4. La ideología del Birth control

El llamado Birth Control surge del neomaltusianismo, pero en la forma y en el exterior más suave y más apacible, contemporizador con las exigencias y convenciones sociales, que acudirá al contrato legal para asegurar los apetitos más bajos y que conservará el matrimonio como algo equivalente al amor libre mediante un régimen de voluntaria esterilidad.
1925: "Militantes" de la Liga pro Control de la Natalidad, vendiendo la "Birth Control Review" en Atlantic City, New Jersey, ciudad de casinos y de prostitución en la costa atlántica. Imagen simbólica del movimiento de Margaret Sanger: una burguesía libertina que se cree la raza superior y quiere eliminar a los pobres imponiéndoles el control de la natalidad. La célebre Mary Stopes fundó en Londres el año 1922 la llamada “Society for construtive Birth Control anda racial progress”, “Sociedad para la reglamentación constructiva de los nacimientos y progreso social” para estudiar y propagar los medios científicos de limitación de la natalidad. Para ello publicó multitud de folletos y de libros y la revista “Birth Control News”; y fundó la “The Mothers Clinic”, con el fin de instruir gratuitamente a las mujeres casadas en los medios anticonceptivos.
El movimiento era verdaderamente arrollador y el 28 de abril de 1926 la propia Cámara de los Lores aprobó por mayoría la proposición de Lird Buckmaster, en las que se demandaba autorización del Gobierno para enseñar el Birth Control en los Welfare Centres, es decir, en los Servicios iniciales de protección a la maternidad; semejante moción fue, sin embargo, desechada en la Cámara de los Comunes.
Ya antes, en el año 1914, había fundado en los Estados Unidos la “American Birth Control League” Margaret Sanger, para instruir a la opinión en sus doctrinas, para enseñar medios profilácticos y para lograr su reconocimiento legal.
El año 1916, la misma Margaret Sanger estableció en Nueva York una clínica de Birth Control, que, cerrada en un principio por la autoridad gubernativa, comenzó a funcionar en realidad el año 1921.
La propaganda traspasó las fronteras de Inglaterra y de los Estados Unidos, llegando a invadir Holanda, Suecia y Alemania y las naciones de oriente, al extremo de que, a la quinta conferencia de neomaltusianismo y Birth Control, celebrada en Londres el año 1922, mandaron representación hasta doce Estados, siendo el de veintitrés el número de delegados de América; y al sexto congreso, tenido en Nueva York el año 1928, concurrieron unos seiscientos delegados, que representaban a dieciséis países.
También es digna de mención a este respecto la “Voluntary Parenthood league”. Liga de padres voluntarios”, fundada el año 1919 por Denté, para propagar las teorías anticoncepcionales entre el pueblo y para conseguir la abolición de la ley Comstock, ley dada en Estados Unidos el año 1873, que prohibía terminalmente el tráfico de publicaciones y medios anticonceptivos.
Es, pues, el Birth-Control un movimiento de potente organización, sobre todo en los países de habla inglesa, que tiene a su servicio una abundante literatura, gran número de revistas y propagandistas entusiastas.
El Dr. Raoul de Guchteneere resume de este modo los argumentos con que defienden su doctrina los partidarios del Birth-Control:

“La limitación voluntaria de los nacimientos es necesaria para salvaguardar la salud, dignidad y vida de la mujer, seriamente comprometida por repetidos embarazos que no se desearon; con ello decrecerán las enfermedades y a la elevada mortalidad infantil debidas a la existencia de familias numerosas (argumento médico).
Ya que las clases menos interesantes de la población y de la sociedad se multiplican tan rápidamente, mientras que las más superiores lo hacen con extrema lentitud, se impone la restricción de la natalidad para restablecer el equilibrio, asegurar el provenir de la raza y desgravar a la sociedad de la multitud de indeseables que sobre ella pesan (argumento eugenésico).
Las familias numerosas se alían frecuentemente con la pobreza. Sólo el Birth-Control puede luchar eficazmente contar la miseria de las clases trabajadoras. Reduciendo la natalidad, aumentará su bienestar y les otorgará aquella parte de felicidad a la que tienen perfecto derecho (argumento económico).
El Birth Control tiende a acrecentar el bienestar del individuo y de la sociedad; él corrobora los lazos conyugales y disminuye los abortos; él rehabilita la salud y dignidad de la mujer; él, en fin, sirve eficazmente a los primordiales intereses de la sociedad y de la raza; lógicamente puede concluirse de aquí que el Birth-Control es moral y recomendable (argumento moral)”.

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