Ellis no sería en absoluto la última. El anarquista Lorenzo Portet, Johann Goldstein, Hugo de Selincourt, el magnate del aceite Tres en Uno J. Noah Slee (con quien posteriormente se casaría por su dinero y al que obligó a firmar un acuerdo prenupcial que le otorgaba completa libertad sin preguntas), H.G. Wells, Herbert Simonds, Harold Chile, Angus MacDonald, Hobson Pitman, y muchos otros cuyos nombres se han perdido para los biógrafos: todos fueron sus amantes. Ése fue el patrón de toda su vida. Ya anciana, puso por escrito el siguiente consejo para su nieta de dieciséis años: “Besarse, manosearse e incluso mantener relaciones plenas es algo bueno mientras sea sincero. Nunca he besado a nadie sin ser sincera. Por lo que hace a las relaciones sexuales, te diría que tres veces al día es más o menos lo adecuado”.

Control de la natalidad y “amor libre”

No le satisfacía actuar siguiendo sólo su voraz e ilimitado deseo sexual, así que racionalizó su sexualidad de acuerdo con una teoría evolutiva bastante singular. Según Sanger, el deseo sexual era un impulso dinámico biológico que llevaba la evolución más allá de la simple supervivencia de los más aptos y hasta el desarrollo del genio. Pero el camino sexual hacia el genio se enfrentaba a obstáculos, porque “los dogmas éticos del pasado, no menos que los científicos, pueden bloquear el camino hacia la verdadera civilización”. Pero la verdadera ciencia pronto traería la liberación.

“La psicología está empezando a reconocer las fuerzas ocultas en el organismo humano. En el largo proceso de adaptación para la vida social, los hombres han tenido que mantener a raya los deseos y los impulsos que nacen de esas energías internas, de las cuales los más grandes y los más imperiosos son el sexo y el hambre”. Margaret Sanger. The pívot of civilization.

Mientras que “el hambre (…) ha dado lugar a “la lucha por la existencia”, (…) la gran fuerza del sexo ha desempeñado un papel no menos fundamental, no menos imperativo, no menos incesante en su dinámica energía”. La importancia del sexo, por lo tanto, no era primariamente la procreación (como piensan la mayoría de los pensadores evolucionistas); el sexo “es la fuerza evolutiva que crea el genio”:

“La ciencia moderna nos enseña que el genio no es una especie de misterioso don de los dioses (…) ni (…) el resultado de una condición patológica y degenerada (…) Más bien se debe a la remoción de las inhibiciones fisiológicas y psicológicas y de las restricciones, que hace posible la liberación y el encauzamiento de las energías internas primordiales del hombre, llevándolas a su expresión plena y divina. La remoción de esas inhibiciones, así nos aseguran los científicos, hace posible unas percepciones más rápidas y profundas: tan rápidas, de hecho, para el ser humano ordinario que parecen prácticamente instantáneas o intuitivas”. Margaret Sanger. The pívot of civilization.

No hace falta decir que Sanger entendía que el cristianismo había cegado la fuente del genio humano. Sin embargo, para Sanger, aún había lugar para la esperanza:

“De forma lenta pero segura estamos derribando los tabúes que rodean al sexo; los estamos derribando impulsados por la pura necesidad. Los códigos que han rodeado al comportamiento sexual en las llamadas comunidades cristianas, las enseñanzas de las Iglesias relativas a la castidad y a la pureza sexual, las prohibiciones de las leyes y las convenciones hipócritas de la sociedad han manifestado su fracaso como salvaguardas frente al caos y los estragos producidos por el hecho de no reconocer el sexo como una fuerza motora de la naturaleza humana: una fuerza tan grande, o incluso más grande, que el hambre. Su energía dinámica es indestructible. Puede ser trasmutada, refinada, dirigida, incluso sublimada; pero ignorar, descuidar, o negarse a reconocer esta gran fuerza elemental no es nada más que necedad”.

De hecho, en un curioso giro de su razonamiento, Sanger afirmaba que la insistencia cristiana en la virtud era la verdadera causa del vicio: “De las políticas indiscutidas de la continencia, la abstinencia, la “caridad” y la “pureza”, sólo hemos recogido las cosechas de la prostitución, las enfermedades venéreas y otros innumerables males”. Para Sanger, la antigua visión de la sexualidad, “inculcada sobre la base de una moralidad convencional y tradicional y de la respetabilidad de las clases medias (…) es una pérdida de tiempo y de esfuerzo”. La moralidad convencional y tradicional y la respetabilidad de la clase media debían ser expulsadas de la cultura, para introducir a continuación una nueva manera de entender la sexualidad.
“El mayor problema, que es el que debemos afrontar en primer lugar, es la abolición de la vergüenza y el miedo al sexo”, lo cual exige una reeducación. “Debemos enseñar a los hombres el poder arrasador de esta radiante fuerza (…) A través del sexo, la humanidad puede llegar a la gran iluminación espiritual que transformará el mundo, que iluminará el único camino que conduce al paraíso en la tierra. Sólo así debemos de forma necesaria e inevitable concebir la expresión sexual”. Para Sanger, la liberación de la sexualidad de toda restricción se convirtió en una especie de objetivo religioso que presidía su visión mundana del paraíso, según la cual “los hombres y las mujeres no malgastarán sus energías” en la creencia cristiana “de las vagas fantasías sentimentales de la existencia extramundana”, sino que se darán cuenta de que aquí en la tierra, en una utopía sexual creada por ellos mismos, encontraremos “nuestro paraíso, nuestra morada permanente, nuestro cielo y nuestra eternidad”. Por supuesto, en tal paraíso habría una gran necesidad de controlar la natalidad.

Control de la natalidad y eugenesia

Pero debemos tener claro que la liberación del deseo sexual no fue la única razón por la que Sanger promovió el control de la natalidad. Sanger veía el control de la natalidad como una solución eugenésica que ayudaría a eliminar “el peso muerto de basura humana”. Del mismo modo que para ella de la sexualidad podía surgir el genio, sus argumentos eugenésicos también se expresaban en términos evolucionistas:

“En la historia temprana de la raza, la llamada “ley natural” (es decir, la selección natural) reinaba sin interferencias. Bajo su inmisericorde regla de hierro, sólo los más fuertes, los más valientes, podían vivir y convertirse en progenitores de la raza. Los débiles, o morían tempranamente o eran muertos. Hoy, sin embargo, la civilización ha aportado la compasión, la pena, la ternura y otros sentimientos elevados y dignos, que interfieren con la ley de la selección natural. Nos encontramos en una situación en la que nuestras instituciones de beneficencia, nuestros actos de compensación, nuestras pensiones, nuestros hospitales, incluso nuestras infraestructuras básicas, tienden a mantener con vida a los enfermos y a los débiles, a los cuales se les permite que se propaguen y, así, produzcan una raza de degenerados”. Margaret Sanger, Birth control and women´s health, diciembre de 1917.

En contra de lo que a Planned Parenthood le encantaría que creyésemos, la eugenesia no era un tema marginal para Sanger, ni simplemente obedecía a que fuese una mujer de su tiempo. Por el contrario, fue algo absolutamente esencial para su concepción y propagación del control de la natalidad.
En 1917 Sanger fundó The birth control review que, si bien no tenía un tono tan radical como el Rebel, estaba igualmente plagada de los argumentos más poderosos y crudos a favor de la eugenesia. Uno de los lemas favoritos de Sanger, con los que adornaba la cabecera de la revista, era “Control de la natalidad: crear una raza de purasangres” (el lema dejó de utilizarse y fue sustituido por el más digerible: “Bebés por elección, no por azar”).
Para Sanger, “el problema más urgente hoy día es cómo limitar y disuadir el exceso de fertilidad de los mental y psicológicamente tarados”. De hecho, “posiblemente los métodos drásticos y espartanos podrían imponerse por la fuerza a la sociedad norteamericana si ésta continúa de forma complaciente promoviendo la procreación irresponsable, resultado de nuestro estúpido y cruel sentimentalismo”. Pívot of civilization.
Para contrarrestar los efectos supuestamente perniciosos de tal “estúpido y cruel sentimentalismo”, Sanger proponía el control de la natalidad como el antídoto compasivo, una medicina que impulsó con fervor, movida especialmente por su miedo y su horror ante la gran ola de individuos de “mentes débiles” que entendía que estaban encenagando la población y haciendo a la humanidad descender a niveles inferiores en la escala evolutiva. “No cabe más que un programa práctico y factible para enfrentarse al gran problema de los incapaces: evitar el nacimiento de los que podrían transmitir la imbecilidad a sus descendientes”. Si rechazamos o ignoramos este aviso profético, la civilización “se enfrentará al problema siempre creciente de la imbecilidad, ese fértil origen de la degeneración, el crimen y el pauperismo”.
No cabía otra solución para la degeneración, el crimen y el pauperismo, y especialmente no servía recurrir a la filantropía tradicional, pues no atacaba la raíz del problema: la fertilidad de los incapaces, con lo cual promovía “la perpetuación de los defectuosos, los delincuentes y los dependientes. Éstos son los elementos más peligrosos de la comunidad mundial, la maldición más devastadora frente al progreso y la expresión humana”. La filantropía de Sanger no perpetuaría “el peso muerto de la basura humana”, sino que aplicaría inmediatamente medios eugenésicos para eliminar el problema. Las mujeres y los hombres incapaces serían separados a la fuerza y obligados a vivir sin contacto sexual “durante los años reproductivos”. Si eso fallaba, la sociedad podía recurrir a medidas más drásticas. Como Sanger afirmó abiertamente, en tales circunstancias “nos decantaremos por la política de la esterilización inmediata, para asegurarnos de que la paternidad es algo absolutamente prohibido para los incapaces”.
Sanger creía que el control de la natalidad resolvía un problema que había preocupado a la mayoría de los eugenistas, desde Darwin y Galton hasta los de su propio tiempo. La selección natural ya no era capaz de eliminar a los no aptos porque la civilización había limado buena parte de las aristas de la naturaleza a través de su descaminada compasión. El problema se agravaba, como hemos visto, por la característicamente alta tasa de fecundidad de los incapaces. “El control de la natalidad (…) es en verdad el mayor y el más genuino método eugenésico”, afirmaba Sanger, “y su adopción como parte del programa de la eugenesia daría inmediatamente una fuerza concreta y realista a dicha ciencia”. Por esta razón, el control de natalidad de corte eugenésico “ha sido aceptado por los eugenistas más clarividentes como el medio más constructivo y necesario para la salud racial”.
A la vista de todo lo dicho, resulta bastante claro que esos tres motivos – aliviar a la mujeres sobrecargadas de hijos, liberar a la sexualidad de la moralidad tradicional y finalmente la eugenesia – constituyeron los objetivos de todas las organizaciones que Sanger puso en marcha. En primer lugar fundó la Nacional Birth Control League (Liga Nacional para el control de la natalidad), que posteriormente adoptó el nombre de American Birth Control League (Liga Americana para el control de la natalidad) y se constituyó como corporación en 1922; luego se convirtió, en 1939, en la Birth Control Federation of America (Federación Americana para el control de la natalidad); finalmente, en 1942 adoptó el nombre actual, Planned Parenthood Federation of America (federación de planificación familiar de América, PPFA, en su acrónimo en inglés. Curiosamente Sanger según el cual las mujeres deberían tener el “derecho a destruir”, Planned Parenthood es el mayor proveedor de abortos del mundo. Pero Planned Parenthood no hace ascos a la eugenesia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando la eugenesia aún no había quedado desprestigiada por la “mancha” del nazismo, muchos de los miembros del Consejo de Planned Parenthood (y las demás organizaciones que la precedieron) eran también miembros de la American Eugenics Society (Asociación Eugenésica de América). Incluso después de la guerra. En 1957 Alan Guttmacher, fundador del Alan Guttmacher Institute, adscrito a la PPFA, fue vicepresidente de la American Eugenics Society y presidente de la PPFA desde 1962 hasta 1974. Continuando la tradición eugenésica de Sanger, la PPFA se convirtió en la principal defensora del diagnóstico prenatal concebido como prueba estándar para los que tienen “riesgo” de tener hijos con defectos de nacimiento. En un documento de objetivos, escrito en 1977, titulado “Nacimientos planificados, el futuro de la familia y la calidad de la vida en América: Hacia una política y un programa nacional omnicomprensivo”, la PPFA reclamaba la implantación a nivel nacional de “tests de embarazo y servicios de prevención, diagnóstico prenatal defectos fetales, asesoramiento genético, prevención de enfermedades venéreas y otros servicios”, como el aborto. Por lo que hace a la sexualidad, la PPFA es bien conocida por su defensa de la “libertad” sexual y de la eliminación de las barreras morales tradicionales, esas mismas barreras que Sanger consideraba que debían ser destruidas para dejar paso al florecimiento de su utopía sexual.
Quizás el indicador más preciso de la pobreza última de la visión de Sanger es la propia vida de Sanger, que mantuvo oculta al conocimiento del público. Como hemos visto más arriba, Sanger era un ser profundamente egoísta, que no hizo sino abandonar a sus hijos (uno de los cuales, Peggy, moriría en 1915) para poder ocuparse de sus continuos romances, de la propagación del control de natalidad y del crecimiento de su propia fama. Como deja bien claro su biógrafa Madeline Gray, a Sanger le consumía la pasión sexual hasta niveles absurdos, surcando al Atlántico una y otra vez de América a Europa y vuelta de nuevo para encontrarse con sus amantes. A medida que envejecía, aumentaba su necesidad de sentir que seguía siendo deseable. Compró esa seguridad con dinero, gracias a los cinco millones de dólares que heredó de su difunto marido Noah Slee. Iba de fiesta en fiesta para llenar el vacío de sus días, utilizando su riqueza para atraer a hombres más jóvenes que ella. A medida que el tiempo fue marchitando más y más su belleza, recurrió al alcohol y (después de una intervención quirúrgica) a los calmantes, de modo que con frecuencia pasaba los días dormida o delirando. Al final, cuando empezó a vagar borracha durante la noche, tuvo que ser internada en una clínica. Sanger murió el 6 de septiembre de 1966, poco antes de cumplir los ochenta y siete años, después de haber legado al mundo con total eficacia una visión de la felicidad a través de la libertad sexual que, por lo que hace a su propia vida, en última instancia se reveló vacía, oscura, y desgraciada.

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1.2. Biografía de Margaret Sanger

Margaret Sanger nació el 14 de septiembre de 1879 en Nueva York (Estados Unidos). Vio cómo su madre moría, lentamente, luego de 18 embarazos y de 11 alumbramientos. Mientras trabajaba como enfermera en uno de los barrios más pobres de Nueva York vió mujeres "denigradas en su salud, corrompidas en su sexualidad y en su capacidad de cuidar a sus hijos ya nacidos". Cursó estudios en la escuela Francisco Ferrer, donde se interesa por los escritos de Ellen Key, feminista sueca autora de The Women's Movement ("El Movimiento de la Mujer"), del que Sanger tomó sus ideas acerca de la femineidad y el matrimonio. Sostenía que sólo la satisfacción sexual individual podía hacer santo el matrimonio, que "el lecho conyugal es la influencia más degenerante en el orden social, y comenzó a abogar por "una asociación voluntaria" entre las parejas sexuales. Publicó The Pivot of Civilization ("El giro de la civilización"). Su cruzada para legalizar el control de la natalidad y el derecho al aborto, estimuló el movimiento de liberación de la mujer. Estableció su primera clínica para el control de la natalidad en la ciudad de Nueva York, en un área densamente poblada de inmigrantes eslavos, latinos y judíos recientemente llegados de sus países. Viajó a la India para convencer a Mahatma Ghandi de que debía darle su apoyo, pero éste le contestó que "las ayudas artificiales (anticonceptivos) conducen a la satisfacción inmoderada de los deseos y son por tanto desmoralizantes y debilitantes". A continuación Sanger se reunió con Hitler, a quien le gustó inmediatamente la idea de establecer un sistema de recompensas a la "estirpe superior" por la producción de hijos. Las Fundaciones Ford y Rockefeller financiaron las investigaciones que eventualmente llevaron a la fabricación de la píldora anticonceptiva, y todavía actualmente dichas fundaciones dan grandes cantidades de dinero para el control natal. En 1965, un año antes de su muerte, la Corte Suprema suprimió, en Connecticut, la ley que prohibía el uso de contraceptivos para parejas casadas. Sanger tenía 80 años cuando al fin salieron al mercado las pastillas anticonceptivas, que ella ayudó a desarrollar. Con el dinero de la Fundación Brush, fundó la Federación Internacional de Planificación de la Familia o IPPF (International Planned Parenthood Federation) en 1952, y estableció su sede central en Londres, en oficinas suministradas gratuitamente por la Sociedad Inglesa de Eugenesia. Falleció el 6 de septiembre de 1966 en Tucson, Arizona.

LA IMPRONTA DE SANGER

Párrafo aparte merece la tarea de Margaret Sanger, una neoyorkina nacida en 1879 y fallecida en 1966. Hija de una familia numerosa y pobre, siendo joven tropezó con los escritos de la feminista sueca Ellen Key, la conocida autora de The Women’s Movement. Tomó de ella las ideas sobre el matrimonio y la condición femenina, pero supo conjugar ese ideario con otros acercamientos personales a las cuestiones sociales y políticas. Hacia 1916 Sanger estableció, con el auxilio económico de grupos intolerantes, la primera clínica para el control natal de New York en un área altamente poblada por inmigrantes de origen eslavo, latino y hebreo. Reclutó después a dos o tres ministros religiosos negros, para que sus feligreses aceptaran de buen grado las ofertas que el centro sanitario tenía para ofrecerles. En paralelo creó la Liga para el Control Natal (ABCL, por su sigla en inglés The American Birth Control League) y comenzó a publicar una revista y un boletín: la Revista del Control Natal (The Birth Control Review) y el Boletín del Control Natal (Birth Control News).
La propuesta de Sanger era sencilla, pues combinaba elementos aristocráticos (acciones para promover a una elite anglosajona hasta el dominio y el gobierno del país), con un odio acérrimo a las multitudes (un racismo indisimulado por las "personas inferiores", de "educación indiscriminada"). Su lema era: "Más niños para los más aptos, menos para los incapacitados; esa es la base del control de la natalidad", y para cumplir con la máxima promovió de todas las maneras que pudo una limitación de la familias indeseadas. El control de la natalidad se constituía a sus ojos como una variante contemporánea de la lucha de clases, indispensable para limitar a la "maleza humana" y estimular la libertad de la "estirpe superior". En su trabajo The Pivot of Civilization escribió:

"Los filántropos que proporcionan cuidados de maternales gratuitos estimulan a los segmentos más sanos y normales del mundo a soportar la carga de la fecundidad irreflexiva e indiscriminada de los demás: lo que trae consigo (...) un peso muerto de desperdicio humano. En lugar de disminuir y dedicarse a eliminar las estirpes que más perjudican el futuro de la raza y del mundo, tienden a volverlas dominantes en un grado amenazador".

La producción bibliográfica de esta activista se produce en las primeras cinco décadas del siglo XX, pero la incorporación conciente de elementos tomados del movimiento eugenista no se produce sino hasta que Sanger conoce personalmente a Haverlock Ellis en Inglaterra, uno de los presidentes de la Liga Mundial para la Reforma Sexual sobre Bases Científicas, y tiene oportunidad de leer su trabajo The Problems of Race Regeneration. El espíritu regeneracionista se gestó en la isla como respuesta a las protestas obreras y a la organización de las masas trabajadoras. La clase media y algunos intelectuales –el grupo de los Fabianos, la Sociological Society, la Eugenics Education Society, la Moral Education League, etc.- comenzaron a hablar de decadencia cuando se produjo la guerra contra los boers y la muerte de la reina Victoria, debido a la sensación de inseguridad en que el Imperio quedó envuelto. Si bien no se trataba de una crisis profunda, ya se había tomado nota de que los pobres podían amenazar los privilegios adquiridos por los estamentos cultos y poderosos. Haverlock Ellis postuló en su libro que solo debía brindársele ayuda a los pobres que aceptaran someterse a una esterilización quirúrgica. Otra de sus sugerencias apunta a la formación de matrimonios con una previa selección de los padres, al igual que los nacional-socialistas alemanes hicieron con sus casas de crianza de Lebensborn. Pero la alumna fue aun más lejos que su mentor en materias tales como el odio racial, la pretensión de crear una "raza de sangre pura",(13) el desprecio por los trabajadores,(14) la obsesión por controlar el número amenazante de recién nacidos entre el común,(15) la intolerancia frente a los desvalidos,(16) y la repugnancia ante los sentimientos de solidaridad.(17)
Hacia 1930 Sanger se divorció de su primer marido y se casó con un millonario, lo cual le permitiría, en adelante, financiar sin dificultades su cruzada de control natal.(18) Así, en 1942, modificó la estructura de su ABCL y la transformó en la Federación de Paternidad Planificada de los Estados Unidos (PPFA, por su sigla en inglés: Planned Parenthood Federation of America), institución activa todavía hoy. Los procedimientos del nazismo alemán comenzaban entonces a salir a la luz, y convenía cambiar la estrategia al presentar al público americano unos objetivos institucionales que se mantenían sin mayores variantes desde 1916. Con el correr del tiempo, dentro y fuera del país, las agencias conectadas con la PPFA para promover y distribuir servicios anticonceptivos, métodos de control natal y de salud reproductiva, comenzaron a autodenominarse Asociaciones de Planificación Familiar (FPA, por su sigla en inglés: Family Planning Associations).
En 1952 Sanger sumó a sus esfuerzos a John D. Rockefeller III y, con dinero de la Fundación Brush, fundaron en Bombay la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, por su sigla en inglés: International Federation of Family Planning), con sede central en Londres, en las oficinas suministradas a título gratuito por la Sociedad Inglesa de Eugenesia.(19) Se trata de una institución privada de segundo nivel, ya que incorpora hoy como miembros a 109 FPA activas, distribuidas en más de 140 países. Estas se organizan, a su vez, en seis regiones, las cuales abarcan 95% de la población mundial. Sus fondos provienen, en su mayor parte, de los países desarrollados (Alemania, Austria, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Inglaterra, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Suecia y EE.UU), y de otros organismos internacionales (UNFPA, etc).
En los últimos treinta años lleva invertidos más de dos mil millones de dólares en su esfuerzo por promover y apoyar los servicios de planificación familiar a través del mundo, con el propósito de alcanzar un equilibrio entre población y recursos naturales. Esto implica no solo el ejercicio de su influencia en la elaboración de políticas nacionales sobre asuntos demográficos (matrimonio, divorcio, herencia, tutela, régimen fiscal, ayuda social, empleo, educación y pensiones), sino también el fomento de la salud materno-infantil y la difusión del control de la natalidad (mediante toda clase de métodos anticonceptivos, incluso el aborto "seguro" y la anticoncepción quirúrgica permanente).(20) Desde sus inicios la IPPF abogó por la libre elección y el derecho íntimo a decidir de las personas, a la libertad que ellas tienen para planificar su familia (pro-choice), pero esto no le impidió participar activamente también en políticas controlistas coercitivas –como las emprendidas por el gobierno chino, el de Bangladesh o el de Filipinas- en nombre de valoraciones pro-salud.(21)
El Grupo Mundial de Parlamentarios en Población y Desarrollo, con sede en New York, es el brazo legislativo de la IPPF. Por su parte, los legisladores de las Américas y el Caribe han conformado el Grupo Parlamentario Interamericano (GPI) con el objeto de formular políticas de control demográfico que estén respaldadas en leyes, y de promover legislación actualizada en la materia.(22) Pretenden para ello revisar los cuerpos normativos vigentes, impulsar modificaciones donde haga falta y derogar toda norma que obstaculice llevar adelante políticas de población y desarrollo.

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1.3. El Birth-control

Con anterioridad a la segunda Guerra Mundial en EE.UU. se elaboraron y difundieron planteamientos eugenésicos vigorosos y extremistas. En el período de entreguerras encontramos organizaciones que profesaban principios aberrantes eugenésicos y de limpieza étnica, que al socaire del control de natalidad, pretendían, más que limitar el volumen global de la población, limitar la población de determinados grupos considerados inferiores. A modo de ejemplo de este tipo de organizaciones me referiré a la The Birth Control League, que es un movimiento privado de control de la natalidad, que comenzó en USA en la segunda década del siglo XX con el fin de liberar a las mujeres norteamericanas de las consecuencias sociales e higiénicas de los nacimientos no deseados. Margaret Sanger, fundó la Liga para el Control de la Natalidad (The Birth Control League) y el boletín La Revista del Control de Natalidad ("The Birth Control Review"), siendo la pionera sobre tales asuntos. En 1916 Margaret Sanger estableció la primera clínica para el control natal en la ciudad de New York, en un área densamente poblada de inmigrantes eslavos, latinos y judíos recientemente llegados de sus países. Bajo la presidencia de la Sra. Sanger, en la Liga de Control de Natalidad, el discurso y la línea de pensamiento se alineaban a los planteamientos más extremistas de la eugenesia. No existía en su racionalidad una convicción sobre los problemas demográficos, sino una de perfeccionamiento del linaje. Sanger señalaba clara y llanamente que “el control de la natalidad debe llevar, en última instancia, a una raza mas pura”. El problema poblacional no representaba una directa preocupación, ya que promovía la idea de que todo comportamiento sexual era normal mientras lo engendrado no resultase con daño físico. Las altas tasas de natalidad eran perfectamente razonables para Sanger, aunque sólo para la “estirpe superior”, siempre que la “estirpe inferior” fuese controlada por métodos coercitivos.

“Hay solamente una respuesta a la necesidad de obtener una tasa de natalidad más alta entre los más inteligentes, y ella es pedirle primero al gobierno que nos alivie del peso de los dementes y de los débiles mentales. La respuesta para esto es la esterilización” Margaret Sanger. Birth Control Review, octubre de 1926.

Un estribillo utilizado por Sanger y sus amigos da claridad al sentido original de la frase: “Más hijos de los más aptos, menos de los ineptos, esa es la meta principal del control de la natalidad”. Para Sanger los latinos y los negros no estaban incluidos entre los “más aptos”.
Su estrategia para convencer a los no aptos, consistía en identificar a personas importantes, que pudieran mediante el discurso convencer a los de su propia raza. Para mantener a raya a las personas “no aptas”, que se rebelaran contra tal atropello, se recurriría a los emisarios de alta reputación de su misma raza. Para Margaret Sanger, el éxito de su plan dependía del reclutamiento de individuos influyentes de la raza “no apta”.

“El acercamiento educativo más exitoso con los negros es a través de un estímulo religioso. No queremos que se sepa que nos proponemos exterminar la población negra, por lo tanto, el ministro del culto es la persona que puede corregir esa impresión si alguna vez se le ocurre a alguno de sus más rebeldes feligreses”.Margaret Sanger en una carta de Clarence Gamble, 1939

El control de la natalidad como pantalla, comenzó a difundirse como un medio coercitivo que permitiera instrumentar formas de evitar la procreación de individuos indeseables. En su libro titulado El giro de la civilización (The Pivot of Civilization) compila los ataques más enérgicos sobre las consecuencias del proteccionismo filantrópico respecto de la maternidad en las familias pobres:

“Esas organizaciones rápidas, complejas, interrelacionadas, destinadas a controlar y disminuir la propagación de la miseria, la indigencia y todos los males amenazantes que surgen de esta tierra siniestramente fértil, son los signos más evidentes de que nuestra civilización ha creado, está creando y está constantemente perpetuando mayores cantidades de anormales, delincuentes y dependientes. Mi crítica, por lo tanto, no está dirigida al fracaso de la filantropía, sino más bien, a su éxito. El cuidado a la maternidad de mujeres pobres es el acto filantrópico más insidioso e injurioso.
El aumento de la clase trabajadora debe regularse, ya que se compone de imbéciles benignos, que alientan los elementos defectuosos y enfermizos de la humanidad mediante su irresponsable enjambrar y engendrar. Tenemos que eliminar la ‘maleza humana, segregar a los imbéciles, desajustados y mal ajustados y esterilizar a las "razas genéticamente inferiores”. Margaret Sanger. (1922) The pivot of civilation, New York.

Además, desvela en su discurso una preocupación de perder la hegemonía a causa de la raza de linaje inferior. Sanger veía a los pobres como una verdadera amenaza al poder político y económico de los protestantes anglosajones y blancos, en razón de la superioridad numérica de los inmigrantes eslavos, latinos y hebreos.

“Los filántropos que proporcionan cuidados gratis de maternidad estimulan a los segmentos más sanos y normales del mundo a soportar la carga de la fecundidad irreflexiva e indiscriminada de los demás: lo que trae consigo... un peso muerto de desperdicio humano; en lugar de disminuir y dedicarse a eliminar las estirpes que más perjudican el futuro de la raza y del mundo, tienden a volverlas dominantes en un grado amenazador”.
Sanger fue excesivamente diligente en su oposición a que se brindara apoyo a los minusválidos y consideraba que eran una carga para la sociedad. Por ello dijo: “Los recursos que deberían ser utilizados para elevar el nivel de nuestra civilización, se utilizan para mantener a aquellos que nunca debieron haber nacido”. Margaret Sanger, Birth Control Review, octubre de 1923.
Dentro de este planteamiento eugenésico, las soluciones para erradicar el verdadero problema, no el problema del crecimiento de la población sino de la supremacía de la estirpe superior (la élite, los intelectuales, la raza superior, es decir, los aptos) contra la estirpe inferior (los pobres, trabajadores, minusválidos, débiles, delincuentes, negros, latinos, es decir, los no aptos), propone el infanticidio, la esterilización y/o la segregación. Se manifestó en toda su plenitud cuando escribió estas terribles palabras: “El mayor acto de misericordia que una familia numerosa puede hacerle a uno de sus pequeños miembros es matarlo”. Sanger, promovió abiertamente la ideología de los nazis de separar a los “mentalmente débiles, inadaptados y desajustados”. Exigió que se esterilizara a las “razas inferiores” y, al igual que los nazis, predicó la necesidad de poner a la “raza disgenética” en campos de concentración:
“Ofrézcasele a los grupos con problemas genéticos de nuestra población, que escojan ser segregados o esterilizados”. Además, Sanger proponía un Código del Bebé Estadounidense, que incluía los siguientes postulados: Artículo 4 “Ninguna mujer deberá tener el derecho a procrear un niño, ningún hombre deberá tener el derecho a convertirse en padre, sin un permiso de paternidad...” Artículo 6 “Ningún permiso de paternidad será válido para más de un nacimiento.”
El horror que suscitaron los programas de los nazis para eliminar a los judíos y a otros segmentos de la población que ellos consideraban “mentalmente débiles”, produjo también el rechazo popular de los programas eugenésicos e hizo que Sanger cambiara la estrategia y en 1942 cambiara también el nombre de su organización, surgiendo la Federación de Paternidad Planificada de los Estados Unidos o PPFA (Planned Parenthood Federation of America), a la que ya me he referido anteriormente y que protagoniza en buena parte los programas que en Latinoamérica se dedican al control de la natalidad.

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1.4. Ideas y estrategias de Margaret Sanger

Las ideas y estrategia de Margaret Sanger se expresan de la siguiente manera:

1. Empleo del control de natalidad como medio practico de la política racista.

Una de las motivaciones principales de Márgaret Sanger, evidenciada durante toda su vida, fue la obsesión por una suerte de retorno a la “selección natural” de los habitantes de los barrios pobres “quienes, por causa de su naturaleza animal, se reproducen como conejos y pronto podrían sobrepasar los límites de sus barrios o de sus territorios, y contaminar entonces los mejores elementos de la sociedad con enfermedades y genes inferiores”.

“El control de la natalidad debe conducir en última instancia a una raza más limpia” Margaret Sanger 1922. Woman, morality and Birth Control. NY Publishing Company, New York, p. 35
"Más hijos para los capacitados; menos hijos para los incapacitados, ésa es la esencia del control de la natalidad". (Edición de mayo de 1919 del Birth Control Review).
“El control de la natalidad, que ha sido criticado como negativo y destructivo, es en realidad el más importante y auténtico de los métodos eugenésicos, y su integración al programa de Eugenesia otorga de manera inmediata un poder concreto y realista a dicha ciencia. De hecho, el control de la natalidad ya ha sido aceptado por los eugenistas más lúcidos y sagaces, como la medida más necesaria y constructiva para la salud racial”.
“Antes de que puedan lograr su cometido, los eugenistas y todos aquellos que trabajan en el mejoramiento de la raza, deben primeramente facilitar el control de la natalidad. Igual que los promotores del control de la natalidad, los eugenistas, por ejemplo, procuran asistir ala raza mediante la eliminación de los no-aptos. Ambos persiguen el mismo objetivo, pero insisten en métodos diferentes”.
“La eugenesia es la más adecuada avenida para la solución de problemas raciales, políticos y sociales”.
“El control de la natalidad en sí mismo, denunciado a menudo como violación de la ley natural, no es nada más y nada menos que la facilitación del proceso de deshacerse del indigno, de prevenir el nacimiento de defectuosos o de aquellos que lo serán”.
“El desequilibrio entre el índice de natalidad del indigno y del digno, es la amenaza actual más grande a la civilización. El problema más urgente hoy es cómo limitar y disminuir la sobre-fertilidad del mental y físicamente defectuoso”.
“La campaña para el control de la natalidad no es simplemente de valor eugenésico, sino que es prácticamente idéntica a las metas finales de la eugenesia”.
“Nuestro fallo de segregar a los imbéciles, quienes están aumentando y multiplicándose – un peso muerto de basura humana – engendra impasiblemente la clase de los seres humanos que nunca deberían haber nacido”.M. Sanger
"Nosotros que bregamos por el control de la natalidad ... insistimos en la interrupción de la reproducción de los no aptos así como en la interrupción de toda reproducción que tenga lugar en un ámbito donde no existen suficientes recursos económicos para hacerse cargo de los nacidos sanos... Afirmamos que el mundo ya se encuentra superpoblado" (artículo "Contrôle des naissances et amélioration de la race", en Birth Control Review, febrero 1919).
"Que sea la ley que ninguna cosa mutilada deba ser alimentada" Woman and the New Race,
"Imbéciles benignos, que alientan los elementos defectuosos y enfermizos de la humanidad, mediante su irresponsable enjambrar y engendrar." The Pivot of Civilization,
La caridad es "señal segura de que nuestra civilización ha criado, está criando y constantemente perpetuando la creación de un mayor número de personas defectuosas, delincuentes y dependientes". The Pivot of Cilivization, op. cit.; "Los recursos que deberían ser utilizados para elevar el nivel de nuestra civilización, se utilizan para mantener a aquellos que nunca debieron haber nacido". Birth Control Review, octubre de 1926.
"Hay solamente una respuesta a la necesidad de obtener una tasa de natalidad más alta entre los más inteligentes, y es pedirle primero a los gobernantes que nos alivien del peso que significan los dementes y los débiles mentales. La respuesta para ello es la esterilización." Birth Control Review, octubre de 1926.
Sanger detestaba las ideas democráticas y el mero predominio de la cantidad sobre la calidad. En su Birth Control Review anota: "Todos podemos votar, incluso los retardados mentales... el panorama no es alentador."

2. Exterminio de la población negra mediante el “Negro Project”.
En una carta escrita en 1939 a Clarence Gamble, Sanger propuso un plan para promover el control de nacimientos entre los negros y así exterminar dicha población, en el denominado "negro project". Este plan se preocupaba por que “la masa de los negros particularmente en el Sur de EEUU, continúa reproduciéndose desastrosamente sin freno alguno, con el resultado de que este crecimiento entre los negros viene de la fracción menos inteligente y apta, aun mayor que entre los blancos”. Los negros representan en la actualidad el 11% de la población de los Estados Unidos, y del 32 al 43% de los abortos. ¿Es una coincidencia?

"El enfoque educacional más exitoso para llegar al negro es a través de un llamamiento religioso. No queremos que nadie se entere de que queremos eliminar a la población negra y el ministro religioso es el hombre que puede aclarar esa idea, si alguna vez se le ocurre al más rebelde de sus miembros". (Carta a Clarence Gamble, 1939, citada en Madeline Gray, Margaret Sanger: A Biography, Nueva York: Marek, 1979, 326.)
“Deberíamos contratar a tres o cuatro ministros de color, preferiblemente con conocimientos del servicio-social y con atrayentes personalidades. El acercamiento educativo más acertado a los negros está con una súplica religiosa. No quisiéramos que saliere de nuestra boca la frase de que deseamos exterminar a la población negra”. (Carta a Clarence Gamble, 1939, citada en Madeline Gray, Margaret Sanger: A Biography, Nueva York: Marek, 1979, 326.)
"la diferencia entre las tasas de mortalidad de los negros y de los blancos demuestra claramente la inferioridad innata de los negros".


3. Esterilización de los minusválidos y “débiles mentales”

“La esterilización eugenésica es una necesidad urgente… Debemos prevenir la multiplicación de esta mala estirpe”.
“El débil mental innegable debería, de hecho, no solamente ser reducido sino además prevenido de propagar su clase”.
“Se debería detener la procreación del enfermo, del débil mental y de los pobres”.
“La respuesta es la esterilización obligatoria para el insano y el débil mental”.
“La raza aria es hoy la más dada al control de la natalidad y debe darse cuenta de que no sufre internacionalmente por la ignorancia relativa de la estirpe inferior”.
“Debería llevarnos también a la mejora racial el esterilizar incluso a esos débiles mentales que no entran necesariamente dentro del grupo hereditario”.Margaret Sanger
"Hay solamente una respuesta a la necesidad de obtener una tasa de natalidad más alta entre los más inteligentes, y ella es pedirle primero al gobierno que nos alivie del peso de los dementes y de los débiles mentales. La respuesta para esto es la esterilización" (8). 7. Sanger, Birth Control Review., octubre de 1926. 9. Ibíd., octubre de 1923
"Los recursos que deberían ser utilizados para elevar el nivel de nuestra civilización, se utilizan para mantener a aquellos que nunca debieron haber nacido" Sanger, Birth Control Review., octubre de 1923.
"Ofrézcasele a los grupos con problemas genéticos (gente con malos genes) de nuestra población, que escojan ser segregados o esterilizados" Sanger, Birth Control Review., abril de 1932.

4. Selección elitista de las clases acomodadas.

“Nuestra tarea está no solamente en prevenir la multiplicación de la mala estirpe; está también para preservar la estirpe bien-dotada”.
“Por el interés del progreso social o incluso por la permanencia de la civilización, las clases intelectuales deben tener más niños”. “Nuestro problema más acuciante es aumentar el índice de natalidad del superior y disminuir el del inferior”. Margaret Sanger


5. Destrucción de la familia y el matrimonio

Para Margaret el Estado es el principio supremo, que decide fuera de toda consideración de una moral intangible. Hay que destruir a la familia, vista como una “institución burguesa”, y reemplazarla por un control estatal de la reproducción y de la educación, el Lebensborn. Así, el Estado podrá ejercer su control de la “producción” de los individuos futuros, tanto en el plano cuantitativo como en el “cualitativo”.

“La acción más misericordiosa que puede hacer una familia numerosa por uno de sus miembros más pequeños es matarle”. (Women and the New Race, Nueva York: Brentano's, 1920. Reimpr. : Geo. W. Halter, 1928, p. 67).
“La cama del matrimonio es la influencia más degenerativa en el orden social…”
“Ninguna mujer tiene derecho legal de concebir a un niño sin un permiso para la maternidad”.
“El género femenino debe sacudirse de su esclavitud. Ello confirma su derecho a la libertad. En su libertad, sus pensamientos se vuelcan hacia la raza. Al igual que engendrar gusta, recolectamos fruta perfecta de árboles perfectos. La raza es también la amplificación del cuerpo de la madre – la multiplicación de las habitaciones de la carne – embellecidas y perfeccionadas para las almas relacionadas con el alma de la madre”.Margaret Sanger

Margaret Sanger se casó con un hombre muy rico (William Sanger) de quien tuvo tres hijos. Más tarde abandonó a su familia en Europa para regresar a los Estados Unidos a fin de dedicar su tiempo a las múltiples causas que abrazó. Margaret Sanger describió su vida de familia como: “infeliz, y llena de trabajos ingratos y de temores”.
Desde que Margaret Sanger comenzó a propagar sus ideas sobre las relaciones sexuales sólo para recrearse, y en las cuales los bebés son sólo opcionales, los índices de divorcio han aumentado constantemente. Cuando Sanger comenzó su trabajo en 1915, era normal que las parejas casadas se esforzaran en mantenerse unidas en las épocas difíciles, en vez de separarse. Más del 90% de los matrimonios permanecían intactos. Pero a medida que su mensaje de hedonismo y promiscuidad penetró más y más profundamente en la sociedad, más y más matrimonios se disolvieron, hasta que el divorcio fue más la norma que el éxito.

6. Intervención del Estado en el control de la procreación

Sanger proponía un Código del Bebé Estadounidense, que incluía los siguientes postulados:
Artículo 4 "Ninguna mujer deberá tener el derecho a procrear un niño, ningún hombre deberá tener el derecho a convertirse en padre, sin un permiso de paternidad..."
Artículo 6 "Ningún permiso de paternidad será válido para más de un nacimiento."

“Cada país habrá de decidir su propia forma de coerción, y determinar cuándo y cómo habrá de emplearse. Actualmente, los medios son la esterilización y el aborto obligatorios. Quizás un día sea posible imponer el control de la natalidad”.Margaret Sanger
"todos nuestros problemas son el resultado del exceso de reproducción de la clase trabajadora".

7. Anticristianismo

Margaret Sanger era rosacruz, profesaba un anti-cristianismo violento y pertenecía a la secta Unity, autodefinida como "un tratamiento mental garantizado para curar todos los males de la carne". Esta secta se inscribe dentro de las sectas de la New-Age. Resalta el poder del "Pensamiento Creativo" en todos los ámbitos; se aprende a transformarse en "Cristo", es decir a realizar en si mismo el yo divino funda fundándose en la conciencia cósmica. Sanger se dedicaba igualmente a la astrología, a la numerología y consultaba a los mediums.
M. Sanger comenzó a estudiar el rosacruz luego de la muerte de su hija en 1915 y de las perturbaciones que el hecho le ocasionó. Los rosacruces proclaman un régimen oriental de meditación privada, destinada a conectar al individuo con los poderes interiores del hombre que derivan de una fuerza superior suprema, un "dios interno", tal como ella lo interpretaba parafraseando a Nietzsche. Además, sostenían que los practicantes que se realizaban en la fe se diferenciaban del resto por sus propios poderes de cura; éstos se transformarían en "una fuerza para el bien entre los hombres".
Margaret Sanger también perteneció a la secta masónica Unity, autodefinida como “un tratamiento mental garantizado para curar todos los males de la carne”. Sanger se dedicaba igualmente a la astrología, a la numerología y consultaba a los mediums. Margaret vio como principal enemiga de la eugenesia a la Iglesia Católica y por ello atacó su labor de asistencia a los más pobres. Por otra parte consiguió manipular la acción de algunas iglesias como los Metodistas para que promovieran los métodos de anticoncepción y el aborto, cuando antes se oponían a estas prácticas.

“Los servicios de maternidad para las mujeres de los barrios miserables son perjudiciales para la sociedad y para la raza. La caridad no hace más que prolongar la miseria de los ineptos”.Margaret Sanger
"La caridad organizada es el síntoma más seguro de que nuestra sociedad ha criado y continúa criando, perpetuando y aumentando cada vez más el número de defectuosos, delincuentes y dependientes. La atención que se les da a las mujeres pobres es la filantropía más dañina e insidiosa. El crecimiento de la clase obrera debería ser regulado, puesto que son imbéciles benignos, que estimulan a los elementos defectuosos y enfermos de la humanidad para que sean más irresponsables, se extiendan y se reproduzcan. Debemos eliminar los yerbajos humanos, aislar a los idiotas, los desajustados y los que no sirven, y esterilizar a la raza genéticamente inferior" (The Pivot of Civilization, New York: Brentano's, 1922, p. 108).
"Esas organizaciones rápidas, complejas, interrelacionadas, destinadas a controlar y disminuir la propagación de la miseria, la indigencia y todos los males amenazantes que surgen de esta tierra siniestramente fértil, son los signos más evidentes de que nuestra civilización ha creado, está creando y está constantemente perpetuando mayores cantidades de anormales, delincuentes y dependientes. Mi crítica, por lo tanto, no está dirigida al ‘fracaso' de la filantropía, sino más bien, a su éxito". Sanger, Pivot of Civilization (New York: 1922), en un capítulo titulado "Cruelty of Charity".

8. Promiscuidad sexual como medio de subversión

El dominio de la planificación se extiende rápidamente. Se trata de explotar los vicios de una humanidad caída: ávida de facilismo, temerosa de las responsabilidades.
Denunció al matrimonio como una “institución degenerada”, al capitalismo como “explotación indecente” y a la modestia sexual como “remilgos obscenos”.
Desde el principio, Márgaret Sanger se lanzó a las relaciones sexuales ilícitas, que ella consideró conformes a la nueva moral que deseaba instaurar. Aún hoy, la planificación alienta la promiscuidad sexual y la homosexualidad. A tal efecto, dispone de varias herramientas:
- La educación sexual en las escuelas.
- Las clínicas con base en las escuelas, que distribuyen “contraceptivos” y practican abortos sin el consentimiento de los padres.
- La distribución gratuita de preservativos y de píldoras… para la prevención del SIDA!

"Nuestro objetivo es la satisfacción sexual ilimitada sin la carga de niños no deseados..."

El método más usado para enmascarar la sórdida realidad, es el de usar términos reconocidos como "positivos" e incluso valores cristianos, asociados a un lenguaje degradante. Ejemplos:
- la promiscuidad sexual se vuelve LIBERTAD sexual,
- el dominio de sí mismo se vuelve REPRESIÓN sexual,
- los homosexuales se vuelven una MINORÍA OPRIMIDA, y la homosexualidad una manifestación de la DIVERSIDAD,
- la abstinencia se vuelve MISERIA sexual,
- el aborto (asesinato de un niño) se vuelve DERECHO de la mujer, una OPCIÓN MORAL,
- la eliminación de los improductivos se vuelve la muerte DIGNA, o un homicidio por COMPASIÓN,
- el veneno RU 486 se vuelve propiedad MORAL de las mujeres,

Sanger, quizás mejor conocido por los lectores estadounidenses hoy en día que Marie Stopes, no fue tan explícito, sino que Sanger también recalcó la importancia del sexo, sosteniendo que la base de la felicidad duradera en el matrimonio "yace en un ajuste físico adecuado de las dos personas y un manejo físico adecuado de sus experiencias mutuas de unión [sexual]". La piedra angular de un manejo físico adecuado para Sanger tuvo su base en el uso de anticonceptivos eficaces para que la vida de la mujer no fuese gobernada por los frecuentes embarazos no deseados.
Se creyó y se enseñó que una vez que a las necesidades sexuales de las mujeres les fuese otorgadas un estatus igual como a las de los hombres, las normas de compañerismo y reciprocidad en el matrimonio se extenderían inevitablemente en el dominio del sexo y se convertirían en el sello del amor. Hannah Stone y Abraham Stone, quienes también escribieron manuales de matrimonio, dijeron que el abrazo sexual debe convertirse en la expresión del deseo mutuo y la pasión. El goze del sexo sólo podría aumentar cuando era mutuo. Isabel Hutton recalcó que "no importa lo ideal que sea la alianza en cualquier otra forma, si hay carencia de vida sexual", el matrimonio no puede ser un éxito. Stopes había agregado un segundo punto enfático a esto:

"en estos días modernos cuando la amistad, las ocupaciones mutuas, los negocios, casi toda la fase de nuestra vida civilizada, se juntan hombres y mujeres de manera innumerable, la única justificación del matrimonio es la necesidad mutua y el placer mutuo en la unión sexual".

9. Cosechar dinero público

Margaret Sanger siempre supo tomar el dinero donde éste se encontraba. Su primer marido era un burgués acomodado, su segundo marido un rico industrial (Noah Slee, dueño del aceite “Tres en uno”) que fue el donante principal de las campañas de su mujer.
Ella logró inclusive subvertir entidades como las Fundaciones Mellon, Rockefeller, Ford… cuyo dinero sirvió para blanquear su reputación de racista y para abrir puertas en Washington a fin de liberalizar la contracepción y poner en marcha bombas de succión de los dineros públicos: cada dólar privado que se recibe, se multiplica financiando lobbyistas y recaudadores de fondos.
En 1935, la Conferencia de Mujeres de la India invitó a M.Sanger a la India para hablar sobre el control de la natalidad. Los arreglos se hicieron por intermedio de Margaret Cousins, una libre pensadora de origen irlandés, feminista y nacionalista, discípula de Annie Besant (dirigente de la Sociedad Teosófica y de la Liga Malthusiana, quien hasta su muerte en 1933, había vivido cerca de Madras conduciendo una colonia de teosofos británicos expatriados) cuyas creencias metafísicas y psíquicas habían atraído, tiempo atrás a M.Sanger, hacia la India.

“Si se sostiene que el control de natalidad es necesario para la nación debido a la superpoblación, yo discuto la premisa. Nunca se ha demostrado. En mi opinión, si hubiera un sistema de tierra adecuado, una mejor agricultura y una industria suplementaria, este país (la India) sería capaz de mantener al doble de gente que la que tiene hoy.
Estoy completamente en contra de los medios artificiales de control de la natalidad y no me es posible felicitarla a Ud. (Margaret Sanger) o a sus colaboradores por haber creado una asociación cuyas actividades, si tiene éxito, solo pueden hacer un gran daño moral a la gente. Me gustaría poder convencerla a Ud. y a sus colaboradores para que disuelvan esta asociación y dediquen su energía a una mejor causa. Discúlpeme por darle mi opinión de manera tan clara”. Mahatma Gandhi en conversación con Margaret Sanger

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1.5. El apoyo de Margaret Sanger al nazismo

La Revista Control de la Natalidad estaba llena de escritos elitistas que emanaban de los eugenistas más renombrados y respetados (científicos, médicos, psicólogos).
Uno de ellos, el Dr. Lothrop Stoddart, egresado de Harvard, director de la Liga americana pro control de la natalidad, escribió en 1940 un libro cuyo capítulo titulado "En el tribunal eugenésico" expresaba admiración por la forma en que los alemanes purificaban su raza mediante la esterilización de los inaptos: "La ley de esterilización extirpa los rasgos genéticos más negativos de la raza germánica, de una manera científica y realmente humanitaria".
En el editorial de la Revista Control de la natalidad de abril 1932, se encuentra un "Plan para la paz" que recomienda, entre otras, las siguientes medidas:

"Aplicar una política firme y seria de esterilización y de segregación a aquella fracción de la sociedad... cuya herencia es susceptible de transmitir rasgos cuestionables a su descendencia.
Preparar terrenos agrícolas y edificios para dichas personas segregadas, en que se les enseñaría a trabajar, bajo la supervisión de instructores idóneos, por el resto de su vida".


"Debemos oponernos resueltamente tanto a la propagación de los asiáticos en las áreas de raza blanca, como a su diseminación en aquellas regiones en que, aunque no sean habitadas por blancos, están habitadas por gente no asiática, gente de razas verdaderamente inferiores... mientras más primitiva es un tipo de gente, más prepotente es. Por esto, la mezcla con los negros es por lo regular fatal".
¡Es el proyecto del campo de concentración! ¿Existe alguna diferencia con este otro texto de la misma época: "Quienes son física y mentalmente malsanos no deben perpetuar sus sufrimientos en los cuerpos de sus hijos. El Estado debe colocar la raza en el centro de toda la vida". Sólo el autor es diferente: éste es Adolfo Hitler en Mein Kampf. Fue el régimen nazi, por otra parte, el que legalizó y alentó la contracepción y el aborto entre los judíos y los eslavos, considerados como razas inferiores.
Nada sorprendente, entonces, en que se haya establecido una connivencia entre el movimiento del "control de la natalidad" y los nazis. La conexión aparece más claramente aún en ciertos artículos de la Revista Control de la Natalidad: en 1933, "La esterilización eugenésica: una necesidad urgente" de Ernst Rüdin, director de esterilización genética bajo el régimen de Hitler, y más tarde fundador de la Sociedad Nacional-Socialista por la higiene racial. También en 1933, "La esterilización selectiva" de Léon Whitney, que alaba y defiende la política racial del IIIer. Reich.
El número de noviembre de 1939 de la Revista incluye un estudio comparativo de las políticas de control de la natalidad de Italia y Alemania aprobando el programa alemán, porque ha sido "llevado a cabo de manera más cuidadosa. Reconoce tanto la necesidad de calidad, como de cantidad".
Harry Laughlin, uno de los militantes más activos de la Liga americana pro control de la natalidad, es autor de una ley-marco de esterilización eugenésica que fue directamente adoptada por Hitler, y valió a Laughlin el título de Doctor Honoris Causa de la Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg, en aquel entonces centro del racismo "científico".
Hubo otras relaciones de este tipo, y las sigue habiendo, con movimientos racistas por la supremacía blanca.

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1.6. La fundación de la IPPF

La fundadora de Paternidad Planificada fue Margaret Sanger, nacida en Nueva York en 1879 de una familia numerosa y pobre. Asistió a la escuela Francisco Ferrer, donde comenzó a leer los escritos de Ellen Key, una feminista sueca autora de The Women's Movement ("El Movimiento de la Mujer"). El libro presenta una moralidad subjetiva: la "ética de situación" de hoy en día, es decir, que no hay normas morales absolutas, sino que toda decisión depende de las circunstancias y puede ser justificada según ellas. Fue de este libro feminista que Margaret Sanger adoptó sus ideas acerca de la femineidad y el matrimonio, desarrollando la ideología de que "al yo interno debería serle permitida una plena libertad de expresión y desarrollo", y que sólo la satisfacción sexual individual, no la ley o la tradición, podía hacer santo el matrimonio, ya que "el amor físico" es "un imperativo más elevado que la mera ley". Opinaba Sanger, que "el lecho conyugal es la influencia más degenerante en el orden social, y comenzó a abogar por "una asociación voluntaria" entre las parejas sexuales. Reemplazó con éxito el común denominador de la sociedad: la unidad familiar, por la satisfacción sexual individual.
Este fue el primer golpe que dio Paternidad Planificada a la estructura tradicional moral y familiar. Sanger veía el control de la natalidad como un instrumento en la lucha de clases y en este punto se suponía que estaba al lado de los pobres. Sin embargo, se volvió contra ellos, cuando su movimiento ganó impulso. Los pobres le disgustaban y veía el control de la natalidad como un medio de limitar la "maleza humana" que tanto detestaba. Quería preservar la libertad de la "estirpe superior", guardándola contra reformas que estaban basadas en una filosofía política de la "mera cantidad" y de la "calidad".
Detestaba el sistema de "un hombre equivale a un voto en la democracia", y escribió en su Birth Control Review ("Revista del Control de la Natalidad"): "Todos podemos votar, incluso los retardados mentales... el panorama no es alentador".
Según Elasha Drogin, autora del libro biográfico Margaret Sanger: Father of Modern Society ("Margaret Sanger: Padre de la sociedad moderna"), la visión de la Sra. Sanger acerca del gobierno ideal para EE.UU. era una en que la élite anglosajona imperaba por medio de una forma aristocrática de gobierno, en lugar de dejarlo a la superioridad numérica de una multitud de "personas inferiores" que tenían "una educación indiscriminada". El pensamiento de Sanger, según Elasha Drogin, autora de su biografía, era idéntico en teoría al de Hitler, quien examinaba personalmente el linaje de todos los posibles candidatos para los puestos públicos, tales como los SS y los guardias selectos.
Durante la década de 1920, Sanger comenzó a presentar su ideología en un libro titulado The Pivot of Civilization ("El giro de la civilización") en el cual escribió: "Los filántropos que proporcionan cuidados gratis de maternidad estimulan a los segmentos más sanos y normales del mundo a soportar la carga de la fecundidad irreflexiva e indiscriminada de los demás: lo que trae consigo... un peso muerto de desperdicio humano; en lugar de disminuir y dedicarse a eliminar las estirpes que más perjudican el futuro de la raza y del mundo, tienden a volverlas dominantes en un grado amenazador". Sanger veía a los pobres como una verdadera amenaza al poder político y económico de los protestantes anglosajones y blancos, por virtud de la superioridad numérica de los "inmigrantes eslavos, latinos y hebreos". Obteniendo un tremendo apoyo financiero de los grupos más intolerantes de EE.UU., Sanger estableció su primera clínica para el control de la natalidad en la ciudad de Nueva York, en un área densamente poblada de inmigrantes eslavos, latinos y judíos recientemente llegados de sus países. Procedió después a reclutar "dos o tres ministros negros", quienes apelarían a los negros del sur en favor de la aceptación del control de la natalidad. "No queremos que se corra la voz de que queremos exterminar a la población negra", dijo Sanger, quien opinaba que el ministro protestante era el hombre que podía impedir que prosperara esta idea, "si alguna vez se le ocurriera a algunos de los más rebeldes". Faye Wattleton quien fue presidenta de Paternidad Planificada es de la raza negra, quizás para lograr el mismo objetivo de tener una buena imagen, a pesar de la filosofía racista de esta organización. El lema de Margaret Sanger era "más niños de los capacitados, menos de los incapacitados", y en la lista Sanger no incluía a los latinos y negros entre los "capacitados".
Sanger conoció al Dr. Havellock Ellis en Inglaterra, quien la introdujo a su propia rama de ideología eugenésica, la cual éste había explicado en su libro The Problems of Race Regeneration ("Los problemas de la regeneración de raza"). En éste libro Ellis decía que sólo debía ayudarse a aquellas personas pobres que se sometieran voluntariamente a la esterilización quirúrgica. Abogaba por el "matrimonio complejo" que, bajo estrictas regulaciones, seleccionaba los padres considerados capaces de producir hijos genéticamente superiores. Su proposición era la misma de las casas de crianza Lebensborn del régimen Nazi. Los nazis también promovían la idea de que todo comportamiento sexual es normal mientras no resulte en un daño físico, idea que Paternidad Planificada todavía expone y escribe en un folleto que dice: "el sexo es divertido... viene en todo tipo de estilo, haz lo que te de placer, y pide lo que te de placer." Ellis, que usaba la droga mescalina, se convirtió en el primer amante de Sanger, quien poco tiempo después le pidió a su esposo el divorcio. Más tarde se casó con un millonario, porque según le escribió a otro amante, éste "podía con su riqueza hacerle la vida muy confortable" y "asegurar el éxito financiero" de su causa.
Sanger y su esposo vivían en casas separadas y sólo se comunicaban a través de secretarios personales, pero él se convirtió en la fuente principal de fondos para el movimiento del control natal, que hacia 1930 estaba compuesto de norteamericanos nativos, protestantes y blancos, con una educación y unos ingresos "mejores que el promedio". Para ese entonces ya Sanger tenía el poder y el dinero para presentar sus planes del "control social a través del control de la natalidad" al público norteamericano.
Sanger viajó entonces a la India para tratar de convencer a Mahatma Ghandi de que debía darle su apoyo, pero éste le contestó que "las ayudas artificiales (anticonceptivos) conducen a la satisfacción inmoderada de los deseos y son por tanto desmoralizantes y debilitantes". La filosofía de auto-control de Ghandi no se ajustaba a la ideología de Sanger de "libertad" sexual ilimitada. A continuación Sanger se reunió con Hitler, a quien le gustó inmediatamente la idea de establecer un sistema de recompensas a la "estirpe superior" por la producción de hijos. Sin embargo, Sanger se dio cuenta de que el público estadounidense no aceptaría un castigo para "las estirpes inferiores" que no usaran anticonceptivos, por lo que habló con varios legisladores de EE.UU. y les propuso que el gobierno diera donativos o dinero a los pobres que se sometieran a la esterilización. Éstos por supuesto rechazaron la idea. Sin embargo, dicha idea de cierto modo ha sido adoptada, ya que la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU. (USAID) ofrece incentivos económicos para la ayuda (préstamos y ayuda monetaria) a los gobiernos del Tercer Mundo que aceptan los programas de control natal y "educación" sexual de Paternidad Planificada y otras organizaciones de similar ideología. En la gran mayoría de los casos, la ayuda económica está condicionada a dichos programas, como denunció el Papa Juan Pablo II en su Exhortación Pastoral Familiaris consortio, número 30. (Véase La enseñanza de la Iglesia Católica sobre el control demográfico.)
La metodología de Sanger para motivar a los pobres a no tener hijos consistía en enumerarles las cosas que podrían hacer o comprar "con sólo no tener hijos", enfatizarles lo difícil que es la vida de una mujer a causa de los hijos, señalarles que el parto es un riesgo para la salud y que el control de la natalidad es lo mejor. Esta es exactamente la misma metodología actual de Paternidad Planificada en EE.UU. y de la IPPF (la federación a la cual ésta dio origen) a través del mundo entero. Sanger alegaba que la oposición de la Iglesia Católica al control natal era "un sentimentalismo tonto que causaba mezcla de razas y de clases, lo que sólo terminaría por hacer de la raza humana, una especie de individuos genéticamente retrasados". Dijo que la razón católica se había "degenerado terriblemente debido al celibato de sacerdotes y monjas", que "eran los más inteligentes y espléndidos", dejando la "raza católica racialmente inferior".
Por supuesto, la ideología racista de Paternidad Planificada tenía que llegar hasta su más lógica conclusión. Estadística tras estadística muestra el número desproporcionado de abortos y esterilizaciones realizados actualmente en hispanos y negros pobres, en relación con los norteamericanos de raza blanca y/o ricos. La proporción de mujeres negras que abortan es cerca de tres veces mayor que la de blancas, la tasa de esterilización también es mucho más elevada. El 35% de las mujeres puertorriqueñas han sido esterilizadas, cifra a la cual comienzan a aproximarse ya las de otros países hispanos. La propia Paternidad Planificada admite que las mujeres que dependen del bienestar social tienen más probabilidades de ser esterilizados que las otras, y se han reportado incontables casos de esterilizaciones involuntaria, no sólo en países del Tercer Mundo donde opera la IPPF, sino también en los EE.UU. Esto se denunció ante un juez federal del Distrito de Colombia, en 1974.
Aunque durante mucho tiempo Paternidad Planificada dijo en su literatura que el aborto mata a un ser humano, la propia Sanger opinaba que "a veces lo más misericordioso que una familia grande puede hacerle a uno de sus miembros es matarlo". Fue Havellock Ellis, aliado y amante de Sanger, quien determinó que los EE.UU. de los años 20 y 30 no estaba listo para justificar la matanza de un bebé por nacer, y le aconsejó a Margaret que se limitara a promover el control de la natalidad, es decir, los anticonceptivos, lo cual ella hizo. Fueron las Fundaciones Ford y Rockefeller las que financiaron las investigaciones que eventualmente llevaron a la fabricación de la píldora anticonceptiva, y todavía actualmente dichas fundaciones dan grandes cantidades de dinero para el control natal.
Con el dinero de la Fundación Brush, Sanger fundó la Federación Internacional de Planificación de la Familia o IPPF (International Planned Parenthood Federation) en 1952, y estableció su sede central en Londres, en oficinas suministradas gratuitamente por la Sociedad Inglesa de Eugenesia. Más adelante hablaremos también de la IPPF.
Paternidad Planificada utilizó un argumento para promover el control de la natalidad y obtener la legalización de los anticonceptivos hasta para menores de edad sin consentimiento o conocimiento paterno, que después utilizó también para promover la legalización del aborto "el derecho a la privacidad".
Al principio, antes de lograr la legalización del aborto en EE.UU., Paternidad Planificada alegaba en su literatura que se dedicaba a "lograr que la educación y los servicios de planificación familiar estuvieron disponibles universalmente, para que cesara la necesidad del aborto." Sin embargo, cuando la organización creció y cobró más fuerza, comenzó a promover el aborto como alternativa indispensable cuando fallan los anticonceptivos. A través de sus filiales en los países donde el aborto todavía es ilegal, como los de América Latina, la IPPF utiliza el mismo argumento de que sólo está tratando de impedir los abortos para así promover anticonceptivos y abortivos como la píldora, el dispositivo intrauterino, el Norplant y la Depo-Provera, logrando así la respetabilidad y la cooperación de incontables gobiernos. De esta manera quedan establecidas las bases para la futura legalización del aborto en esos países, el verdadero objetivo de Paternidad Planificada y de la IPPF.
En EE.UU., Paternidad Planificada emplea sus recursos para mantener la actual situación de aborto a petición a través de todo el embarazo. Lanzó una campaña en la cual prometió gastar un mínimo de 2 millones de dólares, más los recursos de sus 178 miembros asociados a través del país. Paternidad Planificada está en el negocio de los abortos. Fondos de impuestos obtenidos por Paternidad Planificada promueven y hacen posible la matanza de millones de niños no nacidos. El tamaño y la complejidad de las organizaciones afiliadas a Paternidad Planificada no impiden determinar a ciencia cierta cuánto dinero de impuestos reciben. En 1987, Paternidad Planificada reportó haber recibido 111 millones de dólares, el 40% de sus ingresos, del gobierno. Sin embargo, Paternidad Planificada de Nueva York reportó que el 60% de sus ingresos provino del gobierno.
Paternidad Planificada obtuvo en 1987 una ganancia de 4.6 millones para su oficina nacional y de 12.9 millones para sus afiliados, según Jo Ann Gasper, Asistente del Secretario para Asuntos de la Población, Departamento de Salud y Servicios Sociales. De la manera que Paternidad Planificada logra que el gobierno indirectamente contribuya a proveer servicios de abortos es uniendo los servicios de anticonceptivos y abortos en la misma clínica. Paternidad Planificada solicita fondos federales para operar un programa de planificación familiar, y recibe hasta el 60% del costo total de instalar la clínica, donde después, utilizando el mismo personal, muchas veces se llevan a cabo abortos, inclusive en menores de edad sin consentimiento o conocimiento paterno. Sólo en 1984, Paternidad Planificada llevó a cabo 88,824 abortos en sus clínicas y refirió casi cien mil mujeres a otras clínicas de aborto. En 1986, sólo por practicar abortos, Paternidad Planificada obtuvo $21 millones. En 1988, llevó a cabo 104,000 abortos. Paternidad Planificada tiene 850 clínicas a través de los EE.UU. y un presupuesto de 300 millones de dólares anuales. Según declaró su presidenta Faye Wattleton en aquel momento, los derechos "relacionados con la reproducción -- entre los cuales se incluye el aborto -- no son menos fundamentales que los derechos civiles".
Alfred Moran, quien en 1983 era director ejecutivo de Paternidad Planificada en la ciudad de Nueva York, declaró al New York Times las verdaderas intenciones de Paternidad Planificada con respecto al aborto: "Hasta que lleguemos a tener un contraceptivo perfecto, hasta que todo embarazo sea planeado y todos los niños que nazcan sean deseados o amados, Paternidad Planificada continuará proporcionando no sólo educación sexual y contraceptivos sino también abortos". En su Fact Sheet, (hoja de datos) Paternidad Planificada del condado Miami-Dade, en Miami, Estado de Florida dice: "El aborto es necesario para una planificación familiar efectiva, ninguna sociedad ha logrado un control de la fertilidad efectivo sin el aborto".
Los doctores James Ford y Michael Schwartz de la Free Congress Foundation analizaron en su libro Birth Control for Teenagers: Diagram for Disaster ("El control natal para los jóvenes: Diagrama para el desastre") los desastrosos resultados de los programas de "educación" sexual para jóvenes de Paternidad Planificada. Estos programas incluyen instrucciones específicas sobre el uso de anticonceptivos y no proporcionan guía moral, por lo que han aumentado la proporción de enfermedades venéreas, embarazos y abortos de adolescentes. Los doctores concluyeron que "el punto está claro: el apoyo gubernamental es un factor importante para ayudar a la gente a creer que actúa de acuerdo a la moral, ya que si el gobierno apoya la distribución de anticonceptivos a los niños y la instrucción en su uso, aún sin consentimiento o conocimiento paterno, entonces los programas y por ende la actividad sexual premarital, serán aceptados por la población adolescente y las agencias tendrán asegurada una buena clientela". La fuerte campaña de Paternidad Planificada, la cual ha convencido a muchos padres de que es imposible exigirle a la juventud la práctica de la castidad, ha logrado que éstos acepten y hasta ayuden a promover con sus dólares de impuestos hasta incluso las clínicas en las escuelas donde se distribuyen peligrosos anticonceptivos y abortivos. Durante un Desayuno de Paternidad Planificada en Miami, el 4 de mayo 4 de 1990, en el Joseph Caleb Center, la presidenta en aquel entonces de esta organización, Faye Wattleton, dijo: "Decirle a un adolescente que diga no [a las relaciones sexuales fuera del matrimonio] es como decirle a una persona crónicamente deprimida que tenga un buen día como cura para su enfermedad mental". Y añadió: "Debemos darles a los muchachos la oportunidad de ser responsables y hacer sus propias decisiones". Cuando se les hace creer a los padres que no pueden esperar que sus hijos permanezcan castos hasta que se casen y que los valores morales de los padres "simplemente no aplican a la juventud de hoy", la tarea de Paternidad Planificada se hace mucho más fácil. Por supuesto, la culpa no recae solamente en aquellos padres que se dejaron engañar, porque ellos fueron socavados en la formación moral de sus hijos por las escuelas públicas, el gobierno, la profesión médica y los medios de comunicación.
De otra manera no podría haber ninguna posibilidad de que Paternidad Planificada estuviera dando a menores una píldora cuyos efectos colaterales potenciales incluyen ataques cardíacos, apoplejías, flebitis, tumores en el hígado y los huesos, hemorragias cerebrales, etc., sin el conocimiento o consentimiento de sus padres. No habría posibilidad alguna de que esta organización hubiera colocado un dispositivo intrauterino (DIU), tan peligroso que muchos de ellos fueron prohibidos por la Agencia de Fármacos y Alimentos de EE.UU., en el vientre de jovencitas menores de edad sin que sus padres siquiera lo supieran. Y por supuesto, no habría posibilidad alguna de que esta organización pudiera matar a los bebés de jovencitas menores de edad ni de que ellas pudieran contraer herpes genital, SIDA y otras enfermedades sexualmente transmitidas. De hecho, si los padres tuvieran idea de lo que es capaz Paternidad Planificada, es posible que esta organización hace mucho tiempo no existiera.
Paternidad Planificada, luego de pasar por alto los derechos de los padres, logró también socavar la autoridad paterna. Paternidad Planificada fue al los tribunales para privar a los padres del derecho a participar en la decisión de su hija menor de abortar o no y ganó. En el caso Paternidad Planificada v. Danforth (1976), el Tribunal Supremo falló que una jovencita menor de edad, aunque necesita consentimiento para cualquier cirugía menor o para un tratamiento médico, no lo necesita para practicarse un aborto. El padre del bebé por nacer tampoco puede impedir que éste sea abortado, aunque la madre sea su esposa, como consecuencia de esta "victoria" lograda por Paternidad Planificada. En el caso Paternidad Planificada v. Belotti (1980), a los padres se les privó del derecho a ser informados de la decisión de su hija menor de abortar, aunque un juez lo permitiera. Actualmente los padres tienen que hacerles frente a las consecuencias físicas y emocionales que pueda tener el aborto en sus hijas menores, inclusive costear el tratamiento médico, pero no se les permite tomar parte en la decisión de ellas de abortar, por lo que tienen las obligaciones pero no los derechos paternos.
¿Cuál es la ideología de Paternidad Planificada en lo que concierne las relaciones sexuales entre adolescentes? Paternidad Planificada dice que hay que ayudarlos a sentirse "cómodos con su sexualidad", no a reprimirla, por lo que promueve la "educación" sexual libre de valores morales a través del mundo entero, cuyo objetivo primordial es la promoción del uso de anticonceptivos, a lo cual Paternidad Planificada llama "relaciones sexuales responsables". Una de las prioridades de Paternidad Planificada es la apertura de clínicas en todos los colegios públicos donde se distribuyen anticonceptivos y se refiere a las jóvenes al abortero. Durante la Conferencia de Prensa del 4 de mayo de 1990 en Miami, la presidenta de Paternidad Planificada en aquel momento, Faye Wattleton, dijo que la nueva clínica que planeaba abrir dicha organización en un colegio público incluiría consejería para dar información sobre dónde obtener un aborto, y que aunque por el momento no había planes de llevarlos a cabo en dicha clínica, esa opción permanecería abierta.
Paternidad Planificada oculta la verdad a las jóvenes sobre los efectos de la píldora. En su revista Family Planning Perspectives (vol. 21, no. 2) declara que ésta no presenta riesgo alguno. El volante que distribuye Paternidad Planificada del Estado de la Florida afirma que es un mito que la contracepción es peligrosa, que los contraceptivos orales como "la píldora", "representan un riesgo muy mínimo para jóvenes menores de 18 años y que "el riesgo mayor es no impedir el embarazo".
Paternidad Planificada, fiel a su fundadora Margaret Sanger, continúa enseñando su misma ideología. A los niños les enseña que no hay "ni bien ni mal" en asuntos de sexualidad, sino que simplemente tienen que explorar todos los aspectos y tomar su propia decisión, aunque esta difiera de los principios morales que sus padres les enseñaron. Paternidad Planificada ha definido a la familia como la relación que existe entre personas que viven juntas, lo cual iguala a las relaciones homosexuales con el matrimonio. En una guía para la "educación" sexual, Paternidad Planificada dice que los valores son principios y creencias que desarrollamos pero que cambian con el tiempo, y que es importante que cada persona decida por sí misma cuáles son sus valores, sin importar lo que digan los demás. El mensaje que Paternidad Planificada transmite a los estudiantes en sus cursos de "educación" sexual, es que cada persona tiene el "derecho" a tener relaciones sexuales con cualquiera, y que el compañero depende sólo de la "preferencia sexual" de la persona. Paternidad Planificada les enseña a menores de edad en sus cursos de "educación" sexual, que los juicios y normas de moral tienen poco o nada que ver con la sexualidad.
Paternidad Planificada le hace perder el pudor a la juventud, no solo hablándole de relaciones sexuales y anticonceptivos, además de despreciar la moral, sino también a través de sus actividades. La filial de Paternidad Planificada de Washington dio un "baile al preservativo". La pista de baile fue decorada con preservativos inflados de diferentes colores y las "festividades" concluyeron con un concurso de inflar preservativos. En Miami, Estado de la Florida, la oficina de Paternidad Planificada también dio una fiesta donde distribuyó preservativos a los jóvenes asistentes y rifó discos y entradas a un concierto del grupo Menudo. (Paternidad Planificada utilizó a este grupo musical de jóvenes para producir comerciales de servicio público para radio y televisión.) En un periódico de una escuela secundaria, Paternidad Planificada anunció sus "servicios" de "consejos", dirigidos a jóvenes menores de edad, informándoles que pueden recibirlos sin que sus padres lo sepan. Paternidad Planificada utiliza la música para llegar con su mensaje hedonista. Los cantantes Tatiana y Johnny (quien formaba parte del grupo Menudo), grabaron una canción para Paternidad Planificada llamada "Cuando estemos juntos", que ha recorrido EE.UU. y Latinoamérica. Este proyecto para "comunicar la planificación familiar" a los jóvenes fue costeado por los servicios de población de la Universidad John Hopkins y la canción se transmite en un número de países hispanos, acompañada de un mensaje de la filial local de la IPPF. Tatiana Palacios también dio una charla en el último congreso de Paternidad Planificada en Brasil, sobre cómo comunicar la "planificación familiar" a través de la música.
Como dijimos anteriormente, Paternidad Planificada socava la autoridad paterna. Un libro de Paternidad Planificada, que se utiliza en las escuela públicas de EE.UU. y que se titula The Perils of Puberty, dice: "Hay ciertas cosas sobre las cuales tú no deseas hablar con tus padres". Un anuncio de Paternidad Planificada en Dallas, Téxas decía: "Si tus padres son tan estúpidos que no te dejan obtener anticonceptivos, llama a Paternidad Planificada". Por supuesto, Paternidad Planificada no se preocupa de informar a los jóvenes respecto a los beneficios emocionales y morales de la castidad (la cual no le produce dinero a Paternidad Planificada), sino que les proporciona píldoras y otras drogas y artefactos anticonceptivos y abortivos, y les sugiere que tengan relaciones sexuales "responsables", es decir, sin hijos por medio del uso de anticonceptivos.
Paternidad Planificada es la asociación miembro en EE.UU. de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), que se describe a sí misma, irónicamente, como una institución dedicada a los derechos humanos que "comenzó con un movimiento para liberar a las mujeres de tener demasiados hijos". La IPPF se fundó para proporcionar un vínculo internacional a las actividades de Paternidad Planificada.
Al igual que Paternidad Planificada de EE.UU., la IPPFF presenta una falsa imagen al público. Las ramas de la IPPFF, especialmente en los países hispanos, quieren dar la apariencia de ser benefactores de la familia, por lo que han adoptado nombres como "Asociación Pro Bienestar de la Familia Ecuatoriana", "Asociación Argentina de Protección Familiar", "Sociedad Civil de Bienestar Familiar en Brazil", etc. Todas estas asociaciones tienen los mismos objetivos de la IPPF y trabajan para lograr políticas demográficas y servicios de "planificación familiar" gubernamentales.

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