tag:blogger.com,1999:blog-32884955663403118092024-03-05T16:08:57.410-08:00El control de la natalidadUnknownnoreply@blogger.comBlogger20125tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-57628795443256945932009-04-28T13:16:00.000-07:002013-01-16T07:10:10.825-08:00Historia del movimiento anti-vida y del control de la población<div align="right">
<em><span style="color: #660000; font-size: 85%;">"¿Demasiados niños...? Sería como decir que hay demasiadas flores". </span></em></div>
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<em><span style="color: #660000; font-size: 85%;">Madre Teresa de Calcuta</span></em></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQNEZayqHw2YQZ3TYdKFcZWPMQv5qSVuZ5sJglKTFhnB2VQcupNlWSEy3JrVnate96aGqWfwRcQaAbi8TEj0XieUDE26Yz26gJbJHDqhFiDImMGYXVAYpdCHnLbLS492z5dKLRL6nUBQo/s1600-h/AbortionHistory.jpg"><img alt="" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQNEZayqHw2YQZ3TYdKFcZWPMQv5qSVuZ5sJglKTFhnB2VQcupNlWSEy3JrVnate96aGqWfwRcQaAbi8TEj0XieUDE26Yz26gJbJHDqhFiDImMGYXVAYpdCHnLbLS492z5dKLRL6nUBQo/s400/AbortionHistory.jpg" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5332487787307011746" style="display: block; height: 169px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a>Algunos de los movimientos feministas que surgen a principios del siglo XX, inspirados en las doctrinas materialistas de Marx y de Engels plantearon la <strong>promiscuidad sexual</strong> y el <strong>"amor libre"</strong> como un objetivo "emancipador", y para evitar los hijos promovieron campañas de anticoncepción y educación sexual. Mujeres como <strong>Margaret Sanger</strong> y <strong>Marie Stopes</strong> promoverán campañas anticonceptivas y abortistas y hablarán también de la homosexualidad femenina. La intención eugenésica y racista de las mismas es clara.<br />
Margaret Sanger fue la precursora norteamericana de los movimientos feministas, luchó por la imposición del control de la natalidad, el uso libre de anticonceptivos y el fomento del aborto.<br />
Nacida entre la clase trabajadora irlandesa (1879-1966), y formada junto a socialistas revolucionarios como <strong>Eugene Debs</strong>, <strong>Emma Goldman</strong> (agitadora feminista), Francisco Ferrer, etc., cuya “teología” se fundaba en los escritos de <strong>Ellen Key</strong>, feminista sueca, sobre <strong>Nietzsche </strong>con su moralidad subjetiva y sobre el eugenismo. Para ella, <em>“el lecho matrimonial es la influencia más deletérea del orden social”</em>, la maternidad es una esclavitud, y la sexualidad fuera del matrimonio, algo imprescindible.<br />
En su libro titulado <strong><em>“El eje de la civilización”</em></strong> (<em>The pivot of civilization,</em> 1922), Sanger pide la eliminación de la <em><strong>"cizaña humana" y la esterilización de las "clases genéticamente inferiores".</strong></em></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-63184972857673848582009-04-28T13:12:00.000-07:002013-01-16T07:08:58.140-08:001. Margaret Sanger: la precursora del antinatalismo<div align="right">
<em><span style="color: #660000; font-size: 85%;">"Más hijos para los capacitados; menos hijos para los incapacitados, ésa es la esencia del control de la natalidad". Margaret Sanger (Edición de mayo de 1919 del Birth Control Review).<br />“El dragón se puso delante de la mujer en trance de dar a luz, para devorar al hijo tan pronto como le diera a luz” Apocalipsis, 12, 4</span></em></div>
<em><span style="color: #660000; font-size: 85%;"></span></em><br />
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<img alt="" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5arwdkAPujgID3tlzR0DmVGOsRMVVhKOgqBffDZrv8WH-Aq5yW2hVg3EN8k1eRVCsTdJxM1e2ztIZbVnoP3bSbq0xmyKKzEMv3YsYDVwGXdj7QRYosNK9KN0te_RQY-QEqV_SX8_ykdI/s400/margaret_sanger.jpg" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329838229347278066" style="float: right; height: 400px; margin: 0px 0px 10px 10px; width: 292px;" /><strong>Margaret Sanger</strong> fue la precursora norteamericana de los movimientos feministas, luchó por la imposición del control de la natalidad, el uso libre de anticonceptivos y el fomento del aborto.<br />
Nacida entre la clase trabajadora irlandesa (1879-1966), Margaret fue testigo de cómo su madre moría, lentamente, luego de 18 embarazos y de 11 alumbramientos. Mientras trabajaba como enfermera practicante con mujeres de clase media, en uno de los barrios más pobres de Nueva York, antes de la Primera Guerra, vio lo que llamó <em>“mujeres denigradas en su salud, corrompidas en su sexualidad y en su capacidad de cuidar a sus hijos ya nacidos”.</em><br />
Formada junto a socialistas revolucionarios como Eugene Debs, Emma Goldman (agitadora feminista), Francisco Ferrer, etc., cuya “teología” se fundaba en los escritos de Ellen Key, feminista sueca, sobre Nietzsche con su moralidad subjetiva y sobre el eugenismo. Para ella, <em>“el lecho matrimonial es la influencia más deletérea del orden social”,</em> la maternidad es una esclavitud, y la sexualidad fuera del matrimonio, algo imprescindible.<br />
En su libro titulado <strong><em>“El pivote de la civilización”</em></strong> (1922), Sanger pide la eliminación de la <em>"cizaña humana" y la esterilización de las "clases genéticamente inferiores".</em>Fundó un periódico propio llamado <strong><em>"La Mujer Rebelde";</em></strong> (1914) donde escribió una serie de artículos llamados <em>"Lo que cada mujer debería saber".</em> A través de clínicas de barrio repartían a las mujeres elementos de control de la natalidad. Su clínica, instalada en 1916, tuvo 464 pacientes durante los primeros nueve días, hasta que fue arrestada. Un año permaneció en Europa, a fin de evitar condenas por "actos criminales severos". De regreso a Estados Unidos, Sanger continuó dando un empuje legal a su cruzada e inició una campaña social fundando una consejería sexual: la <strong>"Liga Americana para el Control de la Natalidad"</strong> (que se denominó, en 1942, <strong>"Federación de la Paternidad Planificada"</strong>). La primera clínica establecida por Sanger se encontraba en una zona pobre de Nueva York, donde vivían inmigrantes judíos y latinos, y fue financiada por personas del movimiento eugenésico. </div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSzXgAosWibD5it9QqWMTwYDVnnXVJCQmBtAOozk6mpETC5N9QlrV9KS2nNcAWInxdMb_NhTPK_15Wx94gh4PYiFyVQ9Xo1aw9kgzvW-gUxT_eIYVOcHMNQ1JGbQ2eqfTJwhpNs_-umXI/s1600-h/main_sanger.jpg"><img alt="" border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSzXgAosWibD5it9QqWMTwYDVnnXVJCQmBtAOozk6mpETC5N9QlrV9KS2nNcAWInxdMb_NhTPK_15Wx94gh4PYiFyVQ9Xo1aw9kgzvW-gUxT_eIYVOcHMNQ1JGbQ2eqfTJwhpNs_-umXI/s400/main_sanger.jpg" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329838330037856322" style="float: right; height: 250px; margin: 0px 0px 10px 10px; width: 376px;" /></a>En una carta escrita en 1939 a Clarence Gamble, Sanger propuso un plan para promover el control de nacimientos entre los negros. Es interesante hacer notar que Gamble, que heredó una parte de la fortuna de la empresa <em>«Procter and Gamble»,</em> fundó posteriormente la organización <strong>«Pathfinder International»,</strong> que sigue siendo sumamente activa en campo del control demográfico. En 1995 esta organización contó con un presupuesto de unos 43 millones de dólares. De esta cifra, el 92,5% procede de fondos destinados por el gobierno de los Estados Unidos.<br />
En los años 1943 y 1945, se pueden encontrar en los documentos de «<strong>Planned Parenthood»</strong> afirmaciones a favor de la eugenesia como instrumento necesario para evitar el nacimiento de niños que podrían convertirse en un peso para la sociedad.</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-29712572101112147022009-04-28T13:10:00.000-07:002009-05-04T01:08:28.512-07:001.1. Margaret Sanger y el control de la natalidad<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmeEJKzWtXv7svffkYiykqPSpi-exg3FZawnMZztBNQ9Gvh2Pmq2CCbQOlU3AwP43ysn_-Z1ybvRwBoG5_yQKF7N2MnflokfDICdROwpUr8Ij7F97aIK2syNBYVmsH_uXy_mxYKdBk33I/s1600-h/be048798.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329837575489307106" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 301px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmeEJKzWtXv7svffkYiykqPSpi-exg3FZawnMZztBNQ9Gvh2Pmq2CCbQOlU3AwP43ysn_-Z1ybvRwBoG5_yQKF7N2MnflokfDICdROwpUr8Ij7F97aIK2syNBYVmsH_uXy_mxYKdBk33I/s400/be048798.jpg" border="0" /></a><strong>Margaret Sanger,</strong> hija de Michael Hennessey Higgins y Anne Purcell Higgins, nació el 14 de septiembre de 1879 en Corning, Nueva York. Margaret, que posteriormente se convertiría en la fundadora de <strong>Planned Parenthood</strong>, tenía diez hermanos, tres chicas y siete chicos. Además de eso, la madre de Margaret tuvo siete abortos.<br />Mientras que su madre conservó, aunque de forma callada, una profunda fe católica, el padre de Margaret fue para ella la influencia omnipresente en sus años más tempranos. En palabras de Margaret, Michael Higgins era un <em>“inconformista de la cabeza a los pies”</em>. Era un socialista y librepensador al que le hervía la sangre al ver el tratamiento que recibían los más pobres y que se mostraba receloso de la religión organizada, especialmente del catolicismo. De ahí que no permitiese a su esposa ir a Misa o instruir a los niños en la fe. Irónicamente, se ganaba la vida “esculpiendo ángeles y santos a partir de enormes bloques de mármol blanco o granito gris para las tumbas de los cementerios”. Pero como su apoyo a determinadas causas políticas (en particular, la defensa de un impuesto único sobre la tierra) supuso una ofensa para los católicos, además de que invitó a un conocido crítico del cristianismo ortodoxo a hablar en Corningm perdió buena parte de su negocio, de modo que hacer frente a las necesidades de su siempre creciente familia se le hizo cada vez más difícil. Su carácter poco previsor no hizo más que agravar esta dificultad: con frecuencia empleaba el dinero necesario para la casa en sus causas favoritas, como cuando utilizó todo el dinero destinado a pagar el carbón del invierno para un banquete en honor del reformador social Henry George.<br />En su autobiografía, Sanger deja claro cuáles fueron las impresiones de su infancia que tuvieron más influencia sobre ella de cara a su posterior cruzada por el control de la natalidad. En sus recuerdos de Corning, <em>“las familias grandes eran algo asociado con la pobreza, los trabajos más duros, el paro, el alcoholismo, la crueldad, las peleas y las cárceles; las familias pequeñas lo estaban con la limpieza, el placer, la libertad, la luz , el espacio, el sol”</em>:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Los padres de las familias pequeñas poseían sus casas en propiedad; en ellas, madres de aspecto juvenil tenían tiempo para jugar al croquet con sus maridos por las tardes en sus cuidados jardines. Sus ropas tenían estilo y encanto y estaban rodeadas por la fragancia de su perfume. Caminaban en sus expediciones para ir de compras con sus hijos de la mano, los cuales a todas luces disfrutaban positivamente de su derecho a vivir. Para mí, la distinción entre felicidad e infelicidad en la infancia estaba entre las familias pequeñas y las familias grandes, más que entre la riqueza y la pobreza”.<br /></span></em><br />Como se ha mencionado ya, todo lo que pudo hacerse con respecto a la educación religiosa de Margaret se hizo furtivamente, bajo la sombra de su padre librepensador. Su madre, Anne, no se atrevía a ir a la iglesia contra los deseos de su marido, pero la joven Margaret en ocasiones se escabullía para ir cuando su padre estaba trabajando fuera de la ciudad. No fue bautizada hasta el 23 de marzo de 1893, a los trece años; también en secreto recibió la Confirmación un año después, en julio de 1894. Pero como las opiniones que su padre tenía con respecto al catolicismo eran bien conocidas, no se sintió precisamente bienvenida en la Iglesia.<br />Margaret dejó Corning para ir al Claverack Collage, que era un instituto de enseñanza secundaria en régimen de internado. Allí conoció a Corey Alberson, con el cual se comprometió en secreto; no obstante, en lugar de consumar el compromiso casándose, optaron por un “matrimonio a prueba”.<br />Margaret no llegaría a finalizar sus estudios. Su padre se la llevó de vuelta a casa porque su madre estaba muriéndose. En contra de sus convicciones, Michael Higgins permitió que un sacerdote le administrase los últimos sacramentos el 31 de marzo de 1899. <em>“Mi Cielo comienza esta mañana”,</em> respondió la madre de Margaret después de recibir el último sacramento. Margaret, que nunca se sintió especialmente cercana a su madre, permaneció de pie a un lado sin experimentar emoción alguna.<br />A Margaret no le agradó tener que dejar la escuela para volver a casa, lo cual provocó que en lo sucesivo tuviese constantes peleas con su padre, al que acusaba de haber matado a su madre. <em>“Sólo tenía cuarenta y nueve años cuando murió. Pero esos dieciocho embarazos a ti no te afectaron en absoluto”,</em> le gritaba. Muy pronto, Margaret volvería a dejar Corning, esta vez para siempre.<br />Acabó recalando en White Plañís, Nueva Jersey, trabajando como aprendiz de enfermera en un hospital. Allí, en una fiesta con los compañeros de trabajo, conoció a un joven arquitecto, William Sanger, que inmediatamente se enamoró de ella. William no escatimó gasto alguno en cortejar a Margaret. Ella por su parte se sintió atraída tanto por él como por sus ideas radicales: era un anarquista, incluso más firmemente contrario que su padre a toda religión organizada. Se casaron después de que William literalmente se la llevase en un coche de caballos en el calor del agosto de 1902 para ponerla, sorprendida y molesta, ante un clérigo y dos testigos que los aguardaban. Se sintió a la vez airada por el atrevimiento y muy feliz por encontrarse casada.<br />Poco después la pareja se trasladó a Nueva York y seguidamente a Hastings. Pronto llegarían tres bebés: Stuart, en 1903; Grant, en 1908 y Peggy, en 1911. Margaret era una madre poco atenta, que se mostraba afectuosa con su hijos pero a quien la vida del hogar le aburría. Como ha subrayado su biógrafa Madeline Gray, <em>“le encantaba abrazar y besar a sus hijos, pero responsabilizarse de ellos era otra cosa distinta”.</em> Compartía con su marido la pasión por las causas políticas radicales, incluyendo el anarquismo, de modo que los jóvenes esposos frecuentemente o bien se encontraban fuera u organizaban fiestas en casa. Claramente, todo eso dejaba poco tiempo para los niños. En palabras de Gray: <em>“por lo general, Margaret prácticamente no sabía qué les podía estar pasando a sus hijos. Cuando por cualquier motivo tenía que ocuparse de ellos afirmaba tener un ataque de una misteriosa “enfermedad nerviosa”, y se aferraba a la primera oportunidad para salir de casa”.</em> Más que ocuparse de sus hijos, como su propia madre se había ocupado abnegadamente de ella y de sus hermanos, <em>“Margaret normalmente se encontraba fuera, en algún otro lugar, dejándolos a cargo de los vecinos o de cualquiera que tuviese a mano”.</em><br />El tiempo que dedicó a frecuentar los círculos radicales le puso en contacto con el <strong>movimiento por el control de la natalidad,</strong> y en 1911 ya se encontraba dando conferencias y escribiendo sobre la necesidad de la contracepción. Al igual que su padre, la situación de los trabajadores pobres – las terribles condiciones en que vivían y trabajaban – le inspiró una vibrante indignación que impulsó su deseo de promover distintas causas socialistas. También descubrió que participar en las discusiones de los radicales le resultaba mucho más interesante que la maternidad. Precisamente en esas discusiones fue introducida al movimiento del <em>“amor libre”</em> por Emma Goldman. Aunque William Sanger era un radical, esto no podía aceptarlo. A juzgar por sus acciones posteriores, a todas luces Margaret pensaba de manera distinta.<br />Durante este tiempo, Margaret abandonó su completa inmersión en la política radical y volvió a dedicarse a la enfermería, concentrándose en el trabajo como matrona. Trabajando para la <em><strong>Asociación de Enfermeras a Domicilio de Nueva York</strong></em>, visitó zonas sumidas en la pobreza para ayudar a las mujeres a dar a luz. En el verano de 1912 presenció cómo una mujer llamada Sadie Sachs fallecía a causa de un aborto inducido. Según Sanger, la mujer había solicitado tres meses antes que le facilitasen algún tipo de contraceptivo. Este suceso fue para ella un punto de inflexión. <em><span style="color:#660000;">“Me fui a la cama esa noche, sabiendo que no importaba cuánto me costase, ya se había acabado de paliativos y curas superficiales; estaba decidida a buscar la raíz del mal, a hacer algo para cambiar el destino de unas madres cuyas miserias eran tan vastas como el cielo”.<br /></span></em>O eso es lo que ella le gustaría que creyésemos. Si bien la imagen de Sachs claramente tuvo algo que ver en su defensa del control de la natalidad, pronto veremos cómo otros dos aspectos de su pensamiento se dibujan como causas más importantes en su cruzada para el control de la natalidad: la liberación del deseo sexual y la nueva ciencia de la eugenesia.<br />William Sanger fue hundiéndose más y más conforme su esposa propugnaba cada vez más abiertamente las maravillas de la libertad sexual. Él y Margaret asistían a las <em>Veladas Nocturnas</em>, así se llamaban, que se celebraban en el salón de la casa de Greenwich Village propiedad de la rica divorciada Mabel Dodge. Allí los intelectuales del Village se reunían para discutir las últimas ideas radicales, normalmente en torno al tema que Dodge fijaba para cada velada.<br />Pronto Margaret fue bien conocida por sus opiniones con respecto a la sexualidad. Dodge comenta: <em><span style="color:#660000;">“Fue ella la que nos introdujo a todos a la idea del control de natalidad, que, junto a otras ideas relacionadas con el sexo, se convirtió en su pasión (…) Fue la primera persona que conocí que se mostraba como una abierta y ardiente propagandista de los gozos de la carne”.<br /></span></em>Pero Margaret no se limitaba a predicar una teoría. En el verano de 1913, durante el curso de su visita a la promotora del amor libre Emma Goldman, tuvo una relación sentimental que, según confesó a un confidente, “verdaderamente me liberó”. William lo descubrió y montó en cólera, igual que se enfureció al ver cómo los niños habían sido abandonados a su suerte. Como relató su hijo Grant: <em><span style="color:#660000;">“Madre raramente se encontraba en casa. Se limitaba a dejarnos con cualquiera que tuviese a mano, y se iba corriendo a no sabemos dónde”.</span></em> William decidió que una segunda luna de miel en París podría reconstruir el matrimonio, a la vez que proporcionarle una oportunidad de arrojarse en brazos de su pasión por la pintura. Allí permanecerían seis meses.<br />En Europa, a Margaret pudo encontrar disponibles muchos métodos de contracepción y, cuando sólo llevaban allí un mes, insistió en volver a América para difundir la información. William quería seguir en Europa. Margaret se llevó a los niños y zarpó sin él.<br />Muy pronto William oyó el rumor de que ella se había buscado otro amante. No le hizo gracias en absoluto la sugerencia de su esposa de que él también se buscase una concubina. El marido anarquista se sentía profundamente disgustado ante el hecho de que su esposa abrazase con tanto entusiasmo una posición anarquista en lo que hacía a la sexualidad.<br /><br /><strong><span style="color:#cc0000;">La mujer rebelde</span></strong><br /><br />En esa época Margaret dedicó sus considerables energías a escribir, comenzando con la publicación en 1914 de <strong><em>The Woman Rebel</em></strong> (la mujer rebelde), un periódico presidido en su cabecera por el lema: <em>“¡No hay dioses! ¡No hay amos!”.</em> En él Sanger clamaba contra los males del capitalismo y de la religión y cantaba los beneficios de la contracepción. Durante este época se agudizó su rebelión contra el matrimonio. Cuando William se quejó desde París de que había oído más rumores, le informó de que necesitaba mantener relaciones sexuales para relajarse y le dijo que a diferencia de él, que era capaz de observar la continencia, ella era incapaz.<br />En este punto, nadie podría haberla acusado de hipocresías. Su actitud y su comportamiento eran perfectamente acordes con los artículos de la doctrina que ella misma había definido y que proclamó en <em>The Woman Rebel:</em> <em><span style="color:#660000;">“El deber de la mujer es mirar al mundo cara a cara, con una mirada en los ojos que diga “vete al infierno”, tener ideales, hablar y actuar desafiando las convenciones”.</span></em> En lo que constituyó un presagio de su influencia como arquitecto de la <strong>Cultura de la Muerte, </strong>también afirmó: <em>“las mujeres rebeldes reclaman los siguientes derechos: el derecho a la pereza. El derecho a ser madre soltera. El derecho a destruir. El derecho a crear. El derecho a vivir y el derecho a amar”.</em> A finales de 1914, su enfrentamiento con las autoridades en lo tocante a su promoción del control de la natalidad y de sus ideas anarquistas había llegado a un extremo tal, que tuvo que huir a Europa para evitar ser llevada a juicio. Dejó atrás a sus hijos y a su marido (que para entonces había vuelto e Estados Unidos). A mediados de diciembre escribió a William dando, según sus palabras, <em>“por finalizada una relación de más de doce años”. </em>Tres años después le pediría el divorcio, proceso que llevaría otros cuatro años antes de hacerse oficial.<br />Durante el año que pasó en el exilio, se dedicó afanosamente a recopilar más información sobre el control de la natalidad de las fuentes europeas y se sentó a los pies del gran “sexólogo” <strong>Havelock Ellis,</strong> al cual reverenciaba como una especie de profeta científico-sexual (Sanger se refería a él llamándolo “el Rey”). También haría de él su amante, lo cual molestó tanto a la esposa de Ellis, Edith, que intentó suicidarse varias veces; murió por un coma diabético provocado por su quebrantada salud.<br />Su relación con Ellis no sería en absoluto la última. El anarquista Lorenzo Portet, Johann Goldstein, Hugo de Selincourt, el magnate del aceite Tres en Uno J. Noah Slee (con quien posteriormente se casaría por su dinero y al que obligó a firmar un acuerdo prenupcial que le otorgaba completa libertad sin preguntas), H.G. Wells, Herbert Simonds, Harold Chile, Angus MacDonald, Hobson Pitman, y muchos otros cuyos nombres se han perdido para los biógrafos: todos fueron sus amantes. Ése fue el patrón de toda su vida. Ya anciana, puso por escrito el siguiente consejo para su nieta de dieciséis años: <em><span style="color:#660000;">“Besarse, manosearse e incluso mantener relaciones plenas es algo bueno mientras sea sincero. Nunca he besado a nadie sin ser sincera. Por lo que hace a las relaciones sexuales, te diría que tres veces al día es más o menos lo adecuado”.<br /></span></em><br /><strong><span style="color:#cc0000;">Control de la natalidad y “amor libre”</span></strong><br /><br />No le satisfacía actuar siguiendo sólo su voraz e ilimitado deseo sexual, así que racionalizó su sexualidad de acuerdo con una teoría evolutiva bastante singular. Según Sanger, <strong>el deseo sexual era un impulso dinámico biológico que llevaba la evolución más allá de la simple supervivencia de los más aptos y hasta el desarrollo del genio. </strong>Pero el camino sexual hacia el genio se enfrentaba a obstáculos, porque “los dogmas éticos del pasado, no menos que los científicos, pueden bloquear el camino hacia la verdadera civilización”. Pero la verdadera ciencia pronto traería la liberación.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“La psicología está empezando a reconocer las fuerzas ocultas en el organismo humano. En el largo proceso de adaptación para la vida social, los hombres han tenido que mantener a raya los deseos y los impulsos que nacen de esas energías internas, de las cuales los más grandes y los más imperiosos son el sexo y el hambre”. Margaret Sanger. The pívot of civilization.<br /></span></em><br />Mientras que “el hambre (…) ha dado lugar a “la lucha por la existencia”, (…) la gran fuerza del sexo ha desempeñado un papel no menos fundamental, no menos imperativo, no menos incesante en su dinámica energía”. La importancia del sexo, por lo tanto, no era primariamente la procreación (como piensan la mayoría de los pensadores evolucionistas); el sexo “es la fuerza evolutiva que crea el genio”:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“La ciencia moderna nos enseña que el genio no es una especie de misterioso don de los dioses (…) ni (…) el resultado de una condición patológica y degenerada (…) Más bien se debe a la remoción de las inhibiciones fisiológicas y psicológicas y de las restricciones, que hace posible la liberación y el encauzamiento de las energías internas primordiales del hombre, llevándolas a su expresión plena y divina. La remoción de esas inhibiciones, así nos aseguran los científicos, hace posible unas percepciones más rápidas y profundas: tan rápidas, de hecho, para el ser humano ordinario que parecen prácticamente instantáneas o intuitivas”. Margaret Sanger. The pívot of civilization.<br /></span></em><br />No hace falta decir que Sanger entendía que el cristianismo había cegado la fuente del genio humano. Sin embargo, para Sanger, aún había lugar para la esperanza:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“De forma lenta pero segura estamos derribando los tabúes que rodean al sexo; los estamos derribando impulsados por la pura necesidad. Los códigos que han rodeado al comportamiento sexual en las llamadas comunidades cristianas, las enseñanzas de las Iglesias relativas a la castidad y a la pureza sexual, las prohibiciones de las leyes y las convenciones hipócritas de la sociedad han manifestado su fracaso como salvaguardas frente al caos y los estragos producidos por el hecho de no reconocer el sexo como una fuerza motora de la naturaleza humana: una fuerza tan grande, o incluso más grande, que el hambre. Su energía dinámica es indestructible. Puede ser trasmutada, refinada, dirigida, incluso sublimada; pero ignorar, descuidar, o negarse a reconocer esta gran fuerza elemental no es nada más que necedad”.<br /></span></em><br />De hecho, en un curioso giro de su razonamiento, Sanger afirmaba que la insistencia cristiana en la virtud era la verdadera causa del vicio: <em><span style="color:#660000;">“De las políticas indiscutidas de la continencia, la abstinencia, la “caridad” y la “pureza”, sólo hemos recogido las cosechas de la prostitución, las enfermedades venéreas y otros innumerables males”.</span></em> Para Sanger, la antigua visión de la sexualidad, “inculcada sobre la base de una moralidad convencional y tradicional y de la respetabilidad de las clases medias (…) es una pérdida de tiempo y de esfuerzo”. La moralidad convencional y tradicional y la respetabilidad de la clase media debían ser expulsadas de la cultura, para introducir a continuación una nueva manera de entender la sexualidad.<br />“El mayor problema, que es el que debemos afrontar en primer lugar, es la abolición de la vergüenza y el miedo al sexo”, lo cual exige una reeducación. “Debemos enseñar a los hombres el poder arrasador de esta radiante fuerza (…) A través del sexo, la humanidad puede llegar a la gran iluminación espiritual que transformará el mundo, que iluminará el único camino que conduce al paraíso en la tierra. Sólo así debemos de forma necesaria e inevitable concebir la expresión sexual”. Para Sanger, la liberación de la sexualidad de toda restricción se convirtió en una especie de objetivo religioso que presidía su visión mundana del paraíso, según la cual “los hombres y las mujeres no malgastarán sus energías” en la creencia cristiana “de las vagas fantasías sentimentales de la existencia extramundana”, sino que se darán cuenta de que aquí en la tierra, en una utopía sexual creada por ellos mismos, encontraremos “nuestro paraíso, nuestra morada permanente, nuestro cielo y nuestra eternidad”. Por supuesto, en tal paraíso habría una gran necesidad de controlar la natalidad.<br /><br /><strong><span style="color:#cc0000;">Control de la natalidad y eugenesia</span></strong><br /><br />Pero debemos tener claro que la liberación del deseo sexual no fue la única razón por la que Sanger promovió el control de la natalidad. Sanger veía el control de la natalidad como una solución eugenésica que ayudaría a eliminar <strong>“el peso muerto de basura humana”.</strong> Del mismo modo que para ella de la sexualidad podía surgir el genio, sus argumentos eugenésicos también se expresaban en términos evolucionistas:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“En la historia temprana de la raza, la llamada “ley natural” (es decir, la selección natural) reinaba sin interferencias. Bajo su inmisericorde regla de hierro, sólo los más fuertes, los más valientes, podían vivir y convertirse en progenitores de la raza. Los débiles, o morían tempranamente o eran muertos. Hoy, sin embargo, la civilización ha aportado la compasión, la pena, la ternura y otros sentimientos elevados y dignos, que interfieren con la ley de la selección natural. Nos encontramos en una situación en la que nuestras instituciones de beneficencia, nuestros actos de compensación, nuestras pensiones, nuestros hospitales, incluso nuestras infraestructuras básicas, tienden a mantener con vida a los enfermos y a los débiles, a los cuales se les permite que se propaguen y, así, produzcan una raza de degenerados”. Margaret Sanger, Birth control and women´s health, diciembre de 1917.<br /></span></em><br />En contra de lo que a <strong>Planned Parenthood</strong> le encantaría que creyésemos, la eugenesia no era un tema marginal para Sanger, ni simplemente obedecía a que fuese una mujer de su tiempo. Por el contrario, fue algo absolutamente esencial para su concepción y propagación del control de la natalidad.<br />En 1917 Sanger fundó <strong><em>The birth control review</em></strong> que, si bien no tenía un tono tan radical como el Rebel, estaba igualmente plagada de los argumentos más poderosos y crudos a favor de la eugenesia. Uno de los lemas favoritos de Sanger, con los que adornaba la cabecera de la revista, era <em><strong>“Control de la natalidad: crear una raza de purasangres”</strong></em> (el lema dejó de utilizarse y fue sustituido por el más digerible: <strong><em>“Bebés por elección, no por azar”).</em></strong><br />Para Sanger, “el problema más urgente hoy día es cómo limitar y disuadir el exceso de fertilidad de los mental y psicológicamente tarados”. De hecho, “posiblemente los métodos drásticos y espartanos podrían imponerse por la fuerza a la sociedad norteamericana si ésta continúa de forma complaciente promoviendo la procreación irresponsable, resultado de nuestro estúpido y cruel sentimentalismo”. Pívot of civilization.<br />Para contrarrestar los efectos supuestamente perniciosos de tal “estúpido y cruel sentimentalismo”, Sanger proponía el control de la natalidad como el antídoto compasivo, una medicina que impulsó con fervor, movida especialmente por su miedo y su horror ante la gran ola de individuos de “mentes débiles” que entendía que estaban encenagando la población y haciendo a la humanidad descender a niveles inferiores en la escala evolutiva. “No cabe más que un programa práctico y factible para enfrentarse al gran problema de los incapaces: evitar el nacimiento de los que podrían transmitir la imbecilidad a sus descendientes”. Si rechazamos o ignoramos este aviso profético, la civilización “se enfrentará al problema siempre creciente de la imbecilidad, ese fértil origen de la degeneración, el crimen y el pauperismo”.<br />No cabía otra solución para la degeneración, el crimen y el pauperismo, y especialmente no servía recurrir a la filantropía tradicional, pues no atacaba la raíz del problema: la fertilidad de los incapaces, con lo cual promovía “la perpetuación de los defectuosos, los delincuentes y los dependientes. Éstos son los elementos más peligrosos de la comunidad mundial, la maldición más devastadora frente al progreso y la expresión humana”. La filantropía de Sanger no perpetuaría “el peso muerto de la basura humana”, sino que aplicaría inmediatamente medios eugenésicos para eliminar el problema. Las mujeres y los hombres incapaces serían separados a la fuerza y obligados a vivir sin contacto sexual “durante los años reproductivos”. Si eso fallaba, la sociedad podía recurrir a medidas más drásticas. Como Sanger afirmó abiertamente, en tales circunstancias “nos decantaremos por la política de la esterilización inmediata, para asegurarnos de que la paternidad es algo absolutamente prohibido para los incapaces”.<br />Sanger creía que el control de la natalidad resolvía un problema que había preocupado a la mayoría de los eugenistas, desde <strong>Darwin </strong>y <strong>Galton </strong>hasta los de su propio tiempo. La selección natural ya no era capaz de eliminar a los no aptos porque la civilización había limado buena parte de las aristas de la naturaleza a través de su descaminada compasión. El problema se agravaba, como hemos visto, por la característicamente alta tasa de fecundidad de los incapaces. “El control de la natalidad (…) es en verdad el mayor y el más genuino método eugenésico”, afirmaba Sanger, “y su adopción como parte del programa de la eugenesia daría inmediatamente una fuerza concreta y realista a dicha ciencia”. Por esta razón, el control de natalidad de corte eugenésico “ha sido aceptado por los eugenistas más clarividentes como el medio más constructivo y necesario para la salud racial”.<br />A la vista de todo lo dicho, resulta bastante claro que esos tres motivos – aliviar a la mujeres sobrecargadas de hijos, liberar a la sexualidad de la moralidad tradicional y finalmente la eugenesia – constituyeron los objetivos de todas las organizaciones que Sanger puso en marcha. En primer lugar fundó la <strong><em>Nacional Birth Control League</em></strong> (Liga Nacional para el control de la natalidad), que posteriormente adoptó el nombre de <strong><em>American Birth Control League</em></strong> (Liga Americana para el control de la natalidad) y se constituyó como corporación en 1922; luego se convirtió, en 1939, en la <strong><em>Birth Control Federation of America</em></strong> (Federación Americana para el control de la natalidad); finalmente, en 1942 adoptó el nombre actual, <strong><em>Planned Parenthood Federation of America</em></strong> (federación de planificación familiar de América, PPFA, en su acrónimo en inglés. Curiosamente Sanger según el cual las mujeres deberían tener el “derecho a destruir”, Planned Parenthood es el mayor proveedor de abortos del mundo. Pero Planned Parenthood no hace ascos a la eugenesia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando la eugenesia aún no había quedado desprestigiada por la “mancha” del nazismo, muchos de los miembros del Consejo de Planned Parenthood (y las demás organizaciones que la precedieron) eran también miembros de la <strong><em>American Eugenics Society</em></strong> (Asociación Eugenésica de América). Incluso después de la guerra. En 1957 Alan Guttmacher, fundador del <strong><em>Alan Guttmacher Institute,</em></strong> adscrito a la PPFA, fue vicepresidente de la <strong><em>American Eugenics Society</em></strong> y presidente de la PPFA desde 1962 hasta 1974. Continuando la tradición eugenésica de Sanger, la PPFA se convirtió en la principal defensora del diagnóstico prenatal concebido como prueba estándar para los que tienen “riesgo” de tener hijos con defectos de nacimiento. En un documento de objetivos, escrito en 1977, titulado “Nacimientos planificados, el futuro de la familia y la calidad de la vida en América: Hacia una política y un programa nacional omnicomprensivo”, la PPFA reclamaba la implantación a nivel nacional de “tests de embarazo y servicios de prevención, diagnóstico prenatal defectos fetales, asesoramiento genético, prevención de enfermedades venéreas y otros servicios”, como el aborto. Por lo que hace a la sexualidad, la PPFA es bien conocida por su defensa de la “libertad” sexual y de la eliminación de las barreras morales tradicionales, esas mismas barreras que Sanger consideraba que debían ser destruidas para dejar paso al florecimiento de su utopía sexual.<br />Quizás el indicador más preciso de la pobreza última de la visión de Sanger es la propia vida de Sanger, que mantuvo oculta al conocimiento del público. Como hemos visto más arriba, Sanger era un ser profundamente egoísta, que no hizo sino abandonar a sus hijos (uno de los cuales, Peggy, moriría en 1915) para poder ocuparse de sus continuos romances, de la propagación del control de natalidad y del crecimiento de su propia fama. Como deja bien claro su biógrafa Madeline Gray, a Sanger le consumía la pasión sexual hasta niveles absurdos, surcando al Atlántico una y otra vez de América a Europa y vuelta de nuevo para encontrarse con sus amantes. A medida que envejecía, aumentaba su necesidad de sentir que seguía siendo deseable. Compró esa seguridad con dinero, gracias a los cinco millones de dólares que heredó de su difunto marido Noah Slee. Iba de fiesta en fiesta para llenar el vacío de sus días, utilizando su riqueza para atraer a hombres más jóvenes que ella. A medida que el tiempo fue marchitando más y más su belleza, recurrió al alcohol y (después de una intervención quirúrgica) a los calmantes, de modo que con frecuencia pasaba los días dormida o delirando. Al final, cuando empezó a vagar borracha durante la noche, tuvo que ser internada en una clínica. Sanger murió el 6 de septiembre de 1966, poco antes de cumplir los ochenta y siete años, después de haber legado al mundo con total eficacia una visión de la felicidad a través de la libertad sexual que, por lo que hace a su propia vida, en última instancia se reveló vacía, oscura, y desgraciada.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-64232870986342362382009-04-28T13:09:00.002-07:002009-05-04T04:26:58.479-07:001.2. Biografía de Margaret Sanger<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZNOoroAPTZxtKYghqX6SqXEw0VClgu3MaYyGEgd0HAKdhEBKroxKX-Rh0E3mWeExKqWnBQLFBOyRf93lpgKyY-tMDkbOtsib49cgmer2idLND8Vm7Cn1W_zioBcrOefdSVj37A6l6rf8/s1600-h/20s-Banned-in-Boston.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329837176250914882" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 150px; CURSOR: hand; HEIGHT: 165px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZNOoroAPTZxtKYghqX6SqXEw0VClgu3MaYyGEgd0HAKdhEBKroxKX-Rh0E3mWeExKqWnBQLFBOyRf93lpgKyY-tMDkbOtsib49cgmer2idLND8Vm7Cn1W_zioBcrOefdSVj37A6l6rf8/s400/20s-Banned-in-Boston.jpg" border="0" /></a><strong>Margaret Sanger</strong> nació el 14 de septiembre de 1879 en Nueva York (Estados Unidos). Vio cómo su madre moría, lentamente, luego de 18 embarazos y de 11 alumbramientos. Mientras trabajaba como enfermera en uno de los barrios más pobres de Nueva York vió mujeres "denigradas en su salud, corrompidas en su sexualidad y en su capacidad de cuidar a sus hijos ya nacidos". Cursó estudios en la escuela Francisco Ferrer, donde se interesa por los escritos de <strong>Ellen Key</strong>, feminista sueca autora de <em><strong>The Women's Movement</strong></em> ("El Movimiento de la Mujer"), del que Sanger tomó sus ideas acerca de la femineidad y el matrimonio. Sostenía que sólo la satisfacción sexual individual podía hacer santo el matrimonio, que "el lecho conyugal es la influencia más degenerante en el orden social, y comenzó a abogar por "una asociación voluntaria" entre las parejas sexuales. Publicó <strong><em>The Pivot of Civilization</em></strong> ("El giro de la civilización"). Su cruzada para legalizar el control de la natalidad y el derecho al aborto, estimuló el movimiento de liberación de la mujer. Estableció su primera clínica para el control de la natalidad en la ciudad de Nueva York, en un área densamente poblada de inmigrantes eslavos, latinos y judíos recientemente llegados de sus países. Viajó a la India para convencer a Mahatma Ghandi de que debía darle su apoyo, pero éste le contestó que <em><span style="color:#660000;">"las ayudas artificiales (anticonceptivos) conducen a la satisfacción inmoderada de los deseos y son por tanto desmoralizantes y debilitantes".</span></em> A continuación Sanger se reunió con Hitler, a quien le gustó inmediatamente la idea de establecer un sistema de recompensas a la "estirpe superior" por la producción de hijos. Las <strong>Fundaciones Ford</strong> y <strong>Rockefeller </strong>financiaron las investigaciones que eventualmente llevaron a la fabricación de la píldora anticonceptiva, y todavía actualmente dichas fundaciones dan grandes cantidades de dinero para el control natal. En 1965, un año antes de su muerte, la Corte Suprema suprimió, en Connecticut, la ley que prohibía el uso de contraceptivos para parejas casadas. Sanger tenía 80 años cuando al fin salieron al mercado las pastillas anticonceptivas, que ella ayudó a desarrollar. Con el dinero de la Fundación Brush, fundó la <strong>Federación Internacional de Planificación de la Familia</strong> o IPPF (<em>International Planned Parenthood Federation</em>) en 1952, y estableció su sede central en Londres, en oficinas suministradas gratuitamente por la Sociedad Inglesa de Eugenesia. Falleció el 6 de septiembre de 1966 en Tucson, Arizona.<br /><br /><strong><span style="color:#cc0000;">LA IMPRONTA DE SANGER<br /></span></strong><br />Párrafo aparte merece la tarea de Margaret Sanger, una neoyorkina nacida en 1879 y fallecida en 1966. Hija de una familia numerosa y pobre, siendo joven tropezó con los escritos de la feminista sueca Ellen Key, la conocida autora de <em>The Women’s Movement</em>. Tomó de ella las ideas sobre el matrimonio y la condición femenina, pero supo conjugar ese ideario con otros acercamientos personales a las cuestiones sociales y políticas. Hacia 1916 Sanger estableció, con el auxilio económico de grupos intolerantes, la primera clínica para el control natal de New York en un área altamente poblada por inmigrantes de origen eslavo, latino y hebreo. Reclutó después a dos o tres ministros religiosos negros, para que sus feligreses aceptaran de buen grado las ofertas que el centro sanitario tenía para ofrecerles. En paralelo creó la <em><strong>Liga para el Control Natal</strong></em> (ABCL, por su sigla en inglés<em> The American Birth Control League</em>) y comenzó a publicar una revista y un boletín: la <strong><em>Revista del Control Natal</em></strong> (The Birth Control Review) y el Boletín del Control Natal (Birth Control News).<br />La propuesta de Sanger era sencilla, pues combinaba elementos aristocráticos (acciones para promover a una elite anglosajona hasta el dominio y el gobierno del país), con un odio acérrimo a las multitudes (un racismo indisimulado por las "personas inferiores", de "educación indiscriminada"). Su lema era: <em>"Más niños para los más aptos, menos para los incapacitados; esa es la base del control de la natalidad",</em> y para cumplir con la máxima promovió de todas las maneras que pudo una limitación de la familias indeseadas. El control de la natalidad se constituía a sus ojos como una variante contemporánea de la lucha de clases, indispensable para limitar a la "maleza humana" y estimular la libertad de la "estirpe superior". En su trabajo The Pivot of Civilization escribió:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Los filántropos que proporcionan cuidados de maternales gratuitos estimulan a los segmentos más sanos y normales del mundo a soportar la carga de la fecundidad irreflexiva e indiscriminada de los demás: lo que trae consigo (...) un peso muerto de desperdicio humano. En lugar de disminuir y dedicarse a eliminar las estirpes que más perjudican el futuro de la raza y del mundo, tienden a volverlas dominantes en un grado amenazador".</span></em><br /><br />La producción bibliográfica de esta activista se produce en las primeras cinco décadas del siglo XX, pero la incorporación conciente de elementos tomados del movimiento eugenista no se produce sino hasta que Sanger conoce personalmente a Haverlock Ellis en Inglaterra, uno de los presidentes de la Liga Mundial para la Reforma Sexual sobre Bases Científicas, y tiene oportunidad de leer su trabajo <em>The Problems of Race Regeneration</em>. El espíritu regeneracionista se gestó en la isla como respuesta a las protestas obreras y a la organización de las masas trabajadoras. La clase media y algunos intelectuales –el grupo de los Fabianos, la Sociological Society, la Eugenics Education Society, la Moral Education League, etc.- comenzaron a hablar de decadencia cuando se produjo la guerra contra los boers y la muerte de la reina Victoria, debido a la sensación de inseguridad en que el Imperio quedó envuelto. Si bien no se trataba de una crisis profunda, ya se había tomado nota de que los pobres podían amenazar los privilegios adquiridos por los estamentos cultos y poderosos. Haverlock Ellis postuló en su libro que solo debía brindársele ayuda a los pobres que aceptaran someterse a una esterilización quirúrgica. Otra de sus sugerencias apunta a la formación de matrimonios con una previa selección de los padres, al igual que los nacional-socialistas alemanes hicieron con sus casas de crianza de Lebensborn. Pero la alumna fue aun más lejos que su mentor en materias tales como el odio racial, la pretensión de crear una "raza de sangre pura",(13) el desprecio por los trabajadores,(14) la obsesión por controlar el número amenazante de recién nacidos entre el común,(15) la intolerancia frente a los desvalidos,(16) y la repugnancia ante los sentimientos de solidaridad.(17)<br />Hacia 1930 Sanger se divorció de su primer marido y se casó con un millonario, lo cual le permitiría, en adelante, financiar sin dificultades su cruzada de control natal.(18) Así, en 1942, modificó la estructura de su ABCL y la transformó en la Federación de Paternidad Planificada de los Estados Unidos (PPFA, por su sigla en inglés: Planned Parenthood Federation of America), institución activa todavía hoy. Los procedimientos del nazismo alemán comenzaban entonces a salir a la luz, y convenía cambiar la estrategia al presentar al público americano unos objetivos institucionales que se mantenían sin mayores variantes desde 1916. Con el correr del tiempo, dentro y fuera del país, las agencias conectadas con la PPFA para promover y distribuir servicios anticonceptivos, métodos de control natal y de salud reproductiva, comenzaron a autodenominarse Asociaciones de Planificación Familiar (FPA, por su sigla en inglés: Family Planning Associations).<br />En 1952 Sanger sumó a sus esfuerzos a John D. Rockefeller III y, con dinero de la Fundación Brush, fundaron en Bombay la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, por su sigla en inglés: International Federation of Family Planning), con sede central en Londres, en las oficinas suministradas a título gratuito por la Sociedad Inglesa de Eugenesia.(19) Se trata de una institución privada de segundo nivel, ya que incorpora hoy como miembros a 109 FPA activas, distribuidas en más de 140 países. Estas se organizan, a su vez, en seis regiones, las cuales abarcan 95% de la población mundial. Sus fondos provienen, en su mayor parte, de los países desarrollados (Alemania, Austria, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Inglaterra, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Suecia y EE.UU), y de otros organismos internacionales (UNFPA, etc).<br />En los últimos treinta años lleva invertidos más de dos mil millones de dólares en su esfuerzo por promover y apoyar los servicios de planificación familiar a través del mundo, con el propósito de alcanzar un equilibrio entre población y recursos naturales. Esto implica no solo el ejercicio de su influencia en la elaboración de políticas nacionales sobre asuntos demográficos (matrimonio, divorcio, herencia, tutela, régimen fiscal, ayuda social, empleo, educación y pensiones), sino también el fomento de la salud materno-infantil y la difusión del control de la natalidad (mediante toda clase de métodos anticonceptivos, incluso el aborto "seguro" y la anticoncepción quirúrgica permanente).(20) Desde sus inicios la IPPF abogó por la libre elección y el derecho íntimo a decidir de las personas, a la libertad que ellas tienen para planificar su familia (pro-choice), pero esto no le impidió participar activamente también en políticas controlistas coercitivas –como las emprendidas por el gobierno chino, el de Bangladesh o el de Filipinas- en nombre de valoraciones pro-salud.(21)<br />El Grupo Mundial de Parlamentarios en Población y Desarrollo, con sede en New York, es el brazo legislativo de la IPPF. Por su parte, los legisladores de las Américas y el Caribe han conformado el Grupo Parlamentario Interamericano (GPI) con el objeto de formular políticas de control demográfico que estén respaldadas en leyes, y de promover legislación actualizada en la materia.(22) Pretenden para ello revisar los cuerpos normativos vigentes, impulsar modificaciones donde haga falta y derogar toda norma que obstaculice llevar adelante políticas de población y desarrollo.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-42650558558815060952009-04-28T13:09:00.001-07:002009-05-05T03:31:10.831-07:001.3. El Birth-control<div align="justify">Con anterioridad a la segunda Guerra Mundial en EE.UU. se elaboraron y difundieron planteamientos eugenésicos vigorosos y extremistas. En el período de entreguerras encontramos organizaciones que profesaban principios aberrantes eugenésicos y de limpieza étnica, que al socaire del control de natalidad, pretendían, más que limitar el volumen global de la población, limitar la población de determinados grupos considerados inferiores. A modo de ejemplo de este tipo de organizaciones me referiré a la <strong><em>The Birth Control League</em></strong>, que es un movimiento privado de control de la natalidad, que comenzó en USA en la segunda década del siglo XX con el fin de liberar a las mujeres norteamericanas de las consecuencias sociales e higiénicas de los nacimientos no deseados. <strong>Margaret Sanger</strong>, fundó la <strong>Liga para el Control de la Natalidad</strong> (The Birth Control League) y el boletín <strong>La Revista del Control de Natalidad</strong> ("The Birth Control Review"), siendo la pionera sobre tales asuntos. En 1916 Margaret Sanger estableció la primera clínica para el control natal en la ciudad de New York, en un área densamente poblada de inmigrantes eslavos, latinos y judíos recientemente llegados de sus países. Bajo la presidencia de la Sra. Sanger, en la<strong> Liga de Control de Natalidad</strong>, el discurso y la línea de pensamiento se alineaban a los planteamientos más extremistas de la eugenesia. No existía en su racionalidad una convicción sobre los problemas demográficos, sino una de perfeccionamiento del linaje. Sanger señalaba clara y llanamente que <em>“el control de la natalidad debe llevar, en última instancia, a una raza mas pura”</em>. El problema poblacional no representaba una directa preocupación, ya que promovía la idea de que todo comportamiento sexual era normal mientras lo engendrado no resultase con daño físico. Las altas tasas de natalidad eran perfectamente razonables para Sanger, aunque sólo para la <em>“estirpe superior”,</em> siempre que la <em>“estirpe inferior”</em> fuese controlada por métodos coercitivos.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Hay solamente una respuesta a la necesidad de obtener una tasa de natalidad más alta entre los más inteligentes, y ella es pedirle primero al gobierno que nos alivie del peso de los dementes y de los débiles mentales. La respuesta para esto es la esterilización” Margaret Sanger. Birth Control Review, octubre de 1926.</span></em><br /><br />Un estribillo utilizado por Sanger y sus amigos da claridad al sentido original de la frase: <em><span style="color:#660000;">“Más hijos de los más aptos, menos de los ineptos, esa es la meta principal del control de la natalidad”.</span></em> Para Sanger los latinos y los negros no estaban incluidos entre los “más aptos”.<br />Su estrategia para convencer a los no aptos, consistía en identificar a personas importantes, que pudieran mediante el discurso convencer a los de su propia raza. Para mantener a raya a las personas “no aptas”, que se rebelaran contra tal atropello, se recurriría a los emisarios de alta reputación de su misma raza. Para Margaret Sanger, el éxito de su plan dependía del reclutamiento de individuos influyentes de la raza “no apta”.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“El acercamiento educativo más exitoso con los negros es a través de un estímulo religioso. No queremos que se sepa que nos proponemos exterminar la población negra, por lo tanto, el ministro del culto es la persona que puede corregir esa impresión si alguna vez se le ocurre a alguno de sus más rebeldes feligreses”.Margaret Sanger en una carta de Clarence Gamble, 1939</span></em> </div><div align="justify"><br />El control de la natalidad como pantalla, comenzó a difundirse como un medio coercitivo que permitiera instrumentar formas de evitar la procreación de individuos indeseables. En su libro titulado El giro de la civilización (The Pivot of Civilization) compila los ataques más enérgicos sobre las consecuencias del proteccionismo filantrópico respecto de la maternidad en las familias pobres:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Esas organizaciones rápidas, complejas, interrelacionadas, destinadas a controlar y disminuir la propagación de la miseria, la indigencia y todos los males amenazantes que surgen de esta tierra siniestramente fértil, son los signos más evidentes de que nuestra civilización ha creado, está creando y está constantemente perpetuando mayores cantidades de anormales, delincuentes y dependientes. Mi crítica, por lo tanto, no está dirigida al fracaso de la filantropía, sino más bien, a su éxito. El cuidado a la maternidad de mujeres pobres es el acto filantrópico más insidioso e injurioso.<br />El aumento de la clase trabajadora debe regularse, ya que se compone de imbéciles benignos, que alientan los elementos defectuosos y enfermizos de la humanidad mediante su irresponsable enjambrar y engendrar. Tenemos que eliminar la ‘maleza humana, segregar a los imbéciles, desajustados y mal ajustados y esterilizar a las "razas genéticamente inferiores”. Margaret Sanger. (1922) The pivot of civilation, New York.<br /></span></em><br />Además, desvela en su discurso una preocupación de perder la hegemonía a causa de la raza de linaje inferior. Sanger veía a los pobres como una verdadera amenaza al poder político y económico de los protestantes anglosajones y blancos, en razón de la superioridad numérica de los inmigrantes eslavos, latinos y hebreos.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Los filántropos que proporcionan cuidados gratis de maternidad estimulan a los segmentos más sanos y normales del mundo a soportar la carga de la fecundidad irreflexiva e indiscriminada de los demás: lo que trae consigo... un peso muerto de desperdicio humano; en lugar de disminuir y dedicarse a eliminar las estirpes que más perjudican el futuro de la raza y del mundo, tienden a volverlas dominantes en un grado amenazador”.</span></em><br />Sanger fue excesivamente diligente en su oposición a que se brindara apoyo a los minusválidos y consideraba que eran una carga para la sociedad. Por ello dijo: “Los recursos que deberían ser utilizados para elevar el nivel de nuestra civilización, se utilizan para mantener a aquellos que nunca debieron haber nacido”. Margaret Sanger, Birth Control Review, octubre de 1923.<br />Dentro de este planteamiento eugenésico, las soluciones para erradicar el verdadero problema, no el problema del crecimiento de la población sino de la supremacía de la estirpe superior (la élite, los intelectuales, la raza superior, es decir, los aptos) contra la estirpe inferior (los pobres, trabajadores, minusválidos, débiles, delincuentes, negros, latinos, es decir, los no aptos), propone el infanticidio, la esterilización y/o la segregación. Se manifestó en toda su plenitud cuando escribió estas terribles palabras: “El mayor acto de misericordia que una familia numerosa puede hacerle a uno de sus pequeños miembros es matarlo”. Sanger, promovió abiertamente la ideología de los nazis de separar a los “mentalmente débiles, inadaptados y desajustados”. Exigió que se esterilizara a las “razas inferiores” y, al igual que los nazis, predicó la necesidad de poner a la “raza disgenética” en campos de concentración:<br />“Ofrézcasele a los grupos con problemas genéticos de nuestra población, que escojan ser segregados o esterilizados”. Además, Sanger proponía un Código del Bebé Estadounidense, que incluía los siguientes postulados: Artículo 4 <strong>“Ninguna mujer deberá tener el derecho a procrear un niño, ningún hombre deberá tener el derecho a convertirse en padre, sin un permiso de paternidad...”</strong> Artículo 6 “Ningún permiso de paternidad será válido para más de un nacimiento.”<br />El horror que suscitaron los programas de los nazis para eliminar a los judíos y a otros segmentos de la población que ellos consideraban “mentalmente débiles”, produjo también el rechazo popular de los programas eugenésicos e hizo que Sanger cambiara la estrategia y en 1942 cambiara también el nombre de su organización, surgiendo la <strong>Federación de Paternidad Planificada de los Estados Unidos</strong> o PPFA (<em>Planned Parenthood Federation of America</em>), a la que ya me he referido anteriormente y que protagoniza en buena parte los programas que en Latinoamérica se dedican al control de la natalidad.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-19721354597836738722009-04-28T13:02:00.001-07:002009-05-05T03:52:01.630-07:001.4. Ideas y estrategias de Margaret Sanger<div align="justify"><span style="color:#000000;">Las ideas y estrategia de Margaret Sanger se expresan de la siguiente manera:<br /><br /><strong><span style="color:#330033;">1. Empleo del control de natalidad como medio practico de la política racista.</span></strong><br /><br />Una de las motivaciones principales de Márgaret Sanger, evidenciada durante toda su vida, fue la obsesión por una suerte de retorno a la “selección natural” de los habitantes de los barrios pobres “quienes, por causa de su naturaleza animal, se reproducen como conejos y pronto podrían sobrepasar los límites de sus barrios o de sus territorios, y contaminar entonces los mejores elementos de la sociedad con enfermedades y genes inferiores”.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“El control de la natalidad debe conducir en última instancia a una raza más limpia” Margaret Sanger 1922. Woman, morality and Birth Control. NY Publishing Company, New York, p. 35<br />"Más hijos para los capacitados; menos hijos para los incapacitados, ésa es la esencia del control de la natalidad". (Edición de mayo de 1919 del Birth Control Review).<br />“El control de la natalidad, que ha sido criticado como negativo y destructivo, es en realidad el más importante y auténtico de los métodos eugenésicos, y su integración al programa de Eugenesia otorga de manera inmediata un poder concreto y realista a dicha ciencia. De hecho, el control de la natalidad ya ha sido aceptado por los eugenistas más lúcidos y sagaces, como la medida más necesaria y constructiva para la salud racial”.<br />“Antes de que puedan lograr su cometido, los eugenistas y todos aquellos que trabajan en el mejoramiento de la raza, deben primeramente facilitar el control de la natalidad. Igual que los promotores del control de la natalidad, los eugenistas, por ejemplo, procuran asistir ala raza mediante la eliminación de los no-aptos. Ambos persiguen el mismo objetivo, pero insisten en métodos diferentes”.<br />“La eugenesia es la más adecuada avenida para la solución de problemas raciales, políticos y sociales”.<br />“El control de la natalidad en sí mismo, denunciado a menudo como violación de la ley natural, no es nada más y nada menos que la facilitación del proceso de deshacerse del indigno, de prevenir el nacimiento de defectuosos o de aquellos que lo serán”.<br />“El desequilibrio entre el índice de natalidad del indigno y del digno, es la amenaza actual más grande a la civilización. El problema más urgente hoy es cómo limitar y disminuir la sobre-fertilidad del mental y físicamente defectuoso”.<br />“La campaña para el control de la natalidad no es simplemente de valor eugenésico, sino que es prácticamente idéntica a las metas finales de la eugenesia”.<br />“Nuestro fallo de segregar a los imbéciles, quienes están aumentando y multiplicándose – un peso muerto de basura humana – engendra impasiblemente la clase de los seres humanos que nunca deberían haber nacido”.M. Sanger<br />"Nosotros que bregamos por el control de la natalidad ... insistimos en la interrupción de la reproducción de los no aptos así como en la interrupción de toda reproducción que tenga lugar en un ámbito donde no existen suficientes recursos económicos para hacerse cargo de los nacidos sanos... Afirmamos que el mundo ya se encuentra superpoblado" (artículo "Contrôle des naissances et amélioration de la race", en Birth Control Review, febrero 1919).<br />"Que sea la ley que ninguna cosa mutilada deba ser alimentada" Woman and the New Race,<br />"Imbéciles benignos, que alientan los elementos defectuosos y enfermizos de la humanidad, mediante su irresponsable enjambrar y engendrar." The Pivot of Civilization,<br />La caridad es "señal segura de que nuestra civilización ha criado, está criando y constantemente perpetuando la creación de un mayor número de personas defectuosas, delincuentes y dependientes". The Pivot of Cilivization, op. cit.; "Los recursos que deberían ser utilizados para elevar el nivel de nuestra civilización, se utilizan para mantener a aquellos que nunca debieron haber nacido". Birth Control Review, octubre de 1926.<br />"Hay solamente una respuesta a la necesidad de obtener una tasa de natalidad más alta entre los más inteligentes, y es pedirle primero a los gobernantes que nos alivien del peso que significan los dementes y los débiles mentales. La respuesta para ello es la esterilización." Birth Control Review, octubre de 1926.<br /></span></em>Sanger detestaba las ideas democráticas y el mero predominio de la cantidad sobre la calidad. En su Birth Control Review anota: "Todos podemos votar, incluso los retardados mentales... el panorama no es alentador."<br /><br /><strong><span style="color:#330033;">2. Exterminio de la población negra mediante el “Negro Project”.<br /></div></span></strong></span><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"></span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;">En una carta escrita en 1939 a Clarence Gamble, Sanger propuso un plan para promover el control de nacimientos entre los negros y así exterminar dicha población, en el denominado <strong><em>"negro project".</em></strong> Este plan se preocupaba por que “la masa de los negros particularmente en el Sur de EEUU, continúa reproduciéndose desastrosamente sin freno alguno, con el resultado de que este crecimiento entre los negros viene de la fracción menos inteligente y apta, aun mayor que entre los blancos”. Los negros representan en la actualidad el 11% de la población de los Estados Unidos, y del 32 al 43% de los abortos. ¿Es una coincidencia?<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"El enfoque educacional más exitoso para llegar al negro es a través de un llamamiento religioso. No queremos que nadie se entere de que queremos eliminar a la población negra y el ministro religioso es el hombre que puede aclarar esa idea, si alguna vez se le ocurre al más rebelde de sus miembros". (Carta a Clarence Gamble, 1939, citada en Madeline Gray, Margaret Sanger: A Biography, Nueva York: Marek, 1979, 326.)<br />“Deberíamos contratar a tres o cuatro ministros de color, preferiblemente con conocimientos del servicio-social y con atrayentes personalidades. El acercamiento educativo más acertado a los negros está con una súplica religiosa. No quisiéramos que saliere de nuestra boca la frase de que deseamos exterminar a la población negra”. (Carta a Clarence Gamble, 1939, citada en Madeline Gray, Margaret Sanger: A Biography, Nueva York: Marek, 1979, 326.)<br />"la diferencia entre las tasas de mortalidad de los negros y de los blancos demuestra claramente la inferioridad innata de los negros".</span></em><br /><br /><strong><span style="color:#330033;">3. Esterilización de los minusválidos y “débiles mentales”</span></strong><br /><br /><em><span style="color:#660000;">“La esterilización eugenésica es una necesidad urgente… Debemos prevenir la multiplicación de esta mala estirpe”.<br />“El débil mental innegable debería, de hecho, no solamente ser reducido sino además prevenido de propagar su clase”.<br />“Se debería detener la procreación del enfermo, del débil mental y de los pobres”.<br />“La respuesta es la esterilización obligatoria para el insano y el débil mental”.<br />“La raza aria es hoy la más dada al control de la natalidad y debe darse cuenta de que no sufre internacionalmente por la ignorancia relativa de la estirpe inferior”.<br />“Debería llevarnos también a la mejora racial el esterilizar incluso a esos débiles mentales que no entran necesariamente dentro del grupo hereditario”.Margaret Sanger<br />"Hay solamente una respuesta a la necesidad de obtener una tasa de natalidad más alta entre los más inteligentes, y ella es pedirle primero al gobierno que nos alivie del peso de los dementes y de los débiles mentales. La respuesta para esto es la esterilización" (8). 7. Sanger, Birth Control Review., octubre de 1926. 9. Ibíd., octubre de 1923<br />"Los recursos que deberían ser utilizados para elevar el nivel de nuestra civilización, se utilizan para mantener a aquellos que nunca debieron haber nacido" Sanger, Birth Control Review., octubre de 1923.<br />"Ofrézcasele a los grupos con problemas genéticos (gente con malos genes) de nuestra población, que escojan ser segregados o esterilizados" Sanger, Birth Control Review., abril de 1932.<br /></span></em><br /><strong><span style="color:#330033;">4. Selección elitista de las clases acomodadas.</span></strong><br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Nuestra tarea está no solamente en prevenir la multiplicación de la mala estirpe; está también para preservar la estirpe bien-dotada”.<br />“Por el interés del progreso social o incluso por la permanencia de la civilización, las clases intelectuales deben tener más niños”. “Nuestro problema más acuciante es aumentar el índice de natalidad del superior y disminuir el del inferior”. Margaret Sanger</span></em><br /><br /><strong><span style="color:#330033;">5. Destrucción de la familia y el matrimonio<br /></span></strong><br />Para Margaret el Estado es el principio supremo, que decide fuera de toda consideración de una moral intangible. Hay que destruir a la familia, vista como una “institución burguesa”, y reemplazarla por un control estatal de la reproducción y de la educación, el <strong><em>Lebensborn.</em></strong> Así, el Estado podrá ejercer su control de la “producción” de los individuos futuros, tanto en el plano cuantitativo como en el “cualitativo”.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“La acción más misericordiosa que puede hacer una familia numerosa por uno de sus miembros más pequeños es matarle”. (Women and the New Race, Nueva York: Brentano's, 1920. Reimpr. : Geo. W. Halter, 1928, p. 67).<br />“La cama del matrimonio es la influencia más degenerativa en el orden social…”<br />“Ninguna mujer tiene derecho legal de concebir a un niño sin un permiso para la maternidad”.<br />“El género femenino debe sacudirse de su esclavitud. Ello confirma su derecho a la libertad. En su libertad, sus pensamientos se vuelcan hacia la raza. Al igual que engendrar gusta, recolectamos fruta perfecta de árboles perfectos. La raza es también la amplificación del cuerpo de la madre – la multiplicación de las habitaciones de la carne – embellecidas y perfeccionadas para las almas relacionadas con el alma de la madre”.Margaret Sanger<br /></span></em><br />Margaret Sanger se casó con un hombre muy rico (William Sanger) de quien tuvo tres hijos. Más tarde abandonó a su familia en Europa para regresar a los Estados Unidos a fin de dedicar su tiempo a las múltiples causas que abrazó. Margaret Sanger describió su vida de familia como: “infeliz, y llena de trabajos ingratos y de temores”.<br />Desde que Margaret Sanger comenzó a propagar sus ideas sobre las relaciones sexuales sólo para recrearse, y en las cuales los bebés son sólo opcionales, los índices de divorcio han aumentado constantemente. Cuando Sanger comenzó su trabajo en 1915, era normal que las parejas casadas se esforzaran en mantenerse unidas en las épocas difíciles, en vez de separarse. Más del 90% de los matrimonios permanecían intactos. Pero a medida que su mensaje de hedonismo y promiscuidad penetró más y más profundamente en la sociedad, más y más matrimonios se disolvieron, hasta que el divorcio fue más la norma que el éxito.<br /><br /><strong><span style="color:#330033;">6. Intervención del Estado en el control de la procreación<br /></span></strong><br />Sanger proponía un <strong>Código del Bebé Estadounidense</strong>, que incluía los siguientes postulados:<br /><em>Artículo 4 "Ninguna mujer deberá tener el derecho a procrear un niño, ningún hombre deberá tener el derecho a convertirse en padre, sin un permiso de paternidad..."<br />Artículo 6 "Ningún permiso de paternidad será válido para más de un nacimiento."<br /></em><br /><em><span style="color:#660000;">“Cada país habrá de decidir su propia forma de coerción, y determinar cuándo y cómo habrá de emplearse. Actualmente, los medios son la esterilización y el aborto obligatorios. Quizás un día sea posible imponer el control de la natalidad”.Margaret Sanger<br />"todos nuestros problemas son el resultado del exceso de reproducción de la clase trabajadora".<br /></span></em><br /><strong><span style="color:#330033;">7. Anticristianismo</span></strong><br /><br />Margaret Sanger era <strong>rosacruz,</strong> profesaba un anti-cristianismo violento y pertenecía a la secta Unity, autodefinida como "un tratamiento mental garantizado para curar todos los males de la carne". Esta secta se inscribe dentro de las sectas de la New-Age. Resalta el poder del <em>"Pensamiento Creativo"</em> en todos los ámbitos; se aprende a transformarse en "Cristo", es decir a realizar en si mismo el yo divino funda fundándose en la conciencia cósmica. Sanger se dedicaba igualmente a la astrología, a la numerología y consultaba a los mediums.<br />M. Sanger comenzó a estudiar el rosacruz luego de la muerte de su hija en 1915 y de las perturbaciones que el hecho le ocasionó. Los rosacruces proclaman un régimen oriental de meditación privada, destinada a conectar al individuo con los poderes interiores del hombre que derivan de una fuerza superior suprema, un "dios interno", tal como ella lo interpretaba parafraseando a Nietzsche. Además, sostenían que los practicantes que se realizaban en la fe se diferenciaban del resto por sus propios poderes de cura; éstos se transformarían en "una fuerza para el bien entre los hombres".<br />Margaret Sanger también perteneció a la secta masónica <strong><em>Unity,</em></strong> autodefinida como <em>“un tratamiento mental garantizado para curar todos los males de la carne”.</em> Sanger se dedicaba igualmente a la astrología, a la numerología y consultaba a los mediums. Margaret vio como principal enemiga de la eugenesia a la Iglesia Católica y por ello atacó su labor de asistencia a los más pobres. Por otra parte consiguió manipular la acción de algunas iglesias como los Metodistas para que promovieran los métodos de anticoncepción y el aborto, cuando antes se oponían a estas prácticas.</span></div><div align="justify"><span style="color:#000000;"><br /><em><span style="color:#660000;">“Los servicios de maternidad para las mujeres de los barrios miserables son perjudiciales para la sociedad y para la raza. La caridad no hace más que prolongar la miseria de los ineptos”.Margaret Sanger<br />"La caridad organizada es el síntoma más seguro de que nuestra sociedad ha criado y continúa criando, perpetuando y aumentando cada vez más el número de defectuosos, delincuentes y dependientes. La atención que se les da a las mujeres pobres es la filantropía más dañina e insidiosa. El crecimiento de la clase obrera debería ser regulado, puesto que son imbéciles benignos, que estimulan a los elementos defectuosos y enfermos de la humanidad para que sean más irresponsables, se extiendan y se reproduzcan. Debemos eliminar los yerbajos humanos, aislar a los idiotas, los desajustados y los que no sirven, y esterilizar a la raza genéticamente inferior" (The Pivot of Civilization, New York: Brentano's, 1922, p. 108).<br />"Esas organizaciones rápidas, complejas, interrelacionadas, destinadas a controlar y disminuir la propagación de la miseria, la indigencia y todos los males amenazantes que surgen de esta tierra siniestramente fértil, son los signos más evidentes de que nuestra civilización ha creado, está creando y está constantemente perpetuando mayores cantidades de anormales, delincuentes y dependientes. Mi crítica, por lo tanto, no está dirigida al ‘fracaso' de la filantropía, sino más bien, a su éxito". Sanger, Pivot of Civilization (New York: 1922), en un capítulo titulado "Cruelty of Charity".<br /></span></em><br /><strong><span style="color:#330033;">8. Promiscuidad sexual como medio de subversión<br /></span></strong><br />El dominio de la planificación se extiende rápidamente. Se trata de explotar los vicios de una humanidad caída: ávida de facilismo, temerosa de las responsabilidades.<br />Denunció al matrimonio como una “institución degenerada”, al capitalismo como “explotación indecente” y a la modestia sexual como “remilgos obscenos”.<br />Desde el principio, Márgaret Sanger se lanzó a las relaciones sexuales ilícitas, que ella consideró conformes a la nueva moral que deseaba instaurar. Aún hoy, la planificación alienta la promiscuidad sexual y la homosexualidad. A tal efecto, dispone de varias herramientas:<br />- La educación sexual en las escuelas.<br />- Las clínicas con base en las escuelas, que distribuyen “contraceptivos” y practican abortos sin el consentimiento de los padres.<br />- La distribución gratuita de preservativos y de píldoras… para la prevención del SIDA!<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Nuestro objetivo es la satisfacción sexual ilimitada sin la carga de niños no deseados..."</span> </em><br /><br />El método más usado para enmascarar la sórdida realidad, es el de usar términos reconocidos como "positivos" e incluso valores cristianos, asociados a un lenguaje degradante. Ejemplos:<br />- la promiscuidad sexual se vuelve LIBERTAD sexual,<br />- el dominio de sí mismo se vuelve REPRESIÓN sexual,<br />- los homosexuales se vuelven una MINORÍA OPRIMIDA, y la homosexualidad una manifestación de la DIVERSIDAD,<br />- la abstinencia se vuelve MISERIA sexual,<br />- el aborto (asesinato de un niño) se vuelve DERECHO de la mujer, una OPCIÓN MORAL,<br />- la eliminación de los improductivos se vuelve la muerte DIGNA, o un homicidio por COMPASIÓN,<br />- el veneno RU 486 se vuelve propiedad MORAL de las mujeres,<br /><br />Sanger, quizás mejor conocido por los lectores estadounidenses hoy en día que <strong>Marie Stopes</strong>, no fue tan explícito, sino que Sanger también recalcó la importancia del sexo, sosteniendo que la base de la felicidad duradera en el matrimonio <em>"yace en un ajuste físico adecuado de las dos personas y un manejo físico adecuado de sus experiencias mutuas de unión [sexual]". </em>La piedra angular de un manejo físico adecuado para Sanger tuvo su base en el uso de anticonceptivos eficaces para que la vida de la mujer no fuese gobernada por los frecuentes embarazos no deseados.<br />Se creyó y se enseñó que una vez que a las necesidades sexuales de las mujeres les fuese otorgadas un estatus igual como a las de los hombres, las normas de compañerismo y reciprocidad en el matrimonio se extenderían inevitablemente en el dominio del sexo y se convertirían en el sello del amor. <strong>Hannah Stone</strong> y <strong>Abraham Stone,</strong> quienes también escribieron manuales de matrimonio, dijeron que el abrazo sexual debe convertirse en la expresión del deseo mutuo y la pasión. El goze del sexo sólo podría aumentar cuando era mutuo. Isabel Hutton recalcó que <em><span style="color:#660000;">"no importa lo ideal que sea la alianza en cualquier otra forma, si hay carencia de vida sexual",</span></em> el matrimonio no puede ser un éxito. Stopes había agregado un segundo punto enfático a esto:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"en estos días modernos cuando la amistad, las ocupaciones mutuas, los negocios, casi toda la fase de nuestra vida civilizada, se juntan hombres y mujeres de manera innumerable, la única justificación del matrimonio es la necesidad mutua y el placer mutuo en la unión sexual".</span></em><br /><br /><strong><span style="color:#330033;">9. Cosechar dinero público</span></strong><br /><br />Margaret Sanger siempre supo tomar el dinero donde éste se encontraba. Su primer marido era un burgués acomodado, su segundo marido un rico industrial (Noah Slee, dueño del aceite “Tres en uno”) que fue el donante principal de las campañas de su mujer.<br />Ella logró inclusive subvertir entidades como las Fundaciones Mellon, Rockefeller, Ford… cuyo dinero sirvió para blanquear su reputación de racista y para abrir puertas en Washington a fin de liberalizar la contracepción y poner en marcha bombas de succión de los dineros públicos: cada dólar privado que se recibe, se multiplica financiando lobbyistas y recaudadores de fondos.<br />En 1935, la Conferencia de Mujeres de la India invitó a M.Sanger a la India para hablar sobre el control de la natalidad. Los arreglos se hicieron por intermedio de <strong>Margaret Cousins</strong>, una libre pensadora de origen irlandés, feminista y nacionalista, discípula de <strong>Annie Besant</strong> (dirigente de la Sociedad Teosófica y de la Liga Malthusiana, quien hasta su muerte en 1933, había vivido cerca de Madras conduciendo una colonia de teosofos británicos expatriados) cuyas creencias metafísicas y psíquicas habían atraído, tiempo atrás a M.Sanger, hacia la India.</span></div><br /><span style="color:#660000;"><em><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6h3mPG6ea6VB675G-dUfSChN6IFgaR-HGXFdyjAnc7jIqRA7oNHOPtH7CJ3PcWWNQL98ELeWUzDyY4jf0ihKCRm7J4HN_KPtgfaZVWilPJLLSTZKPktUwZ903abbfLsI_4gYKO_-TLkI/s1600-h/sanger_ghandicap.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329835425713443202" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 125px; CURSOR: hand; HEIGHT: 177px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6h3mPG6ea6VB675G-dUfSChN6IFgaR-HGXFdyjAnc7jIqRA7oNHOPtH7CJ3PcWWNQL98ELeWUzDyY4jf0ihKCRm7J4HN_KPtgfaZVWilPJLLSTZKPktUwZ903abbfLsI_4gYKO_-TLkI/s400/sanger_ghandicap.jpg" border="0" /></a>“Si se sostiene que el control de natalidad es necesario para la nación debido a la superpoblación, yo discuto la premisa. Nunca se ha demostrado. En mi opinión, si hubiera un sistema de tierra adecuado, una mejor agricultura y una industria suplementaria, este país (la India) sería capaz de mantener al doble de gente que la que tiene hoy.<br />Estoy completamente en contra de los medios artificiales de control de la natalidad y no me es posible felicitarla a Ud. (Margaret Sanger) o a sus colaboradores por haber creado una asociación cuyas actividades, si tiene éxito, solo pueden hacer un gran daño moral a la gente. Me gustaría poder convencerla a Ud. y a sus colaboradores para que disuelvan esta asociación y dediquen su energía a una mejor causa. Discúlpeme por darle mi opinión de manera tan clara”. Mahatma Gandhi en conversación con Margaret Sanger</em></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-48422462054867017052009-04-28T13:01:00.000-07:002009-05-05T03:57:44.717-07:001.5. El apoyo de Margaret Sanger al nazismo<div align="justify">La <strong>Revista Control de la Natalidad</strong> estaba llena de escritos elitistas que emanaban de los eugenistas más renombrados y respetados (científicos, médicos, psicólogos).<br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5332291735716194738" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 137px; CURSOR: hand; HEIGHT: 174px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUWla01pz1Fztj_KC9LajbwVa7Bak4Sq0emBWqbo4HrqV2s0HD3EuzLws6w_nrxSxSouwl06HXICYbk5fw1Gx7CDANvAWvbTxsGSCsQ19l1_htw1f0clp4PAbQxv3Mcf8lHvPwVht6C6Y/s400/Lothrop+Stoddard.gif" border="0" />Uno de ellos, el <strong>Dr. Lothrop Stoddart</strong>, egresado de Harvard, director de la <strong>Liga americana pro control de la natalidad,</strong> escribió en 1940 un libro cuyo capítulo titulado "<em>En el tribunal eugenésico"</em> expresaba admiración por la forma en que los alemanes purificaban su raza mediante la esterilización de los inaptos: <em>"La ley de esterilización extirpa los rasgos genéticos más negativos de la raza germánica, de una manera científica y realmente humanitaria".<br /></em>En el editorial de la Revista Control de la natalidad de abril 1932, se encuentra un <em>"Plan para la paz"</em> que recomienda, entre otras, las siguientes medidas:<br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Aplicar una política firme y seria de esterilización y de segregación a aquella fracción de la sociedad... cuya herencia es susceptible de transmitir rasgos cuestionables a su descendencia.<br />Preparar terrenos agrícolas y edificios para dichas personas segregadas, en que se les enseñaría a trabajar, bajo la supervisión de instructores idóneos, por el resto de su vida".</span></em><br /><br /><em><span style="color:#660000;">"Debemos oponernos resueltamente tanto a la propagación de los asiáticos en las áreas de raza blanca, como a su diseminación en aquellas regiones en que, aunque no sean habitadas por blancos, están habitadas por gente no asiática, gente de razas verdaderamente inferiores... mientras más primitiva es un tipo de gente, más prepotente es. Por esto, la mezcla con los negros es por lo regular fatal".<br /></span></em>¡Es el proyecto del campo de concentración! ¿Existe alguna diferencia con este otro texto de la misma época: "Quienes son física y mentalmente malsanos no deben perpetuar sus sufrimientos en los cuerpos de sus hijos. El Estado debe colocar la raza en el centro de toda la vida". Sólo el autor es diferente: éste es Adolfo Hitler en Mein Kampf. Fue el régimen nazi, por otra parte, el que legalizó y alentó la contracepción y el aborto entre los judíos y los eslavos, considerados como razas inferiores.<br />Nada sorprendente, entonces, en que se haya establecido una connivencia entre el movimiento del "control de la natalidad" y los nazis. La conexión aparece más claramente aún en ciertos artículos de la <strong>Revista Control de la Natalidad</strong>: en 1933, <em>"La esterilización eugenésica: una necesidad urgente"</em> de <strong>Ernst Rüdin</strong>, director de esterilización genética bajo el régimen de Hitler, y más tarde fundador de la <strong>Sociedad Nacional-Socialista por la higiene racial.</strong> También en 1933, "La esterilización selectiva" de Léon Whitney, que alaba y defiende la política racial del IIIer. Reich.<br />El número de noviembre de 1939 de la Revista incluye un estudio comparativo de las políticas de control de la natalidad de Italia y Alemania aprobando el programa alemán, porque ha sido <em>"llevado a cabo de manera más cuidadosa. Reconoce tanto la necesidad de calidad, como de cantidad".<br /></em><strong><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBsCVKBK3IReQdvNaMWnTkDJG2l7g3jZJPyLf64zir_0Vr9gINR-Mpj-0yNomZNulCIRy19D3jseBsxjXKE_0lTSJUVkd7LCUewmzeFGKw02ah-5NjKvCrFNKjCbXBcH6syOS956Y6Jsc/s1600-h/Harry+Laughlin.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5332292017984485922" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 175px; CURSOR: hand; HEIGHT: 235px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBsCVKBK3IReQdvNaMWnTkDJG2l7g3jZJPyLf64zir_0Vr9gINR-Mpj-0yNomZNulCIRy19D3jseBsxjXKE_0lTSJUVkd7LCUewmzeFGKw02ah-5NjKvCrFNKjCbXBcH6syOS956Y6Jsc/s400/Harry+Laughlin.jpg" border="0" /></a>Harry Laughlin,</strong> uno de los militantes más activos de la <em>Liga americana pro control de la natalidad,</em> es autor de una ley-marco de esterilización eugenésica que fue directamente adoptada por Hitler, y valió a Laughlin el título de <em>Doctor Honoris Causa</em> de la Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg, en aquel entonces centro del racismo "científico".<br />Hubo otras relaciones de este tipo, y las sigue habiendo, con movimientos racistas por la supremacía blanca.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-34325365136011166762009-04-28T13:00:00.000-07:002009-05-05T04:28:36.821-07:001.6. La fundación de la IPPF<div align="justify">La fundadora de <strong>Paternidad Planificada</strong> fue <strong>Margaret Sanger</strong>, nacida en Nueva York en 1879 de una familia numerosa y pobre. Asistió a la escuela Francisco Ferrer, donde comenzó a leer los escritos de Ellen Key, una feminista sueca autora de <em>The Women's Movement</em> ("El Movimiento de la Mujer"). El libro presenta una moralidad subjetiva: la "ética de situación" de hoy en día, es decir, que no hay normas morales absolutas, sino que toda decisión depende de las circunstancias y puede ser justificada según ellas. Fue de este libro feminista que Margaret Sanger adoptó sus ideas acerca de la femineidad y el matrimonio, desarrollando la ideología de que "al yo interno debería serle permitida una plena libertad de expresión y desarrollo", y que sólo la satisfacción sexual individual, no la ley o la tradición, podía hacer santo el matrimonio, ya que "el amor físico" es "un imperativo más elevado que la mera ley". Opinaba Sanger, que "el lecho conyugal es la influencia más degenerante en el orden social, y comenzó a abogar por "una asociación voluntaria" entre las parejas sexuales. Reemplazó con éxito el común denominador de la sociedad: la unidad familiar, por la satisfacción sexual individual.<br />Este fue el primer golpe que dio <strong>Paternidad Planificada</strong> a la estructura tradicional moral y familiar. Sanger veía el control de la natalidad como un instrumento en la lucha de clases y en este punto se suponía que estaba al lado de los pobres. Sin embargo, se volvió contra ellos, cuando su movimiento ganó impulso. Los pobres le disgustaban y veía el control de la natalidad como un medio de limitar la "maleza humana" que tanto detestaba. Quería preservar la libertad de la "estirpe superior", guardándola contra reformas que estaban basadas en una filosofía política de la "mera cantidad" y de la "calidad".<br />Detestaba el sistema de "un hombre equivale a un voto en la democracia", y escribió en su Birth Control Review ("Revista del Control de la Natalidad"): <em><span style="color:#660000;">"Todos podemos votar, incluso los retardados mentales... el panorama no es alentador".<br /></span></em>Según Elasha Drogin, autora del libro biográfico Margaret Sanger: Father of Modern Society ("Margaret Sanger: Padre de la sociedad moderna"), la visión de la Sra. Sanger acerca del gobierno ideal para EE.UU. era una en que la élite anglosajona imperaba por medio de una forma aristocrática de gobierno, en lugar de dejarlo a la superioridad numérica de una multitud de "personas inferiores" que tenían "una educación indiscriminada". El pensamiento de Sanger, según Elasha Drogin, autora de su biografía, era idéntico en teoría al de Hitler, quien examinaba personalmente el linaje de todos los posibles candidatos para los puestos públicos, tales como los SS y los guardias selectos.<br />Durante la década de 1920, Sanger comenzó a presentar su ideología en un libro titulado <em><strong>The Pivot of Civilization</strong></em> ("El giro de la civilización") en el cual escribió: <em><span style="color:#660000;">"Los filántropos que proporcionan cuidados gratis de maternidad estimulan a los segmentos más sanos y normales del mundo a soportar la carga de la fecundidad irreflexiva e indiscriminada de los demás: lo que trae consigo... un peso muerto de desperdicio humano; en lugar de disminuir y dedicarse a eliminar las estirpes que más perjudican el futuro de la raza y del mundo, tienden a volverlas dominantes en un grado amenazador".</span></em> Sanger veía a los pobres como una verdadera amenaza al poder político y económico de los protestantes anglosajones y blancos, por virtud de la superioridad numérica de los "inmigrantes eslavos, latinos y hebreos". Obteniendo un tremendo apoyo financiero de los grupos más intolerantes de EE.UU., Sanger estableció su primera clínica para el control de la natalidad en la ciudad de Nueva York, en un área densamente poblada de inmigrantes eslavos, latinos y judíos recientemente llegados de sus países. Procedió después a reclutar "dos o tres ministros negros", quienes apelarían a los negros del sur en favor de la aceptación del control de la natalidad. <em>"No queremos que se corra la voz de que queremos exterminar a la población negra",</em> dijo Sanger, quien opinaba que el ministro protestante era el hombre que podía impedir que prosperara esta idea, "si alguna vez se le ocurriera a algunos de los más rebeldes". Faye Wattleton quien fue presidenta de Paternidad Planificada es de la raza negra, quizás para lograr el mismo objetivo de tener una buena imagen, a pesar de la filosofía racista de esta organización. El lema de Margaret Sanger era <em>"más niños de los capacitados, menos de los incapacitados",</em> y en la lista Sanger no incluía a los latinos y negros entre los "capacitados".<br />Sanger conoció al <strong>Dr. Havellock Ellis</strong> en Inglaterra, quien la introdujo a su propia rama de ideología eugenésica, la cual éste había explicado en su libro<strong><em> The Problems of Race Regeneration</em></strong> ("Los problemas de la regeneración de raza"). En éste libro Ellis decía que sólo debía ayudarse a aquellas personas pobres que se sometieran voluntariamente a la esterilización quirúrgica. Abogaba por el "matrimonio complejo" que, bajo estrictas regulaciones, seleccionaba los padres considerados capaces de producir hijos genéticamente superiores. Su proposición era la misma de las casas de crianza Lebensborn del régimen Nazi. Los nazis también promovían la idea de que todo comportamiento sexual es normal mientras no resulte en un daño físico, idea que Paternidad Planificada todavía expone y escribe en un folleto que dice: "el sexo es divertido... viene en todo tipo de estilo, haz lo que te de placer, y pide lo que te de placer." Ellis, que usaba la droga mescalina, se convirtió en el primer amante de Sanger, quien poco tiempo después le pidió a su esposo el divorcio. Más tarde se casó con un millonario, porque según le escribió a otro amante, éste "podía con su riqueza hacerle la vida muy confortable" y "asegurar el éxito financiero" de su causa.<br />Sanger y su esposo vivían en casas separadas y sólo se comunicaban a través de secretarios personales, pero él se convirtió en la fuente principal de fondos para el movimiento del control natal, que hacia 1930 estaba compuesto de norteamericanos nativos, protestantes y blancos, con una educación y unos ingresos "mejores que el promedio". Para ese entonces ya Sanger tenía el poder y el dinero para presentar sus planes del "control social a través del control de la natalidad" al público norteamericano.<br />Sanger viajó entonces a la India para tratar de convencer a Mahatma Ghandi de que debía darle su apoyo, pero éste le contestó que "las ayudas artificiales (anticonceptivos) conducen a la satisfacción inmoderada de los deseos y son por tanto desmoralizantes y debilitantes". La filosofía de auto-control de Ghandi no se ajustaba a la ideología de Sanger de "libertad" sexual ilimitada. A continuación Sanger se reunió con Hitler, a quien le gustó inmediatamente la idea de establecer un sistema de recompensas a la "estirpe superior" por la producción de hijos. Sin embargo, Sanger se dio cuenta de que el público estadounidense no aceptaría un castigo para "las estirpes inferiores" que no usaran anticonceptivos, por lo que habló con varios legisladores de EE.UU. y les propuso que el gobierno diera donativos o dinero a los pobres que se sometieran a la esterilización. Éstos por supuesto rechazaron la idea. Sin embargo, dicha idea de cierto modo ha sido adoptada, ya que la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE.UU. (USAID) ofrece incentivos económicos para la ayuda (préstamos y ayuda monetaria) a los gobiernos del Tercer Mundo que aceptan los programas de control natal y "educación" sexual de Paternidad Planificada y otras organizaciones de similar ideología. En la gran mayoría de los casos, la ayuda económica está condicionada a dichos programas, como denunció el Papa Juan Pablo II en su Exhortación Pastoral Familiaris consortio, número 30. (Véase La enseñanza de la Iglesia Católica sobre el control demográfico.)<br />La metodología de Sanger para motivar a los pobres a no tener hijos consistía en enumerarles las cosas que podrían hacer o comprar "con sólo no tener hijos", enfatizarles lo difícil que es la vida de una mujer a causa de los hijos, señalarles que el parto es un riesgo para la salud y que el control de la natalidad es lo mejor. Esta es exactamente la misma metodología actual de Paternidad Planificada en EE.UU. y de la IPPF (la federación a la cual ésta dio origen) a través del mundo entero. Sanger alegaba que la oposición de la Iglesia Católica al control natal era "un sentimentalismo tonto que causaba mezcla de razas y de clases, lo que sólo terminaría por hacer de la raza humana, una especie de individuos genéticamente retrasados". Dijo que la razón católica se había "degenerado terriblemente debido al celibato de sacerdotes y monjas", que "eran los más inteligentes y espléndidos", dejando la "raza católica racialmente inferior".<br />Por supuesto, la ideología racista de Paternidad Planificada tenía que llegar hasta su más lógica conclusión. Estadística tras estadística muestra el número desproporcionado de abortos y esterilizaciones realizados actualmente en hispanos y negros pobres, en relación con los norteamericanos de raza blanca y/o ricos. La proporción de mujeres negras que abortan es cerca de tres veces mayor que la de blancas, la tasa de esterilización también es mucho más elevada. El 35% de las mujeres puertorriqueñas han sido esterilizadas, cifra a la cual comienzan a aproximarse ya las de otros países hispanos. La propia Paternidad Planificada admite que las mujeres que dependen del bienestar social tienen más probabilidades de ser esterilizados que las otras, y se han reportado incontables casos de esterilizaciones involuntaria, no sólo en países del Tercer Mundo donde opera la IPPF, sino también en los EE.UU. Esto se denunció ante un juez federal del Distrito de Colombia, en 1974.<br />Aunque durante mucho tiempo Paternidad Planificada dijo en su literatura que el aborto mata a un ser humano, la propia Sanger opinaba que "a veces lo más misericordioso que una familia grande puede hacerle a uno de sus miembros es matarlo". Fue Havellock Ellis, aliado y amante de Sanger, quien determinó que los EE.UU. de los años 20 y 30 no estaba listo para justificar la matanza de un bebé por nacer, y le aconsejó a Margaret que se limitara a promover el control de la natalidad, es decir, los anticonceptivos, lo cual ella hizo. Fueron las Fundaciones Ford y Rockefeller las que financiaron las investigaciones que eventualmente llevaron a la fabricación de la píldora anticonceptiva, y todavía actualmente dichas fundaciones dan grandes cantidades de dinero para el control natal.<br />Con el dinero de la Fundación Brush, Sanger fundó la Federación Internacional de Planificación de la Familia o IPPF (International Planned Parenthood Federation) en 1952, y estableció su sede central en Londres, en oficinas suministradas gratuitamente por la Sociedad Inglesa de Eugenesia. Más adelante hablaremos también de la IPPF.<br />Paternidad Planificada utilizó un argumento para promover el control de la natalidad y obtener la legalización de los anticonceptivos hasta para menores de edad sin consentimiento o conocimiento paterno, que después utilizó también para promover la legalización del aborto "el derecho a la privacidad".<br />Al principio, antes de lograr la legalización del aborto en EE.UU., Paternidad Planificada alegaba en su literatura que se dedicaba a "lograr que la educación y los servicios de planificación familiar estuvieron disponibles universalmente, para que cesara la necesidad del aborto." Sin embargo, cuando la organización creció y cobró más fuerza, comenzó a promover el aborto como alternativa indispensable cuando fallan los anticonceptivos. A través de sus filiales en los países donde el aborto todavía es ilegal, como los de América Latina, la IPPF utiliza el mismo argumento de que sólo está tratando de impedir los abortos para así promover anticonceptivos y abortivos como la píldora, el dispositivo intrauterino, el Norplant y la Depo-Provera, logrando así la respetabilidad y la cooperación de incontables gobiernos. De esta manera quedan establecidas las bases para la futura legalización del aborto en esos países, el verdadero objetivo de Paternidad Planificada y de la IPPF.<br />En EE.UU., Paternidad Planificada emplea sus recursos para mantener la actual situación de aborto a petición a través de todo el embarazo. Lanzó una campaña en la cual prometió gastar un mínimo de 2 millones de dólares, más los recursos de sus 178 miembros asociados a través del país. Paternidad Planificada está en el negocio de los abortos. Fondos de impuestos obtenidos por Paternidad Planificada promueven y hacen posible la matanza de millones de niños no nacidos. El tamaño y la complejidad de las organizaciones afiliadas a Paternidad Planificada no impiden determinar a ciencia cierta cuánto dinero de impuestos reciben. En 1987, Paternidad Planificada reportó haber recibido 111 millones de dólares, el 40% de sus ingresos, del gobierno. Sin embargo, Paternidad Planificada de Nueva York reportó que el 60% de sus ingresos provino del gobierno.<br />Paternidad Planificada obtuvo en 1987 una ganancia de 4.6 millones para su oficina nacional y de 12.9 millones para sus afiliados, según Jo Ann Gasper, Asistente del Secretario para Asuntos de la Población, Departamento de Salud y Servicios Sociales. De la manera que Paternidad Planificada logra que el gobierno indirectamente contribuya a proveer servicios de abortos es uniendo los servicios de anticonceptivos y abortos en la misma clínica. Paternidad Planificada solicita fondos federales para operar un programa de planificación familiar, y recibe hasta el 60% del costo total de instalar la clínica, donde después, utilizando el mismo personal, muchas veces se llevan a cabo abortos, inclusive en menores de edad sin consentimiento o conocimiento paterno. Sólo en 1984, Paternidad Planificada llevó a cabo 88,824 abortos en sus clínicas y refirió casi cien mil mujeres a otras clínicas de aborto. En 1986, sólo por practicar abortos, Paternidad Planificada obtuvo $21 millones. En 1988, llevó a cabo 104,000 abortos. Paternidad Planificada tiene 850 clínicas a través de los EE.UU. y un presupuesto de 300 millones de dólares anuales. Según declaró su presidenta Faye Wattleton en aquel momento, los derechos "relacionados con la reproducción -- entre los cuales se incluye el aborto -- no son menos fundamentales que los derechos civiles".<br />Alfred Moran, quien en 1983 era director ejecutivo de Paternidad Planificada en la ciudad de Nueva York, declaró al New York Times las verdaderas intenciones de Paternidad Planificada con respecto al aborto: "Hasta que lleguemos a tener un contraceptivo perfecto, hasta que todo embarazo sea planeado y todos los niños que nazcan sean deseados o amados, Paternidad Planificada continuará proporcionando no sólo educación sexual y contraceptivos sino también abortos". En su Fact Sheet, (hoja de datos) Paternidad Planificada del condado Miami-Dade, en Miami, Estado de Florida dice: "El aborto es necesario para una planificación familiar efectiva, ninguna sociedad ha logrado un control de la fertilidad efectivo sin el aborto".<br />Los doctores James Ford y Michael Schwartz de la Free Congress Foundation analizaron en su libro Birth Control for Teenagers: Diagram for Disaster ("El control natal para los jóvenes: Diagrama para el desastre") los desastrosos resultados de los programas de "educación" sexual para jóvenes de Paternidad Planificada. Estos programas incluyen instrucciones específicas sobre el uso de anticonceptivos y no proporcionan guía moral, por lo que han aumentado la proporción de enfermedades venéreas, embarazos y abortos de adolescentes. Los doctores concluyeron que "el punto está claro: el apoyo gubernamental es un factor importante para ayudar a la gente a creer que actúa de acuerdo a la moral, ya que si el gobierno apoya la distribución de anticonceptivos a los niños y la instrucción en su uso, aún sin consentimiento o conocimiento paterno, entonces los programas y por ende la actividad sexual premarital, serán aceptados por la población adolescente y las agencias tendrán asegurada una buena clientela". La fuerte campaña de Paternidad Planificada, la cual ha convencido a muchos padres de que es imposible exigirle a la juventud la práctica de la castidad, ha logrado que éstos acepten y hasta ayuden a promover con sus dólares de impuestos hasta incluso las clínicas en las escuelas donde se distribuyen peligrosos anticonceptivos y abortivos. Durante un Desayuno de Paternidad Planificada en Miami, el 4 de mayo 4 de 1990, en el Joseph Caleb Center, la presidenta en aquel entonces de esta organización, Faye Wattleton, dijo: "Decirle a un adolescente que diga no [a las relaciones sexuales fuera del matrimonio] es como decirle a una persona crónicamente deprimida que tenga un buen día como cura para su enfermedad mental". Y añadió: "Debemos darles a los muchachos la oportunidad de ser responsables y hacer sus propias decisiones". Cuando se les hace creer a los padres que no pueden esperar que sus hijos permanezcan castos hasta que se casen y que los valores morales de los padres "simplemente no aplican a la juventud de hoy", la tarea de Paternidad Planificada se hace mucho más fácil. Por supuesto, la culpa no recae solamente en aquellos padres que se dejaron engañar, porque ellos fueron socavados en la formación moral de sus hijos por las escuelas públicas, el gobierno, la profesión médica y los medios de comunicación.<br />De otra manera no podría haber ninguna posibilidad de que Paternidad Planificada estuviera dando a menores una píldora cuyos efectos colaterales potenciales incluyen ataques cardíacos, apoplejías, flebitis, tumores en el hígado y los huesos, hemorragias cerebrales, etc., sin el conocimiento o consentimiento de sus padres. No habría posibilidad alguna de que esta organización hubiera colocado un dispositivo intrauterino (DIU), tan peligroso que muchos de ellos fueron prohibidos por la Agencia de Fármacos y Alimentos de EE.UU., en el vientre de jovencitas menores de edad sin que sus padres siquiera lo supieran. Y por supuesto, no habría posibilidad alguna de que esta organización pudiera matar a los bebés de jovencitas menores de edad ni de que ellas pudieran contraer herpes genital, SIDA y otras enfermedades sexualmente transmitidas. De hecho, si los padres tuvieran idea de lo que es capaz Paternidad Planificada, es posible que esta organización hace mucho tiempo no existiera.<br />Paternidad Planificada, luego de pasar por alto los derechos de los padres, logró también socavar la autoridad paterna. Paternidad Planificada fue al los tribunales para privar a los padres del derecho a participar en la decisión de su hija menor de abortar o no y ganó. En el caso Paternidad Planificada v. Danforth (1976), el Tribunal Supremo falló que una jovencita menor de edad, aunque necesita consentimiento para cualquier cirugía menor o para un tratamiento médico, no lo necesita para practicarse un aborto. El padre del bebé por nacer tampoco puede impedir que éste sea abortado, aunque la madre sea su esposa, como consecuencia de esta "victoria" lograda por Paternidad Planificada. En el caso Paternidad Planificada v. Belotti (1980), a los padres se les privó del derecho a ser informados de la decisión de su hija menor de abortar, aunque un juez lo permitiera. Actualmente los padres tienen que hacerles frente a las consecuencias físicas y emocionales que pueda tener el aborto en sus hijas menores, inclusive costear el tratamiento médico, pero no se les permite tomar parte en la decisión de ellas de abortar, por lo que tienen las obligaciones pero no los derechos paternos.<br />¿Cuál es la ideología de Paternidad Planificada en lo que concierne las relaciones sexuales entre adolescentes? Paternidad Planificada dice que hay que ayudarlos a sentirse "cómodos con su sexualidad", no a reprimirla, por lo que promueve la "educación" sexual libre de valores morales a través del mundo entero, cuyo objetivo primordial es la promoción del uso de anticonceptivos, a lo cual Paternidad Planificada llama "relaciones sexuales responsables". Una de las prioridades de Paternidad Planificada es la apertura de clínicas en todos los colegios públicos donde se distribuyen anticonceptivos y se refiere a las jóvenes al abortero. Durante la Conferencia de Prensa del 4 de mayo de 1990 en Miami, la presidenta de Paternidad Planificada en aquel momento, Faye Wattleton, dijo que la nueva clínica que planeaba abrir dicha organización en un colegio público incluiría consejería para dar información sobre dónde obtener un aborto, y que aunque por el momento no había planes de llevarlos a cabo en dicha clínica, esa opción permanecería abierta.<br />Paternidad Planificada oculta la verdad a las jóvenes sobre los efectos de la píldora. En su revista Family Planning Perspectives (vol. 21, no. 2) declara que ésta no presenta riesgo alguno. El volante que distribuye Paternidad Planificada del Estado de la Florida afirma que es un mito que la contracepción es peligrosa, que los contraceptivos orales como "la píldora", "representan un riesgo muy mínimo para jóvenes menores de 18 años y que "el riesgo mayor es no impedir el embarazo".<br />Paternidad Planificada, fiel a su fundadora Margaret Sanger, continúa enseñando su misma ideología. A los niños les enseña que no hay "ni bien ni mal" en asuntos de sexualidad, sino que simplemente tienen que explorar todos los aspectos y tomar su propia decisión, aunque esta difiera de los principios morales que sus padres les enseñaron. Paternidad Planificada ha definido a la familia como la relación que existe entre personas que viven juntas, lo cual iguala a las relaciones homosexuales con el matrimonio. En una guía para la "educación" sexual, Paternidad Planificada dice que los valores son principios y creencias que desarrollamos pero que cambian con el tiempo, y que es importante que cada persona decida por sí misma cuáles son sus valores, sin importar lo que digan los demás. El mensaje que Paternidad Planificada transmite a los estudiantes en sus cursos de "educación" sexual, es que cada persona tiene el "derecho" a tener relaciones sexuales con cualquiera, y que el compañero depende sólo de la "preferencia sexual" de la persona. Paternidad Planificada les enseña a menores de edad en sus cursos de "educación" sexual, que los juicios y normas de moral tienen poco o nada que ver con la sexualidad.<br />Paternidad Planificada le hace perder el pudor a la juventud, no solo hablándole de relaciones sexuales y anticonceptivos, además de despreciar la moral, sino también a través de sus actividades. La filial de Paternidad Planificada de Washington dio un "baile al preservativo". La pista de baile fue decorada con preservativos inflados de diferentes colores y las "festividades" concluyeron con un concurso de inflar preservativos. En Miami, Estado de la Florida, la oficina de Paternidad Planificada también dio una fiesta donde distribuyó preservativos a los jóvenes asistentes y rifó discos y entradas a un concierto del grupo Menudo. (Paternidad Planificada utilizó a este grupo musical de jóvenes para producir comerciales de servicio público para radio y televisión.) En un periódico de una escuela secundaria, Paternidad Planificada anunció sus "servicios" de "consejos", dirigidos a jóvenes menores de edad, informándoles que pueden recibirlos sin que sus padres lo sepan. Paternidad Planificada utiliza la música para llegar con su mensaje hedonista. Los cantantes Tatiana y Johnny (quien formaba parte del grupo Menudo), grabaron una canción para Paternidad Planificada llamada "Cuando estemos juntos", que ha recorrido EE.UU. y Latinoamérica. Este proyecto para "comunicar la planificación familiar" a los jóvenes fue costeado por los servicios de población de la Universidad John Hopkins y la canción se transmite en un número de países hispanos, acompañada de un mensaje de la filial local de la IPPF. Tatiana Palacios también dio una charla en el último congreso de Paternidad Planificada en Brasil, sobre cómo comunicar la "planificación familiar" a través de la música.<br />Como dijimos anteriormente, Paternidad Planificada socava la autoridad paterna. Un libro de Paternidad Planificada, que se utiliza en las escuela públicas de EE.UU. y que se titula The Perils of Puberty, dice: "Hay ciertas cosas sobre las cuales tú no deseas hablar con tus padres". Un anuncio de Paternidad Planificada en Dallas, Téxas decía: "Si tus padres son tan estúpidos que no te dejan obtener anticonceptivos, llama a Paternidad Planificada". Por supuesto, Paternidad Planificada no se preocupa de informar a los jóvenes respecto a los beneficios emocionales y morales de la castidad (la cual no le produce dinero a Paternidad Planificada), sino que les proporciona píldoras y otras drogas y artefactos anticonceptivos y abortivos, y les sugiere que tengan relaciones sexuales "responsables", es decir, sin hijos por medio del uso de anticonceptivos.<br />Paternidad Planificada es la asociación miembro en EE.UU. de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), que se describe a sí misma, irónicamente, como una institución dedicada a los derechos humanos que "comenzó con un movimiento para liberar a las mujeres de tener demasiados hijos". La IPPF se fundó para proporcionar un vínculo internacional a las actividades de Paternidad Planificada.<br />Al igual que Paternidad Planificada de EE.UU., la IPPFF presenta una falsa imagen al público. Las ramas de la IPPFF, especialmente en los países hispanos, quieren dar la apariencia de ser benefactores de la familia, por lo que han adoptado nombres como "Asociación Pro Bienestar de la Familia Ecuatoriana", "Asociación Argentina de Protección Familiar", "Sociedad Civil de Bienestar Familiar en Brazil", etc. Todas estas asociaciones tienen los mismos objetivos de la IPPF y trabajan para lograr políticas demográficas y servicios de "planificación familiar" gubernamentales.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-33430167937526105952009-04-28T12:59:00.001-07:002009-04-28T13:02:36.015-07:001.7. Socialismo y contracepción<div align="justify">Entre las grandes individualidades femeninas que enriquecieron el ideario socialista, no se puede olvidar a Margaret Sanger fue la fundadora del movimiento en pro del control de la natalidad en Norteamérica. Sus escritos y discursos difundieron la necesidad de un control de la natalidad -fue ella quien acuñó este término y abrieron un camino para discutir este tema que hasta entonces había sido tabú. A diferencia de su contrapartida inglesa, Marie Stopes,* quien al principio buscó una satisfacción dentro de unos matrimonios convencionales y más bien acomodados, la prolongada campaña de Margaret Sanger en favor del control de la natalidad surgió de una experiencia directa en las necesidades de las familias pobres y de las madres obreras. Nació Margaret, de soltera Higgins, en Corning, Nueva York, en 1883, en una familia de once hermanos.<br />En 1900, Margaret se casó con el arquitecto William Sanger. (Más tarde se divorció de él y en 1922 volvió a casarse, pero, como Maríe Stopes, conservó el nombre de su primer esposo por razones profesionales.) Después de nacer su segundo hijo, trabajó como enfermera de maternidad en la parte baja del East Side de Manhattan, donde presenció los resultados de unos índices de natalidad sin control alguno; elevada mortalidad infantil y materna, y tremendas presiones psicológicas. Después de morir una joven entre sus brazos a causa de los efectos de un aborto que se había infligido a sí misma, Margaret Sanger decidió emancipar a las mujeres del embarazo no deseado. Fundó su revista The Woman Rebel (más tarde llamada Birth Control Review) en 1914, y empezó a dar publicidad a la anticoncepción a través de esta publicación y también de su folleto Family Limitalion. Acusada de obscenidad bajo la ley Comstock de 1873, se vio constantemente acosada por las autoridades (y por el propio Comstock, mientras éste vivió) y, tras inaugurar en 1916 la primera clínica de control de natalidad en Estados Unidos, pasó 30 días en la prisión.<br />Al cabo del tiempo, la publicidad que su mismo acoso le concedió le valió también el obtener numerosos apoyos. Fundó la American Birth Control League en 1921, en cuya fecha contaba ya con la ayuda de personas muy destacadas, entre ellas su amigo, el librepensador Havelock Ellis... Organizó la primera Conferencia de Población Mundial en Ginebra en 1927, y fue elegida primera presidente de la International Planned Parenthood Federation (1953). En 1936, la ley Comstock fue modificada para permitir a los médicos la prescripción de anticonceptivos. Su visión sobre el control de la natalidad se había difundido ampliamente y, al igual que Marie Stopes, se dedicó a trabajar por esta causa en los países de población excesiva. Margaret murió ya longeva en 1966 en Tucson, Arizona, y su historia ha dado lugar a diversos telefilmes (1) en los que se tiende a ocultar sus ideales socialistas iniciales.<br />Recordemos que el movimiento de liberación femenina comenzó en realidad -en serio, como movimiento de masas- en la segunda mitad del siglo XIX, y tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña estuvo estrechamente asociado con la pugna por el sufragio femenino. Éste fue conseguido en EUA en 1919 y en Gran Bretaña en 1928, gracias sobre todo a los esfuerzos de feministas como Elizabeth Cady Stanton, Susan B. Anthony y Emmeline Pankhurst, que además se preocuparon por otros derechos fundamentales, tales como la igualdad de salarios, la coeducación y la enseñanza superior para las chicas, los derechos de las mujeres sobre los hijos, así como sobre la propiedad y los salarios. A partir de estos comienzos, la lucha se amplió para incluir el control de natalidad y la igualdad en la vida profesional. En la década de 1960, apareció una nueva dimensión: la “igualdad sexual”. El movimiento feminista trata de cambiar ideas arraigadas hasta hoy y pregona lo que las mujeres son capaces de hacer, y cómo deben comportarse para emplear todo su potencial como seres individuales provistos de talentos propios y de unas particulares necesidades sexuales.<br />Se trata de un movimiento que tiene unos negadores fanatizados; personas de uno y otro sexo temerosas de que la liberación signifique negligencia en la crianza de los hijos y unos matrimonios inestables (o incluso la no existencia del matrimonio), y hombres que no desean competir con mujeres en lo tocante a dinero, empleos o poder, gente a las que nunca les ha importado la miseria ni la opresión social, legiones como la Iglesia católica que ha bendecido guerras y santificados conquistas coloniales como es público y notorio en Portugal donde durante a lo largo de casi todo el siglo XX (1911-1974), fue el principal soporte de la dictadura de Salazar, uno de los principales aliados del bando militar-fascista español, una ayuda clave al menos en los inicios de la guerra española....<br />Muchos de estos oponentes no comprenden (o no quieren comprender) que el movimiento presenta dos vertientes, pues si las mujeres tienen libertad para elegir su propio papel, ya sea éste el de madre y ama de casa o el de ganarse el pan (o una combinación de ambos), lo mismo les ocurre a los hombres. Aquellos hombres que están cansados de cargar con la responsabilidad, de ganar el dinero, de no ver nunca a sus hijos, de actuar agresivamente y, en general, invitar a la úlcera de estómago y al infarto, se beneficiarán de esta distribución de la carga entre los dos sexos. Como nos decía Percy B. Shelley, el hombre no puede ser libre mientras oprima a la mujer.<br />Si existe una cuestión primordial en el tema de la liberación femenina es que los hombres asuman el feminismo con todas las consecuencias y con todas las de la ley...Una batalla social tan importante como la primera, y en la que nuestra izquierda institucional, en el mejor de los casos, no va más allá del discurso moralizante, en tanto que para buena parte de la izquierda insumisa sigue siendo una asignatura pendiente. Por eso resulta importante la labor de explicación, la agitación y la propaganda. </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-86224573855065146752009-04-28T12:56:00.001-07:002009-04-28T12:58:51.887-07:002. Clarence Gamble y la Pathfinder Fund<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwP9ti0dyglo9Rp5lbyr4ynTX4D_neKgI8zWRjaRAMfmzSYX91TLn4iCoIYHPdCxMnOqmE6e3C7LEj_OzAclu5W7CzMMWaPu5pxpAnsrTgW-4qqNguavg-W25gI6bKtvtlazrRvveIe8A/s1600-h/gamble.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329834159626306434" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 257px; CURSOR: hand; HEIGHT: 326px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwP9ti0dyglo9Rp5lbyr4ynTX4D_neKgI8zWRjaRAMfmzSYX91TLn4iCoIYHPdCxMnOqmE6e3C7LEj_OzAclu5W7CzMMWaPu5pxpAnsrTgW-4qqNguavg-W25gI6bKtvtlazrRvveIe8A/s400/gamble.jpg" border="0" /></a>El magnate F. Gamble, eugenista declarado. Filántropo sumamente activo en la financiación de iniciativas antinatalistas dentro y fuera de EEUU, él mismo estuvo implicado en la organización de muchas de ellas. De hecho es uno de los primeros auténticos financiadores del control de la población en países poco desarrollados. En 1957 fundó la Pathfinder Fund para articular mejor tales actividades. La institución le ha sobrevivido, después de su muerte en 1966, y sigue operando en la actualidad como Pathfinder International, tras cambiar el nombre en 1991.<br /><br />Sanger era una feroz promotora de la eugenesia. La revista editada por ella entre 1917 y 1938, The Birth Control Review ("Revista del Control de la Natalidad"), estaba llena de artículos favorables a la eugenesia. La misma Sanger y algunos de sus colaboradores expresaron su aprobación por las leyes de Hitler en Alemania sobre la esterilización obligatoria. La primera clínica para el control de la natalidad establecida por Sanger se encontraba en una zona pobre de Nueva York, donde vivían inmigrantes judíos y latinos, y fue financiada por personas del movimiento eugenésico. En una carta de 1939 de Sanger a Clarence Gamble, heredera de la empresa Procter and Gamble, ésta le proponía un plan para promover el control de la natalidad entre los negros. Es importante observar que C. Gamble fundó más tarde la organización Pathfinder Fund, que sigue sumamente activa en la promoción del control demográfico. En 1995 esta organización contó con un presupuesto de unos 43 millones de dólares, además de que cuenta con fondos del gobierno de EE.UU., o sea de nuestros impuestos, que financian un 92,5% de su presupuesto. Entre los años 1943 y 1945, se pueden encontrar en la documentación de Paternidad Planificada, la filial de la IPPF en EE.UU. fundada por Sanger, declaraciones a favor de la eugenesia como un "instrumento necesario" para evitar el nacimiento de niños que podrían convertirse en una "carga" para la sociedad.<br />Además de Sanger y Gamble, también podemos mencionar a Alan Guttmacher, vicepresidente de la Sociedad Eugenésica de EE.UU. (American Eugenics Society) y durante muchos años presidente de Paternidad Planificada. Tampoco se puede dejar de mencionar a John D. Rockefeller Sr., como también al Jr. y al III; los tres ayudaron al movimiento eugenésico. (John D. Rockefeller III es uno de los fundadores del Population Council, otra organización importante hoy en día en el control demográfico.) Otro miembro importante del movimiento eugenésico es Garret Hardin, de la junta directiva de la American Eugenics Society, y activista del movimiento ecológico a favor del control demográfico. En su libro publicado en 1993, Living Within Limits ("Viviendo dentro de unos límites"), Hardin considera al hombre como "un cáncer en la Tierra" -- excepto él mismo, claro. Los nazis llevaron la eugenesia hasta las últimas consecuencias al eliminar a los seres humanos que consideraban "inferiores" y al incentivar la procreación entre las personas que consideraban "modelos" de la raza aria.<br />El Dr. Alan Guttmacher dijo que los animales no humanos y hasta las bacterias, controlan su densidad de población de acuerdo a sus posibilidades alimenticias y a la disponibilidad de sus espacios. Las ratas del Artico llamadas lemmings, que son muy fértiles, cada cuatro años realizan una marcha mortal, donde los suicidas se lanzan al mar para prolongar la especie y las condiciones de vida de las que quedan. Lamentablemente, en los humanos no sucede eso. Como entes con libre albedrío y espíritu, no sólo deben proporcionar a sus hijos comida y espacio, sino formación ética, mental y ecológica también, y esto no está sucediendo. Los padres, por las necesidades económicas no están en sus hogares y los hijos quedan solos, a la deriva.<br />En 1973, el Dr. Alan Guttmacher, dirigente de la PPFA, predijo lo siguiente: “El único camino que tienen la Federación Internacional de Planificación de la Familia y sus aliados, para ganar la batalla del aborto a petición es la educación sexual”.<br /><br />Clarence Gamble era hijo de David Gamble y nieto de James Gamble, el cofundador de la famosa y próspera empresa Procter and Gamble. Clarance nació en Avondale, un barrio de Cincinnati, Ohio, el 10 de enero de 1894. Era el menor de cuatro hermanos, y nació cuando sus padres no esperaban tener más hijos, pues su madre, Mary Gamble, tenía treinta y nueve años y su padre, David, cuarenta y siete. Un comienzo interesante para un hombre que adoptaría como lema para sus esfuerzos de promoción del control de la natalidad el eslogan: “Cada hijo, un hijo deseado”.<br />La familia Gamble se definía por la ética protestante del trabajo. Al igual que los primeros puritanos, evitaban la ostentación y los padres se aseguraron de que sus hijos aprendiesen a gestionar sus recursos económicos manteniéndoles muy cortos de dinero. Sin embargo, dentro de su sobriedad, la familia Gamble hacía generosas donaciones a todo tipo de instituciones benéficas, tomándose así con la mayor seriedad la prescripción bíblica de dar limosna.<br />Clarence se sentía incómodo con la riqueza. Ya en los últimos años de su adolescencia, le horrorizaba pensar que otros creyeran que no tenía mérito alguno por sus logros porque éstos se debían a haber nacido en una cuna más que desahogada.<br />Como había sucedido con todos los Gamble hasta entonces, Clarence daba por supuesto que se dedicaría a trabajar duramente y a salir adelante por sí solo. Quizás en buena parte para evitar que le pudiesen acusar de que se estaba limitando a meterse en la empresa de la familia, Calrence Gamble decidió estudiar Medicina y hacerse un hombre en un campo sin relación con la industria de los Gamble. Entonces, en su vigésimo primer cumpleaños, recibió una carta de su padre:<br /><br />Querido Clarence: en honor a tu llegada a la mayoría de edad, tu madre y yo te trasferimos las acciones que se detallan en adjunto. Esperamos que seas capaz de utilizar bien esos recursos. Sólo tenemos una petición que hacerte, y es que contribuyas con al menos una décima parte de los ingresos a la Iglesia y a otras instituciones de caridad. Con cariño, tu padre.<br /><br />El valor de las acciones ascendía a un millón de dólares, una suma increíble en 1915, tan enorme que Clarence no tendría necesidad de trabajar sino que podría vivir de forma bastante holgada sólo con los intereses. En ese momento, cobraba 85 dólares al mes. Hizo un rápido cálculo y llegó a la conclusión de que los dividendos que produciría un millón de dólares en acciones le generarían al menos 160 dólares al día.<br />La decisión no fue difícil: “dejé mis 85 dólares al mes y me dediqué a gozar de la liberación de la ronda diaria de trabajo de oficina”. Esto no significaba que estuviese decantándose por una vida de holganza. Seguía decidido a convertirse en médico. Ese otoño fue a Princeton para comenzar el programa de licenciatura de Biología, en el que destacó como el primero de su promoción. De allí fue a harvard y se licenció en medicina en 1920, siendo el segundo de su promoción. Estos considerables esfuerzos no podrían ser atribuidos al hecho de ser heredero de la fortuna de los Gamble.<br />En Harvard, Gamble era un modelo de ejemplaridad: asistía a la iglesia todos los domingos, dirigía una tropa de boy scouts, ayudaba a muchachos pobres que habían abandonado la escuela y colaboraba con un club de ex alcohólicos. En comparación con las desordenadas vidas de Margaret Sanger y Alfred Kinsey, el modo de vida de gamble era un modelo de respetabilidad. Sin embargo, como veremos, su incesante cruzada por el control de la natalidad le sitúa, junto con Sanger, como una de las dos personas más importantes en la formación de la cultura contraceptiva de hoy en día. En la medida en que los esfuerzos de Gamble se concentraron especialmente en la investigación y el desarrollo, y luego en la efectiva difusión del control de la natalidad, posiblemente se sitúe incluso por encima de Sanger.<br />El interés de Gamble por el control de la natalidad no surgió, como en el caso de Sanger, de una preocupación por la construcción de una nueva civilización de libertad sexual. La obsesión de Gamble por el desarrollo y la difusión del control de la natalidad tuvo su origen, en gran parte, en su arraigada tendencia filantrópica. Verdaderamente pretendía ayudar a mujeres en situaciones desesperadas. Pero había más: la pasión de Gamble por el control de la natalidad también procedía de una característica que tenía en común con Sanger: la pasión por la eugenesia.<br />En lo que hace a su inclinación eugenésica, quizás la más interesante atalaya desde la que extraer información con respecto al pensamiento de Gamble sea la observación de su propia familia. Clarence se casó con Sarah Bradley el 21 de junio de 1924. A diferencia de todos los promotores del control de la natalidad, los Clarence tuvieron una familia relativamente grande. Planeaban tener seis hijos y los habrían tenido si Sarah no hubiese perdido el último. El hecho de tener cinco niños, los situó en una posición absolutamente excepcional con respecto a otros miembros del movimiento por el control de la natalidad.<br />Pero con eso los Gamble no actuaban en contra de sus convicciones. Creían firmemente en lo de “cada hijo, un hijo deseado”, y ellos deseaban tener seis, aunque no sólo por amor a la familia. Al igual que Darwin, Haeckel, Galton y muchos otros pioneros de la eugenesia, Gamble estaba convencido de que los mejores se reproducían poco y los peores demasiado. Estaba decidido a rectificar ese desequilibrio entre los aptos y los no aptos, tanto haciendo su propia contribución a una buena reserva eugenésica con su amplia familia como limitando la reproducción de los menores aptos a través del control de la natalidad.<br />Con respecto a su deseo de que los más aptos se reprodujesen más, durante la Segunda Guerra Mundial Gamble fue el principal impulsor de un programa entre las universidades de la Ivy League que pretendía animar a sus graduados a reproducirse más, concentrándose especialmente en su alma máter, Princeton y Harvard. Gamble pretendía elaborar estadísticas de natalidad universidad por universidad a fin de promover una especie de “competición de cigüeñas”, y creía que el otorgamiento de diversos honores y premios a los antiguos alumnos conseguiría promover una mayor procreación entre los más aptos. Un programa tal, sostenía, contribuiría a dar la vuelta al “suicidio racial” de los anglosajones protestantes blancos, originado por la inadecuada procreación de los mejores, Naturalmente, todo se basaba en el presupuesto de que una licenciatura universitaria era una señal clara, si no absolutamente segura, de una natural superioridad intelectual. Por desgracia, al menos por lo que hace a los planes de Gamble, eran siempre las universidades mormonas y católicas las que superaban a sus favoritas, las protestantes de la Ivy League.<br />En el otro extremo del abanico de prácticas eugenésicas, Gamble fue un firma proponente de la reducción de las tasas de natalidad de los no aptos no sólo a través del control de la natalidad sino también a través de la esterilización. Como ponen de manifiesto sus biógrafos Doone y Creer Williams,<br /><br />(…) durante algunos años intentó suprimir las formas hereditarias de retrasos y enfermedades mentales mediante la promulgación de leyes estatales que impusiesen la esterilización forzosa de esos pacientes. Con frecuencia escribió y disertó a favor de la esterilización, convirtiéndose en uno de los más tempranos divulgadores de la vasectomía al varón considerado no apto para convertirse en padre”.<br />Si echamos un vistazo a su obra Human Sterilization: Tecniques of permanent conception control (Esterilización humana: técnicas permanentes de control de la natalidad) de 1950, el lado oscuro eugenésico de la filantropía de Gamble se hace evidente. Gamble escribió este folleto conjuntamente con el doctor Latou Dickinson, otro firme defensor del control de la natalidad y ligado a Alfred Kinsey, que quizás incluso fue la influencia decisiva para conseguir que Gamble dedicase su vida a la “Gran causa”. El párrafo inicial es digno de ser trascrito íntegramente:<br /><br />“Rescatar a la humanidad del abismo de la fertilidad perjudicial no es problema sencillo. Durante un millón de años la Dama naturaleza se dio cuenta de que no podía desarrollar a su pueblo simplemente mediante la selección para la supervivencia de los más prolíficos, los más fuertes y los más inteligentes, a pesar de que tenía un planeta entero como laboratorio y a todas las razas para experimentar con ellas. En nuestro tiempo, a pesar del aumento de población, producto de la limitación de las epidemias y la atención a los débiles, nuestros esfuerzos organizados dirigidos a promover la procreación de calidad en lugar de la de cantidad sólo llevan tres décadas desarrollo activo (es decir, básicamente 1920-1950), y todo ello haciendo frente a una fuerte oposición. En efecto, las señales que indican que los niveles de inteligencia están declinando nos han movido a formular programas para remediarlo”.<br /><br />No es difícil ver aquí las líneas argumentales que tienen su origen en Darwin. Con la selección natural, los mejores se reproducen más. La medicina y la higiene moderna han tenido el efecto negativo de eliminar las técnicas purificadoras e inmisericordes de la selección natural. El resultado ha sido tanto la superpoblación como la contaminación de la reserva genética por los menos aptos. Para reequilibrar la balanza, debemos introducir métodos artificiales que limiten la procreación de los no aptos e incrementen la procreación de los aptos.<br />De este modo, “para desarrollar la clase mas deseable de cuidados es necesario proporcionar a los mejores candidatos ayudas a la fertilidad cuando las necesiten y limitar la descendencia de los débiles mentales y de los que ya hayan traído al mundo todos los hijos a los cuales puedan atender”.<br />Si bien algo se ha avanzado en los intentos de la sociedad “pro reducir la productividad” de los débiles mentales mediante la “segregación”, tales avances únicamente han proporcionado remedio “para una pequeña fracción de la necesidad”. Dado que no existe suficiente espacio en esas instituciones, algunos de los débiles mentales deben ser liberados en la sociedad. Esto no supone un problema en tanto en cuanto reciban el entrenamiento necesario para sostenerse a sí mismos, pero incluso si están “así equipados”, solo pueden ser liberados si “están salvaguardados a través de la esterilización frente a la producción de más defectuosos”. “Tal salvaguarda debería estar legalmente impuesta para los defectuosos mentales para los cuales no hay espacio suficiente en nuestras instituciones”.<br />Aunque el lenguaje es más bien etéreo, no es difícil darse cuenta de que al hablar de “legalmente impuesto” Dickinson y Gamble querían decir esterilización forzada, dado que posteriormente citan con aprobación a los “27 estados” que establecieron la esterilización “sufragada por el Gobierno de los defectuosos mentales o de los psicóticos”.<br />En el contexto de este espíritu eugenésico, Dikinson y Gamble pasaban a describir minuciosamente en su folleto diversos procedimientos de esterilización permanente. En le resumen final del trabajo, titulado “la responsabilidad del médico”, Dickinson y Gamble afirmaban: “El campo de la esterilización incluye tanto a todos aquellos que debido a su condición hereditaria física son totalmente no aptos para tener hijos, como aquellos padres para los cuales otro hijo sería una decisión equivocada o un peligro real, como a los que carecen de inteligencia o tenacidad para utilizar otros medios de control”.<br /><br />“Hasta ahora las naciones han tenido como uno de sus principales objetivos el mero incremento del número de ciudadanos. La nueva perspectiva mundial tiene como fin la elevación de la calidad de sus ciudadanos y el incremento del bienestar de la familia, la comunidad y la nación. Para este objetivo, la limitación de los completamente no aptos es un expediente claramente necesario”.<br /><br />Como sucede con la mayoría de los defensores del control de la natalidad en la primera mitad del siglo XX, podemos ver en Dickinson y en Gamble que su pasión por el control de la natalidad era una mezcla de compasión por los que sufren y de una fuerte tendencia eugenésica a eliminar a los no aptos, para así elevar tanto la calidad de vida como la calidad de la reserva genética humana. Después de que las atrocidades de los nazis en lo que hace a la eugenesia saliesen a la luz tras la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los defensores de la “planificación familiar” abandonaron la promoción directa de la eugenesia y (al menos públicamente) se concentraron sólo en la compasión.<br />Curiosamente, aunque eran conscientes del daño que el apoyo abierto a la eugenesia podría acarrear a su causa en 1950, Dickinson y Gamble negaron cualquier conexión entre su promoción de la esterilización eugenésica y la de los nazis, incluso a pesar de que quitaban importancia a la gravedad real del programa eugenésico nazi. En el apéndice del panfleto, y en un tipo de letra muy pequeño, subrayan que:<br /><br />“(…) la bibliografía alemana (sobre esterilización) es voluminosa, tanto la que se refiere a la herencia, a sus leyes, a los procedimientos quirúrgicos o a los radiológicos (…) Después de treinta años de investigación por parte de autoridades eminentes sobre la eugenesia como Rudin y Lenz, se determinó que la proporción de débiles mentales se elevaba alrededor de uno de cada 170. La inclusión de todos los afectados por desórdenes mentales y físicos absolutamente hereditarios y gravemente perturbadores de la vida de la comunidad incrementó la estimación a uno de cada 110”.<br /><br />Por supuesto, como hemos visto en el capítulo sobre Haeckel, fueron esos cálculos los que constituyeron el fundamento de los programas eugenésicos nazis, que no sólo condujeron a la esterilización de los mismos. Probablemente Dickinson y Gamble consideraron que esta estimación del número de los no aptos para procrear era ajustada, porque seguidamente afirmaban: “Existen datos de Suecia, Suiza, Holanda y Dinamarca que confirman tal proporción”. Aplicar a Estados Unidos tal proporción sobre una población de 100 millones significaría que habría 909.000 personas consideradas no aptas para procrear y, por tanto, aptas para la esterilización, voluntaria o forzada. Para la actual población de Estados Unidos, eso supondría la esterilización de más de 2,6 millones de “defectuosos”.<br />Bien porque no fuesen conscientes de lo que realmente sucedía en los programas eugenésicos alemanes, bien porque fuesen excesivamente ingenuos con respecto a la conexión de esos programas con sus propias ideas, Dickinson y Gamble afirmaban: “La esterilización eugenésica alemana, que se comenzó a practicar en 1934, era obligatoria, pero la ley establecía requisitos muy precisos. Las recomendaciones que se presentaban ante los 203 Tribunales Hereditarios venían precedidas de historias clínicas y exámenes muy elaborados. Esos tribunales estaban compuestos por tres jueces: un juez de distrito, un funcionario público de sanidad y un especialista médico, y en sus procedimientos se contaba con las declaraciones de peritos. Existían 26 tribunales de apelación”. El final feliz: a lo largo de un período de tres años se recomendó la esterilización forzada de 225.000 personas, y los registros muestran que, de las 87.000 operaciones realizadas en los primeros quince meses “casi la mitad se prescribieron por causa de debilidad mental”. Está claro que aprobaban los resultados; es, por tanto, difícil creer que ignoraban los medios a través de los cuales se obtuvieron esos resultados.<br />Tanto Dickinson como Gamble parecían pensar que esa barreras burocráticas tan cuidadosamente erigidas habrían eliminado la posibilidad de esterilizaciones injustas, incluso a pesar de que precisamente ese mismo tipo de “salvaguardas” burocráticas eran las que existían en las ejecuciones eugenésicas de los nazis. La misma burocracia se ocupaba de uno y otro aspecto del programa eugenésico, precisamente porque la esterilización y la exterminación eugenésicas eran para los nazis partes de un único traje eugenésico sin costuras. Cerrando absolutamente los ojos a estas conexiones, Dickinson y Gamble acaban su folleto con la afirmación verdaderamente aterradora de que “las ejecuciones secretas mediante cámara de gas que se realizaron más tarde durante la guerra para los casos más graves de determinados defectos mentales, tales como la idiocia profunda, difícilmente pueden englobarse dentro de estas políticas de esterilización; éstas fueron interrumpidas a causa de las protestas públicas”.<br />Pero de nuevo, igual que Clarence Gamble no era un revolucionario sexual al estilo de Margaret Sanger, tampoco era un proponente a lo Haeckel de una eugenesia abiertamente brutal. Más bien podría describírsele como un hombre con buenas intenciones que no se dio cuenta de que esas buenas intenciones abrían camino el libertinaje sexual de Sanger y a la brutalidad de Haeckel. Tenía pasión por la beneficencia, y eligió el control de la natalidad como la causa sobre la cual derramar sus considerables energías y su riqueza, sin ver con la claridad de Sanger y Haeckel adónde le llevarían esas obras.<br />Si centramos nuestra atención en la carrera de Gamble como campeón del control de la natalidad, descubrimos que siempre hizo exactamente lo que consideraba mejor. Como tenía el dinero necesario para hacer lo que se le antojase, no estuvo lastrado por la burocracia ni por la necesidad de pedir ayuda económica.<br />Su modo de trabajar – fuese en Estados Unidos o cualquier otro país – era enviar a un “trabajador de campo” a un área particular que él consideraba prometedora. Este trabajador de campo cobraba su sueldo directamente de Gamble, y sólo respondía ante él. Este misionero electo del control de la natalidad, siempre una mujer con empuje, montaba una clínica y se dedicaba a vender puerta a puerta la importancia del control de la natalidad. Gamble le proporcionaba su salario y los aparatos para el control de la natalidad cuya efectividad pretendía probar. La responsabilidad del trabajador de campo era suscitar el interés entre los “nativos” acerca de cualquier forma de control de la natalidad que Gamble desease probar y proporcionar datos exhaustivos sobre las tasas de efectividad. Posteriormente Gamble publicaba esos resultados.<br />Comenzó durante la Gran Depresión y, siguiendo siempre el mismo modus operando, actuó en Pennsylvania, Ohio, Michigan, Kentucky, Carolina del Norte, Puerto Rico, Japón, India, África e Italia, entre otros lugares. Su plan era siempre el mismo: facilitar el dinero necesario para los comienzos, suscitar el interés y luego exigir que los ciudadanos locales dotasen y gestionasen sus propias clínicas.<br />Una dificultad con la que Gamble tuvo que enfrentarse una y otra vez fue que con frecuencia los “nativos” no blancos tenían la impresión de que lo que el “hombre blanco” buscaba en realidad era reducir la población de no blancos más que prestarles ayuda efectiva. En más de una ocasión, Gamble y sus colegas del control de la natalidad fueron tratados con gran recelo, incluso con hostilidad, especialmente en lugares en los que los nativos habían tenido una larga historia de enfrentamientos con el imperialismo blanco o con la esclavitud. El apoyo abierto de la eugenesia por parte de Gamble, especialmente su insistencia en limitar la procreación de los “no aptos”, no contribuía precisamente a tranquilizarlos sobre la rectitud de sus motivos.<br />Como un ejemplo de tales dificultades tenemos la muy famosa carta dirigida por Gamble a Margaret Sanger, escrita en noviembre de 1939, que Gamble tituló “Sugerencias para el Proyecto Negro”. Para evitar las suspicacias de que se estaba promoviendo el control de natalidad entre la población negra como otra forma de supremacía blanca, Gamble sugería a Sanger que situase a líderes negros en posiciones en las que pareciera que estaban al mando: que contratara a un clérigo negro para predicar el evangelio del control de natalidad como una forma de resurgimiento religioso, y a un médico y una enfermera negros para administrar los métodos de control de natalidad t realizar el seguimiento. Sanger, en una carta escrita en diciembre de ese mismo años, se mostraba de acuerdo: “No queremos que se extienda la idea de que pretendemos exterminar a la población negra, de modo que un religioso es la persona adecuada para apartar esa idea si en algún momento se le ocurre a alguno de sus miembros más rebeldes”. Por su puesto, la exterminación abierta no era su objetivo; más bien, lo que deseaban era la reducción significativa de la futura “población negra”.<br />Debido tanto a la compasión como a su propia convicción eugenésica, a Gamble le interesaba especialmente desarrollar métodos efectivos de control de la natalidad para los pobres y los ignorantes. Su método favorito durante la primera mitad del siglo XX era una esponja empapada en una solución salina que se insertaba en la vagina antes del coito. Cuando aparecieron en escena el DIU y la píldora, a mediados del siglo, Gamble los recibió con los brazos abiertos y comenzó a distribuirlos por todas partes, siempre insistiendo a sus trabajadores de campo en que guardasen estadísticas detalladas sobre su uso y sobre las tasas de embarazo.<br />Es interesante constatar cómo el enfoque tan directo de Gamble le provocó continuos enfrentamientos con el otro gran proponente del control de la natalidad, la Internacional Planned Parenthood Federation (Federación Internacional de Control de la Natalidad, IPPF). Si bien Gamble parece que se llevaba bien con la misma Sanger, con la que mantuvo una continua correspondencia durante muchos años, los burócratas profesionales de la IPPF se mostraban recelosos ante el completo desprecio de Gamble por las estructuras organizativas, el seguimiento de órdenes y los esfuerzos coordinados. Dada su fortuna y sus propias disposiciones personales, Gamble estaba bastante habituado a hacer exactamente lo que consideraba oportuno en el preciso momento en que lo consideraba oportuno. Nunca cambió.<br />Su enfrentamiento con la IPPF llegó a hacerse tan agudo que en 1957 Gamble puso en marcha el Pathfinder Fund, su propia organización internacional para la promoción del control de la natalidad. En contraste con los enredos que le suponía su trato con la IPPF, el Pathfinder Fund era una organización internacional que simplemente llevaba a cabo la voluntad de Gamble utilizando su propio dinero. Dado que no tenía que pedir dinero a nadie ni dependía de subvenciones, su trabajo internacional para el establecimiento del control de la natalidad careció de lastres de un modo que la IPPF sólo podía envidiar.<br />Una de sus grandes “victorias” fue la introducción del control de la natalidad en Italia a través del Pathfinder Fund. Esta “victoria” es un exponente claro de la íntima contradicción que existía en el fundamento de sus esfuerzos. Una vez más, hay que reconocer que el mismo Gamble, especialmente si se le compara con alguien como sanger, en muchos aspectos era un modelo de respetable americano protestante medio en lo tocante a la moralidad sexual. Al igual que muchos otros protestantes bien intencionados de la primera mitad del siglo XX, Gamble entendía que el control de la natalidad era algo que únicamente tenía que ver con la vida conyugal, y no algo que promoviese la libertad sexual fuera del matrimonio, al estilo de lo que promovía Margaret Sanger. Pero como advirtió el papa Pablo VI, autor de la encíclica Humanae Vitae, las dos no podían separarse: la existencia de un control de la natalidad cada vez más efectivo llevaba consigo la liberación de todas las restricciones sobre la sexualidad.<br />Por supuesto, Gamble era consciente de que la oposición más poderosa frente a la aceptación generalizada del control de la natalidad procedía de la Iglesia católica. Por eso consideraba que la más dulce de las victorias sería introducir el control de la natalidad en Italia, a las mismas puertas del Vaticano, en la ciudad de Roma. Tal y como escribió en una de sus cartas, describiendo su batalla en pro de la legalización del control de natalidad en Italia: “(…) es verdaderamente excitante tener el centro (de control de la natalidad) abierto a la sombra del Vaticano”.<br />A fin de hacer posible este golpe, Gamble reclutó el matrimonio formado por Luigi y Maria DeMarchi. Los DeMarchi, especialmente Luigi, Fueron los Sanger del movimiento italiano por el control de la natalidad; esto es, consideraban el control de la natalidad como un modo de abrir las puertas a una completa libertad sexual, más que (como en el caso de Gamble) una vía para que las parejas casadas limitasen el tamaño de sus familias. Gamble estaba dispuesto a hacer la vista gorda sobre este aspecto de los DeMarchi, en tanto en cuanto fuesen capaces de conseguir el objetivo de poner en marcha y llevar a término una campaña para derogar las leyes italianas contra la anticoncepción. A través de los esfuerzos de los Demarchi, Gamble prevaleció, y en 1971 las leyes contra la contracepción italianas fueron derogadas por los tribunales.<br />Parece que Gamble creía que los libertinos sexuales podían ser una ayuda útil, pero en última instancia poco importante, en la tarea de difundir el control de natalidad para usos “legítimos”. En estos, es representativo de las buenas intenciones de las grandes Iglesias protestantes, las cuales, una tras de otra, echaron por tierra el tradicional rechazo cristiano al control de natalidad y se aliaron con organizaciones como Planned Parenthood. Fuesen cuales fuesen las intenciones originales, la separación entre el placer y la procreación en la relación sexual a través del control de la natalidad dio lugar, en un corto periodo de tiempo, a una cultura de libertad sexual como la que tenían en mente Sanger y DeMarchi. Es más, la aceptación de los aspectos placenteros de la sexualidad y el simultáneo rechazo de sus aspectos procreadores acabó necesariamente derivando en una cultura que abraza el aborto. Ésta es la cultura de Planned Parenthood.<br />Gamble murió en 1966. Su legado sigue vivo en el Pathfinder Fund, que es hoy una especie de organización hermana de la IPPF que proporciona no sólo métodos de contracepción, sino abortos por todo el mundo, difundiendo así la Cultura de la Muerte bajo el velo de la compasión.<br /><br />Gamble: first "pathfinder"<br /><br />Nacido en 1894 en Cincinnati, Gamble se graduó de Princeton en 1914 y recibió un título de médico de Harvard en 1920,3 A mediados de los años 1920, Gamble inició amistad con pro-contraceptionist Dr Robert Dickinson y la señora Margaret Sanger, fundadora de la American Nacimiento Control Liga, el padre de la actual Planificación de la Familia de la Federación de America.4 Gamble el hijo de Richard, quien fue presidente de Pathfinder en la década de 1970, el trazado de su padre el interés en el control de la población de vuelta a 1924, cuando se reunió por primera vez Gamble Dickinson, que instó a la joven millonario de "adoptar Hasta el trabajo. "5 Como resultado de las asociaciones con Sanger y Dickinson, naturalmente Gamble gravitaron en lo que se convertiría en su vida el trabajo de más de un período de 40 años: el control de la población, la eugenesia, y la investigación de anticonceptivos.<br />A lo largo de su carrera, Gamble fue un campeón de la esterilización y el aborto inducido luchado por la legislación que obliga a la sala de esterilización mental de los pacientes y la realización de vasectomías en "no aptos" los hombres. De este modo, trató de eliminar las formas hereditarias de la enfermedad y el retraso. Escribió más de 100 artículos para revistas médicas y científicas. Casi todos los artículos en cuestión diversos métodos anticonceptivos y dispositivos, espermicidas, óvulos vaginales, espumas, jaleas, polvos, diafragmas, píldoras, DIU, etc. como Gamble solicita continuamente nuevos y mejores anticonceptivos en el curso de su búsqueda de la "perfecta" uno.<br />De 1923 a 1938, enseñó Gamble hizo la investigación y farmacología en la Universidad de Pennsylvania Escuela de Medicina. Si bien ayudó a inventar un estetoscopio eléctricos que emiten sonido por el altavoz del corazón y los pulmones, tal vez el único ejemplo de la no-1933, Gamble fue elegido presidente de la Federación de Control de la natalidad Pensilvania, un estado Margaret Sanger filial de la Liga Americana Control de la natalidad. Desde esa posición, Gamble avanzada para convertirse en un miembro de la Liga de la junta de directores.<br />En diciembre de 1937, fue nombrado Gamble "Medical Director" de Sanger de Control de la natalidad de Investigación Clínica de Mesa y al mismo tiempo se convirtió en un miembro de la junta editorial de asesoramiento de la Mesa del Diario de Contracepción, 8 un vehículo de propaganda para Sanger del control de la natalidad y eugenesia programa .<br /><br />Gamble in North Carolina<br /><br />En 1937 Gamble realizó la financiación de un programa que suministran "información de control de la natalidad a los nativos de la densidad de población pequeña isla de Bocagrande, frente a la Florida Everglades." 9 La enfermera a cargo del programa, Miss Frances Pratt, la nostalgia por su nativa de Carolina del Norte , Interesados Gamble en ese estado como un buen lugar para probar y demostrar su métodos anticonceptivos. Gamble se acercó a la Junta Estatal de Carolina del Norte de la Salud con una oferta que encontró demasiado bueno para negarse: él personalmente fondo por un año un proyecto para proporcionar anticonceptivos, bajo los auspicios del Estado, a los ciudadanos indigentes, el pago de los anticonceptivos y el sueldo de un "Consultor de la enfermera," Miss Pratt. Miss Pratt por lo tanto, hizo su camino de regreso a Carolina del Norte y ha Gamble todo el estado como un laboratorio en el que poner a prueba sus ideas, cuando Carolina del Norte, el 15 de marzo de 1937, se convirtió en el primero de los cuarenta y ocho estados de patrocinar a un departamento de salud el control de la natalidad Programa. Carolina del Norte cuando el plan se puso en marcha, había sólo tres (privado) de control de la natalidad clínicas en el estado; a finales de 1938, con el respaldo Gamble, el Estado ha creado 56. En ese momento, con menos del 3 por ciento de la población del país, Carolina del Norte tuvo el 13 por ciento de la nación clínicas de control de la natalidad. A mediados-1939 el número de clínicas de control de la natalidad en Carolina del Norte ha aumentado a 62, segundo sólo a Nueva York.<br />Modestamente (o era miedo a las repercusiones?) Gamble escribió un editorial de El Diario de la anticoncepción de alabar a Carolina del Norte "inteligente y progresista" de anticonceptivos programa completamente escondidos mientras que su propia implicación con el proyecto. Gamble ofreció su "felicitación al Estado... marcado para este avance pionero en la labor de salud pública," en efecto sí las de la parte posterior.<br />Los anticonceptivos que Gamble proporcionada a la de Carolina del Norte fue clínicas "de espuma, polvo y esponja", elegido por su facilidad de uso ya que cada montaje no era necesario, y especialmente para Gamble interés en el método. En el momento Gamble está experimentando con diferentes polvos de espuma, incluidas las de su propio personal, y ahora él podría determinar la eficacia del método y de la seguridad.<br />Prospectivo de los pacientes habrían sido seleccionado "sobre la base de una clara indicación médica", que podrían ser no más que el hecho de "haber soportado hasta cuatro hijos", o "la mujer en muy malas circunstancias económicas... [tener] dos O tres hijos en rápida sucesión ". En este último caso, dos médicos de Carolina del Norte que participan en el proyecto se indica que un "cuidado [médico] la historia y examen por lo general revelan pruebas suficientes de la mala salud a la maternidad un riesgo cierto". Uno de los dirigentes de los anticonceptivos proyecto, el doctor Roy Norton, en una franca admisión, señaló que la "estricta indicación médica", supuestamente necesaria para la inscripción de un paciente en el programa "son lo suficientemente elásticas" a fin de no negar el servicio a "los que Merecedores ", a saber, de Carolina del Norte la población indigente, en especial sus negros.<br /><br />Racismo Y EUGENESIA<br /><br />La abiertamente racistas y eugenésicas naturaleza del proyecto así se puso de manifiesto en una anécdota tantas veces le dijo acerca de un local de "funcionario de salud [que] no cree que su país necesita la anticoncepción. Se le pidió a verificar sus estadísticas vitales. Cuando se descubrió que la Eran negros representan el 85 por ciento de los nacimientos que rápidamente cambió de opinión. "<br />Aún más abrumador fueron las observaciones del doctor George M. Cooper de la Junta Estatal de Carolina del Norte de la Salud y director del nuevo proyecto de anticonceptivos, que en la introducción de Clarence Gamble orador a una reunión de la North Carolina Asociación de Salud Pública, dice que el proyecto Fue diseñado para promover un "positivo cría de mejor familia los niños... y la contención de la cría de los indeseables".<br />En su discurso, Gamble dijo a los reunidos los oficiales de salud pública que "entre los servicios de que [ellos] pueden dar, el de [suministro] de control de la natalidad es de la mayor importancia." Gamble explicó su declaración: si "salvar una vida carcinomatosas [ellos] probablemente han rescatado dos décadas de existencia o menos" y en el caso de la sífilis "una cura puede mejorar tres o incluso cuatro décadas de la vida", mientras que con la difteria "cinco Mayo décadas cuelgan en la balanza. Pero con la anticoncepción, es posible... para que un niño no deseado para evitar toda una vida de los infelices, insalubres alrededores". Gamble lo resumió: "¿Puede cualquier problema médico más importante?" 17 Gamble pesaba en su propio eugenesia con los comentarios al señalar que "lamentablemente" el aumento de la población de Carolina del Norte fue, al parecer, no viene "de los niveles más inteligente", sino más bien de Los "desfavorecidos" de clase. Gamble le dijo a su audiencia que estaban "en una posición estratégica... Carolina del Norte para mejorar la siguiente generación de la corrección de la presente indeseable diferencial de la tasa de natalidad ...."<br />The "negro project"<br /><br />En 1939, Margaret Sanger de la nueva Federación de Control de la natalidad de América, una fusión de la Liga Americana Control de la natalidad y su brazo de investigación, el Control de la natalidad Investigación Clínica Mesa, diseñó un "Proyecto Negro", que trató de lograr una importante reducción de la tasa de natalidad entre los Negros de América. Ese resultado, de acuerdo con los objetivos del proyecto, ayudaría a resolver el problema de la pobreza del Sur Negro. Según la propuesta de proyecto, la creencia generalizada de que fue escrita por Gamble, "La masa de los negros, especialmente en el Sur, sigue siendo la raza de forma descuidada y desastrosamente, con el resultado de que el aumento de [la población] de los negros... es de la parte... Menos inteligente y apropiado, y menos capaces de criar niños bien ".<br />El proyecto fue contratar a tres o cuatro ministros de color, preferiblemente con antecedentes de servicio social, y con la participación de personalidades "para viajar a través de la propaganda y del Sur para el control de la natalidad. Como la propuesta del proyecto declaró: "El mayor éxito educativo Negro enfoque de la religión es a través de un recurso de casación."<br />En una carta a franco notablemente Gamble, Sanger escribió que "No queremos salir a la palabra que queremos exterminar a la población Negro y el ministro es el hombre que puede enderezar idea de que en caso de que se produzca alguno de sus más rebelde Miembros".<br />Gamble, a su vez, propuso que los ministros de obtener la ayuda de los médicos y negro intento de organizar un "Comité de Control de la natalidad Negro" en cada comunidad. En un memo privado en relación con el "Comité Directivo de color," Gamble escribió que "Existe un gran peligro de que [el proyecto] fallará porque los negros parece que un plan de exterminio. Por lo tanto vamos a dejar que aparezca el color ejecutarlo..."<br />A pesar Gamble profeso preocupación por la salud y el bienestar de los indigentes negros fue la orientación, que se enfrentaron con el Sur de Carolina del Director de Salud Pública que querían proporcionar los servicios generales de salud, junto con el programa de anticonceptivos siendo empujadas por Sanger y Gamble. Gamble Sanger escribió que él no quería que sus fondos que se "diluye con mucho trabajo de la salud en general."<br /><br />Out of North Carolina, on to Puerto Rico<br /><br />A pesar de todo el entusiasmo acerca de Carolina del Norte Gamble proyecto, que nunca se convirtió en auto-apoyo y de los resultados de sus experimentos fueron anticonceptivos poor.23 En la medida en que un indigente población ha sido un blanco específico para la empresa no había esperanzas de la generación de ingresos suficientes para aliviar Gamble de la carga del pago para el proyecto indefinidamente, a menos que el propio Estado asumió la función de los costos u otros contribuyentes ricos podían encontrarse, ni de que estaba en preparación. La idea de la financiación federal para tal proyecto era absolutamente impensable en ese momento. Al final de cuatro años de funcionamiento el número de aceptantes de anticonceptivos ascendió a sólo 6220, una cifra que, no obstante, se ballyhooed por los directores del programa y partidarios. Con esos resultados limitados, Gamble terminado su financiación del proyecto y dirigió su atención a un lugar mucho más atractivo para sus empresas de Puerto Rico.<br />Antes de partir de Carolina del Norte, sin embargo, Gamble "trabajadores de campo [han] contribuido a la creación gubernamentales similares [anticonceptivos] servicios en Alabama, Mississippi, Georgia y Carolina del Sur." Estos estados han observa muy de cerca de Carolina del Norte y el programa de anticonceptivos estaban deseosos de seguir su hermana de conducir del estado. Al igual que en Carolina del Norte, los gastos sociales, el racismo y la eugenesia consideraciones son las principales razones detrás del estado suministrado por los servicios de control. La difusión de estos servicios, junto con la nueva "respetabilidad" que Gamble había ganado de los sistemas de control de la población y la eugenesia, fueron probablemente los más importantes legados de su empresa en Carolina del Norte.<br /><br />UN LABORATORIO IDEAL PARA EL CONTROL DE LA NATALIDAD<br /><br />Gamble había comenzado a trabajar en Puerto Rico a finales de 1936 cuando estalló una controversia sobre el descubrimiento de que la Administración de Reconstrucción de Puerto Rico (PRRA), un programa New Deal, se utilizan fondos públicos para la compra de dispositivos anticonceptivos y suministros para la "salud materna" clínicas En la isla. Con la anticoncepción todavía ilegal en Puerto Rico en el momento, se temía que una reacción católica en los Estados podría costar el Presidente Roosevelt de que los votos en las elecciones presidenciales del otoño. En consecuencia, se ordenó la PRRA a dejar de financiar el control de la natalidad, por lo menos hasta la elección fue de más de la Católica y voto garantizado. En el cierre reforzado Clarence Gamble, que suministra personalmente gran parte del dinero necesario.<br />En 1937 la legislatura de Puerto Rico, bajo fuerte presión de los Estados Unidos, aprobó una ley legalizando el control de la población tanto la anticoncepción y la esterilización. Puerto Rico, con su homogénea, la población estable de las mujeres pobres y analfabetas, siempre Gamble y de las compañías farmacéuticas de América con un "ideal" para el medio ambiente en masa ensayos clínicos de los anticonceptivos. A principios de 1938, Gamble, en su papel de Director Médico de Sanger de Control de la natalidad Investigación Clínica Mesa, visitó dos centros de control de la natalidad en la isla que estaban afiliados a la Mesa. Gamble trajo a sus anticonceptivos espumas y polvos para Puerto Rico, pero pronto se trasladó a los más sofisticados métodos como la píldora y el DIU.<br />Durante la década de 1950, Gamble financiado, en parte, la labor de los Dres. Gregory Pincus y John Rock, "Los Padres de la píldora." Los primeros ensayos de la píldora se llevaron a cabo en Puerto Rico, con la donación Gamble que abarca el campo y los ensayos clínicos.<br /><br />Into the world at large<br /><br />Gamble también en la financiación de proyectos a gran escala DIU en Puerto Rico, Corea y Chile. Cuando Gamble tenido problemas con el Consejo de Población más de los derechos de patente a ciertos tipos de DIU, su oferta fue cortada durante varios años en la década de 1960. Gamble haber respondido por sus propios dispositivos intrauterinos fabricados en Hong Kong por sólo tres y medio centavos cada uno! Finalmente, la disputa se remendados y Gamble y el Consejo reanudó su trabajo relationship.30 Al mismo tiempo, establecido desde hace mucho tiempo a través de conexiones de la familia en Asia, Gamble desarrollado un gran mercado para sus comprimidos de espuma y sal de arroz casera anticonceptivos jalea en Ceilán , Hong Kong, India, Japón, Malasia, Birmania, y Singapur. Cuando la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) inició su andadura en 1948 en las oficinas de la Sociedad de la Eugenia de Londres, Gamble fue una de las primeras contribuyente financiero. Sin embargo, cuando el jefe de la Federación de la India rama Gamble acusado de utilizar las mujeres indias como cobayas de laboratorio para sus experimentos anticonceptivos, Gamble rompió su relación con la Federación. Con el final de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó Gamble grandes sumas de dinero en Japón, la financiación de gran parte del gobierno japonés del programa de control de la natalidad. Gamble se ha convertido en un hombre potente control de la población en todo el mundo.<br />En 1955 en Italia, Gamble fondos ayudó a establecer un centro de control de la natalidad en Roma Gamble, que se suministra con diafragmas y anticonceptivos jaleas. Gamble también ideado, y contribuyó esponja de goma para un nefasto de la solución de sal de anticonceptivos experimento llevado a cabo en los barrios bajos de Roma. Gamble consideró "muy emocionante tener el [control de la natalidad] Centro abierto a la sombra del Vaticano."<br />Con sus nuevos compromisos en todo el mundo, y debido al incremento de los conflictos con grupos como la Federación y el Consejo de Población, Gamble decidió crear su propia organización para supervisar sus muchos proyectos de control de la población. Así, en 1957 la fundación Pathfinder fue creada sin fines de lucro, exenta de impuestos familia fletado fundación en el Distrito de Columbia. Pathfinder fondos de investigación fueron rápidamente empleados en el desarrollo de la píldora y el DIU, continuando Gamble anteriores de apoyo a los proyectos. En el momento de su muerte en 1966, Gamble estuvo involucrado en el 75 estudio de campo respecto de la seguridad y eficacia del DIU. Curiosamente, el hombre obsesionado con el control de la reproducción de todos los demás, produjo cinco niños de su propio. Haber nacido en el regazo de lujo con la proverbial cuchara de plata en su boca, no era, sin duda Gamble un miembro de los que, underpriveleged clase, de manera deseada y despreciada por eliminar. Elites como Gamble podría tener todos los hijos que desea.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-20322490581732593052009-04-28T12:53:00.000-07:002009-04-28T12:56:16.853-07:003. Marie Stopes y el antinatalismo inglés<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizl8mRuV3h62Z7j1DMTgIp6TVu3QmapI5aNvEFauFJLGzRAvkp7-Yjo-imEwI8BUrlKH6IcekuH0Z0lJsz5j-UXe8enKBuUZzhVYd8CttokEfDiP_Z4TQBnnuzqMkV1ky4ewmSflf6WuE/s1600-h/marie_stopes.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329833302597652866" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 270px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizl8mRuV3h62Z7j1DMTgIp6TVu3QmapI5aNvEFauFJLGzRAvkp7-Yjo-imEwI8BUrlKH6IcekuH0Z0lJsz5j-UXe8enKBuUZzhVYd8CttokEfDiP_Z4TQBnnuzqMkV1ky4ewmSflf6WuE/s400/marie_stopes.jpg" border="0" /></a>Marie Stopes fue la mujer que inició en los años 20 el gigantesco negocio del aborto en el Reino Unido. Abrió la primera clínica abortista y de “control de la natalidad” en Gran Bretaña y fue -junto a la creadora de Planned Parenthood- uno de los pilares fundamentales del movimiento en favor del aborto.<br />Pero no sólo se dedicó a promover y cometer asesinatos de niños por nacer. Además, pregonaba la eugenesia. En su libro “Maternidad radiante” abogaba por la esterilización obligatoria de aquellas personas que no fueran totalmente aptas para la paternidad:<br />“sterilisation of those totally unfit for parenthood (to) be made an immediate possibility, indeed made compulsory.”<br />También se lamentaba por la abolición del trabajo infantil en las clases bajas, ya que para ella la legislación que prohibía el trabajo infantil y establecía la educación obligatoria hasta prácticamente la edad de entrar en la universidad “extendía constantemente la edad de irresponsabilidad de los jóvenes de las clases bajas y medio-bajas hasta alcanzar el mismo nivel que en las clases medio-altas y altas, prolongando innecesariamente su “juventud”. Toda una lección de clasismo plutocrático.<br />Pero no se quedaba sólo en eso la señora Stopes. También se dedicó a promover la selección para alcanzar la pureza racial, llegando a desaprobar el matrimonio de su hijo con una mujer miope, y a desheredarlo por ello. Planeó adoptar un niño, pero ponía como condiciones que fuera “completamente sano, inteligente y no circuncidado”.<br />También admiraba a Hitler, y asistió a un congreso nazi sobre “ciencia de la población” en 1935 en Berlín. Hasta llegó a enviarle a Hitler románticos libros de poemas como “Canciones de amor para jóvenes amantes” con notas encendidas como la siguiente: </div><div align="justify"><br /><em><span style="color:#660000;">“Querido Herr Hitler, El amor es la cosa más grandiosa en el mundo: así que ¿aceptaría de mí estos (poemas) para que la gente joven de su nación los tenga?”</span></em> </div><div align="justify"><br />Fomentaba el control de la natalidad (con aborto incluido) en las áreas más pobres y quería hacer decrecer la tasa de natalidad de las clases bajas. También abogaba por la esterilización de los enfermos, alcohólicos, o simplemente aquellos que tuvieran “mal carácter”, porque lo consideraba “esencial para el progreso racial”. Dejó la mayor parte de sus bienes a la “Eugenics Society” (Sociedad por la Eugenesia).<br />Algunas de sus ideas podemos encontrarlas hoy casi intactas en algunos proyectos de ley que pretenden aprobarse en España mientras los españoles estamos distraídos con la hipoteca. Evidentemente, algunas ideas no pasan de “moda”, sólo se las aggiorna, camuflándolas de “progresistas” con mucho talante.<br />En Gran Bretaña la polémica está servida, y algunas personas planean protestar devolviendo todo el correo que reciban con el sello de esta mujer. Honestamente, por más que reviso el historial de esta señora, no encuentro ni un solo motivo para que sea honrada. Más bien, todo lo contrario.<br /></div><br /><br /><br /><div align="justify">Una de las activistas más importantes del antinatalismo fue la Dra. Marie Stopes, nacida en Edinmurgh, Inglaterra, en 1880. Su primer libro fue “un manual para las relaciones sexuales” titulado “Married Love”, el primero de este tipo en Inglaterra. La Iglesia, los profesionales de la medicina y la prensa lo llamaron “inmoral” y “obsceno”. Debido a los “esfuerzos” de Marie, todos en Inglaterra se enteraron sobre la “planificación familiar”. Marie “abrió la discusión sobre el sexo y cambió la opinión pública en momentos en que la Iglesia, la sociedad y el “establishment” de la medicina, se oponían al control natal”. Quizás debido a la fuerte influencia que Marie ejerció en la sociedad inglesa en que vivía, en 1958, un año después de su muerte, la Conferencia de Lamberth de los obispos anglicanos, cambió su postura de muchos años y se declaró a favor de la anticoncepción.<br />Marie también aprovechó cualquier oportunidad para atacar a los católicos. Una vez encadenó un libro sobre métodos católicos para la planificación natural de la familia, a la fuente de la catedral de Westminster.<br />Después de muchos años de estar casada con Humphrey Roe, éste “le sugirió que tuviera un amante”, y Marie y él “firmaron un contrato al respecto”. Por lo tanto, durante el resto de su vida, Marie tuvo un número de “amantes jóvenes con el consentimiento de su esposo”.<br />En 1913 se aprueba en Inglaterra una Ley de Deficiencia Mental donde se disponían requisitos imprecisos para internar a cualquier adulto sospechos de anormalidades. La Asociación para la Eugenesia la saluda como un triunfo.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“La sociedad permite a los enfermos, a los racionalmente negligentes, a los pobres, a los cadenciados, a los débiles intelectuales, a los más bajos y peores miembros de la humanidad, producir miles y miles de criaturas inferiores, muchos de ellos muertos por su herencia física o al menos impedidos de una vida normal, drenan los recursos de las clases pudientes que tienen un sentido de responsabilidad. Las clases mejor liberadas del costo de instituciones, hospitales, prisiones, etc., principalmente llenos de los inferiores raciales, serían capaces de agrandar sus propias familias”. Marie Stopes.</span></em><br /><br />En 1918 escribe su obra “La Maternidad sabia” donde describía los distintos métodos anticonceptivos disponibles en el mercado. En 1921 inauguró su primera clínica para el control de la natalidad.<br />Marie Charlotte Carmichael Stopes (1880-1958) fue una de las mujeres pioneras quienes fueron tan importantes en el desarrollo de una mejor comprensión de la sexualidad humana. Nacida de una familia acaudalada en Escocia, se instruyó en casa por sus padres hasta que entró al internado en Londres a los doce años. Después de la graduación de la University College en Londres en 1902, donde estudió Botánica, Geología, y Geografía física, Stopes prosiguió a recibir un doctorado en la Universidad de Munich. Luego se unió a la facultad de ciencia en la Universidad de Manchester, la primera mujer en hacerlo. En 1911, se casó, y dejando Manchester, se mudó a Londres donde se convirtió en una conferenciante en Paleobotánica en la Universidad de Londres desde 1913 a 1920. Durante este tiempo, Stopes publicó un libro de texto sobre las plantas antiguas así como también un catálogo de la flora cretácea en la colección British Museum. Durante la Primera Guerra Mundial, se ocupó de la investigación sobre el carbón con R. V Wheeler. En resumen, Stopes fue una científica e investigadora de primera clase.<br />El interés de Stopes por la sexualidad provino del fracaso de su matrimonio en 1911 con Reginald Ruggles Gates. En 1916 el matrimonio fue anulado sobre la base de la no consumación y en 1918 se casó con Humphrey Verdon Roe, un fabricante de aeronaves. Él ya estaba interesado en el control de la natalidad, y poco después de su matrimonio fundaron el Mother's Clinic for Constructive Birth Control en Londres, el primero de su clase en Inglaterra. Después de esto, Stopes (quien mantuvo su apellido de soltera) renunció a sus conferencias en la Universidad de Londres y se dedicó a la planificación familiar y a la educación sexual para las personas casadas. También escribió historietas de hadas bajo el nombre de Erica Fay. Entre sus otros seudónimos estuvieron Mark Arundel, Mane Carmichael y G. N. Mortlake.<br />Firmemente partidaria del concepto del matrimonio, también recalcó el daño y el peligro del matrimonio infeliz, que dijo sucedía cuando el amor estaba separado del sexo. Creía que ambos fueron la clave para un matrimonio feliz. Su primer libro sobre el tema, Married Love, se publicó en 1918, aunque lo había redactado originalmente en 1914 para cristalizar sus propias ideas. Se convirtió en un éxito inmediato y se tradujo a numerosos idiomas, causando una sensación en el momento de su publicación. Aunque la primera edición trató casi toda sobre el control de la natalidad, recibió tantas solicitudes de instrucción sobre el tema que este fue seguido por el libro corto Wise Parenthood, que fue también un éxito inmediato. En nueve años había vendido la mitad de un millón de copias en su edición inglesa original. Stopes publicó algunos otros libros tratando más o menos el mismo tema con títulos como Radiant Motherhood y Enduring passion muchos de estos sonaron de alguna manera muy románticos para las generaciones de lectores posteriores.<br />Su gran logro fue mover el tema del control de la natalidad en gran parte del mundo de habla inglesa desde los límites de la consulta del médico a la discusión pública. Pero igualmente significativo fue su énfasis sobre la importancia del sexo en la vida de una mujer. Stopes creía que tanto el amor como el sexo eran partes esenciales del matrimonio. Dado que el descontento sexual tan peligroso para el matrimonio fue algo que pensó que podría remediarse, llegó a escribir manuales de matrimonio sobre cómo renovar el amor a través del sexo. Su tema general, como lo fue de varios otros autores contemporáneos sobre el amor y el matrimonio, fue que en el matrimonio pasado se había mantenido unido por la dependencia económica de la esposa sobre el marido, por el sentido de la responsabilidad de él a sus responsabilidades familiares y por la ley. Creyó que en el nuevo día y en la nueva era debía haber una nueva base para mantener juntos una unión de iguales quienes eligieron unir sus vidas para el compañerismo. Esta nueva fuerza que fue unir el amor y el matrimonio era la compatibilidad sexual.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">Donde los actos del coito se realizan correctamente, la pareja puede diferir, puede sostener opiniones opuestas acerca de cada tema concebible sobre el fundamento sin ningún enfado o alteración del genio, sin ninguna escena de enfado o deseo de separarse. Pero gozarán de las diferencias del otro. Por el contrario, estoy segura de que pueden tener el noventa y nueve por ciento de todas sus otras cualidades y atributos en armonía perfecta y si el acto sexual no se realiza adecuadamente; si no se ajustan el uno al otro; si ignoran las leyes básicas de la unión en el matrimonio, toda esa armonía e idoneidad en otras cosas no tendrá ningún valor y se herirán en sus sentimientos, hasta que no se aguanten por un motivo extraño o deseen separarse. Marie Carmichael Stopes, Enduring Passion, 4a ed. (Nueva York: Putnam's, 1931),21.</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-86314208598327970642009-04-28T12:52:00.001-07:002009-04-28T12:52:58.676-07:004. La ideología del Birth control<div align="justify">El llamado Birth Control surge del neomaltusianismo, pero en la forma y en el exterior más suave y más apacible, contemporizador con las exigencias y convenciones sociales, que acudirá al contrato legal para asegurar los apetitos más bajos y que conservará el matrimonio como algo equivalente al amor libre mediante un régimen de voluntaria esterilidad.<br />1925: "Militantes" de la Liga pro Control de la Natalidad, vendiendo la "Birth Control Review" en Atlantic City, New Jersey, ciudad de casinos y de prostitución en la costa atlántica. Imagen simbólica del movimiento de Margaret Sanger: una burguesía libertina que se cree la raza superior y quiere eliminar a los pobres imponiéndoles el control de la natalidad. La célebre Mary Stopes fundó en Londres el año 1922 la llamada “Society for construtive Birth Control anda racial progress”, “Sociedad para la reglamentación constructiva de los nacimientos y progreso social” para estudiar y propagar los medios científicos de limitación de la natalidad. Para ello publicó multitud de folletos y de libros y la revista “Birth Control News”; y fundó la “The Mothers Clinic”, con el fin de instruir gratuitamente a las mujeres casadas en los medios anticonceptivos.<br /> El movimiento era verdaderamente arrollador y el 28 de abril de 1926 la propia Cámara de los Lores aprobó por mayoría la proposición de Lird Buckmaster, en las que se demandaba autorización del Gobierno para enseñar el Birth Control en los Welfare Centres, es decir, en los Servicios iniciales de protección a la maternidad; semejante moción fue, sin embargo, desechada en la Cámara de los Comunes.<br /> Ya antes, en el año 1914, había fundado en los Estados Unidos la “American Birth Control League” Margaret Sanger, para instruir a la opinión en sus doctrinas, para enseñar medios profilácticos y para lograr su reconocimiento legal.<br /> El año 1916, la misma Margaret Sanger estableció en Nueva York una clínica de Birth Control, que, cerrada en un principio por la autoridad gubernativa, comenzó a funcionar en realidad el año 1921.<br /> La propaganda traspasó las fronteras de Inglaterra y de los Estados Unidos, llegando a invadir Holanda, Suecia y Alemania y las naciones de oriente, al extremo de que, a la quinta conferencia de neomaltusianismo y Birth Control, celebrada en Londres el año 1922, mandaron representación hasta doce Estados, siendo el de veintitrés el número de delegados de América; y al sexto congreso, tenido en Nueva York el año 1928, concurrieron unos seiscientos delegados, que representaban a dieciséis países.<br /> También es digna de mención a este respecto la “Voluntary Parenthood league”. Liga de padres voluntarios”, fundada el año 1919 por Denté, para propagar las teorías anticoncepcionales entre el pueblo y para conseguir la abolición de la ley Comstock, ley dada en Estados Unidos el año 1873, que prohibía terminalmente el tráfico de publicaciones y medios anticonceptivos.<br /> Es, pues, el Birth-Control un movimiento de potente organización, sobre todo en los países de habla inglesa, que tiene a su servicio una abundante literatura, gran número de revistas y propagandistas entusiastas.<br /> El Dr. Raoul de Guchteneere resume de este modo los argumentos con que defienden su doctrina los partidarios del Birth-Control:<br /><br /> “La limitación voluntaria de los nacimientos es necesaria para salvaguardar la salud, dignidad y vida de la mujer, seriamente comprometida por repetidos embarazos que no se desearon; con ello decrecerán las enfermedades y a la elevada mortalidad infantil debidas a la existencia de familias numerosas (argumento médico).<br /> Ya que las clases menos interesantes de la población y de la sociedad se multiplican tan rápidamente, mientras que las más superiores lo hacen con extrema lentitud, se impone la restricción de la natalidad para restablecer el equilibrio, asegurar el provenir de la raza y desgravar a la sociedad de la multitud de indeseables que sobre ella pesan (argumento eugenésico).<br /> Las familias numerosas se alían frecuentemente con la pobreza. Sólo el Birth-Control puede luchar eficazmente contar la miseria de las clases trabajadoras. Reduciendo la natalidad, aumentará su bienestar y les otorgará aquella parte de felicidad a la que tienen perfecto derecho (argumento económico).<br /> El Birth Control tiende a acrecentar el bienestar del individuo y de la sociedad; él corrobora los lazos conyugales y disminuye los abortos; él rehabilita la salud y dignidad de la mujer; él, en fin, sirve eficazmente a los primordiales intereses de la sociedad y de la raza; lógicamente puede concluirse de aquí que el Birth-Control es moral y recomendable (argumento moral)”.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-82561648083229009212009-04-28T12:50:00.000-07:002009-04-28T12:52:00.797-07:005. La conferencia de Lamberh de 1930<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWg04_W2mZ4nnxmuJ1oFcA_oFqvofugRTAczLipmFP989yrvH0x2QoQnqIagn9RIzOaZ0ik8wCvcKnrwhXGXyEWociJR2uYmNGXcxmE1P9E9s6tsnzi-TZg1WLH6r743R-bDOAP92yrq4/s1600-h/William+R+Inge.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329832399546300706" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 304px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWg04_W2mZ4nnxmuJ1oFcA_oFqvofugRTAczLipmFP989yrvH0x2QoQnqIagn9RIzOaZ0ik8wCvcKnrwhXGXyEWociJR2uYmNGXcxmE1P9E9s6tsnzi-TZg1WLH6r743R-bDOAP92yrq4/s400/William+R+Inge.jpg" border="0" /></a>El brusco cambio de las iglesias protestantes se inició en 1930 cuando la Conferencia de Lambeth de los obispos anglicanos aceptó la utilización de medios artificiales de contracepción para situaciones excepcionales. Fue la obra de una minoría activa, entre ellos, el Muy Reverendo William R.Inge, miembro influyente de la Sociedad de Eugenesia inglesa, portavoz de la iglesia anglicana en Londres, admirador desde 1920 de Margaret Sanger de quien había leído “Woman and The New Race” La mayoría de las denominaciones “liberales” surgieron rápidamente, con la ayuda de los dólares y de los lobistas de Margaret Sanger. Un notable trabajo de subversión.<br /><br />LA CONFERENCIA DE LAMBETH DE 1930 Y LA RESTRICCIÓN DE LA NATALIDAD.<br /><br />Desde el año 1867, en que fueron inauguradas, vienen celebrándose conferencias de los obispos anglicanos en el palacio de Lambeth, residencia londinense del Arzobispo de Canterbury. En principio se celebran cada diez años, con un programa señalado y determinado de antemano.<br />Se proponen cinco o seis cuestiones, las de más actualidad, que se presentan en sesión plenaria, y que después son estudiadas singularmente cada una de ellas por una Comisión durante unos quince días. La Comisión redacta las Resoluciones y un Rapport, siendo todo discutido nuevamente en sesión plenaria y sometida a votación artículo por artículo. Las resoluciones son las que manifiestan el sentir de la Conferencia, que se hace responsable de ellas, mientras que de los rapports, aunque también se imprimen con el asentimiento de la Conferencia, asumen la responsabilidad únicamente las Comisiones que los han redactado.<br />Seis cuestiones comprendía el programa de la Conferencia del 1930: “Doctrina cristiana acerca de Dios”; “Vida y testimonio de la sociedad cristiana”; “Unidad de la Iglesia”; “Comunión anglicana”; “El ministerio de la Iglesia”; “La juventud y su vocación”.<br />El segundo punto del programa, “Vida y testimonio de la sociedad cristiana”, fue subdividido en tres secciones, en las que se planteaban tres de los más graves problemas de la moral pública moderna, a saber: “Matrimonio y vida sexual”; “Race”; “Paz y guerra”, y en torno de esos temas se suscitaron violentas conmociones y discusiones dentro de la asamblea, siendo las resoluciones relativas a las mismas las más enconadamente comentadas por el pueblo y por los doctos.<br />Y sobre todo lo que más preocupó a la Conferencia de Lambeth del pasado año fue la gravísima cuestión del Birth Control y de las prácticas anticonceptivas.<br />Y es que en Inglaterra ha sido oficialmente tolerada, a partir de la Gran Guerra, la propaganda de la restricción de la natalidad; es que hasta en los sitios y locales públicos se pueden contemplar anuncios y reclamos con indicación de clínicas, hospitales y oficinas de consulta, donde puede el lector ser iniciado y orientado en la materia; es que la restricción del número de hijos ha sido defendida en Inglaterra como el remedio quizá más eficaz del paro y de la crisis obrera, problema social acaso el más grave de aquel país (“chomage”); es que las estadísticas de estos últimos años prueban bien claramente que la natalidad inglesa es hoy una de las más débiles de Europa.<br />Y en medio de tal ambiente teórico y práctico no podían menos de inquietarse los espíritus cristianos, preocupados de cuál sería su deber.<br />Ya la Conferencia de 1908, cuando el problema no tenía la gravedad actual, había anunciado el peligro, y en la Resolución 42 declaraba ilícitos todos los medios enderezados a impedir los nacimientos, reclamando la prohibición de todos los productos farmacéuticos especiales, de todos los anuncios y reclamos corruptores.<br />Y como en los tiempos actuales los estragos del Birth-Control han sido y son enormes, los obispos anglicanos y muy especialmente el Dr. Woods, obispo de Winchester, que presidió la Comisión respectiva, se creyeron obligados a levantar su voz para orientar a los creyentes anglicanos.<br />En la Resolución 13 se proclamó el carácter natural, y por tanto, querido por Dios, del instinto sexual y del valor moral de las relaciones conyugales; en la 14 se proclamó asimismo la gloria de la fecundidad, el gozo que aporta a las familias, su importancia nacional, su efecto saludable sobre el carácter de los padres y de los hijos; en la 16 a 19, se condenó enérgicamente el aborto y todas las formas del vicio y del amor ilegítimo; pero en la Resolución 15, la más famosa y discutida, se afirmaba lo siguiente:<br />“Cuando se vea claramente la obligación moral de limitar o de evitar la paternidad, el método a seguir debe decidirse según los principios cristianos. El primer método y el más obvio es el abstenerse completamente de las relaciones conyugales todo el tiempo que sea necesario, llevando una vida de disciplina y de dominio de sí mismo, con la ayuda y gracia del Espíritu Santo. Hay casos, sin embargo, en que se encuentran a la vez la obligación moral, claramente percibida, de limitar o de evitar la paternidad, y sólidas razones de orden moral para no adoptar una abstención completa. En estos casos la Conferencia reconoce (agrees) que pueden ser empleados otros métodos, siempre que se proceda a la luz de los mismo principios cristianos. La Conferencia condena enérgicamente el empleo de cualquier método por motivos de egoísmo, de sensualidad o de simples conveniencias personales”.<br />Tal es la 15 resolución de la Asamblea de Lambeth, aprobada por 193 votos con 67 en contra y unas 40 abstenciones.<br />Si queremos ahondar en el sentido y en los móviles de la tan discutida Resolución, leamos, siquiera, estas palabras del Rapport:<br />“Es necesario reconocer que hay en la Iglesia anglicana una fortísima tradición, según la cual el uso de métodos preventivos no es lícito en ningún caso al cristiano. Nosotros reconocemos el valor de este testimonio, pero no podemos aceptar tal tradición como absoluta y definitiva. Se debe hacer constar que ella no está fundada sobre ninguna instrucción contenida en el Nuevo Testamento. No se apoya sobre la autoridad de ningún Concilio Ecuménico. Además, es significativo que la Comunión cristiana que en principio condena más severamente todos los métodos preventivos (alude a la Iglesia Católica Romana), reconoce, sin embargo, en la práctica que hay ocasiones en que es imposible atenerse rígidamente al principio. Si nuestra Comunión debe darnos a nosotros una dirección sobre este problema, debe hacerlo hablando franca y claramente, teniendo plenamente en cuenta hechos y condiciones que no existían en el pasado, pero que no son consecuencia de la civilización moderna”.<br />Bien a las claras aparece una alusión insidiosa a la Iglesia Católica, de la que nos ocuparemos más adelante.<br />Por lo demás, hay que reconocer el valor de los obispos anglicanos, abordando con toda franqueza uno de los más graves y difíciles problemas de la moral contemporánea.<br />Reconozcamos también la elevación con que hablan en gran parte de los deberes de los esposos cristianos, afirmando la posibilidad de la continencia aún dentro del matrimonio, negando que el Birth-Control pueda ser el remedio de los males sociales y económicos de la sociedad moderna y haciendo de la limitación de la natalidad un problema moral y de conciencia.<br />Pero es menester hacer notar que los Prelados anglicanos de la Conferencia de Lambeth, tal vez por desconocimiento de los principio fundamentales de la verdadera y sana Teología Moral, o quizá por no poseer, como poseen los católicos, la práctica pastoral que se aprende dirigiendo conciencias en la Confesión, han admitido dos postulados inadmisibles e injustificables.<br />Y en efecto, según ellos, es lícita la permisión directa y expresa de un mal menor (el Birth Control) para evitar un mal mayor a juicio suyo (la excesiva natalidad), teoría que no puede nunca ser admitida en sana moral, según la cual el mal nunca debe intentarse de modo expreso y directo.<br />Además un fin secundario, como lo es aquí el remedium concupiscentiae, no puede justificar en ningún caso un acto puesto en tales condiciones que se evite positiva y directamente el fin primario, cual es en nuestro caso la procreación; esta teoría, inadmisible en sana moral, es la contenida en el Rapport.<br />“Tener hijos –se dice en aquél- es el fin primero de las relaciones conyugales. Los esposos cometen una falta cuando rehúsan tener hijos, pudiendo educarlos, para hacerlos siervos de Dios y para contribuir a la prosperidad de la nación. Pero en el sacramento del matrimonio, tal como lo ha establecido la naturaleza misma, las relaciones conyugales tienen además un fin secundario. Cuando, por una razón moralmente seria, debe ser excluido el fin primario, no se sigue necesariamente que deba ser igualmente excluido el fin secundario, siempre que se sepa moderar los arrebatos de los sentidos y siempre que los esposos hayan lealmente examinado su conciencia sobre la materia”.<br />Es verdad que los Prelados anglicanos no adoptaron de buen grado la susodicha Resolución 15, cuya trascendencia no se les podía ocultar.<br />Muchos propusieron la sustitución de las palabras “La Conferencia reconoce” por estas otras, “La Conferencia no condena”, aunque sin éxito por la vivísima oposición del presidente de la Comisión Dr. Woods, consiguiendo únicamente la inserción del resultado del escrutinio a continuación del documento.<br />Hubo obispos norteamericanos que quisieron explicar su voto en la sesión; y al no serles permitido, como señal de protesta, no asistieron a la solemne sesión de clausura, llegando el Dr. Matthews, obispo de Nueva Jersey, a separarse públicamente de la decisión de la Conferencia mediante una nota dirigida al “American Church Monthly”.<br />La Conferencia, que había durado cinco semanas, terminó con un servicio solemne en Westminster el sábado 9 de agosto de 1930, y el 14 de agosto, víspera del día en que debían aparecer en los periódicos los documentos aprobados, el Dr. W. J. Carey, obispo de Bloensfontein, en el África del Sur, mandó la siguiente nota al Church Times para que la insertase en sus columnas: “Cuando publiquéis el dictamen de Lambeth, deseo declarar, para aliviar mi espíritu, que contiene aserciones que, en conciencia y con energía, rehusó suscribir”.<br />A su vez el obispo de Exter, Lor William Cecil, comunicaba a sus diocesanos que había resistido hasta el fin con todas sus fuerzas y decía: “Yo sigo creyendo que la resolución será mal interpretada. Los obispos han entreabierto la puerta, el egoísmo la forzará y la abrirá completamente”.<br /><br />“La tradición cristiana, desde los tiempos apostólicos hasta la presente conferencia, había sostenido sin interrupción que ninguna práctica anticonceptiva era admisible para un cristiano. Una vez más la consideración de los casos extremos ha venido a traer una ley mala. Una vez más el amor del compromiso ha hecho sacrificar la pureza de la verdad”.<br /><br />Y el mismo Church Times del 5 de septiembre de 1930, el obispo de Londres publicaba una carta abierta adhiriéndose a la protesta del Dr. Carey.<br />A todo esto, en la mayor parte de los periódicos y revistas de Inglaterra se discutía y se comentaba en tonos distintos y aún contradictorios la famosa Resolución.<br />Un pastor de almas aldeano afirmaba que la tolerancia otorgada al egoísmo era una afrenta para la vida de sacrificio de clérigos, de laicos y de maestros de escuela, que por abnegación habían renunciado al matrimonio; y se dio el caso emocionante de un seminarista, ya entrado en años, que declaraba con gran tristeza y pesar que ante tamaña abdicación de los obispos y ante tan gran derrumbamiento de su ideal, renunciaba a su alistamiento en el Clero, después de muchos años de estudios y de sacrificios pecuniarios.<br />De todo lo cual se deduce, bien a las claras por cierto, que la Iglesia anglicana, al votar la 15 resolución de la Conferencia de Lambeth de 1930, he perdido sin duda aquel respeto y aquella confianza que siempre concede la Humanidad a quien, al pedirle sacrificios, sabe dignificarla y elevarla sobre su misma debilidad.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-47442292239234711512009-04-28T12:47:00.000-07:002009-04-28T12:48:43.738-07:006. Neomalthusianismo y Birth-control<div align="justify">Pudiera creerse, tal vez, que el mentís que la observación de los hechos opuso a Malthus, pudo retraer a los partidarios de la limitación de la natalidad. Nada menos cierto. No es el peligro hipotético de un futuro exceso de población lo que les mueve a emplear y propagar sus perniciosas prácticas; sino que tienen para ello razones más poderosas. Resulta, con todo, muy cómodo y provechoso sacar a relucir, de cuando en cuando, el fantasma, íbamos a decir el espantajo, de exceso de población. A falta de otros méritos, tiene, a maravilla, el de impresionar a las multitudes y puede servir espléndidamente para disimular ciertos móviles más secretos que no siempre resulta oportuno confesar.<br />No se recataron los neomalthusianos de emplearlo, ya desde su origen, para hacer aceptar prácticas que podían parecer extrañas a su época.<br />A seguida del Dr. Drysdale, que hizo el papel de precursor de Malthus. Traicionando palmariamente las ideas del maestro, que había prescrito como remedio al peligro del exceso de población la castidad en el celibato y el retraso voluntario en el matrimonio, rehusaron todo dominio y continencia moral, para proclamar, como derecho del hombre, el poder conservar el amor adornado de todos sus placeres y despojado de todas sus cargas. Estas audaces teorías, endosadas bajo cuerda por algunos espíritus fuertes, no tardaron en llegar al día de la prueba, a fines del siglo XIX, con ocasión del célebre proceso Bradlaught-Besant, que apasionó a toda Inglaterra.<br />Estos dos personajes, el segundo de los cuales fue poco más tarde fundador de la teosofía, habían sido acusados de haber publicado en Inglaterra un folleto obsceno, editado en Boston, el cual, so pretexto de estudiar el problema de la población, contenía en realidad, una propaganda, por cierto no muy disimulada, a favor de los medios anticonceptivos. El asunto tuvo inmensa resonancia; la notoriedad de los acusados, sostenidos por poderosos partidarios; la publicidad que se dio al hecho en el mismo curso de los debates; la importancia de las cuestiones que se suscitaron, cuyo carácter sobrepasaba, con mucho, las proporciones de un ordinario asunto de costumbres; todo, en fin, concurrió a interesar la opinión pública no sólo en América. Dícese que una multitud de cerca de 20.000 personas se reunía algunos días en el exterior de Guildhall, donde se celebraba el debate. Después de largas y tumultuosas discusiones, fueron condenados los acusados por haber publicado un opúsculo obsceno, pero disculpados, a la vez, en cuanto a la intención de atacar a la moralidad, siendo en apelación absueltos por faltas de pruebas. Semejante absolución, de importancia simbólica, fue la señal que esperaban los neomalthusianos para presentarse abiertamente ante la opinión. El mismo año de 1877, Drysdale fundó la primera Liga Neomalthusiana en Londres, siguiéndose bien pronto otras más en diversos países. Había comenzado el movimiento de manera irresistible, y, a no tardar, adquirió considerabilísima extensión.<br />Sobre todo en Francia, impelida por Paul Robin, que tenía fama de iluminado, llegó a hacerse intensa propaganda a favor de las nuevas doctrinas, que ya no pocos practicaban de antiguo sin preocuparse poco ni mucho de traducirlo en fórmulas.<br />El tema favorito de los propagadores neomalthusianos era el de las tres necesidades que experimenta todo ser humano: la de la alimentación, la del descanso y la del amor. Cuando todos están de acuerdo en satisfacer las dos primeras, no hay por qué gastar contemplaciones al satisfacer la tercera de ellas. La moral ordinaria prohíbe, efectivamente, toda satisfacción del apetito sexual fuera del matrimonio, y aún en éste impone a los casados el deber de fidelidad y el de no impedir la obra generadora de la naturaleza.<br />Semejante moral, dicen los neomalthusianos, es absurda: la necesidad que el hombre experimenta del amor y sus goces, tienen los mismos derechos que las demás necesidades humanas: para satisfacerla cómodamente, basta saber evitar, por medios apropiados, la fecundación. El matrimonio está llamado a desaparecer, porque, como dice Drysdale en Elements de science sociale, el amor, al igual que todos los apetitos, está sujeto a cambios. Intentar fijarlo y concretarlo a un mismo e invariable lecho, es intentar una modificación en las leyes naturales. Por lo que toca a los hijos, no hay que preocuparse: ellos solos se educarán perfectamente: además que, como dice Robín: “La garantía verdadera para la conveniente educación y subsistencia de los hijos, no está en el matrimonio, sino en la independencia de los padres, y sobre todo, en el de la madre”. Según esto, no nacerán hijos sino cuando la mujer lo desee, porque “la mujer embarazada – dicen- no son dos personas, sino una sola, y tiene perfecto derecho a procurar el aborto, ni más ni menos que lo tiene a cortarse melena o a conservar la línea” M. Pelletier, L’emancipation sexuelle de la femme. París, 1912.<br />Según esto, el derecho sobre nuestro cuerpo sería absoluto, pudiendo llegar hasta el suicidio, si nos pluguiere. Esta es la opinión de cierto escritor francés contemporáneo cuyas obras, llenas de pornografía, obtienen un éxito escandaloso.<br />Doctrina tan cruda y tan audazmente revolucionaria tenía pocas garantías de éxito en los países anglosajones, en que el prurito de la respetabilidad rige todas las demás en materia de conducta.. Es esta una de tantas taras del protestantismo por haber desechado hasta el más mínimo rastro de vida interior, hasta el menor dominio de los internos movimientos, con tal de conservar una apariencia externa de virtud. Pero de ésta no queda más que un vano oropel, que, si resulta brillante, tal vez no hace más que recubrir la frialdad y podredumbre del individualismo. Tan profundo trastorno de valores repercute profundamente en la moral, que, al no estar fundada en sólidos principios de razón, hácese accesible a cualquier derrotero que se le ocurra al libre examen: el sentimiento usurpa la primacía de la razón y se convierte en criterio de moralidad.<br />De estos dos polos sobre los que gira la mentalidad anglosajona, respetabilidad y sentimentalismo, supieron aprovecharse con mucha oportunidad los neomalthusianos para difundirse en Inglaterra y en América. Ya para ello echaron mano del instrumento más eficaz, del que más perfectamente encarna las tendencias del alma puritana: la mujer anglosajona. Es un hecho digno de notar que en nuestros días las ideas, doctrinas y religiones nuevas que se esparcen rápidamente por los países de lengua inglesa, han sido, por lo común, concebidas o propaladas por mujeres: así la teosofía fundada y propagada por Mrs. Blavatsky y Mrs. Besant; así la “Christian Science”, por Mrs. Hedí; así la prohibición americana, arrancada al pueblo y mantenida como intangible dogma por el ejército de propagandistas femeninos de la “Anti-Saloon League” y de la secta metodista.<br />No fue el Birth-Control excepción de esta regla: dos mujeres, Mrs Stopes en Inglaterra y Mrs Sanger en América, son los dos apóstoles y adalides de la nueva doctrina: ellas se dieron maña para moderar los excesos de los neomalthusianos y adaptarlos a gusto y placer del individualismo protestante, del que ellas mismas son típicos y verdaderos botones de muestra.<br />El Birth-Control, aún conservándose como fiel emanación y retoño del neomaltusianismo, tiene al exterior muy diversas manifestaciones: respetará todas las conveniencias sociales, y aún, si a mano viene, será su más firme sostén; pero mañosamente, sabrá asegurar todas las tendencias del instinto y del goce so pretexto y con la vestidura del contrato legal. El régimen de la esterilidad voluntaria en el matrimonio reportará todas las ventajas del amor libre, sin presentar ninguno de sus riesgos…<br />De modo parecido al de otros movimientos de ideas, los apóstoles femeninos del Birth-Control llegaron a sorprendentes resultados. En marzo de 1921, Mary Stopes fundó en Londres la “Society for constructive Birth-Control and racial progress”, patrocinada por nombres célebres en el mundo científico, literario y político. Citaremos, entre ellos, a Bertrand Russel, H. G. Wells, Westermarck, G. H. Roberts, Sir Arbuthnot Lane, Prof. Carr-Saunders, etc. En algunas semanas esta sociedad se aseguró, por parte del público, un apoyo más importante que el de la antigua liga maltusiana había conseguido en cuarenta años de lucha. Su programa comprendía el estudio y propaganda de los medios “científicos” de limitar la natalidad, sobre todo por medio de la publicación de una revista (Birth-Control New), de folletos y libelos, y por la fundación de una clínica de Birth-Control “The Mothers Clinic”, destinada a propagar gratuitamente la enseñanza de medios anticonceptivos a las mujeres casadas. Para dar mayor extensión a la obra comenzada, fundó la sociedad una filial intitulada: “The Society for the provisión of Birth-Control clinics”, cuyo objeto consistía únicamente en crear por doquier clínicas de Birth-Control.<br />Hoy día hasta una veintena de clínicas funcionan en distintas ciudades inglesas, y millares de mujeres son recibidas en consulta. De esta manera Mary Stopes ha llegado a poder consignar en un libro titulado The first five thousand los resultados de las observaciones hechas sobre 5.000 de los casos vistos y examinados por el personal médico de la clínica. Aparte de esto, se ha hecho por todo el país una intensa propaganda: mítines y conferencias se suceden sin interrupción, merced al grueso contingente de propagandistas de que la liga dispone. En 1926 llegó a un éxito decisivo este movimiento: el 28 de abril la Cámara de los Lores votó con 57 votos a favor, y 44 en contra, la moción de lord Buckmaster en la que se pedía al Gobierno autorización para que el Birth-Control se enseñara en los “Welfare Centres” (Servicios oficiales de protección a la maternidad).<br />Rechazada en la Cámara de los Comunes la moción, triunfó, sin embargo, al fin, de todas las resistencias, aún la del Ministro de Higiene Pública. En julio de 1930, el tal Ministro decretó, pro circular oficial, que la enseñanza anticonceptiva quedaba autorizada en los centros de protección a la maternidad y a la infancia, más solo por prescripción médica. En fin, un nuevo apoyo, inesperado, vino al Birth-Control de parte de los obispos anglicanos reunidos en la Conferencia de Lambeth (1930). Entre las numerosas resoluciones acordadas en esa solemne reunión, hay una que consagra la legitimidad de la anticoncepción, siempre que haya razones suficientes: la estimación de la cuantía de tales razones queda a juicio de los interesados.<br />En América el origen del movimiento de limitación de la natalidad se remonta a 1914, fecha en la que fundó Margaret Sanger la “American Birth-Control League”. Proponíase ilustrar a la población sobre la necesidad del Control de natalidad, abriri clínicas en que se enseñara el uso de los medios profilácticos, y trabajar porque llegase a ser reconocida legalmente la propaganda a favor de la limitación de la natalidad. Porque, en efecto, hay en los Estados Unidos una ley federal de 1873, que prohíbe el tráfico de publicaciones y objetos anticonceptivos (Ley Comstock). De todas formas, la libertad de enseñanza de las prácticas preventivas está tolerada en treinta y cinco Estados, aunque bajo cierta inspección o control.<br />Desde el año 1916, Margaret Sanger tenía establecida una clínica de Birth Control en Nueva York, pero fue cerrada por la policía a los pocos días de su apertura y no comenzó a funcionar de hecho hasta 1921. Pero la actividad de la liga se tradujo, sobre todo, en una intensa propaganda que rebasó los límites de los Estados Unidos. La revista Birth-Control Review, que apareció en 1917, se tiraba por millares, se distribuyeron centenares de miles de folletos y circulares gratuitamente, se instalaron en diferentes ciudades numerosos centros de propaganda y clínicas, se fundaron bajo sus auspicios en muchos de los Estados Unidos varias afiliadas, se organizaban periódicamente conferencias de propaganda sobre todo en los centros universitarios.<br />No se descuidó la propaganda en el extranjero, porque una de las preocupaciones de la liga fue establecer un programa mundial de Birth-Control. Para ello se fundaron siete ligas y numerosas clínicas, principalmente en Alemania, Suecia, Holanda y Oriente. Mucha parte activa les cupo a los Congresos internacionales organizados; a la quinta conferencia de Neomaltusianismo y Birth-Control celebrada en Londres el año 1922, y en la que estaban representados 12 países y a la que la liga Americana envió 23 delegados. Ella fue quien organizó en Nueva York el sexto Congreso el año 1928. Seiscientos delegados asistieron, pertenecientes a 16 países distintos.<br />Aún mayor ha sido el número de países representados en el VII Congreso internacional, reunido en Zurich en septiembre de 1930, bajo la presidencia de Margaret Sanger. Allí había delegados hasta de la India, del Japón y de Australia.<br />Preciso es, todavía, citar como organismo similar a éste, la “Voluntary Parenthood League”, fundada en 1919 por Mrs. Ware Denté. Esta propuso, sobre todo, difundir la educación anticonceptiva en el público y trabajar por la derogación de la ley Comstock, entusiasmada por la literatura del Birth-Control. Su órgano era el Birth-Control Herald. En 1924 se introdujo en el Senado, gracias a su influencia un proyecto de ley que tendía a modificar la ley federal y fue desde luego rechazado. En Chicago se fundó también una clínica bajo sus auspicios, pero la influencia de esta liga no se puede comparar a la que fundó Margaret Sanger, y puede decirse que el movimiento de Birth-Control en los Estados Unidos fue dirigido en su totalidad por la “American Birth-Control League”.<br />En América, el movimiento hacia la limitación de la natalidad (Geburtenregelung) se muestra muy floreciente desde hace algunos años, si bien el interés de los reformadores tiende sobre todo a la abolición de las penas con que se castiga el aborto. Merced al impulso del sexólogo Dr. Magnus Hirschfeld, han sido fundadas varias clínicas, principalmente en Berlín, Hamburgo, Francfort, Wiesbaden, etc. Numerosos médicos se ocupan de investigaciones atañederas a los medios anticonceptivos científicos: hay también cursos de perfeccionamiento para médicos. La propaganda y venta de productos anticonceptivos es absolutamente libre; la dirección del movimiento va, como en parte alguna, dirigida y realizada por manos médicas. Los resultados de campaña tan metódica, al fin a la alemana, no pueden por menos de ser excelentes: en pocos años la natalidad alemana, tan pujante en otro tiempo, ha bajado al nivel de la natalidad francesa: un estadista alemán, Ernest Kahn, ha calculado que la población alemana permanecerá estacionaria entre 1935 y 1940, y que, a partir de esa fecha, comenzará a disminuir.<br />Por consiguiente, representa el Birth-Control, sobre todo en los países de habla inglesa, un poderoso movimiento, organizado sólidamente, de doctrina llena de coherencia, y defendido por fervorosos y hábiles adeptos. Una copiosa literatura le favorece de manera tal, que llegaría a desanimar al investigador más optimista, si no bastase un rápido examen para comprobar que unas son, en suma, las ideas madre que constituyen el armazón de tales producciones.<br />El profesor Bayless, célebre fisiólogo inglés, dice en su prólogo a uno de los libros de Mrs. Stopes que son dos los argumentos básicos del Birth-Control: es el primero que, gracias a él, se alivian las cargas que sobrevienen a una madre de familia a causa de embarazos frecuentemente repetidos: y el segundo, que, con él, se asegura la realización del amor y funciones conyugales de manera normal y sana. Añade que con razón afirma Mrs. Stopes que el acto sexual es provechoso desde un triple punto de vista: físico, mental y espiritual; y que, por lo tanto, debe considerársele en sí mismo, independientemente de su otro fin, noble en cuanto se usa de él juiciosamente, procurar la procreación de nuevos seres. He aquí sacado, por fin a plena luz el individualismo egoísta, corrosiva plaga de nuestra época, y que, por un verdadero trastrueque de valores, conduce derechamente a una nueva forma de paganismo. Se glorifica el acto sexual en sí mismo, llega a hacérsele como rito sagrado, sin coherencia ni ilación con la función a la que la naturaleza lo destina. Claro que esta función no queda completamente suprimida, y hasta benévolamente se le tributan algunas palabras de elogio – en fuerza de algunas tenaces conveniencias -, pero no se le admite sino con una reserva: la de usar de él juiciosamente. Tal es la moral del Birth-Control, maravillosamente resumida en esa fórmula.<br />Parecida mentalidad encontramos en Mrs. Sanger, colega de Mrs. Stopes: también quiere librarse de toda reglamentación y dominio y asegurar que el individuo levante el vuelo a su placer: “El Birth-Control pone en nuestras manos la llave del mayor problema propuesto a la humanidad: reconciliar la libertad individual con las necesidades de la higiene y de la raza”. Y en otra parte: “¿Por qué tener hijos – exclama – y no un coche?” Y más abajo, hablando de las mujeres que el miedo a la concepción desaviene con sus maridos: “De esta manera – dice no pueden armonizarse convenientemente marido y mujer ni desenvolverse con libertad ni comunicarse lo más íntimo de su naturaleza por el sagrado rito del amor”. ¿Qué decir de esto, fiel traducción de una desviación grosera del sentido de la vida, de la moral y de la tradición? “Porque la vida es, ante todo, un esfuerzo, un deber y un riesgo, y sólo felicidad a título de consecuencia”. Ahora bien: aquí se pervierte completamente este orden y el derecho a la felicidad se coloca en primer término, a quien todo se debe supeditar. Pero un individualismo audaz se ríe de sus propias desastrosas consecuencias, aunque todo el edificio moral quede por tierra gracias a la obra insidiosa de sus principios disolventes. Nada podemos hacer sino oponer la moral tradicional y demostrar su solidez en todos los grados que abarca. Así lo haremos en el transcurso de este estudio.<br />Pero no son las solas preocupaciones relativas a la felicidad individual las que tienen los adalides del Birth-Control; sino que pretenden también asegurar a la sociedad y a la raza entera un tranquilo bienestar. Por tanto, “el médico que cuenta entre sus clientes gentes pobres e ignorantes tiene una doble obligación para con sus enfermos y para con toda la nación, cual es la de inculcarles los métodos preventivos”.<br />Este mismo argumento se repite y desenvuelve hasta la saciedad por los partidarios del Birth-Control. Así Mr. Colmes escribe las siguientes palabras en el libro titulado The trend of the race: “estamos a pique de perder varios elementos de población que alcanzaron éxito en el campo de las finanzas, en el social e intelectual. Por regla general, estas clases no se reproducen. Y esta situación es perjudicial en algunos países de Europa como lo es en América. Ella constituye una seria amenaza para nuestra civilización, y tanto más cuanto más se generaliza sin llamar la atención. Los elementos deficientes de la población son los que actualmente manifiestan más crecida fecundidad” S. Colmes, The trend of the race, Londres 1921.<br />Analizando el contenido de semejantes declaraciones de manera que queden bien definidas sus ideas fundamentales, pudieran agruparse éstas en unas pocas proposiciones sucintas, en las que se contiene el resumen y quintaesencia de la doctrina del Birth-Control:<br />La limitación voluntaria de los nacimientos es necesaria para salvaguardar la salud, dignidad y vida de la mujer, seriamente comprometida por repetidos embarazos que no se desearon: con ello decrecerán las enfermedades y la elevada mortalidad infantil debidas ala existencia de familias numerosas. Esto podríamos titularlo argumento médico.<br /><br />“Las familias numerosas y la pobreza son inseparables. Solo el Birth-Control puede luchar con eficacia contra la miseria de las clases trabajadoras: reduciendo su natalidad, aumentará su bienestar y les otorgará aquella parte de felicidad a que tienen perfecto derecho” Manifiesto de la American Birth-Control Laegue.<br />“Cada hijo que nace tendrá que aplicarse un día al trabajo. Si tú no llegas a sufrir las consecuencias de esta concurrencia, será porque, antes que él haya llegado a la edad adulta, habrás muerto; pero tus hijos y los que te sucedan en tus menesteres sufrirán en tu lugar”<br />“La próxima vez que te diga tu patrono que diez hombres aspiran a ocupar tu empleo, acuérdate que estos diez son hijos de compañeros tuyos que tienen más de los que el mercado puede ocupar”.<br /><br />Ya que las clases menos interesantes de la población y de la sociedad se multiplican tan rápidamente, mientras que las más superiores lo hacen con extrema lentitud, se impone la restricción de la natalidad para restablecer el equilibrio, asegurar el porvenir de la raza y desgravar a la sociedad de la multitud de indeseables que sobre ella pesan. Argumento eugenésico, o eugenesia.<br />Las familias numerosas se alían frecuentemente con la pobreza. Sólo el Birth-Control puede luchar eficazmente contra la miseria de las clases trabajadoras. Reduciendo su natalidad, aumentará su bienestar y les otorgará aquella parte de felicidad a la que tiene perfecto derecho. Argumento económico.<br />El Birth-Control tiende a acrecentar el bienestar del individuo y de la sociedad; él corrobora los lazos conyugales y disminuye los divorcios y abortos; él rehabilita la salud y dignidad de la mujer; él, en fin, sirve eficazmente a los primordiales intereses de la sociedad y de la raza: lógicamente puede concluirse de aquí que el Birth-Control es moral y recomendable. Este es el argumento moral.<br /><br />Estas cuatro proposiciones forman los diversos núcleos en torno de los que se han reunido y ordenado gradualmente las más diversas producciones de propaganda de la tal doctrina: son el fundamento, el credo de esta nueva fe.<br /><br /><em><span style="color:#660000;">“Pensad en este sencillo ejemplo y os haréis cabal idea de lo que ocurre en los cerebros a la moderna. Figuraos que tenemos diez niños a quienes hay que proveer de sombrero y que no tenéis más que ocho sombreros disponibles. Un espíritu sereno y que obrase a derechas no consideraría un imposible hacer dos más, dirigirse al que los fabrica y persuadirle que hiciera los necesarios, protestar contra la injustificada tardanza en la entrega, castigar a quien los prometió y no cumple lo prometido. Pero el espíritu moderno propondría, que, cortando la cabeza a dos niños, no tendría ya necesidad de sombrero y habría bastantes con los que teníamos ya. Si se les sugiere que las cabezas son de más valor que los sombreros, os dirán que esas sutilezas son pura metafísica y que la pretensión de que el sombrero esté hecho para la cabeza y no la cabeza para el sombrero es un dogma que ya pasó a la historia. El texto, recubierto ya del polvo de los archivos, que reza que el cuerpo es más digno que el vestido que lo cubre; el perjuicio secular que prefiere la vida de los niños al acomodo sistemático de los sombreros; todo ello es despreciado, cuando no ignorado. El espíritu moderno tiene una lógica implacable: al verdugo toca remediar las faltas del sombrerero. Poco importa a la lógica de las cosas que se trate de casas o de sombreros: uno es el error fundamental: comenzamos por mal cabo porque nunca nos hemos tomado el trabajo de investigar por dónde convendría comenzar” Chesterton. Revista America, 29 oct. 1921</span></em></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-86623036231683856422009-04-28T12:46:00.001-07:002009-04-28T12:46:52.117-07:007. La mentalidad anticonceptiva y el aborto<div align="justify">¿La anticoncepción es la respuesta al aborto?<br /><br />Hoy se habla mucho de hacer aún más accesibles a los anticonceptivos de lo que ya son, especialmente para los adolescentes. El propósito principal de esta gran accesibilidad, se dice que es la reducción de la incidencia de abortos.<br />Verdaderamente todo el mundo, aún quienes aprueban el aborto por una u otra causa, reconocen que esta eventualidad trae consigo consecuencias poco deseables. Con la esperanza de evitar los abortos, o al menos reducir su número, mucha gente aconseja el uso de anticonceptivos. Por ejemplo, en el Canadá, el editor de la sección religiosa del Toronto Star, apoya la decisión del Sínodo de la Iglesia Anglicana de Canadá de desarrollar y alentar más la educación de adolescentes sobre los anticonceptivos en las escuelas. En su columna del 12-6-82 Tom Harpur declara: “Sin duda alguna, oponerse al aborto por un lado y por otro oponerse ferozmente a la educación sexual y a los muchos métodos anticonceptivos que podrían evitar embarazos no deseados, como hacen muchos grupos religiosos, parece un error ilógico y frecuentemente trágico.”<br />Muchos creen que la anticoncepción es la forma simple y sensata de evitar embarazos no deseados en adolescentes y así eliminar la necesidad de abortar. La Dra. Carol Cowell, Jefa de Pediatría y Ginecología de adolescentes del hospital para niños enfermos de Toronto, quiere que se coloque información sobre los anticonceptivos en lugares frecuentados por adolescentes. Una autora norteamericana dice: “La información sobre el control de la natalidad y su disponibilidad debe estar al alcance de los adolescentes cuando los deseen, no por medio de sus padres sino a través del servicio de salud de la escuela o del médico familiar”. Otra autora cree que la anticoncepción debe ser vista como algo natural, y debe formar parte del estuche de cosméticos de una adolescente. Por otra parte, la Federación de Paternidad Planificada de Estados Unidos se opone activamente a un proyecto de regulación gubernamental que ordena informar a los padres cuando a un adolescente se le recetan anticonceptivos. Similares puntos de vista se exponen en toda Norteamérica y mucha gente los acepta sin pensarlo detenidamente.<br />Aún más, el hecho de que pensadores competentes encuentran razones para oponerse a la propaganda de la gran disponibilidad de anticonceptivos, particularmente para los adolescentes, es por sí sólo un indicador de que este tema debe ser estudiado a fondo. Consideremos, por ejemplo, la declaración hecha por el investigador Kinsgley Davis en su reporte a la “Comisión de Crecimiento de Población y el Futuro Americano”, sobre el tema de la ilegitimidad: “La creencia común de que la ilegitimidad se reducirá si a las adolescentes se les proporciona un anticonceptivo efectivo, es una extensión del mismo razonamiento que creó el problema en primer lugar. Esto refleja una repugnancia a encarar problemas de control y disciplina social, mientras se confía en dispositivos tecnológicos para sacar a la sociedad de su atolladero. Lo irónico es que el aumento de la ilegitimidad ocurrió precisamente mientras la anticoncepción se difundía más y se hacía mas respetable.” En síntesis, a más anticoncepción a más ilegitimidad.<br />Si la gran difusión del uso de anticonceptivos ha traído más ilegitimidad, y si esto ha procurado a la sociedad una verdadera plaga de enfermedades venéreas, con todas sus consecuencias, debemos examinar bien la constantemente repetida pero aún no substanciada declaración, de que un mayor uso de anticonceptivos reducirá la incidencia del aborto.<br /><br />La mentalidad anticonceptiva<br /><br />La anticoncepción consiste en evitar por medios mecánicos o químicos la posible consecuencia natural y procreativa de una relación sexual: la concepción. El propósito de la anticoncepción es separar el acto sexual de la procreación, y así los partidarios de la anticoncepción pueden disfrutar los placeres del sexo, sin el molesto o incómodo temor de que su actividad sexual pueda conducir a engendrar a otro ser humano.<br />La “mentalidad anticonceptiva” tiene lugar cuando esta separación (acto sexual y procreación) se da por segura y los que emplean estos métodos sienten que al usar anticonceptivos quedan liberados de toda responsabilidad por una concepción resultante de un fallo en el método. Para muchos la anticoncepción equivale a “ser responsable” y, aún más, es lo que llaman “paternidad responsable”. La mentalidad anticonceptiva implica que una pareja no sólo tiene los medios para separar el acto sexual de la procreación sino también el “derecho” y la responsabilidad de hacerlo.<br />La primera persona en fijar su atención en la mentalidad anticonceptiva y ofrecer pruebas estadísticas de su existencia, fue el sociólogo jesuita Stanislas de Lestapis. En su libro La Limitation des Naissances, publicado en 1960, proporciona datos sociológicos que indican la presencia de lo que él llama “estado mental”.<br />A principios de los años 30, el historiador Christopher Dawson expresaba el temor de que la anticoncepción se convirtiera en una amenaza al matrimonio. Apuntaba la necesidad de espiritualizar la sexualidad para preservar su verdadero significado. Sin embargo, Dawson fue considerado como un alarmista por expresar tales puntos de vista. También en los años 30 el Dr. Paul Popenoe se quejó en su libro Matrimonio moderno de las dificultades reales del matrimonio que fueron “intensificadas por una propaganda emocional, en su mayor parte asociada con los inicios del movimiento de control de la natalidad”. Popenoe dijo:<br /><br />“Por un cuarto de siglo, Estados Unidos fue acometido por una propaganda que explicaba por qué era un error tener una familia grande, cuál era el peligro de dar a luz a un niño, así como la desventura de tener un niño no deseado (sin pensar mucho en por qué no es deseado)... Uno pensaría que los niños son una desventura; que cuanto menor número de hijos, mejor y que cada hijo adicional era para la madre un paso hacia el sepulcro, para el padre un paso a la bancarrota y para ambos un paso a la miseria”.<br /><br />Al paso del tiempo una variedad de pensadores razonaron sobre el desarrollo gradual de la mentalidad anticonceptiva y expresaron su crítica. Entre estos pensadores hay diversas personalidades como el humanista filósofo sociólogo Max Horkheimer, fundador de la escuela Frankfurt en Alemania y el Cardenal católico Suenens, de Bélgica, quien declaró que “la inestabilidad de la vida familiar y el perturbante incremento del divorcio pueden, por supuesto, tener su origen en el efecto corrosivo y destructivo de la anticoncepción.”<br />No cabe duda de que la anticoncepción ha llegado a ser una característica dominante del comportamiento sexual en el mundo occidental. En Estados Unidos en 1975 diez millones de mujeres estaban usando la píldora (64 millones de recetas anuales); en 1974 dos millones estaban usando el ahora proscrito Dalkon Shield (protector Dalkon) mientras las ventas de preservativos alcanzaron los $150 millones por año. A mediados de los años 70, 40 millones de mujeres en todo el mundo estaban usando anticonceptivos orales (nos referimos a un solo tipo de anticonceptivo). En Inglaterra, en 1972, el informe del Royal College of Obstetricians and Gynecologists declaró que: “más del 90% de las parejas casadas han practicado la anticoncepción en alguna forma, en algún momento de su vida matrimonial.”<br />Germaine Greer, notable feminista, observó que en Australia las madres ponen una píldora en el té de las hijas entre los 12 y 13 años. En India se despachan avisos e información sobre los anticonceptivos en las latas de leche. En el Canadá el 24% de todas las mujeres entre los 18 y los 44 años toman píldoras anticonceptivas desde 1976.<br />Claramente la “mentalidad anticonceptiva” ha alcanzado una aceptación casi global y continúa extendiéndose, especialmente entre los jóvenes.<br /><br />La anticoncepción y el aborto<br /><br />En sus estudios sobre la historia del movimiento del control de la natalidad en la sociedad estadounidense, el autor James Reed mantiene que el principal obstáculo para una mayor aceptación de la anticoncepción fue menos tecnológico que psicológico. Similarmente argumenta que el desarrollo de la píldora y otros dispositivos anticonceptivos, obedece más a cambios en los valores sociales que a las oportunidades tecnológicas. Esta barrera psicológica fue causada primeramente por el efecto de una intensa propaganda que cuidadosamente evita o suprime el hecho de que la anticoncepción incluye la posibilidad del aborto. Esto lo revelan sólo cuando el público está listo para aceptar el aborto.<br />En Estados Unidos dos organizaciones muy poderosas, American Civil Liberties Union (ACLU) y la International Planned Parenthood Federation (IPPF) que trabajaron juntas, mano a mano, para establecer el “derecho” a la anticoncepción que llegó a ser ley en 1955. Así ayudaron a establecer la mentalidad anticonceptiva como una característica importante de la forma de vida estadounidense. Significativamente, ambos grupos aparentemente ven el aborto como un objetivo no deseable. Ellos creen que un incremento en la práctica anticonceptiva resulta en una disminución de los abortos.<br />Pero en sus campañas públicas para promover la anticoncepción no apoyaban el aborto no porque sus líderes se opusieran a éste, sino porque el público no estaba listo para la propaganda pro-aborto.<br />Margaret Sanger, la fundadora de Paternidad Planificada, filial de la IPPF en Estados Unidos, apoyó el aborto en su edición de Family Limitation, declarando que “nadie puede dudar que el aborto es justificable.” Pero su colega Havelock Ellis ayudó a persuadirla de que cambiara su postura sobre el tema, aconsejándole perspicazmente que “el derecho a crear o no crear nueva vida” era mejor propaganda que “el derecho a destruir”. Como resultado, empezó a usar el aborto como una palanca para hacer la anticoncepción más aceptable, argumentando que esto pondría el fin al aborto. Los abortos son “salvajadas” exclamó luego y clasificó este infanticidio como el “asesinato de bebés”.<br />En 1961, Alan Guttmacher, presidente de Paternidad Planificada, escribió sobre el origen de la vida humana: “Una vez que ocurre la fertilización, un bebé ha sido concebido.” Esta observación era consistente con la que había hecho en una obra anterior, Teniendo un Bebé (1947), donde se refirió al ser que es producto de la fertilización como “el nuevo bebé que es creado en ese momento preciso”. Pero en 1968, cuando era presidente internacional y el momento era propicio para apoyar el aborto, cambió su táctica y declaró que “mi sentir es que el feto, particularmente durante su vida intrauterina, es simplemente un grupo de células especializadas que no difieren materialmente de otras células”.<br />El movimiento feminista puso en marcha el punto de vista de la “liberación” de la mujer que incluía el “derecho” al aborto; esto tuvo un impacto decisivo sobre la ACLU, la cual adoptó una postura pro aborto y envió a su mejor abogado constitucional al Tribunal Supremo de Estados Unidos para obtener la legalización del aborto durante el primer trimestre. La bien publicada noticia de los peligros de los anticonceptivos orales, condujo a muchas mujeres a abandonar el “anticonceptivo ideal” y recurrir a medidas anticonceptivas menos efectivas o a correr el riesgo de un embarazo indeseado.<br />La llamada “explosión demográfica” dio lugar a un pánico retórico que fue extensamente aceptado sin más cuestionamientos por los medios de comunicación. El historiador James Hitchcock hizo la observación: “El control de la población fue presentado en innumerables artículos y transmisiones de radio y televisión, como un imperativo que no podría ser negado ni puesto en peligro. Esto pronto llegó a ser uno de los nuevos valores morales (absolutos), y empezó a esparcirse como una ortodoxia de carácter vasto.”<br />Estos cuatro eventos están intrínsicamente entrelazados. El rechazo de los valores tradicionales fue el método preferido para separar el sexo del matrimonio, de los hijos y de la religión, o sea, se intentó hacer del sexo algo más “personal” o, usando el lenguaje jurídico algo “privado”. Esta preferencia les vino bien a las feministas que estaban exigiendo la “liberación” para proceder independientemente de cualquier expectativa o valor tradicional, hacia una “liberación” que estuviese puramente sujeta a las condiciones individuales de las mujeres. La necesidad de un anticonceptivo “seguro” y eficaz fue un objetivo crucial y obvio a lo largo del camino hacia la “liberación” personal y sexual.<br />Obsérvese que la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Griswold v. Connecticut, estableció el “derecho” a la anticoncepción basándose en el “derecho a la privacidad”. Esto fundamentó la base filosófica usada en Roe v. Wade en 1973, para legitimizar el aborto durante el primer trimestre. En el fallo del Tribunal en 1973, el juez Douglas escribió: “nos ocupamos de un “derecho” a la privacidad más antiguo que la Declaración de Derechos (Bill of Rights), más antiguo que nuestros partidos políticos, y más antiguo que nuestro sistema escolar.”<br />La píldora fue vista también, como una forma de resolver la “crisis de la población” y este hecho forma parte de la mentalidad de quienes influyeron en la aprobación de la distribución extensa de la píldora. Louis Hellman, Presidente del Comité Consultores de la Administración de Alimentos y Fármacos sobre Obstetricia y Ginecología (Food and Drug Administration's Advisory Committee on Obstetrics and Gynecology), interpretó la ley que permite la distribución de píldoras --a pesar de la advertencia de la comunidad científica de que no era segura para algunas mujeres-- ponderando el aspecto social contra el riesgo individual. Hellman testificó ante el congreso sobre “anticonceptivos orales” (22-1-70) que él había elegido la píldora porque “la amenaza del crecimiento de la población” era “real para todo individuo en este país.” Sin embargo se demostró que la píldora, que produce una situación de enfermedad en millones de mujeres, no era la aliada que se suponía que fuese en la búsqueda feminista de la “liberación” sexual.<br /><br />La mentalidad abortiva<br /><br />Los promotores de la mentalidad anticonceptiva se desalentaron cuando los signos del fracaso anticonceptivo aparecieron por todas partes. Este fallo pareció crear en ellos sólo una mayor dedicación a los mismos principios que produjeron tan desalentadoras consecuencias. Una encuesta hecha entre 1965 y 1970 por sociólogos de Princeton, reveló una falla en los anticonceptivos de aproximadamente un 34%. De un 4 a un 5% de los usuarios de la píldora o el DIU (dispositivo intrauterino), experimentaron fallas a la hora de evitar un embarazo no deseado. Pero un 10% de los usuarios de preservativos, 17% de los usuarios del diafragma y un 40% de los usuarios de duchas, también tuvieron la misma falla. En respuesta a este estudio, el vice-presidente de la Paternidad Planificada, Frederick Jaffe, declaró: “Para hacer frente a esta epidemia necesitamos nuevos métodos de control de la concepción más efectivos y aceptables que la píldora, una mayor prioridad para el programa y más recursos financieros para la investigación biomédica”. La nueva forma del control de la concepción, sin embargo, inevitablemente significaba el aborto en una escala mayor que nunca antes.<br />A medida que circuló el aviso anunciando el serio y alto riesgo de la píldora, las publicaciones médicas y científicas produjeron una pequeña marejada de estudios explicando los diversos factores, lo que provocó el rechazo y desuso del anticonceptivo. El libro de Kristin Luker Tomando riesgos: El aborto y la decisión de no concebir (1975) presentó el cuadro más claro y suplió la documentación más completa del por qué las mujeres rutinariamente optan por no concebir. La socióloga Luker descubrió que, dados todos los “costos” personales, emocionales, médicos y psicológicos de la anticoncepción, era completamente racional que la mujer se apartase de la anticoncepción y se arriesgase a tener un embarazo no deseado. Luker concluyó que el fracaso de la anticoncepción hace forzosa la aceptación total del aborto: “Deberíamos argumentar que ya que el aborto ha sido un método primario de control de la fertilidad, debería ser ofrecido y subsidiado exactamente en la misma forma que los otros servicios anticonceptivos.”<br />El señalamiento de Luker es ahora rutinariamente confirmado por el gobierno. En Estados Unidos se exige que con cada paquete de píldoras venga una explicación detallada (de dos páginas) sobre los peligros de la píldora, en un lenguaje fácil de entender. Significativamente, se incluye una gráfica explicativa de que los métodos extremos (aborto), suponen o plantean los menores riesgos para cualquier edad en caso de fracaso.<br />En el Canadá, el gobierno patrocina el Badgley Report (1977) que muestra que el 84.8% de las mujeres que han abortado tienen experiencia en el uso de anticonceptivos. Otra publicación patrocinada por el gobierno, es un folleto sobre “educación” sexual titulado “El control de natalidad y el aborto” (1976), y presenta el aborto como un adjunto inevitable si falla la anticoncepción: “Mientras los métodos anticonceptivos no sean 100% efectivos y seguros, y mientras las mujeres deseen controlar su fertilidad, la demanda de abortos continuará...Hoy el aborto es el método de control de la natalidad más usado en el mundo.”<br />En la reunión anual de la Fundación Nacional del Aborto (1982), Phillip Lee M.D. pronosticó que en los próximos años, del 50 al 60% de todos los abortos serían practicados repetidamente sobre los mismos clientes. Además expresó que aún “el uso consistente de métodos anticonceptivos considerados como los más confiables, producen un porcentaje nada insignificante de fallos”.<br />El bioestadista Christopher Tietze calcula que de un 2 a un 5% de las mujeres que usan la píldora con un grado razonable de motivación, son suceptibles de tener otro aborto al año del primero y que entre un 20 y un 50% experimentará un embarazo no planeado en los 10 años siguientes al primer aborto. Un estudio comparativo de dos grupos de adolescentes sexualmente activos, mostró un incremento del 53.3%, dentro del grupo del año 1976 que usaron anticonceptivos cada vez que el acto sexual ocurrió, comparados con los del grupo de 1971. Sin embargo, el porcentaje de embarazos premaritales para el primer grupo fue un 45% más alto debido a que el porcentaje de relaciones sexuales premaritales se había elevado en un 41% en esos cinco años.<br />Todo lo anterior, muestra que mientras la mentalidad anticonceptiva continúe, más y más adolescentes aceptarán las insinuaciones diseminadas por la cultura anticonceptiva y participarán en aventuras sexuales premaritales. En otras palabras, una mentalidad anticonceptiva penetrante e incontrolada crea una mayor clientela susceptible a la experimentación sexual y a todos los males que esta actividad produce: embarazos indeseados, ilegitimidad, abortos, enfermedades venéreas, promiscuidad, cáncer cervical, problemas de reproducción, esterilidad, explotación sexual y muchos más. En una palabra, mientras más tropas se mande a la batalla, más bajas se sufrirán. Un uso extenso de los anticonceptivos conduce a más abortos.<br />Proponer la mentalidad anticonceptiva como método para combatir la mentalidad abortiva es confundir la causa con el efecto. Es como tratar de apagar un incendio con fósforos. La mentalidad anticonceptiva no es la cura, sino la causa de la mentalidad abortiva.<br />Todo lo anterior ha sido ampliamente demostrado a través de innumerables estudios. En Inglaterra, por ejemplo, la Comisión Real sobre Población, observó que en 1949 el número de abortos provocados era 8.7 veces más alto entre parejas que habitualmente practicaban la anticoncepción que entre aquellas que no lo hacían. En Suecia, luego que la anticoncepción fue totalmente sancionada por la ley, los abortos legales se incrementaron de 703 en 1943 a 6,328 en 1951. En Suiza, donde la anticoncepción casi no tenía restricción, se estimó que los abortos igualaron o excedieron en número a los nacimientos en 1955, y así sucesivamente. Tales cifras ofrecen una evidencia palpable de la denuncia que de Lestapis hizo en 1960, es decir, que el incremento de la anticoncepción no reduce la incidencia de abortos. En realidad, la anticoncepción tiende a establecer un “estado de mente anticonceptivo”, y conduce a absolver de responsabilidad por la concepción, lo que a su vez conduce a más abortos.<br />Consecuentemente Joseph Boyle pudo escribir en su artículo “La anticoncepción y la planificación natural de la familia” que “...El aprobar la anticoncepción conduce --aunque no en una forma directa y lógica-- a aceptar el aborto. La anticoncepción es un intento para evitar el surgimiento de la vida, y quien está en contra de la vida, es probable que permanezca en contra de ésta si una nueva e indeseada comienza. La determinación de evitar la llegada de un niño es a menudo lo suficientemente fuerte como para eliminar al niño cuya concepción no fue evitada.”<br />La Dra. Wanda Poltawska, psiquiatra y Directora del Instituto de Matrimonio y Familia en Cracovia, Polonia, escribe:<br /><br />“Paradójicamente, mientras a la anticoncepción se le daba luz verde, el número de abortos se incrementó. Parece obvio que dondequiera que la mentalidad anticonceptiva prevalece, el aborto será el resultado lógico del fracaso de los métodos anticonceptivos. Por lo tanto, en países que admiten la anticoncepción para uso general, el incremento del número de abortos obliga a las autoridades a hacerlos legales. Esta segunda luz verde elevó el número de abortos a millones y millones cada año.”<br /><br />En vista de las cifras señaladas por de Lestapis, y las tomadas de otras fuentes, John T. Nooman, (en su ampliamente aclamado libro sobre la historia de la anticoncepción), hizo la observación de que “era dañino crear la idea de que los hijos debían evitarse”. Esto es cierto, un médico Australiano R.S.J. Simpson, señaló que “la aceptación de la anticoncepción lleva consigo la certeza de que pronto tendrá que enfrentar una amplia fila de males individuales, familiares y comunales que son las consecuencias inevitables de una mentalidad anticonceptiva.”<br />Es importante recordar que el corazón o centro de la mentalidad anticonceptiva es un temor a algo que es perfectamente natural: los bebés. La mentalidad anticonceptiva actual, hace que este punto sea difícil de recordar puesto que el clamor popular de permitir a los adolescentes usar anticonceptivos cuando fornican, se basa en un deseo comprensible de reducir la incidencia del aborto en los adolescentes. Pero la raíz histórica del problema, lo que ha conducido a la crisis de los adolescentes, es el temor de las parejas casadas a que los actos sexuales fructifiquen. La raíz anti bebé fue traída a colación en forma sorpresiva cuando G.D. Searle y compañía estaba tratando de introducir en el mercado turco su anticonceptivo. El principal obstáculo fue el hecho de que no había una palabra para la anticoncepción en el lenguaje turco; por lo que la píldora fue introducida bajo el equivalente de “la píldora para no tener bebés.” Una ilustración más alarmante y directa de la esencia anti bebé se ofreció en Montreal por la Dra. Lise Fortier en 1980, en la reunión de la Federación Nacional del Aborto. Durante el banquete la Dra. Fortier declaró que “todos y cada uno de los embarazos amenazan la vida de las mujeres, y desde un punto estrictamente médico, cada embarazo debería ser abortado.”<br />La mentalidad anticonceptiva, que comienza con la disociación del acto sexual de la concepción, lógica e inevitablemente resulta en la disociación de la concepción de la vida. Como Malcolm Potts, primer director médico de la Federación Internacional de Planificación de la Familia, acertadamente, a pesar de su postura a favor de la anticoncepción, predijo en 1973: “Conforme la gente practique la anticoncepción; habrá un aumento y no una baja, en el porcentaje de abortos.” Era una predicción fácil a la luz de lo que había ocurrido en otros países. Para citar un ejemplo más, la investigación japonesa ha mostrado que las mujeres que han usado anticonceptivos, se practican seis veces más abortos que las otras.<br /><br />El remedio<br /><br />En efecto, hay acuerdo universal sobre que el aborto es altamente indeseable; pero repetidamente, como se mostró anteriormente, los oponentes del aborto, víctimas de la mentalidad anticonceptiva, defienden la indefendible tesis de que la anticoncepción reducirá los abortos. Sólo hay una forma de reducir el aborto: reduciendo su causa; la mentalidad anticonceptiva. Sólo se puede reducir, reconociendo que la procreación es buena, y repudiando la negación violenta de que en efecto es buena. Es seguramente ilógico y poco realista tratar de establecer una verdadera civilización humana en la cual cada ser humano tenga el derecho a vivir, si se propone la idea de reducir los abortos y al mismo tiempo se mantiene la convicción de que la consecuencia natural y procreativa del acto sexual no es buena. No podemos restaurar la civilización simplemente eliminando algo que es malo; ésta puede ser restaurada solamente cuando amemos y abracemos lo que es fundamentalmente bueno. Empecemos a construir una civilización humana no hacia atrás y desde las cenizas de una civilización calcinada, sino hacia adelante y desde la comprensión de que una nueva vida es un bien.<br />El filósofo existencialista ruso, Nicolás Berdyaev, está en lo correcto al decir que “si no se diera a luz, la unión sexual degeneraría en algo inmoral. Es precisamente la posibilidad de invocar una nueva vida lo que eleva el acto sexual a un nivel supra personal y trascendente, y da a la pareja la seguridad de que su compromiso es verdaderamente compartido y no algo que pertenece exclusivamente a uno o al otro.”<br />Dicho en otra forma; es mucho más lógico y realista provocar un cambio completo en la sociedad al enseñar a los hombres a ser virtuosos, puesto que la virtud es la perfección de algo natural, que provocar la misma revolución o cambio, siendo indiferente a la virtud y tratando de suprimir las malas consecuencias de los vicios del hombre a través de invenciones tecnológicas. Esto no quiere decir que se llega a una sociedad virtuosa o civilizada fácilmente, en realidad su logro demanda el desarrollo y la fusión de intereses de todos los hombres talentosos. Esta es la única forma lógica y realista. La conclusión esencial de Huxley, Orwell y otros, fue que el enfoque tecnológico y amoral, produce una pesadilla social deshumanizada.<br />Si se lee el libro de Westhoff, From Now to Zero (1968) veremos que escribe líricamente sobre la “sociedad perfecta anticonceptiva” y describe la anticoncepción como “completamente efectiva” y “completamente aceptable”, el lector sensato no queda impresionado con el realismo del autor, sino que por el contrario, se confunde con el desconocimiento aparente y total de la vida real y de la naturaleza de la condición humana. En verdad, la sociología moderna es en este aspecto indistinguible de la ciencia ficción (es decir, de la mala ciencia ficción).<br />El hombre realista descubre que el placer sexual separado de la procreación no brinda la felicidad que promete, debido a que falla al no corresponder a las reglas interiores de la sexualidad. Estas reglas demandan entereza, integridad, entrega y fructificación. No importa cuán gratificante pueda ser una relación sexual recíproca. Si el drama y misterio de la procreación no se celebra, al menos simbólicamente, las personas (parejas) se desilusionarán el uno del otro, e inevitablemente pondrán su interés en otros con la secreta esperanza de que la próxima vez encontrarán una relación que les brinde la profunda realización que ellos buscan.<br />El realista se interesa en las dificultades de enseñar o vivir bajo principios, combatidos por los poderes más influyentes de la sociedad. Aunque en principio estos poderes no nos impiden distinguir por una parte entre la verdadera naturaleza de nuestra responsabilidad sexual y por la fraudulencia de la mentalidad anticonceptiva común por la otra parte, si hacen las cosas más difíciles. Con todo, una distinción clara entre la realidad y el engaño sería suficiente para inaugurar una revolución moral.<br />Se cuenta la historia de un grupo de pescadores que estaban preocupados por la merma en su recolección de almejas. Cuando supieron que su cosecha estaba siendo destruida por estrellas de mar, aplicaron una solución razonable al problema; transportaron las estrellas al bote, las cortaron a la mitad y las devolvieron al mar. A pesar de esto, quedaron asombrados al descubrir que mientras más estrellas de mar ellos seccionaban, más almejas perdían. Su error fue el no entender la naturaleza real de su enemigo, ya que las estrellas de mar tienen la capacidad de regenerarse, los pescadores en realidad aumentaron su problema creyendo que lo solucionaban. En efecto, ellos mismos llegaron a ser sus propios enemigos.<br />Esta historia es una parábola para combatir el aborto. En la medida que el aborto tenga éxito en la mentalidad anticonceptiva, nosotros lucharemos en su contra de forma realista trabajando para eliminarla en vez de redoblar esfuerzos para intensificarla. Pero este primer paso --la evaluación real del enemigo-- es un paso que la sociedad aún no ha tomado. En verdad, en este momento la mayoría de los indicadores muestran que esta mentalidad preferiría “ser destruida antes que cambiar”.<br />Donald DeMarco, Ph.D. es profesor asociado de filosofía del St. Jerome College, en Ontario, Canadá. Ha escrito cientos de artículos y varios libros.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-22521786557515584732009-04-28T12:27:00.000-07:002009-04-28T12:45:54.482-07:008. Birth-control y eugenesia<div align="justify"><em><span style="color:#660000;">“Es un hecho, con frecuencia observado, que las capas inferiores de la población se multiplican rápidamente, mientras las superiores se reproducen con lentitud. La limitación de la natalidad se impone, por consiguiente, para restablecer el equilibrio, asegurar el provenir de la raza y aliviar a la sociedad de la enorme cantidad de indeseables cuyo mantenimiento la entorpece”.</span></em><br /><br />Así podemos formular el segundo argumento del Birth-Control, uno de los más importantes de esta doctrina, porque tiende a ser eco de la eugenesia, que se ocupa del mejoramiento de la raza por el aumento del valor propio de cada individuo.<br />Fundada por el biólogo inglés Galton a fines del pasado siglo, esta ciencia no es nueva más que en la apariencia exterior, porque era conocida y practicada ya de muy antiguo. A decir verdad, antiguamente se la concebía, sobre todo, de manera negativa: la roca Tarpeya era su más seguro medio de acción.<br />Desde hace veinte años, sobre todo, la eugenesia se ha desenvuelto considerablemente, pero no por ello ha abandonado la insuficiencia que le era peculiar entre los antiguos, porque todavía sus actividades se orientan más bien hacia medidas de represión.<br />Pero esta orientación es sólo provisional. Siguiendo la concepción del propio Galton, la eugenesia, en su acción social, tiene una fase negativa y una fase positiva. Trátase, de una parte, de restringir la reproducción de los ineptos, y, de la otra, de mejorar la raza, favoreciendo en los selectos la fecundidad. Esta acción positiva es la principal: la eugenesia ambiciona y tiende a reemplazar la selección natural, forzosamente ciega, por una selección racional de los elementos mejor dotados. Ahora bien: los adeptos al Birth Control pretenden practicar eugenesia cuando se ocupan de reglamentar el número de hijos que deben integrar una familia normal, o de reducir la reproducción de las clases inferiores de la población, demasiado prolíficas a su parecer. Es, tanto para la familia como para la raza, la ley de la calidad, que se opone a la cantidad.<br />¿Qué pensar de esta pretendida oposición, por lo que hace, primero, a la familia considerada aisladamente? Notemos desde luego, antes de pasar adelante, que es falso pretender, como lo hace la “American Birth-Control League”, que la Iglesia estimule la fecundidad de las familias que no pueden atender a sus propias necesidades. Nunca ni en parte alguna ha recomendado la Iglesia una reproducción inconsiderada, sin tener en cuenta las posibilidades morales y materiales. Porque la razón, que ha sido dada al hombre, no debe ser desoída en las circunstancias más solemnes y trascendentales; en la orden de crecer va envuelta la de deparar a los hijos medios de existencia. Con la reserva que supone esta moderación, que los casados deben realizar por medio de la continencia, puede llegarse a asegurar que la oposición entre calidad y cantidad no existe en la familia, porque las ventajas materiales que podían resultar de una disminución en la cantidad, se neutralizan, abundantemente, con los inconvenientes de orden moral. Como dice Paul Bureau, “sería necesario averiguar si una cierta abundancia no es precisamente condición de calidad. Ahora bien, de cualquier manera que se enfoque el problema y desde cualquier punto de vista que lo consideremos, parece evidente de manera eficaz, extensiva y progresiva sino en cuanto esta acción se ejerce sobre un grupo lo bastante numeroso de hijos que educar” P. Bureau<br />La calidad y el número, con tanta frecuencia contradictorios, resultan, pues, aquí solidarios. Es hecho observado, escribe M. Dumont, que los hijos únicos o poco numerosos hacen a sus padres débiles, y los padres débiles hacen, con harta frecuencia, a los hijos impertinentes y caprichosos. El hijo único es, por lo general, acariciado y adulado, y él, aprovechándose de esto, resulta el “niño mimado” hábil en sus juegos infantiles, única preocupación que supone tuvieron sus mayores. Por poco que urjan las circunstancias, hará expiar terriblemente a los que echaron sobre él tales cálculos, sólo en apariencia favorables. No se le intimaron ningunas obligaciones, y no reconocerá deberes. “Si tienes un hijo – dice el mismo autor-, serás su esclavo: si tienes seis, serás su dueño y señor”.<br />Con frecuencia se ha hecho notar que la mayoría de espíritus destacados y sobresalientes y de almas escogidas son de familias numerosas: esto no debe atribuirse al azar, porque hay a su favor razones científicas y, sobre todo, razones morales. El medio es agente verdadero de educación, y, desde este punto de vista, el medio, a la vez íntimo y numeroso, de una familia fecunda es, con mucho, el más favorable. La diversidad de caracteres y la multiplicación de contrariedades acrecientan sobremanera las ocasiones de discordia; la necesidad de disciplina y de benévola caridad llega a hacerse tan evidente, que todos y cada uno se sientan poderosamente empujados a adquirirlas. De aquí una excelente formación moral desde los más tiernos años, que repercutirá en el resto de la vida. Un médico americano ha confirmado de oportuna manera esto mismo estudiando los éxitos escolares obtenidos por 1.700 estudiantes de la Universidad de Yale, graduados durante el período 1922-1926. Ha encontrado un singular paralelismo entre el trabajo ejecutado y el número de hijos de la familia a que pertenecía cada uno de los sujetos. La media más deficiente se encuentra en los hijos únicos; la más elevada, entre los hijos pertenecientes a familias de seis hijos o más. Esto no solamente tiene lugar en el trabajo escolar propiamente dicho, sino en todas las demás actividades artísticas, sociales o deportivas, de tanta monta en el programa de las Universidades americanas. De aquí puede concluirse la falsedad del prejuicio según el cual los hijos de familias poco numerosas darán más rendimiento que los de familias prolíficas: la verdad es, exactamente, lo contrario.<br />Cosa muy de notar es que las cargas que trae consigo la educación de una familia numerosa, no parece que hayan comprometido en lo más mínimo las garantías de éxito de los padres. En un gran número de antiguos alumnos de Yale anotados en la estadística del Dr. Huntington, aparece que, aquellos que tienen más brillante carrera, tenían como media tres hijos más que los otros. De esta manera cae por su base otro prejuicio, tan frecuentemente explotado por los defensores del Birth-Contrl: el padre de familia numerosa viene a ser un esclavo encadenado al servicio de la especie, cuyas exigencias le impedirán conseguir el éxito que le prometían su ánimo y aptitudes.<br />Hasta la misma salud no parece quebrantarse en las familias numerosas, a despecho de todas las afirmaciones contrarias de los apóstoles de la esterilidad. En este punto la ciencia marcha de la mano con la observación cotidiana: en las familias numerosas se encuentran los más vigorosos retoños, los mejor equilibrados, aquellos cuyo número convendría multiplicar a impulsos del deseo de mejorar la raza.<br />En sus investigaciones sobre la longevidad, el americano Bell (The duration of life and conditions associated with longevity, Washington, 1918) ha estudiado la relación entre el número de hijos de una familia y la duración de la vida de los mismos. En la línea de los Hyde, por ejemplo, que se compone de 2.964 miembros, la salud y longevidad de los hijos de una misma familia crece en razón directa de su número, y esto aun en el décimo y aun hasta en el duodécimo hijo. La proposición recíproca también es verdadera: la depauperación fisiológica de la mayor parte de los hijos únicos es tan manifiesta, que ha llegado a suscitar verdaderos trabajos clínicos. En la literatura del Birth-Control se habla mucho de estos “unwanted children”, hijos no deseados por sus padres, cuyo nacimiento será una verdadera calamidad que pesará sobre el resto de su existencia: ¿daremos por bien deseado el hijo único cuando la ciencia médica lo coloca entre las filas de las entidades morbosas?<br />Esto no significa que, por prurito eugenésico, se deba predicar una fecundidad ilimitada y sin discreción. Una política puramente cuantitativa no puede, en sentido alguno, servir a fines eugenésicos. Al lado de la familia normalmente numerosa y conforme a naturaleza, como dice H. Muckermann, hay también la familia numerosa cuya fecundidad no es más que la expresión de un “dejar hacer”, de una imprevisión y de una falta de dominio igualmente culpables. Esta familia anormalmente numerosa, patológica, no representa sino una mínima fracción de la sociedad: sólo se la encuentra entre los verdaderos ineptos e indeseables que, según la estimación de los más autorizados, solo representan un 10 por 100 de la población total. En esas familias anormales se recolectan los mejores ejemplos de la literatura del Birth-Control, y siempre queda flotando un equívoco, como si la miseria, el vicio y la enfermedad, que les son propias, fueran patrimonio de todas las familias numerosas indistintamente.<br />De hecho, esa familia numerosa, patológica – ínfima minoría, ya lo hemos dicho -, va a una desaparición progresiva, la higiene y la eugenesia. Más sería sinrazón contar con la limitación de la natalidad para salir con ese empeño. Enseña la experiencia inglesa que, aún en el campo donde debiera triunfar, la política anticonceptiva recoge fracasos rotundos.<br />Lícito es, pues, concluir que, en lo que atañe a la familia, el Birth-Control le hace una mala partida a la eugenesia. Su pretendida oposición entre calidad y cantidad no es de tener en cuenta, porque estos dos términos son frecuentemente solidarios e inseparables. Y allí donde la calidad priva, su fracaso es flagrante porque la limitación numérica que preconiza, impedirá manifestarse a esa calidad. Idéntico fracaso, en fin, en las familias donde la calidad falta: porque precisamente las tales son las refractarias a su propaganda.<br /><br />¿Serán más afortunados los partidarios del Birth-Control aplicando el argumento de la calidad a un país o raza entera? ¿Será buena y positiva eugenesia querer limitar artificialmente la proporción de natalidad de las clases inferiores para equilibrar la desproporción creciente con la de las clases acomodadas? El argumento es especioso y está ingeniosamente presentado para halagar el egoísmo de los que se adjudican un sitio a sí mismos entre las clases superiores, sin preocuparse gran cosa de los títulos que puedan contar para tal calificación. Pero pierde no poco si lo examinamos de cerca.<br />Supongamos, en efecto, que la calidad sea preferible, en materia de población, a la cantidad: pero resulta que la primera no puede existir sino en función de la segunda. Ahora bien: la cantidad puede decrecer hasta llegar a cero. Que este sea el verdadero peligro que tendremos que afrontar en un porvenir no lejano, por lo menos en nuestros países occidentales, las estadísticas lo comprueban ampliamente. Sábese que los estudios de los especialistas, los de East entre otros, han demostrado que en las condiciones actuales de civilización una natalidad de 18 a 20 por 1.000 es indispensable para mantener una población en estado estacionario. La mayor parte de los países de raza blanca descienden rápidamente hacia esta cifra, aun los Estados Unidos con su 23 por 1.000 y Bélgica con sus 18,1 por 1.000 en 1929. Algunos han descendido por debajo de ella y no hay probabilidades para pensar que ese descenso fatal modere su marcha o se detenga. Se nos dirá, con Bell (¿Is race suicide posible? 1920), que el empleo, tan generalizado como sea posible, de la limitación de la natalidad no podrá llegar a la extinción total de la raza, porque siempre quedará un núcleo de adultos que deseen hijos y los eduquen; se nos dirá, con Mrs. Sanger, que el instinto maternal no es tan superficial como para desaparecer completamente en fuerza del uso de medios anticonceptivos. Pero todo esto es pira teoría; hay que tener en cuenta la naturaleza humana, cuyo instinto de gozar no reconoce límites ni fronteras una vez roto el freno de la moral y conveniencias sociales. Es, por lo demás, evidente, que una raza o nación que no tenga para asegurar su perpetuidad más que un corto número de personas que se presten benévolamente a la generación, será borrada de sobre la tierra por otros torrentes más prolíficos, mucho antes de haber llegado al sumo grado de debilitamiento.<br />Pero es esta la clave de la cuestión. Se trata de saber si aún es tiempo de preferir la calidad a la cantidad; mas, en el caso de que el momento no sea oportuno para ocuparse de ésta, ¿es que tampoco vamos a poder tratar de aquella?<br />El análisis de los elementos que concurren a formar las estadísticas nos suministra a este respecto cifras muy interesantes. Las averiguaciones hechas por especialistas tales como Sprangue, y Dublín, encargado de estadísticas de la “Metropolitan Life Insurance C.”, enseñan que, para mantener una población en estado estacionario, lo que es decir, con un coeficiente bruto de natalidad de alrededor de 20 por 1.000, hace falta que cada mujer casada tenga de tres a cuatro hijos. Esta cifra, que a primera vista pudiera antojársenos excesiva, tiene perfecta explicación. He aquí las razones en que se apoya Sprangue: De 200 hijos que nacen, dice, hay alrededor de 103 niños y 97 niñas. Estas 97 niñas cumplen la misión de velar por la renovación de los 200. Ahora bien: aplicando el coeficiente medio de mortalidad, tenemos que solamente 78 de ellas alcanzarán la edad adulta. De estas 78, una determinada proporción no se casará: las estadísticas de nupcialidad permiten fijar, más o menos, en 66 el número de las que lleguen al matrimonio: en fin, como una sexta parte de los matrimonios son estériles, quedan 55 mujeres para reemplazar los 200 seres vivos, y para conseguirlo debe tener cada una de tres a cuatro hijos. A los mismos resultados llega Dublín por medios algo diversos.<br />Este último, estudiando con un matemático, el Dr. Lotka, las estadísticas demográficas de los Estados Unidos, ha hecho una serie de descubrimientos interesantes, que pueden aplicarse también a nuestras cifras de natalidad. Ha encontrado que la proporción actual de natalidad americana está influida por el crecido número de adultos en plena edad de reproducción. Esta proporción, anormalmente cuantiosa, es resultado de las crecidas natalidades de las generaciones precedentes: es, así pudiéramos considerarlo, como un beneficio debido a la velocidad adquirida, que no podrá mantenerse si la natalidad permanece en la proporción actual. Si se suprime el exceso debido a la fecundidad mayor de aquellas generaciones, el coeficiente americano desciende de 23 a 20 por 1.000. Idéntica corrección debe hacerse, en sentido inverso, en las tablas de mortalidad, porque esta suma es menos intensa en la edad adulta que en la infancia. La proporción de mortalidad subirá entonces de 13 a 15 por 1.000, y se ve así claramente la cifra mínima a que queda reducida la diferencia que expresa el aumento de población: 5,5 en lugar de 11 por 1.000. Un cálculo análogo aplicado a las estadísticas belgas demuestra que la proporción de crecimiento, ya bastante exigua, se reducirá a cerca del 1 por 1.000, a poco que la débil natalidad actual se mantenga durante algunas generaciones. Ahora bien, esta natalidad no cesa de bajar desde hace veinte años, y nada permite sospechar que haga alto en su camino.<br />Pero aún queda otro factor por considerar en las estadísticas: con él se prueba, en esta materia, lo poco que responde a la realidad la pretendida oposición entre cantidad y calidad. En efecto, a medida que la población se acerca al estado estacionario, la proporción de individuos ancianos, improductivos, aumenta. Los hombres de más de sesenta y cinco años representan el 4 por 100 de la población americana en 1900; en 1920 eran ya el 4,6 por 100. Si esta población llega a ser estacionaria, tendremos hasta el 10,5 por 100. De la misma manera Newsholme ha calculado que los hombres de más de sesenta y cinco años, que representan el 5 por 100 de la población total de Inglaterra en 1911, llegaron en 1914 hasta el 9 por 100.<br />Estos ancianos son una carga para la población adulta, que cada vez se debilita más, porque los niños, a su vez, van escaseando. Llégase así aun círculo vicioso: cargas cada vez más abrumadoras pesan sobre un número siempre decreciente de individuos. “Si una población puede crecer siguiendo una progresión geométrica, de la misma manera puede decrecer”.<br />Ante cifras tan inquietantes, demuestra una obstinación bien poco científica, pretender, como lo hacen los partidarios de la limitación de la natalidad, que mejorará la raza predicando la esterilidad a las clases inferiores. No parece muy oportuno tratar de esterilidad y de pretendido mejoramiento cuando el propio porvenir de la raza está en peligro, por lo menos en los países de Occidente.<br />De la misma manera, es ya demasiado tarde para pensar en repoblar únicamente las clases acomodadas tal como lo quieren los más avisados partidarios del Birth-Control: ya en ese terreno, no es cosa fácil refrenar un movimiento comenzado, además de que, por lo general, no reconocemos los errores hasta que el mal ha avanzado de forma que no admite remedio. Como dice Todd, ninguna recomendación de eugenesia persuadirá a las clases acomodadas de que procreen hijos que no desean. Se despueblan ellas mismas víctimas de su egoísmo y de su falta de generosidad, como se despobló la de los patricios de la antigua Roma bajo la influencia de los mismos vicios y de las mismas inexorables leyes. La forzada selección que constantemente se opera, lleva en sí misma el germen de su propia destrucción. Es lo que demuestra claramente Darwin, hijo del célebre naturalista y sobrino de galton: “Los jóvenes de hoy día que reconocen en sí felices disposiciones de naturaleza, están casi seguros de llegar un día a crearse una honrosa posición, al contrario de otros no tan largamente dotados. Por otra parte, los miembros de familias no numerosas recibirán mejor educación, aparte de otros bienes no tan a la mano de los de familias prolíficas: en consecuencia, les será más fácil abrirse camino hacia los puestos más codiciados. A medida que las generaciones se sucedan, estos dos procesos de selección se harán más y más efectivos. Puede, pues, esperarse que se llegará a encontrar entre las clases superiores una combinación, cada vez más frecuente y de las mismas características, cual es la predisposición feliz, junta a la tendencia de no tener más que una descendencia restringida. Semejante tendencia irá informada por la esterilidad natural, ayudada de un exagerado afán por el porvenir de los hijos todavía por nacer. El resultado que se seguirá es que, por oposición a los individuos deficientemente dotados, los elementos más favorecidos de la población llegarán a una paulatina rarefacción, lo que traerá consigo la inevitable y progresiva decadencia de la raza”. Leonard Darwin. The field of eugenical reform.<br />¿Qué remedio ponen a esto los especialistas en eugenesia? ¿La limitación de la natalidad en las clases inferiores, como lo preconiza el Birth-Control?<br />Precisamente todo lo contrario: la propaganda anticonceptiva no figura en el programa de ninguna sociedad eugenésica. Algunas la reprueban hasta abiertamente: tal la sociedad alemana que en el Congreso de 1922 de Munich decretó paladinamente: “Que una política de población basada en la limitación de la natalidad, contraría la selección, porque la experiencia enseña que la disminución de la natalidad se ceba con preferencia en las líneas de los mejor dotados”.<br />El remedio preconizado es muy otro: “Es importante, sobre todo, modificar la concepción de la vida. El florecimiento de la familia hasta las más lejanas generaciones, debe perseguírsele como un bien superior a la comodidad personal, y no conviene que el estado descuide el porvenir de la raza con provecho de las necesidades del momento”. Dr. Holt. Landelijk congreso tegen het Neo-malthusianisme verslag. 1929.<br />“Nuestro principal esfuerzo – dice Darwin – debe tender al mejoramiento del nivel del pueblo entero por lo que hace a sus caracteres innatos; para ello se debe obrar sobre la masa, y creo firmemente que el éxito de nuestros esfuerzos hacia un mejoramiento de la raza, depende, en gran parte, de la manera con que los dedicados a eugenesia comprendan la importancia de este principio”. Y más abajo: “Debería hacerse una intensa campaña contra el deseo egoísta de comodidad personal y social: si quiere asegurarse el progreso de la raza, semejante ideal debe sacrificarse con su cuenta y medida en el altar de la familia…”<br />Es curioso hacer notar que los verdaderos eugenistas hayan llegado a tales consejos de reforma moral como conclusión de sus investigaciones, mientras que los propagandistas del Birth-Control no ofrecen otra cosa para oponer como remedio que una especie de jerigonza científica. “Supervivencia de los más aptos”, exclaman: “The fit ought to multiply”. Los otros, los ineptos, “The unfit”, deben restringir la reproducción, y sí que irán derechamente a ello si siguen los preceptos del catecismo de Eugenesia editado por una sociedad americana, que a la pregunta: ¿a quién debe esterilizarse? Responde sin titubear: ¡a los pobres y otros degenerados!; porque la pobreza es, para ellos, prueba de ineptitud, al menos económicamente; por esto debe coartarse la reproducción de semejantes clases por medio de una profunda difusión de los medios anticonceptivos.<br />Pero ¿se han tomado la molestia de preguntar, por lo menos, a los pobres si se dejarán persuadir fácilmente de que el bien de la sociedad exige, de su parte, la renuncia a tan imprescriptibles derechos como el de engendrar y educar hijos? De hecho, el remedio propuesto es tan ineficaz como inmoral. Veamos lo que dicen a este propósito los médicos designados por el “Comité de la salud materna”, de Nueva York, para hacer una averiguación o encuesta sobre el Birth-Control al pretender confiar procedimientos seguros a las clases inferiores, no da resultados en la práctica: vese, a menudo, que todo método resulta ineficaz en las viviendas miserables, aparte de que cualquier procedimiento da menos resultados entre las personas menos inteligentes”.<br />Es también la opinión del Dr. Norman Himes, que ha realizado una minuciosa investigación en las clínicas inglesas de Birth-Control: “Claro es que las clínicas no han podido registrar los débiles mentales, los anormales y epilépticos, los imprevisores, los perezosos e inadaptados de todas suertes”.<br />Pero ¿qué significa, en puridad, el delito de ineptitud con que los partidarios del Birth-Control gravan a las clases inferiores? A decir verdad, no pasa de ser una noción bien confusa. Porque si nos atenemos únicamente al punto de vista biológico, el criterio de adaptación de una especie a su medio está representado por su capacidad para perpetuarse a despecho de todo obstáculo, sea cual fuere. Los pobres y las clases necesitadas no son, en manera alguna, menos aptos que los demás, biológicamente hablando, ya que siempre han sido los más prolíficos. Las estadísticas inglesas demuestran paladinamente que ya en 1851, mucho antes, por consiguiente, que el neomaltusianismo comenzará a propagarse, los ricos tenían muchos menos hijos que los pobres. Parecidas observaciones establecen para la especie humana, ni más ni menos que entre los animales que una nutrición excesivamente rica puede ir acompañada de una depresión en la fecundidad. Tal factor podría explicar, hasta cierto punto, la relativa esterilidad de las clases más elevadas de la sociedad.<br />Si empleamos otros criterios, tal como el de la moralidad, salta a la vista que los que quieren a toda costa imponer la limitación de la natalidad a los pobres para no tener en qué ocuparse, no demuestran en sí el alto grado de caridad y altruismo que quisiéramos encontrar en los apóstoles de la civilización. Por lo que hace al pretendido criterio económico, significa, simplemente, que para determinadas clases de individuos, dotados de las cualidades biológicas y morales que son necesarias para una existencia normal, las condiciones del medio en que se encuentran emplazados desde su nacimiento les son hostiles hasta el punto de impedírselas realizar. En este caso, como ya lo hemos visto arriba, es el medio precisamente el que debe ser modificado, y no el individuo tachado de inepto quien debe sufrir el sacrificio.<br />La pretendida ineptitud de las clases inferiores no pasa de ser un prejuicio destituido de todo fundamento. Pese a todas las tentativas, jamás ha podido ser demostrado de manera perentoria que las cualidades estrictamente innatas de determinada clase social sean superiores a las de cualquiera otra. Sino que, por el contrario, es probablemente exacto que se encuentra un número aproximadamente igual de mentalidades deficientes en todas las clases de la sociedad, con la sola diferencia que estas faltas se disimulan más fácilmente entre las clases acomodadas que entre las demás.<br />No hay excepción más que para la capa más inferior de la sociedad, que representa alrededor del 10 por 100 de la cifra total, y que encierra en sí el mayor número de calamidades sociales: débiles mentales, vagabundos, inestables, pervertidos sexuales y prostitutas, alcohólicos, degenerados, etc.… Y lo que es más, verdaderos portadores de gérmenes de deficiencia mental. Sobre esa capa inferior y verdaderamente inepta y cacogénica es donde deben concentrarse los esfuerzos de la eugenesia negativa. Pero no miraban a ella los partidarios del Birth-Control cuando hablaban de indeseables o ineptos. Acabamos de ver, según el testimonio de los eugenistas, esa categoría social verdaderamente indeseable es la única que no debe ser tocada por la propaganda anticonceptiva.<br />En realidad, pues, la oposición entre calidad y cantidad es uno de los sofismas más engañosos que ha imaginado el Birth-Control. La imprecisión de los términos encubre y favorece una petición de principio que sus autores quisieran ver prosperar y contra la cual se levanta toda la experiencia de los siglos. Porque una fecundidad normal ha sido siempre condición de la prosperidad y progreso de los pueblos.<br />No será posible evitar la disminución en la calidad con que nos amenaza el paulatino decrecimiento de las clases directoras, sino echando mano, oportuna e importunamente, de esas como reservas de energía que constituyen las familias numerosas, sobre todo entre el pueblo. Si determinadas civilizaciones han podido mantenerse incólumes a pesar de la acción combinada de las leyes naturales y del egoísmo humano que diezmaba sus selectos, es porque éstos eran continuamente renovados por una afluencia de fuerzas nuevas venidas de abajo. Así se operaba en su seno, gracias al mecanismo de la propia ley natural, el restablecimiento de valores que nosotros hemos visto realizarse de análoga manera en las relaciones entre las razas progresivas y declinantes. Por otra parte, si eliminamos de la población las capas que representan los dos extremos de la escala social. Alrededor de un 10 por 100 de la cifra total, la aristocracia por un lado, y las ínfimas clases por otro, nada hay que pueda justificar la presunción de que el 80 por 100 restante sea indigno de participar en la propagación de la raza. Si no brillan, tal vez, por sus extraordinarias cualidades, no escasean en virtudes sólidas de inestimable valor. En todas las épocas de la Historia los hombres que más se han destacado, los que más ampliamente ejercieron la influencia y la autoridad, se educaron, con frecuencia, en modestos hogares. Tales hombres vinieron a ocupar el puesto vacío que dejaron otros considerados como superiores, pero que, negligentes o incapaces, no llenaron su primordial deber para con la sociedad: el deber de la paternidad. No se enreda ni embaraza la naturaleza con los prejuicios en que se pone su complacencia una minoría egoísta.<br />“Claramente demuestra que prefiere las clases inferiores que viven sencillamente, que se reproducen más o menos según el instinto, que no disertan ni sutilizan sobre el porvenir de la raza y de la civilización, pero que eficazmente lo aseguran criando y educando hijos. Podremos despreciarlas y creerlas intelectualmente inferiores, podremos pretender que aseguran la propagación de la raza, simplemente, porque no sienten el peso de esta carga o no saben cómo eludirla; pero tienen, como cosa propia, la supervivencia, y con la supervivencia, el porvenir. Podremos creer, y aún probarnos a nosotros mismos, que una civilización creada por esas gentes sería netamente inferior a la nuestra; pero si la naturaleza los prefiere porque no podemos ni queremos preocuparnos del porvenir educando hijos, no nos queda otro recurso que acomodarnos a su veredicto”. Warren S. Thomson<br />La eugenesia se relaciona, pues, con la demografía: el afán de mejoramiento de la raza y el de su propia conservación tienen las mismas exigencias. Nada de medidas de restricción, nada de eugenesia negativa si queremos precaver un peligro real e inminente; sino apliquemos, a toda prisa, las más intensas influencias tonificadoras. Lo que hace falta es estimular una más generosa fecundidad en las clases altas, y una reforma social y moral en todas ellas.<br />No encontramos esta reforma moral en la doctrina de aquellos que única y exclusivamente coinciden el mejoramiento de la raza desde el punto de vista de la comodidad de las clases privilegiadas, que no se preocupan de ayudar a sus hermanos a quienes cupo peor suerte. La verdadera eugenesia no se acomoda ni se resigna con ciertos métodos, de más oportuna aplicación en la cría de animales domésticos.<br />Los partidarios del Birth-Control no conseguirían otra cosa que precipitar el empeoramiento de calidad, que tanto lamentan de continuo. “porque, entre los hombres, la cuestión de derecho y deber en materia de procreaciones de más densa complejidad que cuanto ellos imaginaron; hay en su trama factores morales y espirituales cuya importancia no se puede menospreciar”. Antes que obstinarse en su política de limitación, lo harían evidentemente mejor meditando las palabras del gran pedagogo alemán Foerster: “No es casualidad que la sabiduría de los antiguos dirigiera su atención más sobre la regeneración que sobre la generación; más sobre el renacimiento – valga la palabra – que sobre el nacimiento, y prohibiera hacer combinaciones y adicciones en una serie de fenómenos cuyos elementos vitales constitutivos siempre permanecerán en la oscuridad. Para nosotros, mortales, es imposible conocer las verdaderas tendencias vitales que se transmiten por dos seres humanos a un tercero: nunca seremos verdaderamente capaces de dominar nuestra existencia colocándonos en este punto de vista, y si dejamos una hipótesis será para dar en otra. A la curación, a la regeneración, a la educación verdadera han de tender nuestros esfuerzos”.<br />No es menos cierto que existe determinada categoría de individuos cuya reproducción no es halagüeña para la sociedad. Nos referimos a los verdaderos ineptos, anormales de toda especie, degenerados mentales y morales, psicópatas y delincuentes incorregibles. Recientes investigaciones de antropología criminal parecen demostrar que su número aumenta de continuo, y justifica, de parte de la sociedad que sufre sus vejaciones y cargas, las medidas de protección que suelen llamarse “defensa social”. Evidentemente, no se trata de medios anticonceptivos: hemos visto, en lo que llevamos dicho, que, aún prescindiendo de toda cuestión moral, su insuficiencia es palmaria. Dos medidas de defensa social recomiendan y han puesto en práctica eugenistas y legisladores en algunos países: la restricción del matrimonio y la esterilización. Ambas entrañan en sí graves problemas de orden científico, jurídico y moral.<br />En Estados Unidos de América, sobre todo, existen, desde hace unos treinta años, leyes precisas que condicionan el matrimonio de las diversas clases de anormales. Llegan hasta la absoluta interdicción en el caso en que la deficiencia mental sea de naturaleza que llegue a invalidar todo contrato. En algunos Estados de la Unión, hay también leyes restrictivas que aluden a los que están afectos de enfermedades contagiosas, sobre todo venéreas: para estos casos la autorización del matrimonio se subordina a un certificado médico de curación. Análogas leyes existen en algunos países de América del Sur y en los países escandinavos: imponen, entre otras, la obligación para todo futuro contrayente de un certificado de aptitud para el matrimonio.<br />Es de notar que en Estados Unidos, donde las leyes de esta índole son más antiguas, apenas han sido aplicadas, por norma general. El realismo, característico de América, ha reglamentado, en la práctica, lo que las especulaciones teóricas tenían tal vez de exageración. Porque no ha tardado mucho en reconocerse que semejantes leyes, en su conjunto, eran de difícil y aún de perjudicial aplicación: descubriéndose también gran cantidad de fraudes, facilitados, desde luego, por la fácil acogida dispensada a estas leyes por la opinión pública y aun por la mayoría de los médicos.<br />Desde el punto de vista científico, se les puede objetar que no llenan la misión para la que fueron dictadas: la prohibición del matrimonio tiende a prevenir la procreación de descendencia indeseable; ahora bien: no se consigue lo que se pretende, porque el contingente de hijos ilegítimos viene a reemplazar aquellos cuyo nacimiento se quiso impedir. Los anormales a que quiere extenderse la ley se distinguen, con frecuencia, por ser sumamente prolíficos, por la carencia de sentido moral y de cuanto suponga cuidado por su descendencia.<br />Otra objeción que se opone a la práctica de la ley de restricción del matrimonio se origina de la extrema dificultad de fijar un criterio de incapacidad suficientemente estable y preciso. ¿En qué casos y desde qué grado de insuficiencia mental o física podrá entrar en juego legítimamente la prohibición del matrimonio por probable deficiencia de los hijos? La misma pregunta, y aun con urgencia más perentoria, se nos ofrece por lo que toca a las leyes de esterilización.<br />De manera general, puede decirse que nuestros conocimientos sobre la herencia de enfermedades y taras mentales y fisiológicas no están lo suficientemente depuradas para que podamos asignar a determinados grupos de anomalías o enfermedades el carácter de transmisión fatal, que haría, a los que las padecen, sujetos a propósito para tomar medidas de eugenesia. No se puede dudar de que la transmisión familiar exista, y así lo han establecido de manera adecuada las investigaciones de los antropólogos. Sabemos de líneas enteras, dadas a conocer por pacientes investigadores, en las cuales salta a la vista la aterradora proporción de anormales, degenerados y delincuentes de toda especie: tal, entre otras, la familia Yutes,, verdadero almacén de mentalidades deficientes: de ella han salido 312 mendigos y vagabundos, 17 rufianes y 79 malhechores, en un total de 790 descendientes. La familia a que hace referencia el Dr. Vervaeck, de la que fue cabeza un malhechor nacido en 1720, ha dado, entre 2.000 descendientes, hasta 1.500 indeseables: 197 criminales, 300 mendigos y vagabundos, 440 de deficiente mentalidad, alcohólicos y anormales, 50 prostitutas, 213 de presunta honradez; 300 de los descendientes murieron en edad prematura: entre los criminales, 7 fueron ajusticiados, 60 murieron en la cárcel y 61 cumplen condena de doce años de prisión por término medio.<br />Notemos que no todas las líneas que se han estudiado tienen tanta fuerza demostrativa: los anormales se mezclan, con frecuencia, con una notable proporción de individuos de perfecta normalidad y aun de dotes sobresalientes. Aparte de esto, pueden hacerse algunas reservas sobre el valor de algunos de estos diagnósticos retrospectivos, porque ciertos investigadores parece que tienen empeño en clasificar como anormales a individuos sobre los que no se ha hecho la oportuna investigación. En fin, sea cual fuera el valor probatorio de estas notas de herencia morbosa, no pueden, en manera alguna, servir para diagnosticar lo futuro, ya que la suma complicación de las leyes hereditarias no permite generalizar los resultados, por concluyentes que sean, de algunas observaciones aisladas. Siempre se encontrarán, en materia de eugenesia, casos concretos que se han de resolver, por lo mismo, concretamente, mediante un examen biológico hecho a fondo, acompañado de averiguaciones o encuestas familiares muy completas.<br />Aun reunidas todas estas precauciones, no llegaremos a una certeza absoluta. “En general – dice el Dr. Vervaeck -, diagnosticar acerca de la probabilidad grande, cuando no de la fatal transmisión familiar, de las taras peligrosas que caracterizan a ciertos grupos de enfermos y anormales, será difícil y aun imposible. Las razones son complicadas: incertidumbre de las leyes hereditarias en el hombre; posible estado latente de tendencias peligrosas en la descendencia directa, y probabilidades de su desaparición en las sucesivas generaciones bajo la influencia de uniones convenientes, sobriedad, vida higiénica y una reeducación moral o pedagógica apropiada, ayudada de una terapéutica eficaz. En fin, será de no escasa dificultad distinguir en un sujeto anormal o enfermo, si las lacras o tendencias peligrosas que presenta son de origen hereditario, si se deben a las blastotoxias o si son consecuencia de enfermedades o infecciones contraídas en los primeros años”.<br />Cuando se trata de blastotoxias o de enfermedades de la infancia, es clarísimo que las taras no se originaron de una falta transmisión. Ahora bien: es ya del dominio público en la ciencia, que el campo de las blastoxias es mucho más extenso de lo que antes se pudo suponer; y aun, a lo que parece, su influencia en el origen de las distintas degeneraciones, sobrepasa a la de la herencia morbosa. Lo que es decir, que la evolución de los conocimientos en materia de hereditarismo en el hombre, tiende a restringir poco a poco el campo de la eugenesia.<br />Pero aún hay más. A la considerable dificultad que pueda encontrarse en un caso dado para afirmar la probable transmisión de una lacra física o mental, hay que añadir otra de mayor monta, que consiste en precisar si la tara en cuestión es los suficientemente importante para que se la pueda considerar como un peligro para la sociedad, condición indispensable para justificar una medida restrictiva cualquiera a título de defensa social. Nos encontramos en un campo apenas explorado, en el que la más rigurosa prudencia se impone de suyo a todos los espíritus científicos, hecha abstracción de las opiniones o prejuicios que hubieran bebido en una u otra fuente.<br />Si las medidas de restricción del matrimonio de anormales tienen en su contra serias objeciones desde el punto de vista científico, de mucho mayor peso son las que resultan encarando el problema desde el punto de vista moral.<br />Porque, en efecto, no pertenece al estado trazar, de manera absoluta y definitiva, los límites entre los que puedan moverse los hombres al ejercitar su derecho al matrimonio. Es esta una cuestión mixta, que tanto tiene de derecho natural del individuo, como de interés de la sociedad, y sometida, en último término, a la moral, que la domina y envuelve en todas y cada una de sus partes.<br />El celo por el interés público, primordial preocupación del poder civil, deberá, por consiguiente, temperarse prudentemente con la consideración de los derechos del individuo que, aunque no le corresponden en todo y ante todo, no pueden, sin embargo, sacrificarse sin razón suficiente y por puro capricho. En tales materias será rudimentaria medida de prudencia inspirarse en la actitud de la Iglesia Católica, que nunca admite impedimento al matrimonio, basado únicamente en las posibles cualidades de la futura descendencia.<br />En este punto se muestra conforme con la doctrina que sostiene acerca de los derechos del individuo, de la dignidad de la persona humana y el inestimable precio de su alma inmortal. El matrimonio, para ella, representa, ante todo, un medio de santificación, un modo de vida normal para la mayoría de los hombres. Por lo que hace al valor de la descendencia, no se ciñe a sus cualidades físicas, sino que fija toda su atención en la preponderante dignidad del destino sobrenatural común a todos. Aun el matrimonio de los de mentalidad deficiente no está prohibido sino en cuanto son incapaces de realizar un contrato válido, y no por la posible calidad de los hijos. “Porque la existencia es, de suyo, un beneficio, y la enfermedad, que tal vez la acompaña, disminuirá su valor, pero nunca llegará a suprimirlo”. Santo Tomás expresó el mismo pensamiento en aquellas palabras: “melius est eis sic esse, quam penitus non esse”.<br />Las mismas objeciones pueden oponerse a las legislaciones que subordinan el derecho al matrimonio a la previa obtención de un certificado, que pudiéramos llamar prenupcial. No es otra cosa que una nueva modalidad del anterior abuso del poder civil, la intromisión en un campo que no es exclusivamente el suyo propio. Importa que precisemos aquí el punto donde comienza este abuso de poder: no es el principio del certificado prenupcial lo que hay que condenar, ni siquiera su obligatoriedad, sino, solamente, la formal interdicción del matrimonio, que, según el espíritu de la ley, estaría fatalmente ligado a un certificado desfavorable. Inútil parece decir que semejante ley no se vería libre de numerosos abusos e infracciones, secuela inevitable de las leyes demasiado rigurosas, que, por la violentísima reacción que provocan, llegan a ser más perjudiciales que útiles; porque toda reacción entraña en sí una peligrosa tendencia al exceso y a la generalización. Por razones de principio y oportunidad tal legislación debe ser rechazada de plano. Muy otra cosa sería si la ley se contentara solamente con la obligatoriedad del certificado médico, sin subordinar a él la autorización para el matrimonio, siempre con la condición de que los dos interesados conozcan su recíproca situación y acepten las consecuencias. De esta manera quedaría salvaguardado el principio del derecho individual al matrimonio, y, por otra parte, las exigencias del bien común se verían satisfechas, a lo menos parcialmente. Porque podemos suponer que, en numerosos casos, la perspectiva del examen médico obligatorio y la eventual comunicación a la otra parte, contendría a no pocos candidatos afectos de alguna tara fisiológica o moral, cosa que no hubieran conseguido los escrúpulos de conciencia. Tal vez sería preferible, aun en este caso, que el habitual uso de certificado prenupcial se introdujese gradualmente en las costumbres sin ninguna intervención de los Poderes públicos. Tal es el parecer, por lo menos, de los moralistas y de no pocos eugenistas moderados. Tal es, también, la conclusión del congreso de la A.C.J.B. (Asociación Católica de la Juventud Belga), consagrado al estudio de la familia (Lieja, 1927). La oportunidad de semejante reforma apenas tiene necesidad de justificación, ya que se inspira en las más elementales consideraciones de prudencia y de justicia.<br />Prudencia consigo mismo, para no empeñarse en un contrato cuyas obligaciones tal vez no se pudieran cumplir dignamente: justicia con la otra parte, a la que no es lícito ocultar un estado de cosas quizá susceptible de modificar su actitud. Innumerables miserias y desgracias se evitarían el día en que esta recíproca responsabilidad sea mejor entendida por los aspirantes al matrimonio y por sus padres, con frecuencia tan propensos a desatender las realidades físicas del matrimonio y a sacrificarlas en aras de la situación económica.<br />La legislación de eugenesia den los Estados Unidos, no se contenta con las leyes de restricción del matrimonio: en estos últimos veinte años, la mitad de los 48 estados de la Unión han promulgado leyes sobre la esterilización de anormales y degenerados, cuya procreación no se considera deseable. Estas leyes, más o menos variables, según los Estados, prescriben, en general, que los casos en que ha de practicarse la esterilización estarán sometidos a una comisión médica y administrativa, que oirá a los padres o tutores: éstos podrán recurrir en apelación ante el tribunal civil. De los 24 Estados que han adoptado una ley semejante, en 20 la ley está en vigor todavía, pero en muchos de ellos apenas si se aplica: en los cuatro Estados restantes, la ley fue derogada. Desde 1907, en que por primera vez se practicó una esterilización en el Estado de Indiana, hasta julio de 1925, se registran 6.244 casos de esterilización en las estadísticas oficiales de la Eugenics Record Office; de este número total, 3.233 intervenciones se practicaban antes de 1921 (a saber, 403 en sujetos afectos de debilidad mental; 2700 en psicópatas y 135 en criminales); lo que prueba que, en su conjunto, las leyes de esterilización no han caído en desuso. Es de notar que todas las esterilizaciones se han practicado por puras indicaciones de eugenesia; sólo un Estado conserva en la actualidad una ley de esterilización considerada como sanción penal; solamente ha sido aplicada una vez. Parecidas disposiciones, que existían en algunos Estados, han sido derogadas ulteriormente.<br />Tal es, pues, la situación de Estados Unidos.<br />En Europa, la legislación eugénica es menos avanzada. El Cantón de Vaud (Suiza) ha sido el primero en promulgar una ley autorizando la esterilización, con cargo al Estado, de enfermos mentales hereditarios. Mas hasta el presente apenas ha sido practicada la operación de manera oficial. La esterilización eugénica estrictamente voluntaria, ha tomado estado legal en Dinamarca en 1929. En Suecia, un proyecto de ley se presentó en 1930; también existen proyectos en Alemania y Checoslovaquia. En fin, los países europeos se orientan gradualmente hacia una legislación eugénica, a pesar de los reparos que se le oponen desde el punto de vista científico y moral.<br />Resulta evidente que las objeciones formuladas contra la ley de restricción del matrimonio de anormales y degenerados, conservan toda su fuerza contra la esterilización: tanto más, por tratarse aquí de una medida más radical que atenta directamente a la integridad corporal y a la dignidad de la persona humana. Sabemos ya que, merced a la imperfección con que conocemos las leyes hereditarias, un pronóstico seguro sobre la transmisión de cualquier tara o enfermedad, es rara vez posible. ¿Cuánto más difícil será precisar que esa enfermedad o tara ha de propagarse por herencia de forma tal que constituya en los descendientes afectos de ella un peligro o carga para el estado? ¿Cómo o mediante qué criterios se llegará a distinguir los sujetos a quienes deban aplicarse las leyes de eugenesia, o, con otras palabras, los sujetos llamados cacogénicos?<br />¡Cuantos abusos en perspectiva, cuántos errores en la clasificación de los individuos cuando se pretenda dirimir si han de dar descendencia inepta o degenerada! Añádase a esto que, para ser efectiva, debe la esterilización ser muy precoz, so pena de ver que se acumulan los hijos ya tarados, cosa irrealizable en la mayoría de los casos.<br />De la incertidumbre de nuestros conocimientos en materia de eugenesia y de la dificultad en su aplicación práctica, resulta que al esterilización jamás tendrá sino una estrechísima puerta para salir en defensa de la sociedad. Deberá forzosamente limitarse a un exiguo número de individuos manifiestamente anormales o peligrosos: ahora bien, el principal peligro que tales sujetos presentan al Estado, no radica precisamente en las eventuales lacras de su posible descendencia; su misma presencia en el medio social es lo que constituye su acción dañina, contra la que la sociedad tiene perfecto derecho a defenderse, y esto no será posible sino mediante su reclusión. Aun los partidarios más fervoroso y resueltos de la esterilización reconocen la necesidad de mantener la separación como medio de defensa subsidiario.<br />Pues si la aplicación de la esterilización no suprime, en la mayoría de los casos, la necesidad de la separación, resulta que ésta basta ya para poner a buen recaudo los intereses del Estado, ya que puede, a la vez, impedir la reacción antisocial de los anormales y prevenir su reproducción.<br />Objetan algunos a esto, que la separación o reclusión resulta más cruel y más costosa que la esterilización misma. La primera objeción cae por su propio peso, si, como desde luego se hace, se practica el aislamiento como forma de separación, es a saber: aislamiento de sexos en colonias aisladas también, donde los anormales se den a trabajos del campo o manuales bajo una conveniente vigilancia. Esta solución, la más humana y feliz a la vez, ha sido, desde mucho tiempo la defendida por los católicos: una de las instituciones más importantes de esta especie es la colonia de Ursberg en Baviera, y parecidos organismos existen en Dinamarca y en otros países.<br />Claro que la separación resulta más costosa que la esterilización; más si se tiene en cuenta el escaso número de sujetos que podrán quedar libres, aun después de la intervención, y las sumas que el Estado recaudará por el trabajo de los así separados, la diferencia se atenúa considerablemente. Puede, además, presagiarse para el provenir una disminución progresiva de las cargas que debe soportar el estado, porque gran número de sujetos ·cacogénicos” estarán continuamente imposibilitados de dar el ser a sujetos indeseables.<br />El método de separación como solución al problema hereditario de los anormales, cuenta con la adhesión de todos los eugenistas que, por razones de principio o de aplicación, no se muestran conformes con la esterilización. La revista americana América relata como sigue, la conclusión de una encuesta promovida por la “Central Asociación for Mental Welfare”, agrupación inglesa que en estos últimos diez años ha hecho investigaciones sobre 34.000 casos de enfermedades mentales: “La aplicación de las leyes de esterilización no atajará las anomalías mentales; la libertad en que se pone a los individuos después de la esterilización, resulta, de rechazo, en detrimento de los propios anormales, al retardar por cierto tiempo nada más su reclusión, que es el solo y positivo remedio. La esterilización no es una medida protectora ni para los anormales ni para la sociedad”. Puede ponerse a la par de esta declaración la publicada por el Comité Nacional Americano de Higiene Mental, que reunió las principales autoridades en psiquiatría de Estados Unidos. Nunca el Comité se definió positivamente en pro o en contra de la esterilización: sus miembros eran de parecer que el actual estado de nuestros conocimientos en materia de enfermedades mentales no justifica la aplicación general de las leyes de esterilización, y estimaron que, lejos de resolver la dificultad, crea, por el contrario, otras nuevas.<br />La Academia de Medicina de Nueva York redacta como sigue una consulta en 1926, por medio de su comisión de higiene pública: “La cuestión de la esterilización de ciertos tipos de mentalidad anormal no ha progresado gran cosa por dos razones. Es la primera, que existe una prevención general contra la esterilización por las dificultades y posible abusos que fatalmente acompañan su aplicación: la segunda se refiere a las opiniones sumamente divergentes sobre posible tara hereditaria de los perturbados mentales; en ninguna de sus especies están los peritos de acuerdo a este propósito”.<br />En fin, la comisión oficial inglesa para el estudio de la deficiencia mental, concluye así su Memoria del año 1929: “La esterilización no reducirá de manera apreciable el número de anormales ya recluidos, porque pocos de ellos serían capaces de vivir normalmente en sociedad. La esterilización ni hace a los anormales más estables, ni los salvaguarda contra el crimen; y puede, por el contrario, aumentar su peligro moral y llegar a ser una fuente de males para la salud pública. En fin, la esterilización de unos pocos no disminuiría en absoluto la necesidad urgente de asilos más numerosos y mejor equipados”.<br />Resulta, pues, que ni aun en América hay acuerdo que parezca oportuno a las leyes de eugenesia; pero no nos debemos admirar de esto si pensamos en las enormes dificultades de orden moral que se añaden a las objeciones de orden puramente científico.<br />En efecto, la esterilización traería por consecuencia, desde luego, favorecer la inmoralidad y las enfermedades venéreas. Aquí llega en sus consecuencias, y de manera, por cierto, un tanto paradójica, a donde llegan los medios anticonceptivos. Porque la esterilización, tal como se preconiza y practica actualmente en América, no reduce al individuo que la sufrió a la absoluta impotencia sexual, sino que solamente la priva de poder tener relaciones sexuales fecundas. Este resultado se obtiene por la vasectomía en el hombre y la salpingectomía en la mujer, operaciones relativamente benignas las dos y que únicamente tienden a evitar la emigración de las células germinales, sin poner obstáculos a su génesis o formación ni a la de las hormonas estimulantes que normalmente la acompañan. La castración verdadera, o sea la total ablación de los órganos genitales internos, apenas ha sido practicada como medida de eugenesia, por los graves trastornos que provoca en la salud general: de los 6.244 casos de esterilización efectuados en los Estados Unidos, solamente se registran 310 casos de castración, de ellos 151 en hombres y 159 en mujeres. La posibilidad y el deseo o apetito de relaciones sexuales, se conserva, de esta manera, después de la esterilización en los sujetos de mentalidad insuficiente, de donde se sigue fatalmente que se entregan sin freno ni medida a sus impulsos libidinosos, favoreciendo enormemente la propagación de la inmoralidad y las enfermedades venéreas.<br />Tal es, desde luego la opinión de más de un psiquiatra americano, principalmente del Dr. Fernald, director del “Waverly Institution for the Feebleminded” en Massachussets:<br />“A mi parecer, es sumamente probable que la esterilización aumentará el número de las relaciones sexuales irregulares. En la mujer, el miedo a un posible embarazo, es con harta frecuencia decisivo para apartarla de una unión sexual ilegítima. Como la esterilización de uno de los dos elementos basta para descartar toda posibilidad de embarazo, este obstáculo queda reducido a la nada” Laughlin<br />El Dr. Bernstein, director del “Rome Custodial Asylum”, opina de idéntica manera: “La vasectomía no modifica las perversas tendencias de los anormales; solamente impide la fecundación; de esta manera se formará como un grupo de personas que se sentirán, realmente, distintas de las demás y querrán tener realciones sexuales con cualquiera que lo desee: los sitios en que semejantes individuos se establezcan, y, a no tardar, vivan juntos, pronto serán conocidos. Consecuencia: mayor desenfreno, mayor abundancia de enfermedades venéreas y mayor corrupción de costumbres”.<br />Las prevenciones de la moral tradicional respecto de la esterilización, no se basan solamente en sus funestos resultados, sino que declaran pernicioso y condenable el principio mismo de la esterilización con miras a la eugenesia, y esto en virtud de leyes generales que contradicen la legitimidad de semejantes mutilaciones. Ahora bien: la esterilización, siquiera sea bajo la forma atenuada de vasectomía o salpingectomía, es una operación mutilante, ya que priva al sujeto que la ha padecido de una función primordial, cual es la procreación de nuevos seres vivos. Para que en moral quede justificada tal operación, se precisan razones de proporcionado peso a la gravedad de la mutilación que se sufre. Sólo la guarda de la vida o de la salud es de superior interés a la facultad procreadora – porque el respeto debido al cuerpo, es primero que el deseo de procurarse una descendencia -, de donde sus legítimas exigencias harán lícito, en ciertos y determinados casos, lo que desde luego no es malo de suyo.<br />Esto es una simple aplicación de la ley del doble efecto: un mal físico no buscado directamente, y, sin embargo, tolerado porque es inseparable de un positivo bien que legítimamente se puede alcanzar.<br />Por eso, la esterilización, como medida terapéutica, está plenamente justificada cuando la condición patológica de los órganos de la generación es tal, que resulta imposible recuperar la salud sino merced a su amputación. Según el parecer de muchos teólogos, también lo estaría en ciertos casos de enajenación mental y perversión sexual, cuando, fracasados todos los medios susceptibles de modificar y enmendar eventualmente peligrosas tendencias sexuales.<br />Interesantes investigaciones se han hecho en Suiza sobre esta materia, desde hace unos quince años, por el Dr. Maire, profesor de Psquiatría en Zurich, en buena parte con halagüeños resultados. Pero la esterilización, cualquiera que sea el modo con que se efectúe, jamás estará permitida cuando se practique buscándola directamente, con la precisa intención de suprimir la facultad generadora, que es el caso de las intervenciones con miras de eugenesia.<br />Los partidarios de las legislaciones eugenésicas invocan la razón de Estado: éste tiene perfecto derecho a defenderse, si preciso fuere con la fuerza, contra los peligros que le amenazan. Ahora bien: los anormales de toda especie constituyen, ya por su propia existencia, ya por su multiplicación, una carga y un peligro para la sociedad: consecuentemente, ésta puede emplear los medios de defensa oportunos, como lo será esterilizar a los anormales peligrosos ni más ni menos que hace ejecutar a los criminales dañinos.<br />En masillado en el cuadro de defensa social, el medio eugénico de la esterilización no sería ya una mutilación condenada por la moral, sino una legítima medida de saneamiento y de salubridad pública.<br />En realidad, el derecho de legítima defensa no puede ejercerse por el Estado, como ni tampoco por un particular, sino dentro de sus límites precisos: al uno, lo mismo exactamente que al otro, no se le autoriza la represión por la fuerza, si no existe un peligro real para su vida, imposible de combatir por los medios ordinarios.<br />Es claro como la luz, que el inmoderado crecimiento del número de anormales, criminales y degenerados pudiera constituir a la larga una intolerable carga y hasta un peligro para el Estado. Pero queda por probar que la situación actual esté tan recargada de sombras. No está demostrado que todo anormal esté dotado de una inquietante fecundidad: el Dr. Fernald, del “Waverly Institute for Feebleminded”, ha estudiado el caso de degenerados mentales que abandonaron el asilo a pesar y en contra del parecer de los médicos. Muchos de ellos se han casado y su descendencia no sobrepasa la media de un hijo por matrimonio.<br />Sabemos, por otra parte, que se han exagerado muchísimo la trascendencia hereditaria de las afecciones mentales. Los matrimonios de anormales estudiados por el Dr. Fernald procrearon hijos, algunos de ellos psicópatas, pero la mayoría de perfecta normalidad. Otro dato al mismo respecto: el Dr. Howe hizo un recuento de los idiotas o imbéciles que vivían en Massachussets en 1848: en la actualidad no hay un solo alienado que lleve el mismo nombre en las ciudades donde se hizo la investigación. Las afecciones mentales tienen, por consiguiente, una marcada tendencia a desaparecer en el curso de las generaciones.<br />En numerosos casos los blastotoxias deben ocupar el lugar que les pertenece como causa de los desórdenes mentales, en vez de la transmisión hereditaria, fatal e inexorable. La degeneración de las células germinales, con su corolario de decaimiento de la raza, puede reducirse notablemente mejorando las condiciones higiénicas, luchando contra el alcoholismo, la tuberculosis, las enfermedades venéreas, la toxicomanía y otras, que son sus causas determinantes. Esto sí que es para la sociedad un pavoroso peligro, de muy distinta cuantía que la eventual descendencia de algunos psicópatas.<br />Por lo que hace a los individuos realmente indeseables y de los que fundamentalmente se pueda creer que su descendencia será nociva para la sociedad, en ninguna manera es necesaria una mutilación que, en la mayoría de los casos, no les libraría de la separación, que es la verdadera solución del problema, la más humana, la más justa y la que mejor vela por los intereses de la sociedad y del individuo.<br />La defensa social, puesta a buen recaudo sin recurrir a la esterilización eugénica, rechaza la práctica de ésta que no tiene ya razón de ser. De modo que la ciencia y la moral se aúnan para condenar su uso. Tal es la opinión del cuarto concilio provincial de Malinas (1920), que se expresa como sigue: “Nunca está permitido dejar al hombre o a la mujer ineptos para el matrimonio fecundo, aunque se practique abusivamente, como es sabido en ciertos países, so pretexto de selección humana”.<br />La limitación de la natalidad. Dr. Raoul de Guchteneere. 1935</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-26187720931513519242009-04-28T12:23:00.000-07:002009-04-28T12:26:07.598-07:009. La herencia racista del movimiento anti-vida<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJnkRppgVDvM7WBFIfuWPWyqHYWtGK5F67KGa9NiSegtsuzgDdLntq-AXz3Gc4DfbvBFLhCI4zGlpZxX3DWO0Z0MhOqsw3vZuESW9Yg89dh-anmwZnItVfA4pLVarJfl4kFErlICWXW8I/s1600-h/30s-Harlem-Mrg-Poster.gif"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329825663768197234" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 91px; CURSOR: hand; HEIGHT: 150px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJnkRppgVDvM7WBFIfuWPWyqHYWtGK5F67KGa9NiSegtsuzgDdLntq-AXz3Gc4DfbvBFLhCI4zGlpZxX3DWO0Z0MhOqsw3vZuESW9Yg89dh-anmwZnItVfA4pLVarJfl4kFErlICWXW8I/s400/30s-Harlem-Mrg-Poster.gif" border="0" /></a>Una extensa investigación publicada la agencia LifeSite News, demuestra las raíces racistas del movimiento controlista-abortista y evidencia que esta herencia se mantiene vigente en la actualidad, incluso con el desconocimiento de ciertos activistas que promueven la ideología anti-vida convencidos de que están “haciendo el bien”.<br />El documento de 66 páginas lleva por título “El Racismo Inherente del Control Poblacional” y ha sido escrito por Paul Jalsevac.<br />De acuerdo a la agencia, el texto explica “la rapidez de los masivos cambios sociales que han ocurrido en las últimas décadas y porqué fueron permitidos; así como las razones que llevaron a gobiernos, cortes, instituciones educativas, medios de comunicación y las Naciones Unidas a emprender políticas tan destructivas contra la vida, familia, religión tradicional y hasta ciertas libertades”.<br />Según recuerda la agencia, a finales de la década del ’60 y principio de los ‘70s, el aborto comenzó a proliferar en muchas naciones occidentales. “Al mismo tiempo llegó una explosión de divorcios, uso de anticoncepción, la llamada liberación sexual y el desprecio por la moral general, la vida familiar y el respeto por la vida humana. No es coincidencia que todo esto haya resultado en una caída masiva de los nacimientos a nivel mundial y las dramáticas consecuencias económicas y sociales del choque demográfico”.<br />La agencia precisa que “poco después que el aborto fue legalizado en Norteamérica, casi todos los activistas que se involucraron en la lucha pro-vida no se dieron cuenta de a quién y qué se estaban oponiendo”.<br />"No tenían idea entonces, y lamentablemente, la mayoría aún no la tiene, de que el aborto era solo una parte de agendas internacionales mucho más amplias, respaldadas por varias organizaciones e individuos con intereses y ambiciones comunes", sostiene.<br />Entre estos grupos, LifeSite cita a la Planned Parenthood “como la más influyente del mundo”.<br />El informe sostiene que la difusión del aborto, la eliminación de los minusválidos, el avance de la eutanasia, la divorcio fácil, los miles de millones de preservativos enviados a África en vez de ayuda médica o alimentos, así como la forzada aceptación de la homosexualidad, han servido para ciertas personas y organizaciones, a dos objetivos principales:<br />La disminución masiva de la población mundial.<br />La ‘purificación’ de la raza humana a través de la eugenesia, eliminando a las personas consideradas no gratas física, mental, social y hasta económicamente.<br />Al principio fue casi imposible para el reducido número de líderes pro-vida que se dieron cuenta de este panorama convencer a sus colegas y políticos amigos de asumir estas razones con seriedad.<br />LifeSite sostiene que por años solo encontraron animosidad o acusaciones de “ridiculez”. Ahora, sin embargo, “La evidencia es tan abrumadora y su desarrollo tan avanzado que la gente está despertando. Además, esto no es una conspiración. Los que respaldan la disminución de la población y la eugenesia han hablado y escrito abiertamente sobre sus objetivos, aunque han recurrido a una gran cuota de manipulación y engaño para lograr sus metas”, agrega.<br />"El Racismo Inherente del Control Poblacional" explica las teorías de sobrepoblación desarrolladas por Thomas Malthus, a través de Darwin, Francis Galton, la fundadora de la Planned Parenthood Margaret Sanger, las Naciones Unidas y la involucración de millonarios como Warren Buffet, Ted Turner, las familias Rockefeller y Ford.<br />Según la agencia, la investigación es de lectura obligada “para todas las personas preocupadas por la vida, la familia y hasta la libertad”. Para algunos, no hay novedad en el documento, pero para la vasta mayoría su contenido es crítico. “Sin comprender esto, la mayoría seguirá luchando contra sombras e ignorará a los verdaderos criminales”.<br />El texto completo en PDF en inglés puede descargarse en:<br /><a href="http://www.lifesite.net/waronfamily/Population_Control/Inherentracism.pdf">http://www.lifesite.net/waronfamily/Population_Control/Inherentracism.pdf</a></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-14494524059860574012009-04-28T12:22:00.003-07:002009-04-28T12:22:58.708-07:0010. El movimiento del control de la natalidadPaUnknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-60476900664577778452009-04-28T12:22:00.001-07:002009-04-28T12:22:33.087-07:0010.1. Progreso, eugenesia y selección de la especieCuando en 1900 la firma de Krupps patrocinó una competición con premio de ensayos sobre el Darwinismo Social, los eruditos participaron en una profusión de opiniones sobre el descubrimiento científico del siglo XIX y sus implicaciones para organizar la sociedad. Basando sus ideas en las teorías de Darwin, Spencer, Sumner, Galton, Pearson, y otros, ellos postularon que el progreso era el tema central de la historia.<br /> Esta visión mantiene que el hombre y la sociedad están continuamente evolucionando hacia un mejor futuro por un proceso natural que, sin embargo, requiere óptimas condiciones para operar beneficiosamente. El problema con el Estado moderno, concuerdan los pensadores, es que él cuelga de ideas anticuadas que dan prelación a los derechos innatos del individuo sobre su utilidad ala sociedad. A menos que la sociedad haya de ser cargada sin esperanzas, incluso tullida, cuidando del pobre, ella debe deshacerse de los socialmente ineptos, reimponer el equivalente del proceso de selección natural, y asegurar que su “producto biológico” es mejorado, no degradado por su legislación social” Helmut Krausnick. Social Darwinism”, 1968<br /><br />Thomas Malthus<br /><br /> El siglo XIX ha presenciado una revolución en pensamiento social y científico, con las inevitables repercusiones en el concepto de población. Thomas Robert Malthus (1766-1834) primero sacó el tema a colación con su noción de que el tamaño de población debe presionar contra los límites de suministro de alimentos debido a los hábitos reproductores de las “clases más bajas de la sociedad”. Pero Malthus se paró bien bruscamente ante la noción de que el gobierno debiera adoptar una política antinatalista “dejar cada hombre a su propia elección y responsable sólo ante Dios por el mal que hace en cada asunto; esto es todo por lo que lucho, no quisiera en modo alguno hacer más…” El creía que negando al pobre toda caridad pública o privada, experimentaría completamente tanto los costes como los beneficios de sus decisiones reproductivas y conformaría su matrimonio y nacimiento de hijos a su capacidad de ganancia. Antes de terminar su vida, Malthus modificó sus opiniones, pero lo que ha perdurado es la influencia de su trabajo anterior, especialmente su temor del excesivo crecimiento de población.<br /><br />Charles Darwin<br /><br /> Charles Darwin (1809-1882) reconoció que había sido inspirado por Malthus en su propio estudio de la “lucha por la existencia” y el proceso por el cual “las variaciones favorables… tienden a conservarse y las desfavorables a destruirse”. Pero él no aplicó sus teorías biológicas a la vida política y social del hombre, y pareció no comprender a aquellos que sí lo hicieron. Escribió a uno de los darwinistas sociales alemanes que no se le había ocurrido a él que sus teorías biológicas fueran aplicables a asuntos sociales. Otros sin embargo procedieron a encontrar en las teorías de Darwin lo que ellos estaban dispuestos a encontrar, a menudo con resultados aparentemente contradictorios. No sólo le admiraron los partidarios de la competencia de los negocios libres sino también Marx, que propuso dedicar a Darwin la traducción inglesa de su libro “Das capital”. (Darwin rehusó el honor). Himmelfarb sugirió que lo que estos diversos admiradores tenían en común era una afinidad por la idea de lucha, no moderada por las estructuras de la ética y religión tradicionales, hacia el progreso humano. Esta aparente justificación de quitarse de encima las limitaciones religiosas y éticas honradas por el tiempo ha atraído a muchos – no sólo ambiciosos magnates de los negocios, sino socialistas revolucionarios, científicos anhelantes de más libertad en la experimentación, y variados planificadores sociales.<br /><br />Herbert Spencer<br /><br /> Correspondió a Herbert Spencer (1820-1903) acuñar la frase “supervivencia del más apto” y, en su Estático Social, describir el proceso de competición por el que ocurre el desarrollo óptimo en los sistemas sociales. Los beneficios derivados del proceso competitivo – es decir, eliminación del incapaz – le llevó a oponerse a cualquier intervención del gobierno que pudiera frustrar el proceso. Spencer y sus ideas inspiraron grandemente a los magnates de negocios de su tiempo, como John Rockefeller, Sr.<br /><br />William Gram. Sumner<br /><br /> William Gram. Sumner (1840-1910), autor de Folkways y otros trabajos, tuvo ideas similares a las de Spencer en relación a los beneficios de la competición. Ambos hombres ilustraron la desviación radical del darwinismo Social del concepto de competición de Adam Smith. Smith mantenía que la competición es buena porque lleva a los hombres a servir uno a otro, no importa su intención; mientras que Spencer y Summer consideran la competición buena porque elimina al “incapaz”, y con toda la intención. La teoría darvinista social fue abrazada por los nacientes monopolios de negocios privados que querían evitar la reglamentación gubernamental, aunque no sus subsidios. La visión de Smith fue menos benigna hacia los grandes negocios, más especialmente hacia el maridaje de gran gobierno y gran negocio, comprendiendo que las grandes combinaciones de poder público y privado ponían una amenaza al interés social.<br /> Para la teoría de los darvinistas sociales fue crucial su visión de los seres humanos individuales – no como criaturas de innato valor y dignidad, independiente de su condición terrena, sino como factores en una escala de valor social. Sin dudas ni turbaciones, los Darvinistas Sociales determinaron la propia escala y se encargaron de medir a otros hombres por ella. No de forma sorprendente, los que compartían los atributos sociales y económicos de los líderes del movimiento se consideraban en lo más alto.<br /><br />Francis Galton<br /><br /> La idea de la selección natural alentó el estudio de las leyes hereditarias y de probabilidad estadística que gobernaron el movimiento. El estadístico Francis Galton (1822-1911) fue fundador de los estudios de eugenesia, o “buen nacimiento”. Como Chase relata en su monumental historia del racismo científico, Galton confió en su investigación para dar a las “razas o tendencias de sangre más adecuadas una mejor oportunidad de prevalecer rápidamente sobre las menos adecuadas”. El creía que los negros eran genéticamente inferiores, que los judíos eran “parásitos”, y que la pobreza se transmitía en los genes.<br /><br />Karl Pearson<br /> Kart Pearson (1857-1936), otro estadista y discípulo de Galton, discutió “la esterilización de aquellas secciones de la comunidad de pequeño valor cívico…”.<br /> La noción de que el proceso se alcanza por el proceso eugénico de eliminar al incapaz se afianzó prontamente y, en 1907 como relata Chase, Indiana promulgó la primera ley del mundo de esterilización obligatoria, apuntada a “criminales confirmados, idiotas, violadores e imbéciles”. Le siguieron treinta Estados y Puerto Rico, redactando mucho a partir de una Ley Eugénica Modelo escrita por Harry Laughlin, y que ha sido acusada de inspirar las leyes nazis de esterilización obligatoria.<br /> En 1912 se tuvo en la Universidad de Londres el Primer Congreso Internacional de Eugenesia. Sus vicepresidentes incluían a Winston Churchill, Charles Eliot (presidente emérito de Harvard), David Starr Jordan (presidente de la Universidad de Standford), y otros personajes notables. Su objetivo: la prevención de la propagación de la incapacidad”.<br /> En 1921 y 1932 se tuvieron congresos subsiguientes, de nuevo atrayendo muchas luminarias del tiempo. El tercer congreso, en 1932, presentó una petición de esterilización de 14 millones de americanos con bajas calificaciones de pruebas de inteligencia.<br /><br />Margaret Sanger<br /><br /> Una de las más enérgicas y entusiastas eugenistas de la época fue Margaret Sanger (1883-1996), fundadora de Planned Parenthood. Llamada, según dicen, H.G. Wells “la mujer más grande del mundo”, Sanger se impregnó profundamente de las ideas imperantes de la importancia de “un buen nacimiento”. Temprana en su carrera de extender la información del control de nacimientos y servicios afines a los pobres, Sanger terminó diciendo que la mayor desventaja de ellos era su herencia biológica, como indica Drogan en su cuidada biografía.<br /> En 1919 Sanger escribió en su revista, Revista de Control de Nacimientos, “Más hijos de los capaces, menos de los incapaces – es la principal consigna del control de nacimientos”. En 1922 ella apuntó a su blanco – el cuidado de maternidad gratis para los pobres, obliga “a las secciones más normales y sanas del mundo a cargar con… la irreflexiva e indiscriminada fecundidad de los demás; lo que lleva consigo… un peso muerto de desechos humanos…”. El presente prejuicio de Planned Parenthood contra la ayuda a las madres adolescentes y su preferencia por los abortos y contraceptivos es sumisa a las tradiciones.<br /> En posteriores declaraciones Mrs. Sanger aclaró su punto con rigor. En 1932 su Revista de Control de Nacimientos expuso su requerimiento de “una severa y rígida política de esterilización y segregación” de aquellas personas “ya manchadas por su herencia”. A Tales personas, afirmaba ella, deberían ofrecerse pensiones en correspondencia a su consentimiento a ser esterilizadas, pero si la rechazan, deben ser segregadas de la población general para que su “mancha” hereditaria no infecte a futuras generaciones. Los afectados serían relegados, de por vida, a señaladas granjas y haciendas “donde serían enseñados a trabajar bajo instructores competentes”, y a este exilio sentenció “quince o veinte millones de nuestra población.<br /> En 1933 su Revista de Control de Nacimientos ahondó profundamente en la esterilización eugénica. En un destacado artículo, “Esterilización Eugénica: Una Necesidad Urgente”, el profesor Dr. Ernst Rudin, miembro del Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Genética Humana y Eugenesia, pidió una enorme acción para “evitar la multiplicación de malos “stocks” e incrementar el índice de nacimientos de la población media sana”.<br /> La propia Sanger concibió la justificación coste-beneficio del selectivo control de nacimientos que ha sido promulgado por Planned Parenthood. Ella incitó a sus discípulos a “pedir al gobierno… reducir la carga de los insanos y débiles mentales de sus espaldas. Para éstos, la solución es la esterilización”. Y ella censuró el proceso democrático, en que “un voto de un subnormal es tan bueno como el de un genio”, y “los fondos que deberían usarse para aumentar el estándar de nuestra civilización se distraen para mantenimiento de los que no deberían haber nacido”.<br /><br />Clarence Gamble<br /><br /> Sanger compartió sus ideas con Clarence Gamble, otra temprana líder del movimiento de control de población y fundadora de la influyente Fundación Pathfinder, y le comunicó su plan para persuadir a los negros americanos que practicasen el control de nacimientos. Su estrategia fue usar ministros negros “con personalidades comprometidas” para encabezar el movimiento y así neutralizar la oposición negra.<br /> Sanger fue una amiga íntima del gran sexologista Havelock Ellis, a quien se atribuye convertirla de su original énfasis sobre la cantidad, en sus trabajos de control de nacimientos, a la eugenesia. Sanger fue una de las personas más influyentes de su época, y contó entre sus amigos y asociados a muchos de los más ricos y poderosos de la era. En 1916 ella organizó la primera clínica de control de nacimientos bajo los auspicios de la Liga Nacional de Control de Nacimientos, y en 1921 fundó la Liga Americana de Control de Nacimientos, que en 1939 llegó a ser la Federación de Control de Nacimientos, padre de la actual Planned Parenthood.<br /><br />Guy Irving Burch<br /><br /> Durante la II Guerra Mundial y algunos años después, amainó el furor control de nacimientos-eugenesia en los Países Aliados en respuesta al paño mortuorio que los experimentos nazis en racismo científico habían echado sobre los chapoteos eugenésicos – los intentos para mejorar el producto biológico. Pero las voces no se callaron completamente. En 1945, por ejemplo, el eugenista Guy Irving Burch, fundador de la Population Referente Bureau, publicó un libro, Rutas de Población para la Paz o la Guerra, que presentó como una guía para las negociaciones de paz. El libro aconsejó la esterilización obligatoria de “todas las personas que son inadecuadas, bien biológica o socialmente” y pidió a los negociadores de paz “recomendar” tales leyes para todas las naciones”, sin “insistir” sobre ellas en los países conquistados. Burch advirtió que, a menos que se promulguen tales leyes, se originarán desastres sin fin y la nueva paz será “tan transitoria como los resultados del Tratado de Versalles”.<br /> Burch y sus compatriotas trabajaron durante toda la década de los años cincuenta, reagrupando, poniendo nombres nuevos a sus organizaciones, formando otras nuevas y, sobre todo, excavando en los consejos de poder. A principios de la década de los 60 el movimiento volvió a reflotar como una Campaña para Comprobar la Explosión de Población y, haciendo sonar la alarma de la considerada “bomba de población”, capturó la imaginación de los medios masivos de comunicación.<br /><br />Hugo Moore<br /><br /> El empleo a fondo del temor de la bomba, de acuerdo con los historiadores del movimiento, fue en gran parte obra de un hombre. Elizabeth Moore y Lawrence Lader relatan que Hugo Moore de la fortuna Dixie Cup fue persuadido de la amenaza de población por un libro de 1948 de William Vogt, antiguo funcionario de Planned Parenthood. Desde entonces Moore dedicó mucha parte de su fortuna y energías a divulgar la “bomba” y a reclutar apoyo. En 1954 él remitió su planfleto “La Bomba de población” a un millar de jefes de negocios y de profesiones y, subsiguientemente, a otros mil quinientos, y dio a Paul Ehrlich el permiso de usar el título para su libro de 1968.<br /> Como presidente del Population Referente Bureau, Moore trabajó para comprometer al gobierno federal a extender el control de población. Su amistad con el General William Draper Jr., de su misma opinión, dio su fruto en 1958 cuando el presidente Eisenhower nombró a Draper presidente del comité para investigar el impacto de la ayuda exterior en el crecimiento económico de los países extranjeros. Draper se ocupó de que los materiales sobre población de Moore, publicados por el Population Referente Bureau y la Hugo Moore Fund, inundaran al comité, que respondió emitiendo el Informe Draper 1959, “primer informe oficial del gobierno para tomar una posición sobre control de nacimientos”.<br /> En 1960 Moore empezó la Campaña de Emergencia de Población Mundial, que levantó enormes sumas de dinero y que se fusionó con la Federación Internacional Planned Parenthood en 1961, para formar Planed Parenthood World Population.<br /> En 1961 la Fundación Hugo Moore empezó su campaña de anuncios a toda plana en el New York Times, el Washington Post, el Wall Street Journal y la revista Time. Manadas de personalidades importantes formaron los anuncios – Thurman Arnold, Frank Abrams, Joseph Word Krutch, Reinhold Niebuhr, Mark Van Doren, Jonas Salk, los propios Draper y Moore, y muchas otras. Moore sirvió como presidente de la Asociación de Esterilización Voluntaria y fundó el Comité de Crisis de Población, reclutando a los ricos, poderosos, y ambiciosos de la Antecámara de Washington. Fue infatigable. Creó la Campaña para comprobar la explosión de población para implicar gente en relaciones públicas y publicidad y, en 1970, reunió toda la fuerza de su capacidad para crear el “Día de la Tierra” (Herat Day), distribuyendo unos 300.000 prospectos sobre su bomba de la población a los participantes, y una cinta gratis, de Paul Ehrlich y el ambientalista David Broker, a las estaciones de radio. Los periódicos de los Colegios circularon sus “comics” gratis, y sus anuncios de periódico; proclamó que la polución era producida principalmente por demasiada gente.<br /> Pero cuando en 1970 Hugh Moore capturó la fantasía de los jóvenes amantes de la naturaleza en el Día de la Tierra con su slogan de que la gente poluciona, él y su banda habían ya conquistado al gobierno U.S.A. Antes, a la mitad de los años 60, en respuesta a fuertes presiones, el Congreso había votado proporcionar servicios de control de nacimientos tanto en la nación como en el exterior. En su mensaje de 1966 sobre salud y educación, el Presidente Jonson declaró que “es esencial que todas las familias tengan acceso a la información y a los servicios que permitan la libertad de elegir el número y espaciado de sus hijos dentro de los dictados de conciencia individual”.<br /> En el año anterior, como parte de la Guerra a la Pobreza, la Oficina de Oportunidad Económica había empezado a asignar subvenciones de planificación familiar a agencias de acción de la comunidad. En 1967 el Congreso enmendó el Acta de Seguridad Social para proporcionar fondos para planificación de familia en programas de salud maternal y del niño. El Título V, el Título XIX y el Título XX del Acta llegaron a ser los principales vehículos para los fondos federales de planificación familiar. El mismo año el Congreso enmendó el Acta de Asistencia Exterior para financiar programas de planificación familiar y de población en países que percibían ayuda exterior U.S.A. El Título X del Acta fue el vehículo apropiado para ello.<br /> Llegó la “apisonadora”. En 1968 el Presidente Jonson nombró un Comité sobre Población y Planificación Familiar y, como se esperaba, recomendó adicionales dosis de gastos en la nación y exterior para control de nacimientos y un programa público importante de investigación biomédica y comportamiento para preparar los bocetos del control de nacimientos.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3288495566340311809.post-74643947940710729212009-04-28T12:12:00.000-07:002013-01-16T10:42:05.355-08:0010.2. Las políticas antinatalistas de neocolonialismo<div align="justify">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDrLFQ5uJXwtf3ZeifA_bqGusEM6NGf00srvvbGuzsgXRiBCplJ9tk9oTgQH9ZINq9ekIXmkA35Ys9_SRnPrgtcZxEc31dk-WZVSjWrnvx-m8DzS0ams7mtouYuiAM5EAYD51bL5ldv6BZ/s1600/esterilizaci%25C3%25B3n2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDrLFQ5uJXwtf3ZeifA_bqGusEM6NGf00srvvbGuzsgXRiBCplJ9tk9oTgQH9ZINq9ekIXmkA35Ys9_SRnPrgtcZxEc31dk-WZVSjWrnvx-m8DzS0ams7mtouYuiAM5EAYD51bL5ldv6BZ/s1600/esterilizaci%25C3%25B3n2.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<strong>Richard Nixon</strong> fue el primer presidente que envió un mensaje directamente al Congreso pidiendo aún fondos mayores para los programas de población, y en 1970 infundió nueva base designando a la ahora famosa Comisión sobre Crecimiento de Población y el Futuro de América, bajo la presidencia de <strong>John Rockefeller III,</strong> fundador del Consejo de Población y un decidido miembro del movimiento antinatalista. La comisión, cuyos miembros y directivos eran esencialmente del mismo cuño, lanzó sus disparos sobre un montón de frenos de población – aborto gratis sobre demanda, educación sexual, más fácil esterilización voluntaria, y solicitación pública a los adolescentes para adoptar contraceptivos. En su carta con la que transmitía el Informe de la Comisión al Congreso, Rockeffeller decretaba que como un adicional crecimiento de población no ayudaría a intereses nacionales esenciales como “la vitalidad de los negocios”, sería mejor detenerlo.<br />
El presidente Nixon recibió el informe con lo que el <strong>Instituto Guttmacher</strong> describió como “reserva”. El presidente, en efecto, repitió su oposición al aborto y a la provisión de contraceptivos a menores, e ignoró sus otras recomendaciones.<br />
Pero el mismo año, 1970, sin esperar el Informe de la comisión, un Congreso impaciente promulgó la enmienda al Título X el Acta de Servicios Públicos de la Salud, Acta de Servicios de Planificación Familiar e Investigación de Población, y autorizó 382 millones de dólares para un programa de tres años. Había llegado el vehículo para la mayor financiación continuada del control de nacimientos.<br />
A través de su batería de legislación, el Congreso mantuvo el programa más amplio del mundo de control de nacimientos financiado públicamente, tanto en la nación como en el exterior, y emprendió el 90 por ciento de la investigación mundial sobre población y planificación familiar.<br />
El soporte para la legislación, junto con los discursos de apoyo, estuvo basado en los materiales suministrados al Presidente y Congreso por <strong>Planned Parenthood</strong> y su brazo de investigación, el instituto Alan Guttmacher. Aunque el programa nacional se asignó a administrar por una Oficina de Asuntos de Población, del Departamento de Salud, Educación y Bienestar, con su correspondiente oficina en el Departamento de Estado para los programas exteriores, estos programas han crecido tan amplia y complejamente y se han dispersado por muchas partes de la burocracia federal, que ninguna agencia parece saber qué se está haciendo o cuánto dinero está implicado. Por ejemplo, la <strong>Population Reference Bureau,</strong> que tiene muchos intereses en el importe de su financiación masiva, estimó que en el ejercicio de 1975 el Departamento de Salud, Educación y Bienestar proporcionó 201 millones de dólares para programas organizados de planificación familiar. Pero el propio Departamento informó sólo de 148 millones al Comité del Estado de Trabajo y Recursos Humanos. Estimaciones recientes, pero en absoluto totales, de la Oficina de Contabilidad General muestran que las obligaciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos, para las seleccionadas categorías de actividades de planificación de familia e investigación de población, ascendieron en 1984 a 600 millones de dólares.<br />
Cualquiera que sea la cuantía de los gastos, el programa mete pie en una marisma de agencias públicas y sobrepasa los esfuerzos combinados de todos los demás países. Aún así, como muchos otros gastos del gobierno implican condiciones – sumisión de una u otra forma a la planificación familiar – la fuerza del movimiento pesa más que el dinero directamente implicado. Por ejemplo, la ley federal exige que a estas personas que reciben asistencia pública financiada federalmente, “incluidos menores que puedan considerarse sexualmente activos”, se deban ofrecer servicios de planificación familiar. Las declaraciones personales de los receptores de ayuda indican que muchos de ellos creen que para recibirla deben practicar el control de nacimientos, aunque la ley establece que la aceptación será “voluntaria… y… no… un prerrequisito para… cualquier otro servicio”.<br />
Además de esta batería de legislación, al ley federal exige que las organizaciones de mantenimiento de salud proporcionen servicios de planificación familiar y, las leyes de los Estados están llenas de implicaciones con proyectos de planificación familiar, variando desde la educación sexual en escuelas a la esterilización, aborto, y “criba genética”.<br />
La <strong>Population Reference Bureau</strong> informa que los objetivos de la planificación familiar asistida federalmente, como se estableció por el Presidente Jonson, han sido sustancialmente alcanzados. Para esa fecha, el 95 por ciento de todos los municipios de los Estados Unidos habían financiado públicamente servicios de planificación familiar, el 5 por ciento restante estaban asentados dispersamente y tenían pocas mujeres de bajos ingresos económicos.<br />
Pero el Congreso, de nuevo reaccionando a las persistentes presiones antinatalistas, continuó su expansión y financiación, especialmente durante la administración Cárter.<br />
En 1977, en el <strong>Acta de Incentivos de Educación de Carreras</strong>, el Congreso presentó a los nuevos educadores de sexo y controladores de nacimientos el deseo más querido de sus corazones – fondos para “la eliminación de prejuicios y “estereotipos”… a cuenta de raza, sexo, edad, status económico, o desventaja”. Autorizó subvenciones que permitieran a los Estados integrar la educación de carreras en los programas regulares de educación ofrecidos en las escuelas elementales y secundarias, empleando “tal personal como sea necesario” para eliminar el dicho “estereotipo”. Tales subvenciones, por supuesto, son cruciales a un sistema de escuela pública que perdió unos 3 millones de alumnos debido a la disminución de nacimientos, combinado con la desbandada a las escuelas privadas durante los años 70. Las subvenciones “anti-esterotipo” garantizan que todos los materiales escolares se seleccionarían para apoyar las enseñanzas ideológicas de los controladores de nacimientos y educadores de sexo gubernamentales – pintando mujeres con pesados sombreros o togas de juzgado, y hombres con delantales de cocina sosteniendo bebés.<br />
En 1978, el Congreso entró más en el control público de la reproducción. Entonces el libre acceso al control de nacimientos no era suficiente, el gobierno tenía realmente que “evitar los embarazos prematuros y repetidos…” En el <strong>Acta sobre Embarazo Adolescente</strong> de 1978, en palabras inspiradas por el Instituto Guttmacher, el Congreso declaró que <em><span style="color: #660000;">“el embarazo y parto entre adolescentes… produce frecuentemente consecuencias adversas severas de salud, economía y sociales”</span></em> y que la política federal debía multiplicar la prevención de tales embarazos. Mucho más lejos que las simples “clínicas de planificación familiar “, el acta dictó el uso “hasta la máxima medida posible” de “centros de cuidado de salud… centros de niños y jóvenes, centros de salud maternal y del niño, instalaciones de salud rural regionales, programas escolares y otros educativos, programas de nutrición, programas de recreo…” – en resumen, la movilización de toda la estructura nacional de salud, bienestar, y recreo de la nación para evitar el embarazo adolescente.<br />
Aún no satisfecho, en el mismo año el Congreso promulgó el Acta de Educación de Población, autorizando fondos federales para el desarrollo y provisión de educación de población en las escuelas elementales y secundarias. La educación de población se inyectó en “un amplio abanico de campos sometidos tales como geografía, historia, ciencia, biología, estudios sociales, y economía del hogar”. Se autorizaron adicionales subvenciones para desarrollo de planes de estudios, enseñanza de maestros, y una “agencia distribuidora” nacional de educación de población en el Instituto Nacional de Educación. Ello dio adicional empuje a la ofensiva de organizaciones tales como la <strong>Population Reference Bureau </strong>para implantar en las escuelas su ideología de sobrepoblación. La P. R. Bureau estuvo entonces en la postura feliz de recibir subvenciones para producir materiales que las escuelas pagarían por usar.<br />
Los programas extranjeros de control de población operados por los Estados Unidos son aún más francamente antinatalistas que sus afines nacionales. Bajo los términos de las Secciones 102 y 104 (d) del Acta de 1978 sobre Desarrollo Internacional y Asistencia de Alimentos, todo el programa de ayuda exterior debe ajustarse para alentar familias más pequeñas en todos los países que reciben ayuda U.S.A. Las asignaciones U.S.A. explícitamente diseñadas para asistencia de población en el exterior ascendieron a 185 millones de dólares en 1980, 290 en 1985, y 230 en 1987. Implícitamente, por supuesto, toda la cantidad gastada en ayuda exterior – 12.000 millones de dólares en 1985 – está contaminada por la ideología antinatalista.<br />
En “tandem” con su éxito en los Estados Unidos durante las décadas de los años 60 y 70, los activistas antipoblación americanos hicieron progresos en las Naciones Unidas y el Banco Mundial. El Fondo para Actividades de Población de las naciones Unidas, la UNICEF (Fondo de Niños de las Naciones Unidas), la Organización de Alimentos y Agricultura y la Organización Mundial de la Salud, combinaron sus fuerzas para reducir la fertilidad mundial, concentrándose en las naciones menos desarrolladas. El Banco Mundial, bajo la dirección de Robert McNamara, llegó a estar fervientemente comprometido a la causa gubernamental de control de población. En conjunto las agencias gastaron cientos de millones de dólares, especialmente proporcionadas por el gobierno U.S.A., para disminuir la población.<br />
En 1973 las Naciones Unidas anunciaron sus planes para “1974, Año de Población Mundial”. El acontecimiento de los medios de fiesta – de muchos millones de dólares – fue reforzado por un sinfín de conferencias en el país. Un río de Boletines de noticias y sobre el Año de Población, especialmente preparados para la ocasión, anunciaron el suceso – películas y panfletos, un “Encuentro para Periodistas”, y grandes “posters" proclamando “una pequeña familia es una familia feliz”. Fue convocado un “ad hoc” Grupo de Consejo de la Juventud para discutir sobre población, y se organizaron un concurso de ensayos para jóvenes y un concurso de dibujos para niños. Hubo una exhibición especial sobre “Tierra, Astronave”, y un artículo especialmente titulado “Para, en Dos”. Y en la República de Corea se lanzó una Campaña del Año Sin embarazos, en un monótono anexo.<br />
Las estrellas del movimiento de población americanas dieron lo mejor de su producción a la conferencia y promoción de la aceptación mundial de su Plan de Proyecto, preparado muy de antemano. Publicaciones, conferencias, etc. fueron producidas entre otros por <strong>Planned Parenthood</strong>, <strong>Consejo de Población,</strong> <strong>Population Referente Bureau</strong>, - incluso las Muchachas “Scouts”. El decano de los activistas americanos, Jo<strong>hn Rockefeller III</strong> se dirigió a los delegados reunidos para recalcar que la “planificación de población” debería incorporarse en todos los planes para el desarrollo económico. Citándole, “la planificación de población” debe ser una pieza fundamental e integral de cualquier programa de desarrollo moderno, reconocido como tal por el liderazgo nacional y mantenido completamente por él”.<br />
El “status” de estrella de Rockefeller fue reconocido por el Boletín Año de Población Mundial, que dedicó cabeceras de primera plana a su discurso:<br />
“Si alguien otro lo hubiera dicho, habría sido un discurso bastante ordinario. Pero “él es un cabecilla de la opinión de población…” “El” es <strong>John Rockefeller III</strong>, y el orador fue uno de su audiencia en la Tribuna de Población en Bucarest…<br />
<br />
Aunque la conferencia, después de un debate frecuentemente mordaz borró toda mención a los “objetivos” mundiales del Plan de Proyecto antinatalista, el “Plan de Acción de Población Mundial”, que se aprobó finalmente, tuvo algo para todos. Dejó la política de población a la discreción de los gobiernos nacionales, que pudieran querer “afectar la fertilidad” mientras, simultáneamente, los gobiernos tenían que “respetar… el derecho de las personas para determinar… el número y espaciado de sus hijos”. El plan no hizo ningún esfuerzo para resolver las paradójicas recomendaciones.<br />
Uno de los más interesantes resultados de l conferencia fue la luz arrojada sobre la profunda diferencia entre el entusiasmo de la delegación U.S.A. por el control gubernamental de fertilidad y el resentimiento que ello engendró en los otros países. El Consejo de Población creado por Rockefeller culpó de ello a un fallo en el planteamiento de la presentación. “Los organizadores… no anticiparon los problemas políticos… Ellos consultaron a los expertos científicos y técnicos en la preparación del Plan de Proyecto, pero fallaban… en identificar posibles fuentes de controversia política”.<br />
Sin embargo, la Conferencia de Bucarest no fue en modo alguno un revés para los antinatalistas, ya que puso su ideología de población en ámbito internacional. Y produjo un Plan de Acción Mundial, dedicado a la “mejora de la calidad de vida”, que se tradujo en imponer a los países varios métodos de reducción del crecimiento de población – poniendo a trabajar más mujeres, ajustando la edad legal del matrimonio, y ofreciendo “esquemas de incentivos y frenos”.<br />
De nuevo en 1984, en la Conferencia Internacional sobre Población de Méjico Capital, hubo marcadas diferencias entre la posición de los Estados Unidos y las otras delegaciones. Esta vez, sin embargo, no hubo equivocaciones en el planteamiento. Después de dos décadas de fuerte financiación pública y “retorcimiento de brazo” intergubernamental, especialmente por parte de AID (Agencia U.S.A. para Desarrollo Internacional), la red de población mundial estaba soberbiamente organizada, con “fila tras fila” de agencias gubernamentales, organizaciones de Naciones Unidas, agencias privadas soportadas públicamente, y fundaciones privadas activas en la causa del control mundial de la población. Las preparaciones anticipadas empezaron dos años y medio antes de la Conferencia. Hubo reuniones preparatorias, conferencias internacionales, informes de expertos, consultas con Planned Parenthood Internacional y otras organizaciones no gubernamentales, publicaciones, postres y una película preparada especialmente. La propia Conferencia reunió más de 1.000 funcionarios de 136 países, 367 representantes de organizaciones no gubernamentales, y 800 representantes de medios de comunicación, lo que refleja la importancia en la divulgación del mensaje de población. El acontecimiento costó más de 2 millones de dólares, sin incluir el coste de los procesos preparatorios.<br />
Algunas semanas antes de la Conferencia hubo, sin embargo, ruidos sordos de que la delegación U.S.A. podía no representar las mismas ideas antinatalistas que en el pasado. El senador Jeremiah Denton insertó en el Informe Congresional del 18 de junio la llamada Declaración de Proyecto de la Casa Blanca, junto con dos declaraciones rivales – una preparada por la agencia AID; otra del Departamento de Estado – y una crítica a la declaración de la Casa Blanca por el Instituto Alan Guttmacher, brazo de “investigación” de Planned Parenthood. Aunque prometiendo continuado soporte para los programas de población en el exterior, el proyecto de la Casa Blanca tenía declaraciones que seguramente erizaron los pelos de la red de población: decía “el crecimiento de población es… un fenómeno neutral… no necesariamente bueno o malo… Más gente no necesariamente significa menor crecimiento”. Y decía que ha habido una “sobre-reacción por algunos” al hecho del crecimiento de población. Añadiendo trauma a la herida, declaró que “el control gubernamental de la economía” había “perjudicado” o incluso “paralizado” el crecimiento económico, y censuraba “la fijación de precios por el gobierno” y “los impuestos confiscados” por destruir los incentivos de la producción y crecimiento; “la agricultura fue devastada” y la creación de trabajo en la industria fue “obstaculizada” por esas políticas de principios erróneos. Además, demasiados gobiernos siguen medidas de control de población… mejor que sanas políticas económicas que crean el aumento de estándares de vida históricamente asociados con “declinaciones de la fertilidad…” Y si esto no fuera suficiente, denuncio el aborto y decía que los fondos U.S.A. no se deberían usar para él, o para involuntaria esterilización, o para actividades de población que impliquen coacción.<br />
La respuesta fue inmediata y furiosa. Anteriores senadores y activistas de población desde tiempo, Robert Taft Jr. Y Joseph Tydings emitieron una declaración formal diciendo que el proyecto de la Casa Blanca “representa un giro de 180 grados… de la política de población U.S.A. desarrollada durante un período de 20 años” y era “un potencial desconcierto político extraño de serias proporciones”. Ellos estaban particularmente airados por las declaraciones antiaborto. El New York Times denunció la “ignorante nueva política sobre control de población” de la administración. Los Ángeles Times se sumó a la crítica y calificó la nueva política de “cruzada irresponsable”. El Comité de Crisis de Población pronosticó que ello “paralizaría los esfuerzos de asistencia U.S.A.”; el Subcomité del Censo y Población de la Cámara mantuvieron sesiones; las delegaciones representantes de los conflictivos puntos de vista cayeron sobre la Casa Blanca, y Evans y Novak informaron que Richard Benedick, coordinador del Departamento de Estado de los asuntos de población, se apiñó con las delegaciones antinatalistas.<br />
Al fin, no obstante, la declaración de la Casa Blanca, con sólo ligeras modificaciones fue a México Capital. El anterior Senador James Buckley, conocido por simpatizar con los sentimientos de la declaración, encabezó la delegación U.S.A., que fue compuesta predominantemente por personas de ideas afines a las de Buckley. Aumentó la indignación: Mr Benedick, no elegido como delgado, pidió y le fue aceptada la dimisión; seis enojados congresistas antinatalistas decidieron esperar la Conferencia para contradecir el mensaje oficial U.S.A.; A. W. Clausen, entonces director del Banco Mundial, formuló un apasionado aviso de que le crecimiento de población podría “hundir los países en el caos”, Robert McNamara, anterior director del Banco Mundial, predijo que los Estados Unidos “quedarían en ridídculo en la Conferencia”; Werner Fornos, del Instituto de Población, la llamó “retórica que choca con la ley U.S.A. y que el Congreso no mantendrá”; el Washington Post especuló que Planned Parenthood Internacional podría perder hasta 12 millones de dólares de soporte U.S.A. como resultado de la prohibición de los fondos de aborto, y los delegados de la Unión Soviética, Reino Unido, Australia, y China, criticaron la declaración U.S.A.<br />
La furia por parte de los planificadores de población y agencias receptoras del dinero U.S.A. para control de población no se apaciguó aun cuando Mr Buckley aseguró que el soporte U.S.A. para los programas de población exteriores continuaría y aumentaría. Sharon Camp, del Comité de Crisis de Población, llamó a la postura U.S.A. “embrujo demográfico”.<br />
Pero, hay que anotarlo, los delegados a la Conferencia no se rieron de los Estados Unidos. En efecto, ellos votaron urgir a los gobiernos a “acometer las etapas adecuadas para ayudar a las mujeres a evitar el aborto”. Incluso fueron más lejos hasta recomendar que los países “alienten… dondequiera que sea adecuado, iniciativas empresariales”, aunque al final de una larga lista de estrategias de desarrollo que los planificadores gubernamentales podían emplear. Sin embargo, los Estados Unidos no tuvieron éxito en conseguir que la conferencia reconociera que los errores de planificación gubernamentales podían ser la raíz de algunos problemas más bien que la “sobrepoblación”. Como James Buckley escribió más tarde: “Para haber tenido éxito hubiera hecho falta que un significativo número de delegaciones reconociera la responsabilidad de sus propios gobiernos de mucha de la miseria experimentada por sus pueblos”. Una vez de nuevo. La importancia de la sobrepoblación como pretexto de los errores de planificación gubernamental salta a la vista.<br />
La Conferencia afirmó también, “el básico derecho humano de todas las parejas e individuos para decidir libremente y responsablemente el número y espaciado de sus hijos”. Los delegados de la conferencia expresaron la idea diciendo que “las parejas e individuos en el ejercicio de este derecho debían tener en cuenta las necesidades de sus vivos y futuros niños y sus responsabilidades hacia la comunidad”, que “los gobiernos… deberían hacer universalmente disponibles… todos los métodos de planificación familiar adecuados y médicamente aprobados, que los gobiernos deberían usar “incentivos y frenos” para conseguir los objetivos de población pero que éstos no deberían ser “coactivos” o “discriminatorios”, y que los gobiernos deberían asegurar que todos los adolescentes reciban educación sexual.<br />
Así, como antes, hubo algo para todos en las recomendaciones finales. Además, el Popline del Instituto de Población informó con satisfacción que Rafael Salas, jefe del Fondo de N.U. para Actividades de Población, había pedido, para estabilización de la población global, niveles de fertilidad no mayores de 2,1 niños por mujer “dentro del período más corto posible antes de finalizar el siglo”. La conferencia no fue más lejos oficialmente, aunque fue clara la hipótesis latente en la mayoría de sus recomendaciones, como lo fue la declaración de 1974: el crecimiento de población es malo.<br />
Junto a la delegación U.S.A. con su iconoclasta declaración, hubo en la conferencia algunos otros pocos disidentes de la dominante ideología antinatalista. El bien conocido demógrafo economista Julian Simon asistió particularmente, pero cuando algunos grupos intentaron distribuir sus artículos mostrando que el crecimiento de población no reducía los recursos, los directores de la conferencia lo prohibieron. Algunas naciones – incluidas Kuwait, Costa Rica, Bolivia, Bhutan, Chile, Irán, República Centro Africana, Liga de Naciones Árabes, y otras – vieron el crecimiento de población como bueno y necesario para el desarrollo de la economía. Y millares de mujeres se manifestaron contra el aborto fuera de las salas de la conferencia.<br />
La impresión dejada por México Capital fue la de un movimiento mundial poderoso, mejor financiado que nunca y llamando la atención de gobernantes y pueblo, haciendo y absorbiendo retos sin importancia para su supremacía. En tanto que continúen sus ingresos, especialmente los del principal donante, los Estados Unidos, no hay necesidad de preocuparse.<br />
Desde la II Guerra Mundial han brotado numerosas organizaciones dedicadas a limitar la población. Las transfusiones de dinero del gobierno de los Estados Unidos para servicios e investigación del control de nacimientos bombea la sangre de vida de la red mundial. No saciadas, las multiplicadas agencias de población “privadas, sin beneficios” estimulan y suplican, sumergen al Congreso, a los medios de comunicación, y al público en estadísticas en los momentos políticamente estratégicos.</div>
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